(Minghui.org) Me gustaría aprovechar esta oportunidad para repasar los últimos años de mi viaje de cultivación, coordinando a los practicantes de mi pequeño grupo de estudio para hacer juntos las tres cosas y cómo he mejorado a través de la verdadera cultivación, para compartirlo con ustedes e informar a Shifu. Aunque el Partido Comunista Chino (PCCh) continúa su severa persecución, los practicantes en China muestran su compasión y amor a los seres conscientes cuando les aclaran la verdad. Entiendo que también debemos tratar a los demás practicantes con compasión y amor mientras hacemos juntos el trabajo de Dafa. Este es también un proceso de validar el Fa y de mejorarnos.
Entendiendo a los practicantes
Los practicantes de nuestro grupo de estudio del Fa tienen entre 70 y 80 años y viven en diferentes zonas. Estudiamos el Fa, compartimos nuestras experiencias de cultivación y percepciones, y enviamos pensamientos rectos juntos durante medio día una vez a la semana. Cada uno de nosotros hace las tres cosas por separado en casa. Aunque no tenemos muchos practicantes en nuestro grupo, todavía tenemos conflictos debido a nuestros apegos humanos. Hemos estudiado el Fa juntos durante más de 10 años. La practicante Lan (alias) no se concentraba cuando estudiaba el Fa. No estudiaba los nuevos Jingwen de Shifu y no tenía una comprensión clara de los principios del Fa. Ella consideraba hacer cosas como cultivación y no tenía cuidado con la seguridad. Como resultado, fue perseguida varias veces. Le recordamos en repetidas ocasiones que tuviera cuidado con la seguridad, pero no cambió. Con el tiempo, empecé a sentir resentimiento hacia ella. Cuando nos veíamos, siempre le recordaba las cuestiones de seguridad. Se sentía muy presionada por mí.
Durante mucho tiempo, se me encogía el corazón cuando pensaba en ella. Me preocupaba que la detuvieran de nuevo. Un día lo compartí con un practicante que no estaba en nuestro grupo de estudio del Fa. Me recordó que yo tenía un apego. Entonces no le entendí bien. Estudiando más el Fa y siguiendo las indicaciones de Shifu, me di cuenta de que yo estaba equivocado.
Shifu nos enseñó:
“Un cultivador no tiene modelos ejemplares. El sendero que cada persona ha de tomar es diferente, porque cada uno tiene un fundamento diferente, el tamaño de sus diversos apegos es diferente, las características de sus seres son diferentes, sus trabajos entre la gente común son diferentes, sus ambientes de familia son diferentes y así sucesivamente. Estos factores determinan las diferencias en el sendero de cultivación de cada persona, las diferencias en cómo ellos eliminan apegos y el tamaño de sus pruebas. Por lo tanto, en lo que respecta a las manifestaciones, es muy difícil encontrar un sendero que otros hayan creado y es aún menos posible que a una persona le lleven a cuestas por uno de ellos.” (Sendero, Escrituras esenciales para mayor avance II)
Shifu lo dejó muy claro en su conferencia. Yo no lo entendí bien. Miraba a los demás practicantes desde una perspectiva humana. Pensaba que me había cultivado mejor que ella. Le impuse mis ideas y creé una brecha entre los practicantes. Me disculpé sinceramente y resolví el conflicto. Mi corazón se sintió más aliviado. Aprendí una lección de este incidente y, desde entonces, he mirado hacia dentro durante los conflictos y he tratado a los demás practicantes con amabilidad. No me considero mejor que los demás. Me fijo en los méritos de los practicantes y no me apego a sus defectos. Juntos mejoramos.
Ampliando mi tolerancia cuando me tratan injustamente
Hubo cosas que ocurrieron inesperadamente cuando trabajaba con otros practicantes en proyectos de Dafa. Una calurosa tarde de verano la temperatura subió a 43°C (109°F). La practicante Pei (alias) y yo habíamos acordado encontrarnos en un lugar a las 3:30 p.m. Yo le entregaría entonces materiales de Dafa. Casi no había gente caminando ni automóviles circulando por las calles. Llegué al lugar de encuentro para esperarla, sudando. Tenía los zapatos empapados de sudor. La esperé durante casi una hora. No apareció. No me sentía bien y estaba resentido. Al mismo tiempo, me preocupaba que se hubiera metido en algún problema.
Quedamos varios días después. Parecía haberse olvidado de nuestra cita y no dijo por qué no se había presentado. Me enfadé un poco y le pregunté. Me dijo que hacía demasiado calor y que su hija no la había dejado ir. Lo dijo sin ningún sentimiento de culpa. Me quedé sin palabras y sentí que era una egoísta que no se preocupaba por los demás. Estaba enfadado y no podía entender por qué ella, siendo una practicante, se había comportado así. Pero recordé lo que Shifu nos enseñó:
“Una persona malvada es dominada por el corazón de la envidia. A raíz de
su egoísmo y despecho personal, se queja que no le tratan justamente.
Una persona virtuosa siempre mantiene un corazón de compasión. Sin
ninguna queja ni odio, toma la dificultad como alegría.”
(Grado de conciencia, Escrituras esenciales para mayor avance)
Me di cuenta de que mi comportamiento era el de una persona malvada y no se ajustaba al estándar de un practicante.
Shifu había arreglado esta oportunidad para que yo mejorara. No me había iluminado y tenía ira y resentimiento. Alejé la oportunidad de mejorar. Como practicante veterano, había fallado en una prueba básica. Me avergoncé de mí mismo y me sentía culpable. Comprendí que debía fortalecer mi capacidad de perseverancia. De ahora en adelante, debo ser más estricto conmigo y más tolerante con los demás. Debo tratar a los practicantes con compasión y tolerancia. Así seré capaz de coordinarme y cooperar con los demás practicantes a la hora de hacer las tres cosas.
Ayudando a otra practicante y avanzando juntos
La practicante Lan tiene 83 años. Pasó una prueba de vida o muerte a comienzos del año pasado. Al principio sólo podía comer un poco, después tuvo dificultad para respirar, especialmente por la noche. Los practicantes en nuestro grupo de estudio del Fa enviaron pensamientos rectos para ella y la animaron a creer en Shifu y en el Fa para pasar esta prueba. Tratamos de encontrar sus apegos que la habían llevado a esta prueba. Yo la conocía bien, pues había estudiado el Fa con ella durante más de 10 años.
Lo compartí con ella varias veces. Pensé que tenía dos problemas. El primero era que había leído el Fa pero no lo entendía. El segundo era que había guardado resentimiento hacia su marido durante décadas y no lo había superado. Pensé que ella debería entender estas cosas desde la perspectiva del Fa y mejorar su xinxing antes de que pudiera pasar esta prueba. Enumeré las conferencias de Shifu sobre el yeli de enfermedad y los artículos sobre el resentimiento en un papel y le pedí que leyera las conferencias y los artículos de Shifu repetidamente y esperaba que pudiera obtener alguna comprensión desde el Fa.
Le llevé algo de comida que la ayudaría en su salud. Era vegetariana. Ella pensaba que las verduras eran buenas para su salud. La animé a comer carne también. Estudiamos las secciones de Zhuan Falun sobre la cuestión de comer carne. Lo comprendió.
Gracias a la protección de Shifu que soportó su yeli, superó la prueba. Mejoró su comprensión del Fa. Poco a poco fue dejando atrás su resentimiento. Su salud mejoró. A medida que ella cambiaba, su marido se volvía más tolerante.
Después de todos estos años colaborando con practicantes, me he dado cuenta de que, tanto si nos encontramos con cosas buenas como con cosas malas, debemos estudiar el Fa. Sólo cuando tenemos una comprensión clara del Fa, podemos ver a través de las cosas, encontrar nuestros apegos, deshacernos de ellos y mejorar. En el tiempo limitado que queda antes de que el Fa rectifique el mundo humano, debemos ser más estrictos con nosotros mismos, ser humildes y tratar a los practicantes con compasión. Debemos apreciar las relaciones predestinadas con otros practicantes y estar dispuestos a soportar dificultades y sacrificarnos por los demás. Sólo entonces podremos coordinarnos bien con otros practicantes y mejorar juntos en la cultivación.
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