(Minghui.org) El coordinador de nuestra ciudad me llamó y me notificó que asistiera a una reunión en Changchun el 26 de julio de 1998, una semana antes del evento. Yo era conductor de mi empresa y tenía tareas pendientes, así que no estaba seguro de poder asistir. Mi empresa no me asignó ninguna tarea para ese día, así que tomé un autobús con otros dos practicantes hasta Changchun a primera hora de la mañana.
Cuando el autobús entró en Changchun, vimos a gente practicando Falun Gong en grupos con pancartas y carteles promocionando la práctica en muchas de las esquinas principales. Nos unimos a un grupo de práctica después de bajar del autobús en la terminal. Después nos unimos a un grupo de estudio del Fa. El coordinador principal de Changchun nos dividió en varios grupos más pequeños para ir al hotel Shangri-La por tandas.
La sala de conferencias del hotel estaba decorada con solemnidad. El estrado estaba cubierto de tela amarilla y a ambos lados había varias cestas grandes con flores frescas. Yo estaba emocionado, pues sentía que Shifu estaría en esta conferencia del Fa. Todo el mundo se sentó en filas según los asientos asignados. Mi asiento estaba en el pasillo a tres filas de la puerta central izquierda.
Me levanté para salir antes de la conferencia. Vi a Shifu en el vestíbulo. Llevaba traje y entraba desde el vestíbulo agitando los brazos (girando un Falun). El coordinador principal dijo: «¡Den todos la bienvenida a Shifu!». Todos se levantaron y aplaudieron. Shifu nos saludó con las manos mientras entraba en la sala de conferencias. La energía de Shifu me hizo girar en círculo. No sé cómo describir la sensación, ya que se me salían las lágrimas. Dos practicantes regalaron flores a Shifu.
La sala de conferencias quedó en silencio. Todos escucharon atentamente cuando Shifu comenzó la conferencia sobre el Fa. Poco después, un miembro del personal trajo una silla más alta para sustituir la más baja que tenía Shifu. Shifu se quitó la chaqueta y la puso en el respaldo de la silla. Esta escena apareció en mi sueño dos meses después.
Vi a varios practicantes tomando notas cuando Shifu empezó a hablar. Me pregunté si en esta reunión se permitía tomar notas, así que también me sentí tentado y saqué un bolígrafo. Escribí algunas palabras, pero entonces vi que las palabras eran la imagen de Shifu, así que dejé de escribir inmediatamente. Poco después, un practicante entregó a Shifu una nota diciendo que alguien estaba tomando notas. Shifu dijo a los asistentes que no lo hicieran. Yo dije en mi corazón: “Shifu, me equivoqué. No debería haber tomado notas”.
Durante el descanso, Shifu bajó del estrado y se paró en los escalones. Algunos alumnos nuevos formaron un círculo a su alrededor, haciéndole preguntas. Shifu tenía una botella de agua en la mano, pero no bebió ni un sorbo. Siguió respondiendo a las preguntas de los alumnos. Yo estaba detrás de un practicante, de pie frente a Shifu. La alta figura de Shifu era compasiva, pacífica y amable. Me sentí feliz y orgulloso de estar delante de Shifu.
Después de un descanso de 10 minutos, Shifu continuó enseñando el Fa y respondiendo a las preguntas de los estudiantes. Pasaron más de cinco horas antes de que nos diéramos cuenta. Nos pusimos de pie y aplaudimos mientras Shifu abandonaba la sala de conferencias. Shifu estrechó la mano de muchos practicantes a lo largo del pasillo.
Shifu dijo:
"... ya que eres el ser con más suerte en el cosmos. Eres estudiante de Dafa, e incluso los dioses en los Cielos te envidian…" (Exponiendo el Fa en el Fahui de Australia).
Sí, tuve mucha suerte. Esa fue la última conferencia pública dada por Shifu en China y tuve el honor de poder asistir a ella. Echo tanto de menos a Shifu cada vez que pienso en aquel día y cuando leo Exponiendo el Fa para los asistentes de Falun Dafa en Changchun. Shifu siempre anima a los asistentes a estudiar bien el Fa, a guiar a los compañeros practicantes a su alrededor y a cumplir con sus responsabilidades como asistentes.
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