(Minghui.org) Soy una mujer mayor y practico Falun Dafa desde hace 27 años. Para expresar mi gratitud al compasivo Shifu y a Dafa, me gustaría compartir algunas historias de mi camino de cultivación. Espero hablar a más personas sobre Falun Dafa, para que no pierdan esta oportunidad única en la vida y puedan también convertirse en individuos sanos y felices.
Falun Dafa purificó mi mente y mi cuerpo
Mi esposo y yo teníamos un carácter fuerte. A menudo discutíamos, a veces en voz alta durante días, molestando a los vecinos y alterando a nuestros hijos. También enfermé gravemente del corazón. Una vez, tras una discusión con mi esposo, desesperada, me tomé un frasco entero de somníferos y estuve a punto de morir. Mi familia me llevó corriendo al hospital, donde me salvé tras tres días de cuidados intensivos. La vida era dura y dolorosa entonces.
En 1997, un compañero de trabajo vino a mi casa y me dio un ejemplar del libro Zhuan Falun. Después de leerlo, me pareció maravilloso y no podía dejarlo. Empecé a practicar Falun Dafa. Leyendo repetidamente Zhuan Falun y siguiendo estrictamente los principios de «Verdad, Benevolencia, Tolerancia», me esforcé por mejorar mi carácter, ser amable con los demás y mantener la calma. Mi corazón se abrió y empecé a buscar en mi interior mis propios defectos en lugar de discutir con mi esposo. Todas mis dolencias físicas desaparecieron.
Falun Dafa y Shifu purificaron mi mente y mi cuerpo. En nuestros últimos años, mi esposo y yo vivimos en armonía, felicidad y buena salud.
Los cuatro duraznos
En el otoño de 2023, fui al mercado y compré una bolsa de verduras. También compré varios kilos de duraznos y los coloqué sobre las verduras. Tomé el autobús para volver a casa y me senté en la parte delantera. Puse la bolsa en el suelo a mi lado. Cuando el aurobús se puso en marcha, alguien gritó que los duraznos se habían desparramado.
Miré hacia atrás y vi que mi bolsa se había caído y los duraznos estaban esparcidos. Dos estaban lejos y dos cerca de mí. Vi que una mujer sentada frente a mí recogía los dos duraznos que estaban más lejos y los metía en su bolsa. No dije nada. Recogí los dos duraznos que estaban cerca de mí y los metí en mi bolsa. La mujer dijo que los duraznos que yo había recogido eran suyos. Recordé que Shifu nos enseñó que no debíamos apegarnos al beneficio personal y no discutir por esos asuntos. Le entregué mi bolsa y le dije: «Toma los que sean tuyos, elige los más grandes si quieres». Ella eligió dos duraznos y los metió en su bolsa.
En ese momento, me sentí muy tranquila y no sentí ningún resentimiento. Un pasajero detrás de nosotros dijo: «Se te cayeron los duraznos de la bolsa». Sonreí y dije: «Perder es una bendición». Si no hubiera practicado Falun Dafa, no habría podido manejar la situación de esta manera.
Renunciar a una propiedad valiosa
Mi suegro tenía cinco hijos: dos hijos y tres hijas, y yo era la nuera mayor. Cuando mi suegro tenía más de 80 años y estaba delicado de salud, organizó una reunión familiar y decidió dejar dos propiedades, una a su nieto mayor (mi hijo) y la otra a su nieto menor. Las hermanas estuvieron de acuerdo.
Tras el fallecimiento de mi suegro, se hizo otra reunión familiar y mi segunda cuñada quiso heredar la propiedad designada para mi hijo, alegando que la necesitaba. Me sorprendió, pues mi suegro había tomado su decisión antes de fallecer, pero ahora parecía estar cambiando. Pensé en lo que decía Shifu en Zhuan Falun, sobre renunciar a los propios intereses. Me recordé que, como practicante, siempre debía considerar primero a los demás, así que dije: «Si la necesita, puede tenerla».
A la mañana siguiente, mi cuñada mayor vino a mi casa y dijo que intervendría para recuperar la propiedad para mi hijo. Cuando se fue, mi esposo me preguntó si quería recuperar la propiedad. Si quería, él se encargaría. Le dije que no. Me recordó que no se trataba solo de una pequeña cantidad de dinero, sino de cientos de miles de yuanes. Le contesté: Vamos a dársela a tu segunda hermana. Si nos peleamos por ello, los hermanos discutirán y eso puede destruir su relación. Mi esposo guardó silencio y no se opuso. Si no hubiera practicado Falun Dafa, habría manejado la situación de otra manera.
Gracias a la práctica de Falun Dafa, mi visión del mundo cambió: pasé de ser egoísta a ser desinteresada, y puse a los demás en primer lugar. Falun Dafa y Shifu me purificaron y me trajeron salud y felicidad en mis últimos años. Espero que más gente recuerde: «Falun Dafa es bueno» y «Verdad, Benevolencia, Tolerancia es bueno», y que ellos también puedan ser felices y saludables.
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