(Minghui.org) Una noche, a principios de la década de 2000, salí a distribuir materiales de aclaración de la verdad a la gente. Fui en bicicleta de una aldea a otra sin encontrar problemas, lo que me llenó de alegría. Sin embargo, cuando llegué al Instituto Experimental, la situación me pareció un poco inusual. Por ello, terminé rápidamente mi tarea y continué hacia otra aldea.
De regreso, vi varios vehículos de policía bloqueando una carretera muy transitada. La policía paraba y controlaba a los peatones. Sospeché que alguien podría haber denunciado mis acciones en el Instituto Experimental. Durante ese tiempo, la policía respondía con rapidez y no mostraba ninguna indulgencia a la hora de perseguir a los practicantes de Dafa. Me di cuenta de que estaba muy cerca del puesto de control, y dar media vuelta sólo levantaría sospechas. Así que no tuve más remedio que seguir adelante con valentía.
Mientras recitaba el poema de Shifu:
“Dafa nunca abandona el cuerpo,
el corazón contiene Zhen-Shan-Ren;
un gran luohan en el mundo,
espíritus y fantasmas temen más”.
(Poderosa virtud, Hong Yin)
Cubrí los materiales de Dafa que quedaban en mi cesta y me dirigí hacia los automóviles de la policía. Había muchos agentes, pero ninguno me prestó atención. En cuanto pasé el control, subí rápidamente a mi bicicleta y me alejé a toda velocidad.
Al pasar por una zona residencial, pensé que debía distribuir allí los materiales restantes en lugar de llevarlos a casa. Esta zona residencial sólo tenía una entrada y una salida a la carretera principal, que conectaba con varias callejuelas. Empecé por el primer callejón y distribuí dos paquetes de materiales. De repente, oí sirenas de policía que venían en mi dirección.
Me di cuenta de que mi sensación de pánico al alejarme antes podría haber levantado sospechas. Actué con rapidez, metí los materiales restantes en una bolsa de plástico y la dejé en la puerta de una casa cercana. Manteniendo la calma, confié en mis pensamientos rectos y en mi racionalidad para hacer frente a cualquier situación inesperada. Me recordé que no debía tener miedo. No tenía más remedio que afrontar lo que viniera.
En ese momento, oí parar un coche. El sonido de una puerta que se abría y los pasos de alguien que bajaba eran inconfundibles. Me repetí: «Como practicante de Dafa, estoy haciendo lo correcto y no tengo nada que temer». En ese instante, solté todos los apegos.
Con la sensación de dejar ir la vida y la muerte, salí del callejón. Mi mente estaba en blanco. Lo primero que vi fue la única entrada a la zona residencial, y allí no había nadie. Comparada con los sonidos caóticos que acababa de oír, la escena que tenía ante mí era surrealista. Me preguntaba: «¿Lo he oído mal? No, las sirenas sonaban alto y claro en la quietud de la noche; es imposible que me lo haya imaginado». Me invadió la gratitud al darme cuenta de que acababa de experimentar la protección y la compasión sin límites de Shifu.
De camino a casa, me sentí profundamente conmovido. Sabía que si la policía hubiera entrado en el callejón, habría encontrado rápidamente el material que acababa de distribuir. Teniendo en cuenta que en aquel momento estaba en libertad condicional, las consecuencias podrían haber sido graves.
Habiendo practicado Dafa por más de 20 años, he experimentado muchos altibajos, pero siempre he sido bendecido por la compasión ilimitada de Shifu. Continuaré haciendo las tres cosas diligentemente, sabiendo que mientras nos mantengamos inmersos en Dafa, Shifu siempre protegerá a los verdaderos practicantes. No importa cuántas dificultades y peligros enfrentemos, ¡siempre encontraremos la fuerza para superarlos!
Los artículos en los que los cultivadores comparten sus entendimientos generalmente reflejan la percepción de un individuo en un momento determinado en función de su estado de cultivación, y se ofrecen con el espíritu de permitir la elevación mutua.
Copyright © 1999-2025 Minghui.org. El contenido de esta página puede reproducirse con atribución.