(Minghui.org) Tuve la suerte de nacer en una familia donde tres generaciones practicamos Falun Dafa. El camino de cultivación fue lleno de obstáculos, y causé mucha preocupación a Shifu. A continuación, me gustaría compartir mi reciente experiencia al pasar una prueba.
Mi primera gran tribulación
Empezamos a tener entrenamiento militar al principio del año escolar, pero ya estábamos en el último año de instituto y muy ocupados preparando el examen de ingreso a la universidad. Nadie entendía la orden de la escuela. Aunque sabía que estaba mal maldecir a la escuela, no pude evitar unirme a mis compañeros para hacerlo.
A la mañana siguiente, el profesor nos pidió que nos sentáramos, descansáramos y nos levantáramos rápidamente. Quise probar el método de levantarme que aprendí durante el entrenamiento militar en la escuela secundaria, pero no lo hice con firmeza y me caí, haciéndome daño en el coxis. No le di mucha importancia y pensé que se curaría pronto.
Pero la lesión empeoró cuando llegué a casa esa noche. Me dolía mucho y me costaba darme la vuelta en la cama. Mi madre pidió permiso para ausentarme del colegio y se quedó en casa conmigo al día siguiente. Cuando mi padre se enteró, me dijo que tenía que estudiar el Fa. Yo respondí con indiferencia y me fui a hacer los deberes.
Decidí probar los ejercicios de Dafa por la tarde. Me dolía mucho cuando me estiré haciendo el primer ejercicio, y no podía doblarme en absoluto en el cuarto ejercicio. Sentía como si se me fuera a abrir la cadera al agacharme. Así que acorté el tiempo de los ejercicios y me dediqué a estudiar el Fa. Pero no sentía que estuviera aprendiendo mucho. Me sentía como si estuviera realizando una tarea y me preocupaba el trabajo escolar del día siguiente.
Como era de esperar, al día siguiente todavía no me había recuperado. Cuando caminaba, tenía la sensación de que se me había dislocado la cadera. Tenía que mover los brazos para caminar más deprisa. Pero lo sorprendente era que, en cuanto empezaba las clases, todo el dolor desaparecía, y no tenía problemas para volver a casa en bicicleta todos los días. Mi estado de ánimo sufría altibajos.
Un reflejo serio de mi ego inflado
Después de todo, soy un practicante de Dafa, así que todavía me acordaba de estudiar el Fa. Una vez, mientras estudiaba el Fa, me di cuenta de que mi caída no fue accidental, sino que estaba dirigida a mi corazón.
Nuestro profesor se había vuelto duro y poco amable desde que entramos en el último año. Llegó a decir cosas como: «Yo no soy sus padres. No los quiero como sus padres». También le gustaba perder el tiempo mirando las cámaras de vigilancia en clase y en realidad no nos enseñaba nada útil. Simplemente holgazaneaba. Como consecuencia, mis compañeros tenían muy mala opinión de él. No paraban de quejarse de él después de clase. Me dejé influenciar por ellos y también empecé a quejarme de él. Incluso estaba entre los que más lo criticaban. Me parecía satisfactorio y justo.
¡Qué resentimiento tan fuerte! Después de leer el Fa y pensar detenidamente, me di cuenta de que el profesor actuaba así solo para que yo me viera. Era tan arrogante y santurrón. ¿No tenía yo también un ego inflado? Era tan frío y egoísta, y yo a veces era así. Es obvio que actuaba con dureza para que yo me deshiciera de mis apegos. ¿Por qué me quejaba? ¿No debería darle las gracias?
Mientras escribía esto, sentí como si mi resentimiento desapareciera y fuera sustituido por una sincera gratitud y alegría. Tras darme cuenta de ello y hablar con mi madre, ya no sentí demasiado el dolor de espalda y pude volver a presentarme a la prueba física.
Pero esto no fue el final de mi calvario. Durante la prueba física, volví a esforzarme y me sentí incómodo. Mi corazón empezó a fluctuar y encontré otro apego fatal: no creer en Shifu ni en Dafa.
Aunque crecí en un hogar de practicantes y siempre había estado leyendo libros de Falun Dafa, me contaminé una vez que entré en el mundo de la gente común. Fui un estudiante obediente con buenas notas. No siempre estaba de acuerdo con lo que decía la escuela, pero cuando los profesores y compañeros hacían comentarios negativos sobre Dafa, me invadía la duda.
Mi estado de cultivación fluctuaba. Mi base de cultivación, ya débil, parecía empeorar aún más. Afortunadamente, en el fondo sabía que Falun Dafa no es malo como dice la gente común.
Sin embargo, mi entendimiento de los principios de Dafa no era adecuado. Me quedaba en el nivel superficial de ser una buena persona. No tenía una comprensión más profunda ni creía en Dafa ni en el poder ilimitado de Shifu. Siempre sentí que esas cosas parecían permanecer en las experiencias de otros practicantes, pero no sucedían en la vida real. De hecho, este pensamiento ya era peligroso para mí.
Las viejas fuerzas veían todo esto. Cada vez que tenía la más mínima duda, la magnificaban y hacían que se repitiera en mi mente, haciendo que me resultara imposible concentrarme en las cosas. Intentaron cortar mi conexión con Dafa.
Pero el compasivo Shifu nunca se rindió conmigo. Aunque yo era un practicante tan inestable, él introducía las enseñanzas del Fa en mi mente cada vez que me sentía incómodo o simplemente estaba paseando. Estas insinuaciones me golpeaban directamente con lo que estaba pasando, para que pudiera mantener la mentalidad de un practicante de Dafa. Pero lo sorprendente es que nunca memoricé esas enseñanzas. Solo las leí unas cuantas veces.
Ya que Shifu me ha cuidado e iluminado tanto, debería haberme corregido y fortalecido mi fe. Pero como la gran tintura de la gente común era tan feroz, dediqué todo mi tiempo a mis estudios y descuidé el estudio del Fa. Debido al estorbo de las nociones adquiridas, mi calidad de iluminación bajó una y otra vez. Llegué a ser incluso peor que cuando era niño.
Entonces decidí hablar con mi madre. Me dijo que mi nacimiento había sido un milagro. Cuando era un feto, estaba en una posición anormal, y el médico dijo que mi madre necesitaría una cesárea. Intentó todos los métodos que el médico le había sugerido para corregir mi posición fetal, pero ninguno funcionó. Entonces se armó de valor y renunció a su miedo a la cesárea. Pero cuando iba a hacerse los controles prenatales, o estaban reparando el coche o las carreteras y los puentes estaban inundados.
Mientras meditaba, mi madre sintió que algo se movía en su abdomen. Fue al hospital y vio que mi posición fetal había vuelto a la normalidad. Fue mágico. Y desde hace más de 20 años gozamos de buena salud y no hemos tenido necesidad de tomar medicamentos ni inyecciones. De repente volví en mí. Resultó que siempre ocurrían cosas mágicas. Simplemente las había olvidado porque estaba ocupado con asuntos mundanos.
Me di cuenta de que Shifu quería que me deshiciera más completamente de mis apegos, por lo que el proceso de eliminación del yeli me pareció más serio. Por un lado, me libraba de mis sustancias nocivas y, por otro, me ayudaba a mejorar mi xinxing. No puedo ser una persona desagradecida. Le dije a Shifu en mi corazón que cultivaría bien y me libraría de todos esos malos pensamientos. Pero cuando llegaron las pruebas de verdad, empecé a retroceder y a dudar. ¡Qué decepción!
Siempre pensé que la cultivación era fácil, ya que solo tenía que deshacerme de mis apegos. Nunca pensé en el esfuerzo que supondría deshacerme de ellos desde la raíz. Aunque sabía que necesitaba cultivar mi mente y mirar hacia dentro, siempre me había estancado en discutir con los demás, reflexionando sobre mis errores, pero solo eliminando mis apegos de la superficie. Era incapaz de mantener una actitud pacífica y compasiva, y mi espíritu de lucha era siempre fuerte, lo que me hacía ser peor que la gente corriente en muchos aspectos.
Tengo otro apego muy malo, que es mi ego. Me volví engreído y arrogante y siempre estaba presumiendo cuando sentía que tenía el más mínimo talento. Siempre que los demás hablaban de que tenían problemas, yo quería participar y hablar de mis propias experiencias para enseñarles.
También me gustaba oír cumplidos. Una vez, cuando la clase estaba a punto de terminar, estaba tomando fotos y se las enseñé a mi compañero de pupitre. Mi compañera de pupitre dijo a mis compañeros en el descanso: «¡Ya lo sé, solo quiere que la elogie!». Inmediatamente comprendí que Shifu la estaba utilizando para iluminarme y que yo me deshiciera del deseo de presumir y cosechar elogios de los demás. Estas experiencias me ayudaron a deshacerme de mi espíritu competitivo. Gracias, Shifu, por tu iluminación.
Resumen
Reflexionando sobre mi experiencia, tengo algunos puntos que me gustaría compartir con los jóvenes practicantes:
1. Estudia más el Fa y hacer lo que deben hacer los practicantes. Aunque tengas una gran carga académica o estés muy presionado por el trabajo, no olvides tus prioridades. Dafa es la raíz de tu sabiduría y la fuente de tu vida. Es lo más importante.
2. Contrólate y no te dejes llevar por la multitud. Nuestros compañeros, como gente común, se dejan influenciar fácilmente por tendencias poco sanas. Como cultivadores, debemos ser nosotros quienes los influenciemos de forma positiva, en lugar de dejarnos llevar por ellos y aceptar esas nociones desviadas.
3. Cree en Shifu y en el Fa. Debemos creer firmemente que Shifu está siempre a nuestro lado. Todos hemos sentido el extraordinario y milagroso poder de Dafa. No debemos dejar que los malentendidos de la gente común afecten nuestra fe recta. ¡Debemos tener pensamientos y acciones rectas!
4. Leé más artículos de intercambio. Durante mis vacaciones, dediqué una mañana entera a leer los artículos de los practicantes. Sentí que cada artículo hablaba de mí. Me beneficié mucho de su lectura. Después de hablar con los demás, las dificultades dejaron de parecerme tan difíciles y recuperé la lucidez. Fue como despertar de un sueño. Quiero dar las gracias a Minghui.org y a los practicantes que escribieron esos artículos. Fueron de gran ayuda.
Estas son algunas de mis reflexiones. Debido a las limitaciones de mi nivel, me gustaría pedir a los compañeros practicantes que tengan la amabilidad de señalar cualquier cosa que se considere incorrecta o inapropiada. Espero sinceramente que los jóvenes practicantes que aún se encuentran desorientados entre la gente común progresen y ¡aprovechen el poco tiempo que les queda!
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