La bondad trae bendiciones, pero las malas acciones llevan al desastre

(Minghui.org) Hay un viejo dicho chino que dice: «El bien se recompensa con el bien, y el mal se encuentra con el mal». Hay innumerables ejemplos de esto, desde los libros de historia, pasando por la literatura, hasta los acontecimientos de la sociedad moderna.

Mi amigo, practicante de Falun Dafa, conoció una vez a una mujer de unos 90 años. A pesar de su edad, la mujer tenía una mente clara, un lustroso cabello negro y caminaba con agilidad. La mujer dijo que había sido bendecida con buena salud gracias a sus buenas acciones. Como ginecóloga y obstetra, salvó a unos 1.000 bebés que habrían sido abortados debido a la política de aborto forzado del Partido Comunista Chino (PCCh) (también conocida como política del hijo único).

La historia de otra vecina fue muy distinta. También trabajaba como ginecóloga y obstetra, pero seguía estrictamente la política del PCCh y obligó a muchas mujeres a abortar. Debido a su trabajo, muchos niños murieron antes de nacer. Aunque ella no sabía el número exacto, la relación causa-efecto es real. Actualmente, a sus 70 años, esta mujer está postrada en cama, ciega e incapaz de cuidar de sí misma. Su vida es miserable.

Algunos dirán que esta mujer sólo hacía su trabajo, pero muchos niños perdieron la vida por su culpa. El PCCh no asume las consecuencias, y ahora esta mujer está pagando la deuda de yeli (kármica) por lo que hizo.

Mis amigos y yo fuimos testigos de los milagrosos beneficios de Falun Dafa para la mente y el cuerpo. Después de que el PCCh comenzara a suprimir la práctica en 1999, el régimen inventó innumerables mentiras para difamar a Falun Dafa. Un ejemplo es la farsa de la auto-inmolación en la Plaza de Tiananmen, que se demostró que fue un engaño. A pesar de estas adversidades, los practicantes de Falun Dafa persisten en su fe y cuentan incansablemente a la gente los hechos de Dafa, así como desacreditan las calumnias del PCCh. No es raro que las personas que conocen la verdad sobre Falun Dafa y protegen a los practicantes de Dafa experimenten bendiciones. A continuación, se presentan algunas de estas historias.

La historia de Shu

Las calificaciones del hijo de Shu eran promedio cuando asistía a la escuela secundaria. Después de obtener un título universitario en la década de los ochenta, trabajó para un banco y más tarde se convirtió en director de una sucursal. Como no estaba dispuesto a hacerse a un lado y ceder su puesto al yerno del alcalde, le acusaron de apostar y le despidieron. Se deprimió y estuvo un mes sin salir de casa. No se cambiaba de ropa ni se afeitaba; aunque sólo tenía 30 años parecía un anciano. Más tarde se dedicó a la construcción para ganarse la vida, pero le resultaba difícil.

Falun Dafa se presentó al público en 1992, y Shu empezó a practicarlo en 1997. Las enfermedades que la habían molestado durante décadas desaparecieron y recuperó la salud. Al ver sus cambios positivos, sus hijos la animaron a seguir practicando Dafa.

Cuando el PCCh comenzó a perseguir Falun Dafa en 1999, Shu se unió a otros practicantes para contar a la gente lo que realmente es Falun Dafa. Tras ser detenida por las autoridades, su hijo acudió a la División de Seguridad Nacional y a la policía para pedir su liberación. El hijo le dio un coche al esposo de Shu para que la llevara a donde fuera a hablar de Dafa y la persecución. También trataba bien a otros practicantes.

Sus buenas acciones se vieron recompensadas: su empresa de construcción prosperó y ahora vale unos 100 millones de yuanes. Los otros hijos de Shu también tienen éxito y son ricos.

La historia de Zhou

El hijo y la nuera de Zhou tienen una tienda de electrónica y su negocio va muy bien. Su hija posee tres tiendas de ropa de alta gama y las nietas de Zhou tienen trabajos decentes.

Pero las cosas no siempre fueron fáciles. Por practicar Falun Dafa, Zhou fue sentenciada a cinco años de prisión. A pesar de la presión, sus hijos la apoyaron. Su nieta mayor estudió medicina en la universidad y la menor fue a la facultad.

Muchos jóvenes tienen dificultades para encontrar trabajo. Un desconocido le dijo a la nieta mayor de Zhou que en el departamento de pediatría de un hospital faltaba personal. Cuando la contrataron, a los vecinos les costó creer que había conseguido un trabajo en el renombrado hospital sin sobornos.

Cuando la nieta menor se graduó, la contrataron como profesora de secundaria. El departamento de educación exigía una carta de la estación de policía local para una nueva contratación, que la policía se negó a escribir porque Zhou practica Falun Dafa. La joven dijo al director: «La salud de mi abuela es buena porque practica Falun Dafa. No puedo obligarla a dejar de practicarla porque yo quiera un trabajo. Si insiste en esta carta, tendré que renunciar a este trabajo».

El director dijo que no había por qué preocuparse y que la escuela se ocuparía de ello. La nieta de Zhou consiguió el trabajo y todo fue bien.

La historia de Xu

Xu tenía muchas enfermedades antes de empezar a practicar Falun Dafa en 1998. Era alérgica a casi todos los alimentos excepto al arroz y la sal. Su esposo era muy controlador. Xu cultivaba verduras y cacahuetes y los vendía, pero tenía que darle todo el dinero a su esposo. Incluso pesaba las uvas antes de que ella las vendiera para asegurarse de que no se quedaba con nada de dinero.

De hecho, la situación económica de su familia era buena. Su esposo tenía una fábrica de cerdas y Xu cocinaba para los trabajadores, pero su esposo decía que ella no trabajaba y se negaba a pagarle. Su esposo construyó una casa de lujo y bebía y jugaba todos los días. Se negaba a dar dinero a Xu y a menudo le pegaba. Malgastaba todo el dinero en bebida, juego y mujeres. Cuando se gastó todo el dinero, se vio obligado a vender la casa.

Después de que Xu empezara a practicar Falun Dafa, siguió los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Trataba muy bien a su esposo. Su salud mejoró, sus enfermedades desaparecieron y pudo comer de todo. Al ver sus cambios positivos, su esposo apoyó su práctica y poco a poco abandonó su mal comportamiento.

Xu habla a la gente sobre Falun Dafa y explica por qué el PCCh calumnia a Dafa. Cuando a veces llega tarde a casa, su esposo se prepara unos fideos. También ha empezado a hacer tareas domésticas y cultiva verduras. Siempre que alguien les visita, les cuenta lo estupendo que es Falun Dafa. Ahora está sano. Su hipertensión ha mejorado, su nivel de azúcar en sangre ha bajado y ya no necesita tomar medicamentos.

La historia de Zhen

Después de que el PCCh comenzara a reprimir Falun Dafa en 1999, Zhen fue detenida varias veces y encarcelada en dos ocasiones. Las autoridades la acosaban a menudo. Trabajaba como profesora y en su escuela la despidieron. Como temía ser perseguido también, el esposo de Zhen dejó de practicar Falun Dafa después de 1999 y perdió millones de yuanes en el juego. Como consecuencia, no pudo ayudar a sus hijos a pagar la escuela ni ayudarles económicamente cuando se casaron.

A pesar de estas dificultades, las dos hijas de Zhen comprendieron lo qué es Falun Dafa y la apoyaron. Tras graduarse en la universidad, su hija mayor se convirtió en funcionaria del gobierno. Su hija menor fue admitida en una universidad de renombre, obtuvo un máster y encontró un trabajo decente. Ambas hijas y sus esposos son buenas personas y están bien económicamente. Hoy en día, muchas parejas jóvenes necesitan la ayuda de sus padres para comprar un apartamento o un coche. Pero las hijas de Zhen y sus esposos no le pidieron ayuda. También dieron a Zhen y a su esposo ayuda económica para que la pareja pudiera mudarse a un apartamento más grande.

Las consecuencias de perseguir a los practicantes

Falun Dafa es una práctica recta y ha traído a los practicantes y a sus seguidores innumerables bendiciones. También he oído cómo funcionarios que maltrataban a los practicantes se han enfrentado a consecuencias. Uno de ellos fue Zhang Shuxiang, exdirector de la Oficina de Seguridad de la Fábrica de Dirección de Automóviles de Mianyang, en la provincia de Sichuan.

Después de que el PCCh comenzara a reprimir a Falun Dafa en 1999, Zhang confiscó los libros de Falun Dafa de los practicantes y les obligó a escribir declaraciones renunciando a la práctica. Ayudó a la División de Seguridad Nacional a crear una base de datos de practicantes, que incluía sus fotos y huellas dactilares. Envió agentes a seguir a los practicantes, prohibiéndoles salir de la zona residencial de la fábrica. Se acosaba a los practicantes en sus casas y se confiscaban sus pertenencias.

Zhang celebró sesiones de lavado de cerebro en las que se calumniaba a Falun Dafa y al Maestro Li, fundador de la práctica. Cuando viajó a Beijing para arrestar a los practicantes que acudían allí a hacer un llamamiento en favor de Dafa, Zhang les hizo pagar todos sus gastos. Embargó las pensiones de muchos practicantes y también se negó a tramitar sus empadronamientos o a expedirles carnés de identidad, lo que les dificultó mucho la vida cotidiana.

Aunque los practicantes que trabajaban en la fábrica hablaron repetidamente a Zhang de las bondades de Dafa, este se negó a escucharles y siguió maltratándoles. Después de que la empresa estatal se convirtiera en una empresa privada en 2005, Zhang se convirtió en oficial de seguridad en la comunidad de la calle Puming Norte, donde continuó persiguiendo a los practicantes. Por ejemplo, ordenó a los porteros de la comunidad que vigilaran y siguieran a los practicantes y registraran cuándo salían y volvían a entrar en la zona.

A Zhang le diagnosticaron cáncer de páncreas en 2010. Los practicantes siguieron explicándole qué es Dafa y le pidieron que dejara de participar en la persecución. Él se negó a escuchar, diciendo que no lo haría porque ese era su trabajo. Tras ser operado, Zhang siguió persiguiendo a los practicantes. El cáncer siguió reapareciendo: sólo tenía 52 años cuando murió en enero de 2012.

Si el PCCh no hubiera iniciado la persecución, muchas personas, incluido Zhang, podrían haberse beneficiado de la práctica de Falun Dafa. Esperamos que la gente preste atención y escuche a su conciencia en lugar de seguir al PCCh y perseguir a practicantes inocentes.