(Minghui.org) La primavera pasada diagnosticaron leucemia a mi marido. Gastamos todos nuestros ahorros en su tratamiento médico y estábamos endeudados. Su nivel de plaquetas seguía siendo peligrosamente bajo y tenía que recibir quimioterapia.

También tuvimos que mudarnos y yo estaba bajo mucha presión para encontrar un lugar donde vivir, y me encargué sola de toda la mudanza. No tuve tiempo de estudiar el Fa ni de hacer los ejercicios. Además, estaba agotada de acompañar a mi marido al hospital durante más de un mes, así como de ir y venir a la estación de policía para solicitar nuestros carnets de identidad. No dejaba de preocuparme por él y acabé por desmayarme. Me dolía tanto la pierna izquierda que no podía moverme ni levantarme de la cama. Me dolía muchísimo, incluso cuando intentaba levantarme de la cama.

Afrontar mi mentalidad egoísta

Una compañera practicante se enteró de mi situación y amablemente me dejó quedarme en su casa. Varios otros practicantes también vinieron a estudiar el Fa, hacer los ejercicios y ayudarme a encontrar mis apegos. Miré hacia dentro y descubrí resentimiento, búsqueda de intereses personales, miedo y dependencia de Dafa como forma de protección. 

También me di cuenta de que no respetaba al Shifu ni al Fa, pues anhelaba la llamada vida «bella y feliz» en el mundo humano. Mi mayor resentimiento era hacia mi marido. Mirando continuamente dentro de mí, trabajé para deshacerme de esos apegos y rectificarme a mí misma basándome en los estándares de Dafa.

Todos esos apegos tenían su origen en el egoísmo. Necesitaba cultivarme para eliminar mi egoísmo. Algunos compañeros practicantes estudiaron conmigo el jingwen de Shifu «Dao y Fa» (Escrituras esenciales para mayor avance), que me ayudó a dejar atrás mi confusión y malentendidos.

Seguí rectificando mis pensamientos y negando la persecución de las viejas fuerzas. Mientras tanto, seguí mirando en mi interior y tomé nota de los apegos que encontraba. Luego rectifiqué mis pensamientos que se desviaban del Fa y eliminé mi egoísmo.

Me tumbé en la cama y pedí ayuda a Shifu: «Shifu, por favor, déjame caminar de nuevo para que pueda encontrar un lugar donde vivir y mudarme fuera de aquí. Tú decides todo y yo seguiré tu guía». Entonces me dormí. Cuando desperté, mi pierna estaba bien. Podía volver a andar. Salí a buscar un lugar de alquiler y encontré el que ahora llamo hogar. Dos compañeros practicantes me prestaron amablemente 9.000 yuanes, que me permitieron pagar el alquiler y mudarme.

Tuve un sueño durante mi primera noche en la nueva casa. Veía un inmenso arrozal verde. Cuando me desperté, vi dos caracteres chinos tradicionales «進» («avance») en el techo. Me di cuenta de que Shifu me había iluminado y que había superado la tribulación con su ayuda. Fue el primer sueño reparador que tuve en más de cuatro meses. Estoy profundamente agradecida por la compasiva guía del Shifu, que me ayudó a atravesar otra tribulación.

Puse un anuncio para subarrendar la antigua vivienda de alquiler con el consentimiento del propietario. Sin embargo, después de encontrar un inquilino, el propietario intentó obstaculizar el acuerdo, incluso insultándole. Como resultado, el inquilino me informó de que ya no quería alquilar la vivienda y me pidió que le devolviera el alquiler. 

Yo no quería rescindir el contrato, pues necesitaba el dinero para el tratamiento médico de mi marido. Discutí con el inquilino durante toda una tarde hasta que me di cuenta de que tenía que abordar esta situación basándome en el Fa. Como practicante de Dafa, no debo discutir con alguien por mis intereses personales. Lo que es mío nunca se perderá, y lo que no es mío no puede ser tomado por mí. Decidí devolver el dinero al inquilino. Al día siguiente, devolví más de 5.000 yuanes y rompí el contrato. Una vez más, fui capaz de dejar a un lado mi egoísmo y pensar primero en los demás.

Pronto llegó la primavera y, gracias a la compasión de Shifu, la salud de mi marido mejoró notablemente y todos sus indicadores de salud volvieron a la normalidad. Toda mi familia está profundamente agradecida al Maestro y a Dafa.

Encontrar trabajo para resolver los problemas económicos

Seguía enfrentándome a los importantes desafíos financieros de pagar las deudas que acumulamos por el tratamiento médico de mi marido, además de intentar cubrir nuestros gastos de manutención. Mi marido empezó a vender batatas dulces asadas, lo que sólo le permitía obtener unos pequeños ingresos. Vivir con la incertidumbre de cómo cubrir nuestra próxima comida supuso una inmensa presión para mí, y a menudo me encontraba llorando sola en casa. 

No me resultaba fácil encontrar trabajo porque me acercaba a los 60 años. Solicité varios trabajos de tutora, pero me rechazaron por mi edad. Un practicante me sugirió que fuera a la ciudad de Changchun a trabajar de niñera por un sueldo superior al que podía ganar localmente. Era una situación en la que nunca me habría imaginado. Además, la mayoría de las casas tienen cámaras de vigilancia cuando contratan niñeras, lo que me impediría estudiar el Fa y hacer los ejercicios. Tampoco sabía cocinar ni me sentía cómoda viviendo en casa de alguien. No quería seguir por ese camino.

Visité la agencia de empleo y empecé a recibir mensajes suyos todos los días. Sin embargo, no estaba preparada para irme a Changchun. Mi marido estaba descontento conmigo y se enfadaba a menudo. El resentimiento crecía en mi interior cuando le miraba y me recordaba cómo había vivido la mayor parte de mi vida sin tener siquiera una casa en condiciones y acabando con muchas deudas. Intenté suprimir el apego y deshacerme de él. Pero luchaba, y a veces sentía que no había salida. 

Si no fuera por mi práctica de cultivación, no podría soportar una vida así. Mi marido no me ayudó en absoluto. Shifu le salvó y le ayudó a recuperarse de su enfermedad crítica, pero él ya no estaba interesado en leer libros de Dafa. Yo me preocupaba por él y le pedí prestados más de 10.000 yuanes para pagar su seguro laboral y seguía pagando 1.000 yuanes cada mes. Sin embargo, ¡me trataba mal a pesar de todos mis esfuerzos!

Cuando finalmente me calmé, me di cuenta de que en realidad estaba mirando hacia fuera. Una vez más empecé a mirar verdaderamente hacia dentro y a preguntarme qué debía hacer como practicante de Dafa ante esta situación, 

 

¿Podía dejar que mi marido, que acababa de escapar de una enfermedad mortal, saliera a ganar dinero para mantener a la familia mientras yo me quedaba en casa? No, eso es demasiado egoísta. ¿Puedo dejar de lado mi egoísmo e ir a Changchun a trabajar por el bien de esta familia? Sí, puedo. ¿Estoy dispuesta a ir a un entorno en el que menos quiero estar y a desempeñar un papel que menos me apetece? Debería, ya que mi falta de voluntad es el deseo de salvar las apariencias. 

Puesto que quiero trascender este reino de existencia, debo liberarme de estos apegos. ¿Puedo desprenderme de mi orgullo para mantener a la familia y devolver el dinero que nuestros parientes nos prestaron cuando más lo necesitábamos? Soy practicante de Dafa. Si no puedo pagar la deuda que tenemos, ¿qué pensarán nuestros parientes de mi comportamiento? Si se forman una impresión negativa de Dafa debido a mis acciones, ¿podrían perder la oportunidad de ser salvados?

Hice un examen de conciencia y finalmente comprendí que el proceso de rectificación del Fa de Shifu es la renovación del viejo universo, y sólo podemos entrar en el nuevo universo asimilándonos al Fa. Por lo tanto, debía deshacerme del egoísmo, liberarme de la naturaleza egoísta del viejo universo y convertirme en una vida desinteresada. También necesitaba renovar mi vida para ayudar a ofrecer la salvación a todos los seres conscientes del reino celestial que represento. 

Estaba dispuesta a desprenderme de mi ego, eliminar el egoísmo, asimilarme al Fa y convertirme en un ser iluminado recto que cumpliera el estándar del nuevo universo. Así que decidí ir a trabajar a Changchun para afrontar nuestros retos financieros y cultivarme sin importar dónde viviera.

Después de algunas vueltas y revueltas, finalmente me encontré trabajando en Changchun como profesora interna. El primer destino fue ser responsable de la enseñanza y el cuidado de un niño de nueve años. Su madre me escuchaba cuando le enseñaba y estaba muy satisfecha. Pero había un problema: tenía que compartir habitación y cama con el niño. Me resfrié la primera noche desde que el niño se deshizo del edredón que compartíamos. Me dolía mucho la garganta. El niño también mostraba síntomas de resfriado.

A la tercera noche, su madre me pidió que me marchara, temiendo una infección cruzada. Tuve que volver a casa muy disgustada, pues mi trabajo y mi sueldo mensual de 6.000 yuanes habían desaparecido. Cuando me tranquilicé, pensé que podría haber otro trabajo mejor esperándome, con un sueldo más alto y mejores condiciones de vida.

Recibí una llamada de la agencia dos días después de volver a casa. Una pareja buscaba un profesor interno. Tras la entrevista, quedaron muy satisfechos conmigo. Al día siguiente me trasladé a la casa y me hice cargo del cuidado de un niño de 10 años de cuarto curso. Mi sueldo era de 7.000 yuanes. Podía vivir en la sala de estudio, que tenía un sofá cama, y compartía el baño con el niño. Sus padres utilizaban el otro cuarto de baño. Los padres del niño no volvían a casa para comer.

Cuando por fin llegué a este nuevo entorno, me di cuenta de que había cambiado. Cada vez que me encontraba con un conflicto, miraba hacia dentro. Me trataba como una verdadera practicante de Dafa y utilizaba los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia para medir si algo estaba bien o mal. Constantemente rectificaba y elevaba mis pensamientos y veía genuinamente cada situación como una oportunidad para la cultivación. Me esforcé por mejorar rápidamente en este entorno y alinearme con la mentalidad que Shifu nos pidió que tuviéramos: la mentalidad de salvar a los seres conscientes.

Cuando realmente reflexioné sobre mí misma de esta manera, me encontré liberada de las diversas restricciones del egoísmo del viejo universo. Era como si hubiera transformado por completo mi perspectiva de las cosas. Ya no me centraba en los problemas que me rodeaban, sino que pensaba de verdad en cumplir con mis responsabilidades. 

También comprendí la seriedad de la cultivación. Debo cultivar con diligencia y ser responsable de las personas predestinadas con las que me encuentro, que podrían ser la oportunidad que están esperando. Ya no me preocupo demasiado por mis intereses personales y mi seguridad. Me limito a esforzarme al máximo para alcanzar el nivel que Dafa y Shifu exigen de nosotros.

Cuando mi empleador abusó verbalmente de mí, no sólo lo soporté, sino que miré en mi interior para encontrar mis omisiones. Cuando el niño de diez años me pegó, no sólo le enseñé modales, sino que examiné repetidamente mis nociones y me rectifiqué constantemente. Agradezco a estos seres conscientes que me ayudaran a eliminar estas nociones y a recorrer un camino divino. Aunque a veces me sentía con derecho a ser un poco perezosa, enseguida me di cuenta de que debo actuar con rectitud en todo lo que hago.

Cuando terminaba la clase con el chico, él solía volver a su habitación para dormir, mientras yo estudiaba el Fa, hacía los ejercicios y enviaba los pensamientos rectos en el estudio. Al principio, me preocupaba que hubiera cámaras de vigilancia, pero decidí que eso no me impediría practicar los ejercicios. No debía permitir que el miedo y el egoísmo me controlaran. Seguí haciendo los ejercicios y dejé de lado mi miedo y mis intereses personales. Si querían contratarme, haría bien el trabajo. Si no me querían por mis prácticas, me marcharía y buscaría otra oportunidad. Más tarde supe que esta familia no tenía cámaras de vigilancia.

Después de terminar mi trabajo, estudié el Fa y aprendí palabras y gramática inglesas para mejorar mis aptitudes profesionales. Tanto en el trabajo como en la vida, traté a mis alumnos como a mis propios hijos. Transmito la compasión y la bondad de los practicantes de Dafa a los preciosos seres conscientes que tienen relaciones predestinadas conmigo.

Estoy profundamente agradecida por la infinita gracia de Shifu al bendecirme con este trabajo bien remunerado. También estoy agradecida por la guía de Shifu para ayudarme a superar estas tribulaciones y guiarme hacia un futuro brillante.