(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa en 1997. He experimentado muchas cosas extraordinarias en mis años de cultivación, y una fue particularmente asombrosa y la más memorable.

Un invierno trabajé en una fábrica. Todos los alumnos de mi clase iban a hacer practicas a la fábrica. En la escuela, mis notas eran relativamente buenas y tanto mis profesores como mis compañeros me tenían en gran estima. En la fábrica, sin embargo, con todo bajo el control del Partido Comunista Chino, muchas cosas se pusieron patas arriba. A todos mis excompañeros les iba bien y todos tenían puestos oficiales, altos y bajos, pero a mí me relegaron a la primera línea para hacer el trabajo más duro y agotador.

Una vez, cuando estaba trabajando en un turno de noche, una compañera de clase, que era la jefa del equipo, vino a verme y me dijo: «¿Por qué obedeces cuando los demás te dicen lo que tienes que hacer, pero arrastras los pies cuando lo hago yo?». Agaché la cabeza y no dije nada. Ella continuó con su inspección de la fábrica.

Mi mente se agitaba mientras pensaba: «Somos compañeros de clase. Otros funcionarios me mandan, pero fuimos juntos a la escuela y estuvimos en la misma clase durante tres años. ¿De verdad ya no somos amigos? Cuando íbamos al colegio, todos copiaban mis trabajos para aprobar los exámenes. Ahora, no sólo no recuerdas nuestra pasada amistad, sino que incluso seguís a otros para menospreciarme». Pero inmediatamente pensé: «Soy un cultivador. Han Xin fue humillado por tener que arrastrarse entre las piernas de un villano. Soy un practicante de Dafa. No puedo quejarme así. Lo dejaré pasar».

Tan pronto como lo dejé ir, sentí cabezas y brazos creciendo de mi nuca, capa por capa. Las cabezas se apilaban y los innumerables brazos crecían hacia fuera, como el bambú que se estira cada vez más alto. Incluso podía oír crujidos. Era el estado de un Buda de mil manos y una Pusa Guanyin de mil manos. La sensación era maravillosa: Dafa es verdaderamente majestuoso.

Para entonces, eran casi las 3 de la madrugada. Cualquiera que haya trabajado en el turno de noche sabe que es cuando la gente más sueño tiene y está más agotada, pero yo estaba lleno de energía. Empujé el carrito y trabajé, con las piernas llenas de energía. Cuando caminaba por el pasillo, me sentía como si casi no tocara el suelo, como si flotara. Trabajé hasta que salí del turno a las 8 de la mañana. Estaba en un estado extremadamente energético.

Todo en el mundo secular es realmente lo contrario en otras dimensiones. Si se tira una piedra al suelo y nadie la recoge, entonces yo tomaré esa piedra. El honor y la desgracia, las ganancias y las pérdidas en el mundo realmente no necesitan ser tomadas en serio. Lo más valioso de este mundo es el Dafa que Shifu nos ha transmitido. Lo demás es tan pasajero como las nubes fugaces.

Yo sólo actué de acuerdo con el estandar de un practicante en un conflicto y soporté una pequeña humillación, pero Shifu dispuso cambios tan grandes en mi cuerpo. Me inclino para dar las gracias a Shifu.

Soy tan afortunado de poder practicar Dafa en esta vida y de tener esta oportunidad única de ayudar a Shifu en la rectificación del Fa. Gracias, venerable Shifu.