(Minghui.org) Poco después de comenzar a practicar Falun Dafa en 2011, desaparecieron mí insomnio, amigdalitis y dolores de cabeza. La práctica no solo mejoró mi salud, sino que también me ayudó a armonizar mis relaciones con los demás. Al esforzarme por comportarme siguiendo los principios de Falun Dafa de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, me gané la confianza y el reconocimiento de la alta dirección de mi trabajo.

Practicar Falun Dafa abrió mi sabiduría y me gustaría contarles cómo cambió mi entorno cuando mi mentalidad mejoró.

Al interactuar con los distintos departamentos del trabajo, todos suelen ser educados y corteses. Sin embargo, cuando surge un problema y no se puede resolver, la gente intenta culpar a los demás.

Una vez me encontré en esta situación. Después de varios intentos inútiles de resolver un problema, la otra persona estaba decidida a culpar a mi departamento, del cual, yo era la jefa. Como practicante, sabía que no debía molestarme, pero los sentimientos de ofensa y resentimiento eran difíciles de superar. Eran más de las 9:00 p. m., así que decidí dejar el asunto de lado y me fui a casa a meditar.

Escuchar la voz de Shifu y la música mientras meditaba me ayudó a tranquilizarme. Recordé que Shifu nos enseñó a practicar los principios de Falun Dafa: Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Pensé: “Como practicante, debo ser tolerante. Si insisten en que yo asuma la culpa, lo haré. Esta es la forma en que Shifu me recuerda que debo renunciar a la fama y al beneficio personal”.

Comencé a redactar un correo electrónico en mi mente. El borrador tenía mucho sentido y permitió que ambas partes salieran a la luz. Me maravillé ante los prodigios de Dafa y me di cuenta de lo que realmente significa tener sabiduría.

Después de meditar, encendí mi computadora. Tan pronto como terminó de encenderse, comenzaron a llegar nuevos correos electrónicos uno tras otro. Uno de ellos era de la gerente que quería culpar a mi departamento. Lo abrí nerviosamente y me quedé paralizada. ¡Era una carta de disculpa y ella retiró su acusación!

Me froté los ojos y volví a leerlo. Su actitud cambió 180 grados. Revisé la fecha y hora y se envió exactamente en el momento en que decidí asumir la culpa mientras meditaba. ¡Resultó que lo que dijo Shifu sobre que “las circunstancias siguen a la mente” es cierto!

A partir de entonces, cuando miraba hacia dentro, me sorprendía gratamente lo mucho que cambiaban las circunstancias cuando lo hacía mi forma de pensar. Esto reforzó aún más mi determinación de creer en Shifu y en el Fa.

Las tribulaciones de otra practicante son oportunidades de cultivación

Otra practicante, Ailing (alias), y yo estamos muy unidas. El año pasado, ella enfrentó una crisis en la que se rompió la cadena financiera de su negocio, tuvo algunos problemas de salud y los conflictos en el hogar se intensificaron.

Ella me pidió consejo y yo estaba deseosa de ayudarla. Sin embargo, cada vez que intercambiábamos opiniones, mis palabras parecían tener poca importancia. Ella se quejaba conmigo casi todos los días. Yo estaba estresada y preocupada de que algo malo pudiera pasarle.

Cuando me empezó a doler el hombro izquierdo supe que las viejas fuerzas se estaban aprovechando de mis brechas y querían imponerme cosas malas. Miré hacia dentro e identifiqué muchos apegos, pero la situación no mejoró mucho.

Me comuniqué con otra practicante, Bing (alias), en busca de ayuda. Ella escuchó pacientemente y dijo: cualquiera que se cruce en tu camino está ahí para ayudarte a cultivarte. Aunque parezca que buscan tu ayuda, debes mirar hacia dentro incondicionalmente en lugar de centrarte en darles consejos.

Entonces miré hacia dentro sin condiciones y descubrí que tenía un vínculo de qing (sentimentalismo) hacia mis compañeros practicantes. Me di cuenta de que el dolor de Ailing se originaba en su incapacidad de liberarse de sus dificultades. No estaba dispuesta a mirar hacia dentro; en cambio, se quejaba de la crisis en el trabajo y en el hogar.

También me di cuenta de que estaba preocupada por ella y que estaba tratando de sacarla del lodazal, pero al hacerlo, yo misma caí en el lodazal. También vi que Ailing estaba enredada en la culpa y el dolor después de ver que mi ayuda había sido en vano.

En ese momento, de repente me di cuenta de que la conciencia principal de Ailing debía haber llegado a mí debido a mi propio apego, y ella me estaba ayudando a eliminar este apego a costa de su propio sufrimiento. Mi apego estaba manejando las cosas desde la perspectiva del qing.

Sentí que el primer paso para eliminar mi apego era dejar de escuchar quejas; al escuchar, estaba complaciendo a las viejas fuerzas. Al negarme a escuchar, también estaría ayudando a Ailing a cultivar su habla, a eliminar su apego a depender de los demás y me volvería más racional.

Cuando Ailing volvió a llamar, le pregunté si era urgente. Me respondió que no, que solo quería desahogarse sobre las mismas cosas para poder sentirse mejor. Esta vez, en lugar de señalarle que no estaba mirando hacia dentro, simplemente le dije que estaba ocupada. Decidió colgar. Completé el primer paso: mantuve el control de mí misma y le di a Ailing la oportunidad de enfrentar sus emociones por sí sola.

El segundo paso fue confiar en que Shifu estaba velando por Ailing y que ella era capaz de superar sus propias tribulaciones. Comprendí que no debía preocuparme demasiado.

Poco a poco, Ailing empezó a centrarse en cómo cambiar su situación. Estudió activamente cursos de marketing para ampliar su conocimiento y dejó de llamarme para quejarse.

El proceso duró más de seis meses. Durante ese tiempo, me concentré en estudiar el Fa, cultivar mi xinxing y mirar hacia dentro. Gracias a la señal que me dio Bing, finalmente comprendí cuáles son realmente las relaciones predestinadas entre las personas, especialmente entre los practicantes.

No deberíamos involucrarnos tanto en los problemas de nuestros compañeros practicantes y no olvidemos que estas son oportunidades para mirar hacia nuestro interior.

Con esto concluyo mi limitada comprensión. Por favor, señalen cualquier cosa que no sea correcta.