(Minghui.org) ¡Saludos, compasivo Shifu! ¡Saludos, compañeros practicantes!
Soy una practicante veterana y comencé a cultivar Falun Dafa en 1995. Tengo la gran suerte de participar en la 22.ª conferencia anual de intercambio de experiencias para practicantes en China. Me gustaría informar a Shifu sobre algunos aspectos destacados de mis 30 años de experiencia en la cultivación y también compartirlos con mis compañeros practicantes.
Obtener Dafa
La noche antes de obtener Falun Dafa, estaba trabajando horas extras. Me encontré con mi vecino, que acababa de terminar de practicar los cinco juegos de ejercicios de Falun Dafa, y de repente se me ocurrió leer Zhuan Falun. Mi vecino ya me había hablado antes de Falun Dafa. ¡No podía dejar de leer el libro y sentí una gran emoción en mi corazón! Sentí como si mi vida existiera solo para Dafa. Al día siguiente me dirigí al lugar de práctica en grupo para aprender los cinco ejercicios.
Aquellos fueron días felices y milagrosos. Experimenté cómo Shifu me abría el ojo celestial (tianmu), cómo viajaba a lo largo de un pasadizo de mi ojo celestial, cómo mi espíritu primordial abandonaba mi cuerpo y cómo mis pensamientos giraban en el aire mientras mi cuerpo físico yacía acostado.
Cultivándome en el trabajo
Un par de días después de obtener el Fa, mi supervisor me asignó una tarea agotadora y sucia . La carga de trabajo era varias veces mayor que la de mis otras compañeras. Sabía que era una prueba para mí, ¡pero aún así me parecía injusto!
Solía preocuparme mucho por cómo me percibían los demás. Solía enfrentarme a los demás cuando sentía que algo era injusto. Ahora que había comenzado la cultivación, necesitaba cultivar la tolerancia. Sin embargo, mis pensamientos luchaban entre sí. ¿Cómo me verán ahora que he sido tratada injustamente sin oponer resistencia? Cultivar la tolerancia es realmente arduo.
Para cultivar y eliminar este apego, apreté los dientes y seguí adelante con el trabajo. Cuanto más incómoda me sentía en mi corazón, más me esforzaba por hacer bien el trabajo. Incluso asumí tareas adicionales para deshacerme de este apego. Después de unos días, finalmente lo dejé ir y pude hacer el trabajo con calma y tranquilidad. Entonces mi supervisor me dijo: «Ya no necesitas hacer esto. Puedes descansar». ¡Parecía que todo había sido arreglado para ayudarme a mejorar en mi cultivación!
Una vez ayudé a mi supervisor a escribir un discurso y me di cuenta de que había una sección que difamaba a Falun Dafa. Borré esa parte y le llevé el discurso a mi supervisor. Él lo corrigió y me lo devolvió. Me di cuenta de que había vuelto a añadir la parte que difamaba a Dafa. Volví a borrar esa parte. Él me lo devolvió una vez más y me dijo: «Añade la parte que has borrado». Le dije: «Soy practicante de Falun Dafa y sé muy bien que esas calumnias no son ciertas. No las volveré a añadir por ti». No insistió en el tema y dijo: «Muy bien, entonces».
Otra compañera de trabajo sabía que yo practicaba Falun Dafa. Le había contado la verdad sobre Falun Dafa y la había ayudado a renunciar al Partido Comunista Chino (PCCh) y sus organizaciones afiliadas. Un día, ella escribió un documento que difamaba a Falun Dafa en mi ordenador. Tan pronto como lo guardó, el documento desapareció. Lo volvió a escribir y ocurrió lo mismo. Se acercó a mí y me dijo: «Tu ordenador sabe que estaba escribiendo cosas que difamaban a Falun Dafa y no me dejó guardarlo». Le dije: «Entonces, tú tampoco deberías permitir que difamen a Falun Dafa. No es bueno para ti».
Me cambié para trabajar en un par de oficinas diferentes y les conté a mis compañeras de trabajo la verdad sobre Falun Dafa y les ayudé a renunciar el PCCh y sus organizaciones afiliadas. Una de ellas, cuyo padre era secretario del Partido, era bastante obstinada. Me llevó casi dos años contarle la verdad sobre Falun Dafa antes de que finalmente aceptara renunciar al PCCh y sus organizaciones afiliadas.
Hice todo lo posible por ser una practicante diligente. No solo terminaba mi propio trabajo, sino que ayudaba a mis compañeros con la mitad de sus tareas, a veces incluso más de la mitad. En un momento dado, nuestro equipo tuvo que reducir el número de empleadas y, de las tres que éramos, una persona tuvo que ser reasignada a un trabajo sucio y poco respetable. El supervisor insinuó que yo no tenía por qué irme, pero cuando vi lo molestas que estaban las otras dos, me ofrecí voluntaria para ocupar ese puesto. Al final, el supervisor decidió que rotaríamos el trabajo. Sin embargo, al cabo de un mes, nos dijeron que ya no teníamos que hacer ese trabajo y volvimos a nuestros puestos originales.
Siempre fui muy optimista en el trabajo y recibía elogios de mis supervisores y compañeras. Ling, mi compañera, tomó la iniciativa y fue a la oficina del secretario del Partido y le dijo: «La admiro mucho. Las personas que practican Falun Dafa son realmente buenas. Son diferentes a los demás». El secretario sonrió y asintió con la cabeza.
Cultivandome en casa
Mi marido y yo discutíamos mucho antes de que yo comenzara a cultivarme. Después de practicar Falun Dafa, fui capaz de seguir las enseñanzas de Shifu:
“...ser capaz de no devolver el golpe al ser golpeado ni devolver la injuria al ser injuriado, tienes que ejercer Ren” (Novena Lección, Zhuan Falun).
Debo alinearme con los estándares altos.
Una vez, mi esposo perdió los estribos conmigo por algo insignificante. No pude contenerme y le respondí. Él comenzó a gritar aún más fuerte. En el pasado, no le habría permitido tomar la delantera. Había sido consentida en mi familia e incluso me atrevía a gritarles a mis propios padres. Entonces, ¿por qué iba a ceder ante alguien? Sin embargo, esta vez fue diferente. Como practicante de Falun Dafa, necesitaba cultivar la tolerancia. Seguía sintiéndome muy agraviada y lloré desconsoladamente.
Mi suegra empezó a llorar cuando me vio llorar. Esto enfureció aún más a mi marido y empezó a gritarme más fuerte.
La hermana mayor de mi marido tomó a mi hijo en brazos y me lo trajo. Le dijo a mi hijo que me pegara. Mi hijo lloró y dijo: «Golpea a mamá, golpea a mamá». Aunque mi hijo aún era pequeño y no entendía nada, era el niño que yo tanto amaba. Estaba devastada y completamente destrozada. Lloré desconsoladamente cuando escuché a mi hijo decir esas palabras. No quería dar explicaciones porque, en el fondo, sabía que no podía renunciar a mi cultivación. Tenía que aguantar y superar esta prueba.
Le dije a Shifu en mi corazón: «Shifu, mi calidad de iluminación es muy pobre, pero superaré esta tribulación sin importar lo que pase». Soporté esta tribulación durante unos seis meses. Siempre se me llenaban los ojos de lágrimas cuando recordaba este suceso, pero poco a poco fui capaz de superarlo.
Intenté cumplir con los estándares de Dafa al interactuar con los miembros de mi familia. La hermana mayor de mi marido revisaba mis bolsos cada vez que yo no estaba en casa; mi cuñado menor tomaba cosas de mi casa mientras yo no estaba. Nunca discutí con ellos por eso. Mi suegra se quedaba a menudo en nuestra casa y yo la cuidaba muy bien. Me aseguraba de que estuviera cómoda y satisfecha, ya fuera en cuanto a comida, ropa, necesidades diarias o dinero. También dejé de lado el resentimiento que sentía hacia mi madre por haberme tratado injustamente.
No me comparaba con los demás. Simplemente hacía todo lo posible por cumplir con mi deber hacia mi familia. Me gané el reconocimiento de toda la familia y ellos sintieron verdaderamente la belleza de Dafa. Todos los miembros de mi familia han renunciado al PCCh y a sus organizaciones afiliadas.
Elimino al mal con pensamientos rectos y me asimilo en la cultivación
1. Eliminar carteles y pancartas que difaman a Falun Dafa
Un día fui a recoger a mi hijo al colegio y vi unas palabras que difamaban a Falun Dafa en la pizarra de la escuela. Había mucha gente entrando y saliendo del colegio, y por miedo no hice nada. Me sentí mal después de llegar a casa. ¿Cómo podía quedarme de brazos cruzados cuando había visto algo que difamaba a Dafa? Decidí ir al colegio más temprano o más tarde al día siguiente para recoger a mi hijo, de modo que pudiera evitar la multitud.
Le pedí a Shifu que me ayudara a no encontrarme con nadie al día siguiente. Preparé una toalla húmeda con antelación y, efectivamente, no vi a nadie en la escuela. Rápidamente saqué la toalla y borré las palabras difamatorias sobre Dafa de la pizarra. Después fui a recoger a mi hijo. Tenía un fuerte apego al miedo y podía sentir mi corazón latiendo con fuerza incluso después de haber borrado las palabras difamatorias. Sin embargo, me sentí tranquila al saber que las palabras difamatorias habían desaparecido.
Aproximadamente un año después, vi una pancarta donde se difamaba a Falun Dafa. Estaba colgada en la entrada de nuestro complejo residencial, junto a la garita del guardia de seguridad. Lo comenté con mi hijo: «Pidamos ayuda a Shifu. Si llueve, puedes sostener un paraguas para cubrirme y yo rociaré tinta negra con una pistola de agua sobre la pancarta».
Al día siguiente llovió de verdad. Seguimos nuestro plan. Todo salió mejor de lo previsto, ya que, al llover, las palabras difamatorias eran más ilegibles. Al día siguiente retiraron la pancarta.
2. Contribuir y coordinar en silencio con todo el cuerpo
Los practicantes a mi alrededor han sido muy diligentes. Surgieron muchos sitios web de aclaración de la verdad por todas partes, y también creé uno pequeño. El libro "Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista" tuvo una gran demanda tras su publicación. Su elaboración llevó mucho tiempo, ya que era bastante grueso. La producción de copias también requería mucho tiempo, y nunca podíamos satisfacer la demanda. Imprimía todos los ejemplares que podía durante mis pausas de almuerzo o los fines de semana. Otros practicantes ayudaban con la encuadernación y distribuían los libros terminados a personas predestinadas.
Luego imprimía enormes cantidades de calendarios Minghui cuando se acercaba el Año Nuevo. También me ofrecí como voluntaria para aprender a actualizar los sistemas operativos de las computadoras y ayudaba a los practicantes cuando necesitaban actualizar sus computadoras.
Varios practicantes mayores no sabían usar una computadora. Asumí la tarea de preparar folletos de aclaración de la verdad, descargar Minghui Semanal, escuchar programas de Radio Minghui y ayudar a los practicantes a leer artículos compartidos en Minghui.org. Todo esto fue organizado por Shifu. Si no hubiera cultivado con los practicantes mayores, habría descuidado mi cultivación. Al cooperar con ellos, todos pudimos cultivarnos con diligencia.
Los seres conscientes reciben bendiciones tras conocer Falun Dafa
En 2001, una practicante y yo hablamos de ir a la plaza de Tiananmen para validar Falun Dafa. Yo estaba indecisa, pero en el fondo sabía que era el deber de todo practicante proteger a Dafa. Era mi misión.
Dos días antes de partir, fui a casa de mis padres. Le pregunté a mi padre: «¿Y si acabo muriendo por salvar la vida y el futuro de otras personas?». Mi padre respondió: «Si puedes salvar una vida, vale la pena. Si puedes salvar dos vidas, entonces has ganado algo extra. Si puedes salvar muchas vidas, entonces vale más que la pena». Salí de la casa de mis padres con lágrimas en los ojos.
Con la otra practicante volamos a Beijing y fuimos a la plaza de Tiananmen. Expresamos nuestros sinceros pensamientos: «¡Falun Dafa es bueno! ¡Falun Dafa es el Fa más recto! ¡Limpien el nombre de nuestro Shifu! ¡Limpien el nombre de Falun Dafa!». Shifu me protegió durante este proceso y llegamos a casa sanas y salvas.
Mi marido me pidió el divorcio cuando llegué a casa. Mi padre dijo: «Nadie podía cambiar el carácter obstinado de mi hija. Dafa te ha cambiado para mejor. Admiro Falun Dafa y te apoyaré. Si tu marido se divorcia de ti o si te despiden, yo te cuidaré».
Mis padres habían tenido una vida muy dura y, sin embargo, él fue capaz de decir esas palabras. Los pensamientos puros que emanaban de él le trajeron bendiciones. Mi padre recuperó el oído y su vista se volvió clara. Incluso recibió una pensión y una vivienda. Vivió hasta los noventa años y falleció en paz, sin enfermedades.
Mi hermana mayor también recibió bendiciones. Un invierno, su coche resbaló sobre el hielo. Había profundas zanjas a ambos lados de la carretera. Ella había aprendido antes la verdad sobre Falun Dafa e inmediatamente recitó: «Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno». El coche se detuvo, como si lo hubieran aparcado cuidadosamente allí.
Mi segunda hermana mayor también recibió bendiciones. Su familia conoció la verdad sobre Falun Dafa y renunció al PCCh y sus organizaciones afiliadas. El marido de mi hermana y su hijo habían llevado una vida inapropiada, pero cambiaron de rumbo. Mi sobrino no era muy inteligente y ni siquiera pudo entrar en un instituto normal. Mi hermana nunca se había atrevido a soñar que algún día mi sobrino podría ir a la universidad y casarse con una esposa considerada, y que ella tendría un nieto inteligente y adorable.
Al marido de mi segunda hermana mayor le diagnosticaron cáncer de estómago y, mientras lo llevaban al quirófano, recitaba «Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno». La operación fue todo un éxito y su cáncer de estómago se curó. Su salud mejoró incluso más que antes. La depresión de mi hermana también se curó. La familia pagó más de unos cientos de miles de yuanes de deuda e incluso logró ahorrar algo de dinero. Mi segunda hermana mayor lee a menudo los libros de Dafa. Incluso ha gritado en voz alta «¡Falun Dafa es bueno!», en sus sueños cuando se encuentra en peligro.
Realmente hay demasiados ejemplos de bendiciones recibidas por mi familia.
¡Estoy agradecida por la compasiva salvación de Shifu!
(Presentación seleccionada para la 22.ª Conferencia del Fa de China en Minghui.org)
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