(Minghui.org) Soy una practicante de Falun Dafa de una zona rural. Habiéndome cultivado durante más de 20 años bajo la compasiva protección de nuestro venerado Shifu y mirando hacia dentro, mi entorno de cultivación se ha vuelto gradualmente más armonioso y pacífico. A continuación, me gustaría informar dos ejemplos a Shifu y compartirlos con ustedes.
Una vez, mientras enviaba pensamientos rectos en una habitación, mi marido me hablaba desde otra. Cuando no recibió respuesta, se irritó cada vez más y finalmente empezó a tirar cosas, incluido mi reproductor de DVD. Me quedé impasible y no dije nada. Luego, enfadado, se puso delante de mí y rompió nuestros últimos ahorros de 800 yuanes. Aun así, no reaccioné.
Recogió el dinero rasgado y fue al banco para cambiarlo.
Después de que se fue, reflexioné sobre lo que había pasado.
Shifu dijo en "Exponiendo el Fa en el Fahui de Chicago, 2004, Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. IV: "... ¿No he dicho a todos los cultivadores que no hay nada accidental?".
Sabía que debía haber un apego que necesitaba eliminar. Mirando hacia dentro, vi que sentía desprecio por mi marido. Cuando no hacía las cosas como yo quería, iba a sus espaldas y las repetía a mi manera. Cuando se enteraba, se enfadaba y yo me sentía agraviada, pensando: "No lo hiciste bien, ¿qué tiene de malo que yo lo arregle?".
Ahora entiendo que estaba siendo egocéntrica y no tenía en cuenta sus sentimientos. No debería hacer eso más. Cuando mi marido llegó a casa, le dije sinceramente: "Lo siento, me equivoqué. Por favor, no te enfades". Se calmó de inmediato.
Otro incidente ocurrió cuando decidí repintar las paredes de nuestra casa. Algunas se habían vuelto negras, así que compré dos cubos de pintura y planeé que mi marido y yo hiciéramos el trabajo durante el fin de semana. Pero dijo que no sabía pintar y se fue. Pensé: "Bueno, lo haré yo".
Cuando volvió a comer, le dije: "Pintar sola cansa. ¿Puedes ayudarme?". Él se negó y se fue. No tuve más remedio que terminar de pintar. A las cuatro o cinco de la tarde, ya había terminado y descansaba en el sofá, leyendo el Semanario Minghui.
Cuando mi marido llegó a casa y vio que la cena no estaba lista, soltó: "¿Por qué no cocinas?". Le respondí: "Estoy agotada. ¿Puedes calentar las sobras, por favor?". Se enfadó más, diciendo: "Estás ahí sentada sin hacer nada". Pensé: "¿No es exactamente eso lo que tú también estás haciendo?". Pero como practicante, sabía que no debía discutir. Aun así, el resentimiento surgió en mi corazón. Los pensamientos negativos parecían enfadarle aún más. Empezó a lanzar cosas de nuevo: primero una pila de cuencos pequeños, luego dos cuencos grandes. Al verme todavía sentada, arrastró la mesa del comedor, la destrozó y salió enfadado.
Después de que se fue, empecé a limpiar y a reflexionar: "¿Por qué me sentí agraviada por una dificultad tan pequeña? El sufrimiento puede eliminar el yeli, pero yo lo trato como una injusticia. De verdad me avergüenzo de no haber apreciado el arreglo tan considerado de Shifu. Debo eliminar el resentimiento".
Pronto, mi marido volvió y empecé a calentar la comida. Durante la cena, preguntó: "¿Cómo vamos a comer sin cuencos?". Le respondí: "Podemos usar platos". Mi respuesta calmada lo conmovió. Desde entonces, nunca volvió a lanzar nada. Incluso empezó a ayudar con las tareas de la casa.
Cada día salgo para aclarar la verdad. A veces, si vuelvo tarde, me prepara la cena. Un día, mientras cocinábamos juntos, empezó a criticarme. Sonreí y dije: "Hoy en día, la mayoría de la gente es así", y antes de que pudiera terminar, él se rió y dijo: "He estado mirando hacia afuera en vez de hacia dentro". Me sorprendió, "¿Tú también has empezado a mirar hacia dentro?". Sonrió, "Después de todos estos años contigo, ¿cómo no iba a dejarme influenciar?".
Ahora entiendo que a través de la cultivación realmente se crea un buen entorno. Gracias, Shifu, por sus atentos arreglos.
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