(Minghui.org) Tengo 73 años y practico Falun Dafa desde hace 28 años. Dafa enseña a las personas a ser bondadosas, hacer el bien y a tener en cuenta a los demás cuando se enfrentan con tribulaciones. Fue al medir mis palabras y acciones con los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia como corregí mis palabras y acciones incorrectas. Desde entonces, mi salud mejoró, mi corazón se abrió y estoy más dispuesta a ayudar a los demás. Al ver los cambios positivos en mí, mis familiares apoyan mi práctica. Aquí, me gustaría compartir algunas de las cosas milagrosas que experimenté desde que practico Falun Dafa, para dar testimonio de su belleza y naturaleza extraordinaria, y para ayudar a más personas a comprender la verdad en lugar de dejarse engañar por las mentiras y la propaganda del Partido Comunista Chino (PCCh).

En 1999, me atropelló un coche mientras iba en una bicicleta eléctrica. Sufrí una conmoción cerebral, dos costillas rotas y una fractura de cabeza femoral. El conductor me llevó al hospital, donde permanecí diez días. Como practicante de Dafa, sentía que no debía permanecer hospitalizada, así que hablé con mi familia sobre el alta. El médico dijo que mis huesos aún no habían sanado, pero insistí en irme. Al final, mi familia me sacó del hospital.

En casa, pude estudiar el Fa. Entonces, unos practicantes me trajeron varias pegatinas del "Día de Falun Dafa". Así que me levanté, salí a la puerta y puse una. Cuando mi hijo llegó del trabajo, la vio y preguntó: "¿Quién puso esto aquí? Bueno, quienquiera que lo haya hecho, definitivamente no fuiste tú". No pude evitar sonreír. Dada mi condición, pensó que ni siquiera podría ponerme de pie. Nunca imaginó que cultivar Dafa pudiera ser tan milagroso.

La cultivación me produjo cambios enormes. Nunca fui a la escuela y no sabía leer ni escribir. Desde que practico Falun Dafa, no solo puedo leer libros de Dafa, sino que también puedo escribir en la computadora. La gente me preguntaba cómo era capaz de escribir. Les decía que no sabía pinyin; simplemente pulsaba unas teclas y aparecían los caracteres que quería. ¡Fue increíble!

Desde que practico, he tenido pocas nociones humanas, poco miedo y ninguna preocupación. También aprendí cosas rápidamente, como conducir una motocicleta, una bicicleta eléctrica o un automóvil. Alguien me decía rápidamente cómo manejarlo: "Gira esto", "pisa aquello", "presiona aquí", y lo entendía al instante. Las cosas que a otros les parecían difíciles, a mí me resultaban fáciles. Todo lo que quería hacer, lo podía hacer. Era como si todo estuviera ya dispuesto de antemano, esperando simplemente a que yo lo llevara a cabo. Estas eran las habilidades y la sabiduría que me había concedido Falun Dafa.

Cuando tomaba clases de conducir, era la mayor del grupo. Los estudiantes más jóvenes no tenían confianza en sí mismos y me invitaron a darle regalos al instructor. Sabía que no podía apoyar esta conducta inapropiada, ya que Shifu nos enseña a ser buenas personas, y además sería injusto para los demás. Dije: «Ya pagué la matrícula; no voy a dar regalos». Como resultado, el instructor se enojó y dejó de impartir las clases correctamente.

Más tarde, cuando pasamos a la preparación para el examen de conducir en carretera, me volvieron a invitar a darle un regalo al instructor para que nos llevara a conducir y nos ayudara a aprobar el examen. Me negué de nuevo. Aunque no esperaban que aprobara el examen, no me desanimé. Al final, lo aprobé fácilmente. Después de obtener mi licencia de conducir, fui con mi hijo a comprar un auto pequeño. Con mi licencia en mano, conduje a casa. Mi hijo y mi familia se sorprendieron de que pudiera hacer estas cosas.

Mi casa se usa como lugar de estudio del Fa. Una vez, cuando muchos practicantes vinieron a estudiar el Fa, tuve que hacerles espacio. Al retroceder en la cama, oí de repente un crujido: mi articulación lumbar se había desviado y el dolor era insoportable. De inmediato recordé algo que dijo Shifu: «…con el Maestro y el Fa aquí, ¿a qué le pueden temer?» (Exponiendo el Fa en Sidney). Así que les dije a las viejas fuerzas: «Sus pequeños trucos no me harán temblar el corazón». Me senté con firmeza y mi articulación lumbar volvió a su lugar al instante. Así, el dolor desapareció.

Mi memoria también mejoró notablemente después de empezar a cultivar Dafa. Por ejemplo, una vez vinieron practicantes a recoger materiales. Coloqué la gran pila de materiales sobre la cama sin etiquetarlos. A medida que llegaban, le entregaba a cada uno su juego específico. Sabía exactamente qué le correspondía a cada uno sin cometer ningún error.

Mi familia es numerosa y varios parientes practican Falun Dafa. También soy la coordinadora local, así que muchos practicantes vienen a mi casa. Mi esposo siempre es amable y cordial con los practicantes y nunca muestra molestia. Una vez, mi hijo necesitaba dinero y le dijo a su padre: "Mamá tiene dinero en la caja". Mi esposo respondió: "Ese es el dinero de tu madre para materiales de Dafa. No puedes tocarlo. Si necesitas dinero, yo te lo doy".

Durante el tiempo que estuve detenida ilegalmente por el PCCh, los practicantes venían con frecuencia a mi casa para ver cómo estaba. Más tarde, mi esposo me dijo: «Quienes más venían eran tus compañeros practicantes; ellos se preocupan por ti». Le dije: «Trátalos bien y pasa más tiempo con ellos. Su energía recta te beneficiará». Mi esposo dijo: «Me gusta estar con ellos». Su actitud de apoyo hacia Dafa también le trajo bendiciones. La tuberculosis y el asma que padeció durante más de 20 años desaparecieron, y ya no necesita medicamentos ni tratamientos intravenosos.