(Minghui.org) En noviembre de 1997, un vecino que vivía en el mismo edificio residencial me entregó un ejemplar de Zhuan Falun y me dijo: “¡Échale un vistazo a este libro!”.

Para entonces, Falun Dafa se había extendido mucho por mi zona y había mucha gente practicándolo. Empecé a asistir a las sesiones de estudio del Fa por las tardes. Había más de veinte personas y podía sentir la fuerte energía. Sin embargo, a menudo tenía tanto sueño que me costaba mantener los ojos abiertos. Pero no entendía por qué.

Unos días después, sentí un dolor tan intenso que no podía moverme ni levantarme de la cama. Comprendí que era una buena señal; Shifu me estaba protegiendo y purificando mi cuerpo. ¡Dafa es verdaderamente milagroso! Llevo casi 30 años con buena salud y me siento ligera. Además, ya no necesito tomar ningún medicamento.

En julio de 1999, el Partido Comunista Chino (PCCh) lanzó una severa persecución contra Falun Dafa. Estaba decidida a no abandonar mi práctica, aunque eso significara sacrificarlo todo. Presionada por mis superiores, mi empresa envió a dos personas a mi casa y me pidió que escribiera una carta garantizando que dejaría de practicar. Respondí: «¿No me permiten seguir practicando esto? ¡Denme un bolígrafo y les explicaré en qué consiste!».

Así que comencé a escribir: «Primero, mi salud ha mejorado después de un año de práctica. Segundo, siempre pienso primero en los demás en cualquier situación. Tercero, miro hacia dentro de mi misma cuando me enfrento a conflictos». Acababa de terminar estos tres puntos cuando leyeron lo que escribía y me dijeron: «Te pedimos que dejaras de practicar, y sin embargo estas escribiendo sobre lo bueno que es».

Respondí: «Si quieren que escriba, puedo poner que el gobierno no me permite practicar, pero eso no significa que no quiera hacerlo». Tomaron mi carta y se fueron. Más tarde, mientras daba de comer a mis cuatro hijos, se acercó el gerente de la empresa. Le dije: «Es usted quien me prohíbe practicar. No voy a abandonar esta maravillosa práctica». Al ver que no podía hacerme cambiar de opinión, el gerente decidió marcharse.

Tras la autoinmolación de Tiananmen, la gente de mi empresa estaba malinformada. Temían que viajara a Beijing para apelar por Falun Dafa, así que enviaron a tres de mis compañeras más cercanas a verme. Me alegré cuando vinieron a casa, pues pensé que habían pasado a saludarme después de ir al mercado cercano. Pero entonces oí a una de ellas decir: «Vamos a venir mañana a esta hora». Algo me pareció extraño, y pregunté: «¿Qué hacen aquí? ¿Las ha enviado la empresa para vigilarme?».

Me dijeron que el gerente las había enviado para impedirme ir a Beijing. Les respondí: «Si hubiera planeado ir a Beijing, aunque vinieran más personas además de ustedes, podría irme sin problema. No necesito que me vigilen». Al notar su incomodidad, suavicé mi tono: «Ya que están aquí, aprovechemos. Pueden quedarse y escuchar las enseñanzas de Shifu. Les prepararé unas empanadillas al vapor para el almuerzo».

Una de mis compañeras se quedó dormida, mientras las otras dos escuchaban. La desperté y le dije: «Mira, están escuchando, pero tú te quedaste dormida». Ella respondió: «De todas formas, no me perdí ni una palabra». Me sorprendió: «¡Eso es aún mejor!».

Al mediodía, cuando estaban a punto de irse a casa, les dije: «No vengan la próxima vez. Esto es una mala acción. Sé que el gerente las mandó a vigilarme. ¿Acaso hice algo malo que merezca esto? Estoy cultivando el estado de fo y estudiando el Fa, así que por favor, no vuelvan». Prometieron que no volverían. Dos de ellas se fueron y una se quedó a almorzar conmigo.

Un tiempo después, me encontré con la compañera que se había dormido ese día. Me comentó que al llegar a casa había tenido una diarrea severa con sangre. Le dije: "¿Por qué no me lo dijiste antes? En realidad, es algo bueno. Shifu está purificando tu cuerpo expulsando décadas de toxinas". Se sorprendió: "¿Cómo iba a saberlo?". Tras mi explicación, comprendió lo que sucedía y, desde entonces, su salud ha sido excepcional.

He intentado persuadir a todos mis compañeros de trabajo para que renuncien al PCCh. Cada vez que me encuentro con ellos, les digo: «¡Renuncien ahora! Si lo hacen, toda su familia recibirá la bendición de seres divinos y budas. Les beneficiará en muchos sentidos, incluyendo sus estudios y su salud». Muchos aceptaron renunciar. Todos en la empresa son mis amigos predestinados. No puedo olvidarlos cuando tengo buenas noticias que compartir.

Dafa es infinitamente poderoso

La frase “Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno” es realmente poderosa. Compartiré tres ejemplos de mi propia experiencia.

Un día, mientras paseaba con dos compañeras practicantes, se nos acercó una pareja. Eran de mediana edad y el hombre era bastante alto. Tenía una mano levantada con los dedos doblados. Le dije: «Hola, hermano, ¿qué les pasa a tus dedos?». No respondió. Su esposa dijo que lo habían operado del cerebro y que después no podía hablar. Le contesté: «Lo siento. Les voy a contar un secreto. Reciten: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Si su corazón es sincero, mi Shifu los cuidará». Al ver que me escuchaban con recelo, añadí: «Ahora comencemos a recitar: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno"».

Mis compañeras y yo comenzamos, y ellos nos siguieron. Mientras recitábamos, sus dedos rígidos se relajaron y, de repente, me agarró del brazo. Le pedí que flexionara los dedos varias veces. Estaba muy contento. Le dije: «Te daré un DVD sobre Falun Dafa para que lo veas en casa. Recuerda decir "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno" todos los días, y mejorarás».

A principios de la primavera, vi a un anciano sentado en una roca junto al camino. Me acerqué y le pregunté: «Hola, hermano, ¿estás descansando aquí?». Murmuró: «¡Ajá!», pero no podía hablar con claridad. Le pregunté: «¿Has tomado alguna medicina?». Hizo un gesto con la mano, indicando que nada le hacía efecto. Le sugerí: «Conozco una manera de ayudarte: recitar "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Si lo recitas con sinceridad, mi Shifu te cuidará. ¿Te gustaría intentarlo ahora?».

Sonrió, pero parecía avergonzado. Lo tranquilicé: «Empezaré yo y puedes seguirme. No te preocupes». Al empezar, murmuró algo. Pero después de dos o tres repeticiones, pudo hablar y su voz se hizo más clara. Lo animé: «Ve a casa y recítalo todos los días. Te daré un amuleto y algunos folletos sobre Falun Dafa para que los lleves contigo». Estaba encantado.

Esta es mi experiencia: personas que antes no podían hablar, pudieron hacerlo tras recitar «Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno» tan solo unas pocas veces. Esto demuestra el poder de Dafa: ¡un verdadero milagro en este mundo!

Una vez vi a una joven cruzando la calle. Caminó hasta el medio, pero se detuvo. Al ver el tráfico intenso, sentí una sensación de peligro. Me acerqué y le pregunté: "¿Por qué estás parada en medio de la calle?". Ella respondió: "No puedo dar un paso". Preocupada por su seguridad, le dije: "Es peligroso estar aquí en tu situación. ¿Adónde quieres ir? Intenta dar un paso". Como no podía moverse, le ofrecí mi ayuda. La animé: "Solo recita: 'Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno'". Ella se mostró muy receptiva y comenzamos a recitar juntas. La ayudé a apresurar el paso, recitando mientras caminábamos. Al cruzar la calle, me dijo: "¡Tía, gracias! ¡Ya puedo caminar!".

Respondí: «No me des las gracias a mí, dale las gracias a Shifu. Puedes seguir recitando "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno" todos los días. Este es el Fa supremo del universo. Recítalo con sinceridad y respeto, y mi Shifu te cuidará». Mientras la veía alejarse, sentí una inmensa gratitud por la compasión de Shifu.

“Soy una practicante de Falun Dafa”

Shifu exige a sus discípulos que siempre sean considerados con los demás. Yo misma me impongo esta norma incluso en las pequeñas cosas de la vida diaria.

Le di 10 yuanes a un vendedor para comprar repollo, y él me devolvió 10 yuanes. Sonreí y le dije: «Hermano, ¿no pierdes dinero vendiendo verduras así?». Me preguntó: «¿Qué quieres decir?». Le expliqué: «Te di 10 yuanes, y tú me diste las verduras y otros 10 yuanes». Se emocionó y exclamó: «¡Gracias, tía! ¡Qué amable! Mucha gente se habría quedado con el cambio». Le dije: «Practico Falun Dafa». Esto me dio la oportunidad de aclararle la verdad sobre Falun Dafa. Y, como resultado, decidió renunciar a los Jóvenes Pioneros del PCCh.

Una vez, mientras desayunaba en un restaurante, el dueño me dio por error 10 yuanes de más. Le devolví el dinero inmediatamente y aproveché para explicarle los principios de Falun Dafa y las razones de la persecución del PCCh. El hijo del dueño escuchó mi explicación, comprendió los hechos y decidió renunciar la Liga de la Juventud Comunista. Lamentablemente, sus padres no tomaron la misma decisión. Cada cual tiene derecho a tomar sus propias decisiones.

Al pasar por una parada de autobús, vi a una madre y a su hijo que necesitaban cambio urgentemente para subir al autobús. Me preguntaron si podía cambiarles un billete de diez yuanes. Busqué en mis bolsillos y solo encontré cuatro. Les dije: «Pueden quedárselo, dos yuanes para cada uno. El autobús llega pronto, no lo pierdan». Mi gesto les conmovió profundamente.

Hay muchas pequeñas cosas como esta. Sé que estoy lejos del estado de altruismo que Shifu nos requiere. Me esforzaré por ser más diligente en mi camino de cultivación. ¡Gracias, Shifu!

Los artículos en los que los cultivadores comparten sus entendimientos generalmente reflejan la percepción de un individuo en un momento determinado en función de su estado de cultivación, y se ofrecen con el espíritu de permitir la elevación mutua.