(Minghui.org) En los últimos años me he centrado en salvar a la gente escribiendo cartas para aclarar la verdad. Esta idea surgió originalmente de una señal de Shifu.
El libro de texto de escritura inglesa de mi esposo estuvo un tiempo sobre su escritorio, y durante ese tiempo, a menudo me pedía ayuda. Siempre que me sentaba frente a su ordenador, el libro estaba justo delante de mí. Enseguida identificaba los puntos clave de la escritura y los asimilaba con facilidad. Después de leer ciertas secciones varias veces, pensé: ¿Será que Shifu me está recordando que debo mejorar mi escritura?
No estudié humanidades ni escritura creativa. Mi escritura se basa completamente en mi intuición. Me encanta escribir. Siempre que empiezo a escribir, siento la alegría de hacer algo que se me hace bien. Cuando me di cuenta de que a Shifu le gustaría que escribiera, me sentí feliz y dispuesta a trabajar en mi escritura.
Comencé a interesarme seriamente por la escritura. Descargué artículos sobre escritura de Minghui.org. Me concentré en cómo mejorar mis habilidades de escritura y cómo enviar artículos a Minghui.
Sin embargo, del dicho al hecho hay mucho trecho. Además, durante ese tiempo, cuidaba de mi suegra anciana en su ciudad natal. Como las tareas domésticas eran agotadoras y la gente iba y venía a diario, me resultaba difícil relajarme y escribir. Envié artículos varias veces, pero ninguno se publicó.
Durante ese tiempo, mi trabajo de esclarecimiento de la verdad era limitado. Principalmente podía realizarlo cuando iba al supermercado. También aprovechaba cualquier oportunidad para distribuir materiales informativos en las zonas residenciales cercanas. Después de que mi suegra se durmiera por la noche, salía en silencio a pegar carteles. Más tarde, necesitó cuidados las 24 horas, así que no tuve oportunidad de salir en absoluto.
Mi suegra tiene una familia numerosa y a menudo la visitan niños y nietos. Quería aclarar la verdad cada vez que venían, pero la gente iba y venía con prisa, y todos rodeaban a mi suegra para charlar, así que era difícil controlar la situación. Me sentía impotente. Después me di cuenta de que escribir cartas era una buena idea. Allí la vida transcurría a un ritmo lento y la gente estaba todo el día con el móvil. Si les escribía cartas para que se las llevaran a casa, tendrían tiempo de sobra para leerlas con calma.
Así que cambié de estrategia. Cuando venían a visitar a mi suegra, les brindaba una cálida hospitalidad. No intentaba aclarar la verdad y solo conversaba sobre asuntos cotidianos. Sin embargo, los observaba con atención y a veces les hacía ciertas preguntas para ver su reacción. Analizaba y trataba de comprender cual era el corazón de cada persona con la que interactuaba. Con base en estos corazones, buscaba el momento oportuno para escribirles cartas. Descubrí que esto era muy efectivo.
La prima de mi esposo tiene casi mí misma edad. Le escribí varias cartas para aclarar la verdad e, hice tanto, que renunció del Partido Comunista Chino (PCCh) y sus organizaciones afiliadas. Confía en mí y le gusta hablar conmigo. Una vez tuvo un conflicto con su hijo. Su fuerte carácter hizo que se intensificará la discusión, y después de una fuerte pelea, no pudieron resolverlo. Sintiendo que no podía hacer nada, me pidió ayuda: «Escribes muy bien. Por favor, escribe una carta a mi hijo para aconsejarlo».
Le escribí una carta a mi sobrino. Utilicé los principios del Fa de Verdad, Benevolencia y Tolerancia para iluminarlo. También le expliqué las cosas contándole historias de la cultura tradicional. De esa manera, no herí su autoestima, pero pude señalar sus problemas y expresarle el amor y las expectativas de su familia. Le di la carta a ella cuando la terminé. Se sorprendió gratamente y dijo: «¡Genial! ¡Se la daré ahora mismo!». Su conflicto pronto se resolvió.
El hermano mayor de mi esposo había renunciado al PCCh, pero la presión de la persecución lo había llevado a desaprobar mi práctica de Dafa. Le había dado algunos materiales para aclarar la verdad, pero nunca respondió. Venía a visitar a mi suegra con frecuencia. Siempre que venía, le servía té caliente, conversaba con él y lo escuchaba hablar de sus preocupaciones. Tenía el azúcar alta, así que le compraba alimentos para bajarla y se los daba cuando venía. Su esposa no gozaba de buena salud, y a menudo le expresaba mi preocupación y cariño por ella.
Vi la película «Antes éramos Dioses» y me pareció excelente. Pensé que, si la gente común la viera, sería aún más eficaz que si yo les explicara la verdad. Instalé la película en una tablet para que él y su esposa la vieran en casa. También escribí una carta para ayudar a explicar la película. Aproveché la oportunidad para abrir mi corazón y le expliqué en la carta por qué sigo practicando Falun Dafa a pesar de la persecución; por qué sigo aclarando la verdad a pesar de saber que a la gente no le gusta oírla; por qué conocer o no conocer la verdad conduciría a destinos diferentes en el futuro, etc.
Cuando me devolvió la tablet quince días después, me dijo de corazón que tanto él como su esposa habían visto la película con atención. Su esposa incluso había seguido mi sugerencia y la había visto dos veces. Dijo que no podía entender nada demasiado profundo, pero que se había tomado muy en serio que uno debe ser bondadoso. Esta vez sí que lo entendieron de verdad. Estaban mucho más animados y parecían más descansados. Además, me trataron con más respeto e incluso me miraron de otra manera.
Tras regresar a mi localidad el año pasado, comprendí aún más la importancia de escribir cartas para aclarar la verdad. La gente de mi entorno son intelectuales. Muchos trabajaron para el gobierno hasta su jubilación. Durante mucho tiempo, las mentiras del PCCh los han cegado, pero creen saberlo todo. Estas personas suelen ser reacias a escuchar aclaraciones de desconocidos y a aceptar material informativo de Falun Dafa. Sin embargo, son relativamente racionales y tienen principios éticos. Si uno intenta aclararles la verdad directamente, a menudo cambian de tema para evitarlo. Por eso, seguí utilizando la misma estrategia. Al conversar con ellos, no abordaba el tema directamente. En cambio, primero los observaba y luego escribía cartas con base en sus dudas, buscando el momento oportuno para entregárselas personalmente.
Escribo en la computadora para guardar todas las cartas. Puedo usarlas como referencia para futuras cartas. Puedo reutilizar directamente ciertos puntos clave para temas similares. Con algunas personas, tengo que escribirles repetidamente para superar sus diversas barreras en diferentes tandas. Al archivar las cartas, sé con claridad lo que escribí en la última carta, y esto me ayuda a comprender los puntos clave para la siguiente.
Escribo con un tono sereno y tengo en cuenta la sensibilidad y los apegos de la gente común. Procuro no tocar temas delicados para ellos. Lo primero que considero es si estarán dispuestos a leer mi carta. Por ejemplo, con las personas muy influenciadas por la cultura del PCCh, evito usar términos como «Partido malvado» y «demonio rojo», y en su lugar utilizo palabras neutrales como «el PCCh» y «Partido». Cuando apelo a sentimientos o les hablo con argumentos, evito decir «Ustedes» y uso «Nosotros», como en: «No podemos permitir que el Partido arruine nuestro futuro, ¿verdad?».
Al escribir cartas, a menudo entro en un estado de verdadera comunicación con seres conscientes. Durante el proceso de escritura, e incluso después de entregar la carta, puedo sentir que nuestros corazones se comunican. Una vez, mientras estaba enviando pensamientos rectos, tuve una visión fugaz: la persona a quien escribía estaba frente a mí, mirándome con solemnidad.
Mi esposo (también practicante) revisa y corrige mis cartas. Le interesa leerlas todas y a veces me da sugerencias para revisarlas. Al principio, no me hacía gracia que quisiera revisar mis cartas, porque sabía que tendía a leer más que a escribir, y con frecuencia me pedía que le redactara sus propios documentos. Pero pronto me di cuenta de que estaba equivocada. Quizá no sea un gran escritor, pero sus observaciones eran muy acertadas. Seguir sus sugerencias solía dar buenos resultados. Además, tiene una vista de lince y detecta todas las erratas.
Comprendí que Shifu dispuso que él me ayudara. Escribir cartas para aclarar la verdad es un proyecto que compartimos. Cooperé con mi esposo y seguí sus sugerencias. Los resultados han sido excelentes, y ahora escribo con mucha más fluidez.
Hace poco le escribí una carta a un familiar que estudia en la universidad y que estaba de visita en casa por las vacaciones de invierno. Le mostré la carta a mi esposo cuando la terminé. Me dijo que antes de leerla, me había aconsejado que no le escribiera todavía, ya que no había tenido contacto con este familiar y que escribirle directamente podría no ser bien recibido; pero después de leerla, le pareció que estaba bien escrita, era vívida y podía enviarla. Esta carta logró convencer a la persona de renunciar al PCCh en el primer intento.
Poco a poco comprendí que la razón por la que Shifu me dio la señal de mejorar mi escritura era para que más adelante escribiera cartas aclaratorias y así salvar a la gente. En aquel momento no lo entendí bien.
También comprendí gradualmente que todo el proceso de escritura se realiza bajo la guía de Shifu. Yo solo tengo que mover las manos. La inspiración es una de las maneras en que Shifu me envía ideas.
Redactar una carta sería sencillo siempre que contara con la información adecuada. Cuando necesitara una referencia, la tendría justo delante, casi sin tener que buscarla. Si quisiera consultar ciertas frases de un vídeo, podría acceder a la parte que buscaba con solo abrirlo y hacer clic una vez. Si quisiera consultar ciertas frases en un artículo, podría encontrarlas enseguida, incluso en artículos extensos. Me asombraba constantemente.
Pero a veces, mis apegos interferían el proceso de pensamiento guiado por Shifu y no podía escribir con fluidez. Entonces divagaba en otros pensamientos, y aunque escribía mucho, sentía que no comprendía lo esencial. En esos momentos, Shifu me inspiraba sabiduría y me demostraba incansablemente los principios del Fa, hasta que volvía a mi camino anterior. ¿Cómo era posible que yo escribiera por mí misma? Era evidente que Shifu me guiaba mientras escribía, tal como lo hacían los profesores y los padres cuando éramos pequeños y aprendíamos a escribir, pero no sabíamos cómo sujetar la pluma.
Mi hermana mayor, que también es practicante, tuvo problemas una vez al dejar material en una institución de enseñanza. Las cámaras de vigilancia la grabaron y alguien habló con ella. Cuando mi familia se enteró, hubo revuelo y mi sobrino se sintió algo inestable emocionalmente. Lo entendía, ya que mi hermana había sido perseguida y había perdido su libertad cuatro veces. Mi sobrino había soportado una presión tremenda, por lo que se ponía nervioso incluso con el menor problema. Además, estaba pasando por una crisis porque su unidad de trabajo no iba bien económicamente y había perdido su empleo. Por lo tanto, estaba muy vulnerable.
Una vez hablé con mi sobrino y sentí que estaba molesto y no podía escucharme bien. Así que decidí escribirle una carta para tener una conversación más profunda.
Cuando empecé a escribir esta carta, seguí el razonamiento de mi conversación con él unos días antes. No me sentía bien y no podía continuar escribiendo. Por la noche, mientras leía Zhuan Falun, de repente vi que las líneas en dos lugares se habían vuelto rojas. Me apresuré a mirar las palabras rojas. El rojo de las palabras de abajo desapareció antes de que pudiera verlas con claridad, pero sí vi la línea roja que estaba encima:
“La gente común siente que esto es inconcebible y no puede entender a la gente que refina gong” (Novena Lección, Zhuan Falun).
Lo pensé, pero no lo entendí. Seguí leyendo. Después de pasar una página y continuar leyendo, otro lugar se puso rojo:
“... a tu grado de comprensión” (Novena Lección, Zhuan Falun).
De nuevo era “entender”. ¿Qué significa?
Al día siguiente, me sentía algo impaciente. Me costaba escribir la carta, pero mi esposo me impedía salir a repartir los materiales. Sentía ansiedad en casa. Después de tantos años de mirar hacia dentro, sabía que no podía forzarme. «Bien», pensé, «si no me dejas salir a aclarar la verdad, te la aclararé yo» Llamé a mi esposo. Antes de que pudiera hablar, él empezó a hablar. Dijo que recordaba los materiales sobre cómo usar el Fa para resistir la persecución. Estaba entusiasmado y dijo que se sentía más lúcido después de leerlos. También dijo que la carta a mi sobrino podría tratar sobre esto.
Me di cuenta de que la razón por la que no podía continuar con la carta era que mi razonamiento no había sido el correcto. Cuando hablé con mi sobrino en persona unos días antes, me expresé con un tono demasiado elevado y no utilicé la anécdota correcta. No me extraña que se mostrara algo contencioso. Si continuaba con el mismo razonamiento, seguiría sin poder aceptarlo. De repente, también comprendí las señales de Shifu: la gente común no lo entendería si escribía con un tono demasiado elevado. Me sentí iluminada y cambié mi enfoque. Comencé a reescribir la carta inmediatamente.
Tras terminar la carta, hicimos un viaje especial a casa de mi sobrino y se la entregamos personalmente. De regreso, recibí su mensaje: «Ya la leí con atención. Ahora todo está claro» La tormenta familiar se había calmado.
Después volví a hablar con mi sobrino y mi hermana. Llegamos a un consenso: no hay por qué tener miedo, porque lo que hacemos es recto y no hay nada ilegal en ello. Si alguien viene a acosarnos, podríamos recurrir a la ley para resistir la persecución. Esto protegería al Fa entre la gente común, mantendría la estabilidad social y evitaría que la gente cometiera delitos contra Dafa.
Quizás porque nuestro xinxing estaba a la altura, al final no pasó nada. Esta falsa alarma me dio la oportunidad de escribirle una carta aclaratoria a mi sobrino para que pudiera comprender mejor la verdad y apoyar más a Dafa. Pensándolo bien, en realidad, tanto lo bueno como lo malo son cosas buenas. ¡Pero detrás de todo esto estaban los cuidadosos arreglos de Shifu!
Suelo trabajar a un ritmo bastante lento. Rara vez termino de escribir algo el mismo día. Sin embargo, una noche, después de las once, de repente me dieron ganas de escribir sobre la práctica de la cultivación. Escribí rápidamente y casi lo terminé antes de enviar mis pensamientos rectos a las doce. Tras enviarlos, terminé de escribir. Lo leí rápidamente un par de veces y luego lo subí directamente a Minghui.org. La publicación se realizó sin problemas.
El primer y segundo día después de enviar mi artículo, revisé el sitio web y no lo encontré publicado. Pensé que no era importante si se publicaba o no. Los artículos compartidos sobre la rectificación del Fa publicados por Minghui son sin duda útiles para la mejora de los practicantes. Mi envío era solo una expresión de mi actitud y mi participación en el intercambio de los practicantes. No podía ver claramente si sería útil para los compañeros practicantes o no.
Creo que escribir artículos y enviarlos a Minghui, se publiquen o no, tiene un efecto positivo. Es como un templo magnífico y glorioso, donde cada ladrillo forma parte del conjunto. Dondequiera que se coloque, sin duda cumple una función.
También me miré hacia adentro y me di cuenta de que había apresurado la entrega y casi no la revisé antes de enviarla. Esto les generó trabajo extra a los editores, lo cual no demostró una actitud cuidadosa por mi parte. Decidí que no debería ser tan impulsiva ni descuidada en el futuro.
Pero unos días después, descubrí que mi artículo había sido publicado. Incluso apareció posteriormente en el Minghui Weekly. Lo comparé con mi artículo original y observé que el editor no había modificado las partes que yo consideraba incorrectas, pero sí había corregido algunos de mis hábitos de escritura incorrectos de los que yo era consciente. Esta fue, sin duda, una valiosa oportunidad que me brindó Shifu para perfeccionar mi escritura.
Mientras escribía este artículo hasta este punto, inicialmente pensé que estaba completo, pero después de revisarlo no quedé muy satisfecha. Así que decidí dejarlo reposar unos días para ver qué estaba mal.
Un día, mientras enviaba pensamientos rectos, una escena pasó rápidamente por mi mente. Era un artículo titulado «Entender». Pensé en ello después de enviar pensamientos rectos, pero no pude comprenderlo. Pensé de nuevo en ello al día siguiente y finalmente lo entendí. Resultó que mi título era inapropiado. Había utilizado una frase escrita por otra persona como mi título. Esa frase me conmovió mucho y me gustó, Pero después de reflexionar cuidadosamente, me di cuenta de que la frase no era muy relevante para el contenido de mi artículo y que utilizar ese título podría confundir a los lectores e interferir en la transmisión del significado central del artículo.
Comprendí que, tanto por el título como por el contenido, lo primero es que la gente entienda el artículo. Con los dos caracteres para "entender", "dong de", primero hay que "dong" (que significa "entender"), antes de "de" (que significa "obtener"). ¡Shifu me estaba enseñando de nuevo a escribir!
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