(Minghui.org)  Practico Falun Gong con mi madre desde hace más de 20 años. Antes solo estudiaba el Fa y hacía los ejercicios con ella. Fue tras un accidente reciente que comprendí la bondad de Dafa.

Un momento de vida o muerte

El 7 de septiembre de 2025, fui a la montaña con un amigo a ver el amanecer. De regreso, mi motocicleta se desvió inesperadamente hacia la derecha. Inmediatamente grité: «¡Shifu, por favor, sálvame!». De repente sentí una fuerza invisible que me jalaba. Tras dar varias vueltas, me detuve al borde de un precipicio. Fue un susto tremendo.

Cuando llegó la ambulancia, un paramédico me revisó y notó solo un pequeño sangrado en la rodilla. Me llevó a un hospital cercano. En ese momento, comprendí que Shifu me había salvado la vida.

En el hospital, el médico determinó que la herida no requería puntos. Simplemente aplicó un medicamento y me dio de alta una hora después. En la grabación de la cámara del tablero, se veía que mi motocicleta reaccionó como si hubiera recibido un fuerte impacto por detrás. Esto me recordó un pasaje de Zhuan Falun.

Shifu dijo:

“No hay nadie en la calle, está muy tranquilo. Un estudiante regresa apurado a su casa en bicicleta, delante de él solamente va un jeep, él pedalea, pedalea y, de repente, el jeep frena. Sin darse cuenta, el estudiante sigue pedaleando hacia delante con la cabeza baja. Pero súbitamente, ese jeep da marcha atrás a toda velocidad y lo hace bastante rápido; si estas dos fuerzas chocaban, era porque alguien venía a tomar su vida. Justo en ese instante antes de chocar, repentinamente una fuerza arrastra su bicicleta hacia atrás por más de medio metro, y el jeep clava sus frenos y se detiene inmediatamente, rozando la rueda de la bicicleta; probablemente el conductor se dio cuenta de que había alguien detrás. Este estudiante no tuvo miedo en aquel momento; nadie que enfrenta estas situaciones siente miedo, aunque es posible que sienta miedo después” (Tercera Lección, Zhuan Falun).

Continué estudiando el Fa con mi familia y mi herida mostró cambios notables. Al principio, la zona estaba bastante roja e inflamada, pero al día siguiente casi había sanado. Al practicar la postura de Estaca Parada Falun el tercer día, tuve la inexplicable sensación de que algo salía constantemente de la herida. El dolor disminuyó después de los ejercicios. Sabía que Shifu estaba purificando mi cuerpo.

Mirando hacia adentro

Después del accidente, miré hacia dentro seriamente sobre mis apegos y descubrí que tenía apego a la competencia. A menudo intentaba contradecir a mi familia cuando sus decisiones no me gustaban. En la escuela de pequeño, me metía con mis compañeros cuando sacaban mejores notas que yo.

También tenía una tendencia a presumir. Había servido en la Fuerza Aérea años atrás, pero luego cambié de trabajo para tener más tiempo para cultivarme. Cuando me preguntaron sobre mi servicio militar durante la entrevista de trabajo, mi afán de presumir resurgía, con un inmenso orgullo reflejado en mis ojos.

Estos apegos eran perjudiciales para mi cultivación, y sabía que debía eliminarlos. El accidente fue una señal de Shifu para hacerlo; esto me permitió descubrir y deshacerme de los apegos que se habían arraigado profundamente en mi corazón.

¡Gracias, Shifu!

Los artículos en los que los cultivadores comparten sus entendimientos generalmente reflejan la percepción de un individuo en un momento determinado en función de su estado de cultivación, y se ofrecen con el espíritu de permitir la elevación mutua.