(Minghui.org) Mi lugar de trabajo ha experimentado una importante reestructuración en las últimas décadas. El departamento en el que trabajaba se fusionó con otro departamento, en el que permanecí y trabajé durante más de 10 años antes de que se separara y se convirtiera en una entidad independiente. En la nueva empresa, se reorganizó a los empleados y se les asignaron diferentes puestos. A los más jóvenes se les trasladó principalmente a trabajar en oficinas. Los empleados de más edad, entre los que me incluyo, pasamos a ser encargados de seguridad. Aquellos que sobornaron a los responsables de la toma de decisiones con buenas comidas o regalos caros obtuvieron mejores puestos.

Al principio me sentí agraviada y estuve deprimida la primera semana en mi nuevo puesto. No conocía a ninguno de mis gerentes o compañeros de trabajo. Me sentí avergonzada de ser degradada a encargada de seguridad. Había trabajado en una oficina durante más de 10 años. Una compañera de trabajo con la que tenemos un vínculo cercano me dijo: "Eres totalmente capaz y podrías manejar fácilmente un trabajo de oficina en cualquier departamento. ¿Cómo pudieron meterte en la caseta de vigilancia?". Sugirieron que sobornara a la gerencia para tal vez conseguir una mejor posición. Contemplé seriamente la idea.

Pero a través del estudio del Fa, me volví lúcida: obtener beneficios a través del soborno no es honesto ni recto. Soy una practicante de Falun Dafa, un Fa de Fo de alto nivel. Shifu nos dijo que nos mantuviéramos en los altos estándares de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Además, tengo que ser responsable con los demás, dar regalos a mis supervisores o llevarlos a comer satisface su codicia y no es bueno para ellos. Las enseñanzas de Shifu me calmaron. Decidí seguir el curso natural y tratar mi trabajo de seguridad tan en serio como cualquier otro.

Mantener la caseta de vigilancia ordenada y limpia

Comencé limpiando la caseta de vigilancia a fondo durante mis turnos. Los hombres del departamento se turnan para trabajar en los turnos de noche, y muchos de ellos fuman. Cuando llego por las mañanas, la caseta de vigilancia suele oler horrible, el cenicero está lleno, las colillas de cigarrillos están esparcidas y la basura está llena. Lo limpio todo, paso una franela por todos lados, friego el suelo y saco la basura. También limpio la gruesa capa de polvo de los alféizares de las ventanas.

Algunos compañeros de trabajo vieron cuánto trabajo ponía en la limpieza. Uno de ellos me dijo: "Varias personas tienen sus turnos antes que tú, pero nadie se molesta en limpiar. Eres la única persona que limpia por aquí". No entendían por qué me importaba, ya que es un espacio compartido, no es como si fuera mi propia oficina.

Les dije: "No estoy limpiando para impresionar a nadie o probarme a mí misma. Tengo que pasar mis días de trabajo aquí. Si está ordenado y limpio, me siento mucho mejor. No me importa hacerlo". No me tomé en serio lo que otros decían o pensaban de mí y mantuve la caseta de vigilancia ordenada y limpia. Los trabajadores del turno de noche a veces incluso dejaban la cama sin hacer, así que hacía la cama y limpiaba el lugar como de costumbre.

Lo que es realmente increíble es que cuando permaneces impasible ante las personas y las cosas que te rodean, terminas cambiándolas. Hay un compañera de trabajo que trabaja en la oficina adyacente a la caseta de vigilancia. Es muy orgullosa y nunca se molesta en limpiar su oficina. Pero siempre ha sido muy respetuosa conmigo, y últimamente la he visto fregando el suelo y limpiando los alféizares de las ventanas.

Aumentar mi capacidad y tolerancia

Todo el mundo tiene que pasar por la caseta de vigilancia al entrar y salir del trabajo. La mayoría de las personas, cuando pasan, sonríen o asienten amistosamente o saludan. Sin embargo, siempre hay algunos con caras largas. Ni siquiera hacían contacto visual para reconocernos cuando entraban por la puerta. Por lo general, no me importan tanto, excepto por un compañero de trabajo. Me había encontrado con él varias veces en el pasillo cuando trabajaba en la oficina. Siempre sonreía y lo saludaba, pero él actuaba como si yo no existiera.

Al principio no le presté mucha atención. Pero después de unas cuantas veces, pensé: "¿No eres solo un subjefe? ¿Cuál es el problema? No necesito nada de ti. Si no te importa reconocerme, también te ignoraré". Pero inmediatamente me di cuenta: "No puedo hacer eso. Soy una cultivadora".

Shifu dijo:

"Mientras soportaron todo esto, ustedes no se rebajaron a su nivel, y su corazón estuvo muy calmado. No devolvieron el golpe ni insulto a su agresor". (Exponiendo el Fa en Sydney)

Ni siquiera me golpeó ni me maldijo, entonces, ¿por qué estoy tan amargada? Vaya, mi xinxing es tan pobre y mi capacidad tan limitada. ¿No es esta una buena oportunidad para mejorar? Debería agradecerle. Me disculpé con el hombre en mi corazón y le agradecí.

Lo sorprendente es que desde entonces, comenzó a sonreírme cada vez que cruzaba la puerta. Además, llega muy temprano para relevarme de mis deberes cuando trabaja en el turno de noche.

Personas que responden a mi bondad

Hay otro compañero de trabajo que trabaja en una oficina, pero también está en la rotación de turnos nocturnos en la caseta de vigilancia. Vino varias veces después del almuerzo, mientras estaba de servicio, para tomar una siesta en la cama provista para los encargados de seguridad del turno noche. Explicó que estaba exhausto, pero que no tenía una cama en su oficina. Una vez durante el invierno, el calentador no funcionaba bien y hacía mucho frío en la caseta de vigilancia. Preocupada de que se enfermara, le pedí a otro compañero de trabajo que le pusiera una manta. Estaba muy agradecido y desde entonces ha estado viniendo temprano para relevarme del trabajo cuando es su turno de trabajar en el turno de noche.

Cuando los empleados piden cosas en línea, sus paquetes a menudo se entregan en la caseta de vigilancia, generalmente los dejan junto a la puerta. Los ordeno según los apellidos de los destinatarios, para que sea más fácil para las personas encontrar sus paquetes. Si un paquete no se recoge después de unos días, se lo recuerdo a la persona la próxima vez que pasa. Si no los veo, llevo los paquetes a sus oficinas. Un compañero de trabajo tiene problemas para agacharse, así que dejo sus paquetes sobre la mesa en lugar del suelo, o simplemente los llevo a su oficina.

Aunque esto no está en la descripción de mi trabajo, creo que como cultivadora siempre debo ser considerada, amable y servicial con mis compañeros de trabajo. De hecho, me ayuda a deshacerme de mi egoísmo y convertirme en una mejor persona, así que no me importa en absoluto.

Hay una compañera de trabajo que es muy bonita, pero arrogante. Ella nunca dice 'hola' al pasar por la puerta, pero no me importa. Si se olvida de recoger sus paquetes, se lo recuerdo amablemente y, a veces, los dejo en su oficina. Un caluroso día de verano, compró barras de helado para todos en su oficina. Cuando pasó por la caseta de vigilancia, también me entregó uno. Eso fue tan dulce de su parte, y nunca lo hubiera esperado. Tomé el helado y le di las gracias.

Este es el poder de la compasión: puede derretir el metal más duro. Esto también me anima a cultivarme aún mejor y a ser aún más compasiva con los demás. Trato de llegar temprano al trabajo para relevar a quien esté trabajando en el turno de noche. Cambiamos de turno a las 8 de la mañana, media hora antes que el resto de la empresa. Por lo general, llego alrededor de las 7:30 a.m. Cada vez que me preguntan porqué llego tan temprano, les digo: "Cuanto antes llegue, antes podrán irse a casa. Es difícil dormir bien por la noche en la caseta de vigilancia. Ahora puedes irte a casa y descansar".

Mi amabilidad fue correspondida por mis compañeros de trabajo. Todos los trabajadores del turno de noche comenzaron a llegar temprano. A veces llegan tan temprano como a las 3 p.m. en lugar de las 5 p.m. para relevarme.

Resolución de conflictos

Siempre considerar a los demás primero me ganó gradualmente el respeto y la confianza de mis compañeros de trabajo y de la gerencia. La mayoría de las personas en el trabajo piensan que soy una buena persona y les gusta compartir sus historias y pensamientos personales conmigo.

Una compañera de trabajo se quejó conmigo una vez: "Mi jefe no es considerado con nosotros en absoluto. Sigue ciegamente las directivas de los superiores y nos hace fichar todos los días. Ya sabes cómo algunos departamentos son muy flexibles y dejan que sus empleados trabajen desde casa algunos días. Nuestro jefe es muy estricto, no es justo".

Sonreí y le dije: "Pero las cosas no siempre son justas en la vida. Es cierto que tu jefe es bastante estricto. Pero si usted fuera él, y le dice a sus subordinados que hagan algo y no escuchan, ¿cómo va a hacer su trabajo como jefe? De hecho, siempre hay algunos en cada departamento que no siguen las reglas. No quieres ser esa persona, ¿verdad? Solo mira el lado positivo: al menos a la empresa le está yendo bien y nos pagan buenos salarios con beneficios. ¿No te sientes mejor ahora?

"Recuerda que hace un par de años, a la empresa no le iba tan bien y no había tanta carga de trabajo. Nos tomábamos un tiempo libre cuando queríamos. Fue bueno tener la flexibilidad, pero tampoco nos pagaron. Claro, tendremos que hacer ajustes ahora que el trabajo de repente ha aumentado. Pero, ¿prefieres quedarte en casa todo el día como antes? ¿Qué harías? ¿Tumbada en el sofá viendo la televisión o desplazándote por las redes sociales sin parar? ¿No es aburrido? Deberíamos estar agradecidos de tener un trabajo que nos mantenga ocupados y nos dé una razón para levantarnos y salir de casa todos los días. ¿No crees?". 

Ella se rió entre dientes y respondió: "Bien. Tienes razón. Tú eres buena".

Le pregunté: "¿Olvidaste que cultivo Verdad, Benevolencia y Tolerancia?". Ella sonrió y asintió.

Aclarando la verdad

Hay un compañero de trabajo que, por alguna razón, a nadie le gusta, pero le gusta venir a charlar conmigo cada vez que tiene tiempo. Chismea y se queja de los demás, lo que me parece muy molesto. Me preocupaba que su mala reputación también me hiciera quedar mal. Además, él es hombre y yo soy mujer. No pensé que fuera apropiado que estuviera en la caseta de vigilancia todo el tiempo. Entonces se me ocurrió un día: "¿Sabe él la verdad sobre Dafa?".

La próxima vez que lo vi, le pregunté si había renunciado al Partido Comunista Chino (PCCh) y a sus organizaciones juveniles. Para mi sorpresa, dijo que él y su esposa habían renunciado hacía tres años. De hecho, tiene una opinión muy alta de Falun Dafa. Realmente no se puede juzgar un libro por su portada, como dicen.

Hablé con él más a fondo sobre el PCCh y su naturaleza malvada. Dije: "El PCCh promueve el ateísmo, pero sus altos funcionarios creen y adoran a todo tipo de seres superiores. Simplemente no quieren que la gente practique la espiritualidad. Durante la pandemia, esos hospitales improvisados construidos para albergar a pacientes con COVID recibieron nombres de deidades y criaturas mitológicas. Esos funcionarios del PCCh han hecho mucho mal, pero esperaban que los seres superiores los bendijeran. ¿No es absurdo? Obligaron a las personas a vacunarse contra el COVID como si estuvieran probando ratas de laboratorio. Muchos han sufrido efectos secundarios graves. Los desastres hoy en día no son solo obra de la naturaleza, sino también provocados por el hombre. Esta pandemia está dirigida a aquellos que tienen vínculos con el Partido".

Le conté cómo el PCCh asesinó a los estudiantes que protestaban en la masacre de la Plaza de Tiananmen de 1989 y organizó el engaño de la autoinmolación de la Plaza de Tiananmen para calumniar a Falun Dafa. Le dije que cortar los lazos y renunciar al PCCh puede garantizar la seguridad de uno.

Además, le expliqué que Falun Dafa es el Fa de Fo, que la misión sagrada de los practicantes es salvar a los seres conscientes. Le dije que recordara las frases auspiciosas: "Falun Dafa es bueno, Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno". Fue muy receptivo y escuchó atentamente. Me di cuenta de que la razón por la que seguía viniendo a conversar conmigo era para escuchar más sobre Dafa y aprender la verdad en profundidad. Aunque había renunciado al Partido, no sabía qué es realmente Falun Dafa y la verdad que rodeaba la persecución. Me sentí avergonzada de mi desprecio hacia él. No debería haberlo juzgado. Los seres conscientes son vidas preciosas que han sido engañadas por el PCCh.

Trabajar en la caseta de seguridad también me brindó la oportunidad de hablar con mis compañeros de trabajo. He aclarado la verdad y he ayudado a muchos de ellos a renunciar al PCCh y a sus organizaciones juveniles.

Estas son algunas de mis experiencias trabajando en seguridad. Nada de eso es tan importante, solo pequeño y mundano. Sin embargo, en estos pequeños incidentes e interacciones, mejoré continuamente mi carácter, trabajé para deshacerme del apego a mi misma y aprendí a ser más considerada y tolerante. Como humilde encargada de seguridad, me he ganado mucho respeto. Esto sirve como testimonio del poder del Fa de Fo. Puede purificar el alma de una persona y, a su vez, cambiar a las personas que la rodean.

Mi sincera gratitud a Shifu por salvarme.