(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa en 2011. Me gustaría informar a Shifu y compartir con todos mi experiencia utilizando la ley para validar el Fa en los últimos dos años.

Tuve un gran conflicto con una familiar que también practica Falun Dafa y le guardé rencor. Después de que compartimos sinceramente sobre nuestras diferencias, abandoné ese rencor. Me di cuenta de que debía concentrarme en practicar las tres cosas en lugar de centrarme en los problemas de los demás.

Aclaramos la verdad sobre la persecución a la gente a diario, sin enfocarnos en su carácter ni en su comportamiento. Sin embargo, nos vemos afectados por las faltas de nuestros familiares porque son nuestros parientes. Siento que esto se relaciona con el egoísmo y el sentimentalismo, y que deberíamos eliminarlos. Me relajé al darme cuenta de esto. Soñé que me deslizaba montaña abajo. No quería deslizarme, pero no podía subir, por mis propios medios. Entonces, ese familiar me ayudó a subir.

Poco después, la arrestaron.

¿Qué hay que temer?

Antes de que la arrestaran, yo había ayudado a rescatar a otros practicantes. Leí artículos de practicantes sobre cómo resistir la persecución exponiendo las acciones de los represores. Coincidía con este enfoque, pero su familia tenía miedo de hacerlo así.

El miedo era el principal obstáculo. Temía que, si presentaba una denuncia, la perseguirían y sufriría represalias. ¿Qué debía hacer? Abrí Zhuan Falun y leí:

«Debido a que su naturaleza innata no había cambiado, se transformó de nuevo en una gran serpiente y me creó problemas. Al ver que esto ya era demasiado, la atrapé con mi mano y con un gong muy poderoso, llamado gong disolvente, disolví la parte inferior de su cuerpo, convirtiéndola en agua; la parte superior de su cuerpo regresó huyendo» (Quinta Lección, Zhuan Falun).

Comprendí que Shifu me estaba pidiendo que eliminara al demonio.

Con la guía del Fa de Shifu, mi determinación se fortaleció. Me tranquilicé y analicé el origen de mi miedo. ¿De qué había que tener miedo? Seguramente se debía a que pensé que la otra parte era fuerte y yo débil; pensaba que la otra parte tomaría medidas drásticas en mi contra, y que yo me vería impotente. Pero, ¿quién es esa otra parte? Son las viejas fuerzas, son los humanos. ¿Quién soy yo entonces? Tengo a Shifu y soy un practicante. Entonces, ¿por qué debía temerles? ¡Deberían tener miedo de mí! Por fin, superé mi miedo.

Con la ayuda de un foro de practicantes que son abogados, comencé a redactar una denuncia y la presenté mientras la comisaría estaba llevando a cabo las investigaciones. Al principio, presenté una petición y una denuncia como persona ajena a la familia y sin formación jurídica. Posteriormente, solicité la representación legal de un abogado defensor amigo de la familia y, poco a poco, fui presentando la documentación pertinente bajo esta identidad.

En el foro de justicia hay material de referencia para familiares y amigos que recurren a la ley para oponerse a la persecución, y su contenido es muy completo. Proporciona información sobre cómo los familiares pueden redactar diferentes documentos legales en distintas etapas del proceso ante la oficina de seguridad pública, la procuraduría y el tribunal después de que el practicante sea arrestado. Hay plantillas disponibles y solo tuve que completar los datos específicos.

Después de presentar la denuncia, seguía las sugerencias del documento y redactaba lo necesario en cada etapa. Cuando me atascaba, consultaba con otros practicantes en el foro. Hay muchos documentos que se pueden presentar en cada fase. Seleccioné los principales e importantes. Así, fui redactando cada vez más documentos, desde unas pocas páginas al principio hasta un grueso expediente más adelante. Se convirtieron en un conjunto de materiales para aclarar la verdad desde diversas perspectivas.

Dándole la vuelta a las cosas

A medida que me involucré más en el proyecto, obtuve una comprensión más clara de la naturaleza de esta persecución. Todo el procedimiento es ilegal, los cargos son ilegales, el proceso es ilegal, muchos procedimientos en la etapa de revisión y enjuiciamiento de la procuraduría, así como el juicio, también son ilegales, como el allanamiento de viviendas sin causa legal, agentes de policía sin uniforme, sin mostrar su identificación ni documentos policiales, impidiendo que los abogados lean los documentos, sin interrogatorio durante los juicios, sin informar a la defensa ni a los familiares sobre los juicios, etc.

El objetivo principal de este proyecto es exponer la ilegalidad del proceso mediante diversos documentos legales y exigir responsabilidades a los culpables. Denuncias, dictámenes jurídicos, declaraciones de opinión, solicitudes de obtención de pruebas de inocencia, solicitudes de recusación, solicitudes de desistimiento, etc., ponen de manifiesto la ilegalidad de todo el proceso desde diversas perspectivas. Cada documento expone una ilegalidad distinta y aclara la verdad sobre la persecución. Analicé progresivamente —desde los hechos, el derecho, la razón, la cultura china y otros ángulos— las causas y consecuencias de la persecución a Falun Dafa, las diferencias de actitud hacia Falun Dafa en China y en el extranjero, y por qué es razonable y legal pedir a la gente que renuncie al Partido Comunista Chino (PCCh) para que comprendan la ilegalidad de esta persecución y la maldad del PCCh.

Utilizo diversos documentos legales para explicar la verdad desde diferentes perspectivas y cómo Falun Dafa beneficia a las personas y a China. Asimismo, mediante estos documentos, explico con mayor detalle el daño que esta persecución ha causado a la humanidad y a la sociedad, y expongo las causas históricas más profundas que la originaron.

En ese proceso, mi mente se aclaró. Sentí cómo se desvanecían las sustancias negativas y que la mentalidad de que soy la víctima de la persecución, de impotencia, fue disminuyendo gradualmente. De sentirme perseguido e incapaz de hacer nada ante la injusticia, y de tener razón pero no poder decirlo —un papel tan pasivo— pasé a ser alguien que tiene el control, es racional, fuerte y con fe en que el mal no prevalecerá sobre la justicia.

Inspirado por un artículo que leí en Minghui.org, me di cuenta de que somos los maestros del cosmos, debemos usar la sabiduría y las habilidades del Fa para salvar a los seres conscientes en la seguridad pública, la procuraduría y el sistema legal que son engañados por mentiras durante esta persecución.

Tras finalizar la presentación de documentos legales en Internet, comencé a enviarlos por correo a gran escala. La primera vez que envié un documento legal, sentí cierta inquietud. Después de pagar los gastos de envío, con mi ojo celestial, vi dos rayos de luz que se proyectaron hacia el horizonte. Comprendí de inmediato: debido a las diferentes dimensiones, aunque el documento no se había entregado en esta dimensión, ya había eliminado el mal en la otra. Nuestro documento legal posee energía, es una herramienta mágica, un rayo de luz que destruye el mal en otra dimensión.

Shifu me dejó ver esto para animarme. Supe que había hecho lo correcto.

Posteriormente envié documentos por correo a personas influyentes de la zona, la provincia y otras provincias; les pedía a personas bondadosas que prestaran atención al caso y colaboraran. También esperaba informarles sobre la persecución que se estaba produciendo a su alrededor para que pudieran defender la justicia. Claro, puede parecer que estamos pidiendo ayuda, pero en realidad, los estamos salvando.

Mis pensamientos rectos se fortalecieron en el proceso. A menudo me sentía erguido y firme, rodeado de una energía que abarcaba el cosmos. Para entonces, mi mentalidad estaba muy lejos de aquella inicial en la que dudaba si debía presentar una denuncia y temía represalias. Un cambio tan radical es el resultado de practicar la cultivación con constancia y realizar bien las tres cosas. ¡Gracias a la infinita misericordia de Shifu, que me sostiene y me guía paso a paso!

Viendo resultados

Mi familiar fue liberada unos meses después, tras nuestros persistentes esfuerzos. Un procurador me gritó cuando lo llamé por teléfono: «¡Falun Gong reparte los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista, son contrarios al Partido! ¡El contenido de sus libros es todo contrario al Partido!». Mi familiar me contó que, al regresar a casa, antes de ser liberada, el procurador le dijo: «Los hechos de su caso no están claros, no hay pruebas suficientes. Debería haber sido absuelta, pero si la dejamos ir, nos enfrentaremos a investigaciones que resultarán en una indemnización estatal. Por lo tanto, la condenamos a la pena mínima de prisión de unos pocos meses». Esto contrastaba enormemente con su actitud inicial.

Cuando llamé por primera vez al juez principal, me dijo: "¿¡Se atreve a llamarme por un caso de Falun Gong!?" Después, me dijo con sinceridad: "Deberías ser abogado". Podría escribir mucho sobre lo que viví durante ese tiempo. Mirando hacia atrás, no sabía qué me depararía el futuro; solo contaba con una pequeña convicción. Incontables días y noches, fui y vine preguntando a practicantes en el foro de justicia, revisando documentos legales, corrigiendo hasta el más mínimo y serio malentendido que era una noción humana. En todo este proceso, inesperadamente, no me desanimé ni me rendí. Es un verdadero milagro; una hazaña que solo Dafa puede obrar.

Aunque mi familiar regresó a casa, muchos practicantes que fueron arrestados con ella no lo hicieron. Por lo tanto, no dejé de buscar justicia. Continué exigiendo responsabilidades a los responsables mediante documentos legales. Los practicantes que insistían en que no habían cometido un delito fueron liberados poco después tras cumplir condenas breves de prisión.

Después de regresar a casa, los practicantes comentaron: «El mal parecía tener mucha fuerza al principio, como si el cielo fuera a desplomarse. Pero después, todo pareció disiparse». Sabíamos que, de hecho, gracias a los pensamientos y acciones rectas de los practicantes, a nuestros esfuerzos por exigir responsabilidades y al trabajo conjunto dentro y fuera de la prisión, el mal en otras dimensiones se desintegró.

El presidente del Tribunal Supremo renuncia al PCCh

Aunque los practicantes regresaban a casa uno tras otro, pensé que debía seguir presentando denuncias porque la persecución continúa y los procesos penales en nombre de Falun Gong seguirán envenenando las mentes de la gente mientras existan. Recibí una respuesta. Un juez se puso en contacto conmigo y me dijo que sus superiores les habían pedido que resolvieran el problema. Se notaba que estaba bajo mucha presión. Me pidió que fuera al juzgado para explicar mi apelación. Pensé que esta era una gran oportunidad, algo que jamás pensé que sucedería.

Cuando los practicantes se enteraron de que iba a ir a los tribunales, algunos se preocuparon. Al principio, tenía fuertes convicciones y no me preocupé. Al ver la inquietud de los practicantes, me asaltaron pensamientos negativos. A la hora acordada, de camino al juzgado, reflexioné sobre todo el proceso. Seguía sintiendo que debía ir. Finalmente, pensé: «¡Aunque me enfrente a montañas de cuchillos y un mar de fuego, iré hoy!. Lo dejo todo en manos de Shifu. Ya que el juez me contactó, iré y aclararé la verdad».

El juez fue muy amable debido a la presión que recibía de sus superiores. Además, tuvimos una larga conversación telefónica antes de la reunión. Me dijo que respetaba mi profesionalismo y mis conocimientos de derecho. Desde el principio, el ambiente fue tranquilo. El juez me dio una explicación legal basada en mis derechos en el caso y en la documentación de la denuncia, señalando varias irregularidades procesales.

Con los conocimientos que adquirí en el foro de justicia, le expliqué por qué todo el proceso era ilegal. Me escuchó y, cuando tuvo dudas, se las aclaré aplicando mis conocimientos legales. Finalmente, le dije: «Este caso es una condena injusta desde el principio. Están aplicando la ley de forma incorrecta; en otras palabras, están aplicando la ley equivocada, lo cual es fundamentalmente ilegal». Noté que estaba perdiendo la confianza.

Continué: “Pero sé que detrás de este caso está la Oficina 610, como me comentó el jefe de su procuraduría. Por lo tanto, tal vez usted no controle el resultado de la sentencia, pero la firmó. Bajo el sistema actual, la responsabilidad por la calidad de los casos que se gestionan es de por vida; ellos toman la decisión, pero usted la firma. Cuando se realicen las investigaciones, nadie se hará responsable de lo que usted firmó. ¿De verdad cree que debería hacer esto?”.

Bajó la cabeza y reflexionó en silencio. Sentí que era el momento oportuno y le dije: «Quiero decirle algo. No tenemos ninguna enemistad personal y, de no ser por este caso, en otra circunstancia, quizá seríamos amigos. Por lo tanto, aunque usted condenó injustamente a mi familiar, no le guardo rencor; sé que no tenía otra opción. Pero quiero decirle algo: ¡Debería dejar de aceptar casos de Falun Gong en el futuro!».

Se quedó algo desconcertado. Dijo con vergüenza: «Yo no tomo la decisión en este asunto. Me lo han asignado, tengo que aceptarlo». Le dije: «Le sugiero que aprenda de los jueces del sur de China. Hay un juez presidente veterano en la zona sur que, mientras llevaba un caso de Falun Gong, le dijo a su jefe: “Si me pide que juzgue casos de Falun Gong, diré que son inocentes. Quien crea que son culpables, que vaya a juicio”. Al final, ni la Oficina 610, ni la Comisión de Asuntos Políticos y Jurídicos, ni sus superiores, nadie se hizo cargo y el caso se cerró sin resolución. En la historia del PCCh hay muchos incidentes similares. Cuando esto termine, ¿quién será responsable de las órdenes erróneas que se dieron? ¡Quien las ejecutó será el responsable! ¿No cree que debería reflexionar seriamente sobre esto por su propio bien y el de su familia? Se lo digo sinceramente por su bien. Espero que lo piense bien».

Sentí que le estaba contando todo esto desde el fondo de mi corazón, por el bien de esta vida. Sentí que intercambiábamos ideas con sinceridad y percibí su amabilidad y racionalidad. Por su expresión, supe que realmente lo estaba reflexionando. Concluimos nuestra reunión en un ambiente armonioso.

Más tarde, este juez me ayudó a contactar al presidente del Tribunal Supremo y poco después me reuní con él. Antes de nuestra reunión, el presidente del Tribunal Supremo leyó los documentos legales que yo había presentado. Me dijo: «Usted tiene el nivel para un posgrado». Le respondí: «Me considero un aficionado, pero me he esforzado mucho para poder conversar con usted algún día. Me he preparado a fondo desde el punto de vista jurídico para poder compartir conocimientos con profesionales como usted».

Me dijo: «Creo que no solo te preocupa tu caso». Me sorprendió su gran capacidad de comprensión y le respondí: «Hay mucho caos en la sociedad ahora mismo, y desastres constantes; nunca antes en la historia de la humanidad se había visto una situación tan grave. La humanidad en su conjunto está en crisis, especialmente por la pandemia de COVID-19. Solo cuando los seres humanos mejoren sus valores morales se podrá resolver este problema, y Falun Gong está trabajando en ello».

Continué: “Ustedes siguen las directrices de los líderes del PCCh en los casos de condena. Parece que no han hecho nada malo, pero si las órdenes superiores son erróneas e ilegales, ¿acaso no están ustedes mismos infringiendo la ley al seguirlas?”.

Ese día hablamos mucho. No entraré en detalles. Finalmente, este presidente del Tribunal Supremo aceptó renunciar al PCCh y me dijo que, si en el futuro tuviera que ocuparse de casos de Falun Gong, intentaría alargarlos y evitar llevarlos a juicio siempre que fuera posible. ¡Me alegro mucho por la decisión que tomaron el juez y el presidente del Tribunal Supremo!

Conclusión

Tras más de una década de práctica de cultivación, de ser un joven común que desconocía el mundo, ahora soy un practicante de Falun Dafa que actúa según las enseñanzas del Fa de Shifu. Me he convertido en un ser que participa activamente en la salvación de los seres. El Fa del universo me fortalece; es Shifu quien me cuida y me protege en cada paso.

Este es un proceso extraordinario y arduo. Validar el Fa mediante la ley es un esfuerzo conjunto entre practicantes en el foro de la justicia y aquellos a mi alrededor. Es, además, un proceso de sólida cultivación, de cambiar nociones y de validar el Fa.

Los seres conscientes vienen de niveles superiores y poseen fundamentos profundos. Su conciencia, pensamientos bondadosos, sabiduría y razón están velados por el polvo. Todo lo que tenemos que hacer es emplear todos los medios a nuestro alcance para remover ese polvo y permitirles ver la luz y el futuro. ¡Gracias, Shifu!

(Artículo seleccionado para el 22.º Fahui de China en Minghui.org)