(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa antes del 20 de julio de 1999. Apenas tenía treinta y tantos años, pero estaba plagada de dolencias. La gente me decía que aparentaba cuarenta o cincuenta años. Sufría de artritis reumatoide severa, síndrome postraumático cerebral, diversas neuralgias y otras dolencias. Busqué tratamiento médico por todas partes y gasté una fortuna, pero nada me ayudó. Sentía que la vida era dura y agotadora, y me sentía perdida. Mi suegra y mi esposo me contaron que, después de que uno de nuestros vecinos comenzara a practicar Falun Dafa, todas sus dolencias desaparecieron, y me alegré muchísimo. Esa noche, después de cenar, fui a la casa de una practicante y ella puso una grabación de Shifu enseñando el Fa (las enseñanzas). Después de escucharla, me sentí como una persona completamente diferente. Caminaba con ligereza y una profunda sensación de paz.
Sabía que Shifu cargaba una montaña de yeli por mí, porque todas mis dolencias habían desaparecido. Durante más de 20 años, no necesité tomar ni una sola pastilla ni recibir inyecciones. Me siento sana, camino con energía y trabajo con la misma dedicación que una persona joven. Puedo trabajar todo lo que quiera cada día sin cansarme. Por primera vez, experimenté lo que es estar libre de enfermedades. Amigos, familiares y vecinos dicen que me veo más joven. Le agradezco a Shifu por darme un cuerpo sano y permitirme experimentar la naturaleza extraordinaria y milagrosa de Dafa. ¡Le estoy agradecida a Shifu por darme una segunda oportunidad!
Las siguientes son mis experiencias de cultivación mientras cuidaba a los ancianos de mi familia.
Mis suegros tenían seis hijos, y mi esposo era el segundo mayor. Sus padres lo querían muchísimo. En diciembre de 1990, mi suegro falleció de cáncer de pulmón. Dos años después, mi suegra vino a vivir con nosotros. Antes de morir, mi suegro les pidió a los hijos que le dieran a su madre 240 yuanes al año. Pero los hermanos de mi esposo se negaron a darle algo, así que mi suegra tuvo que pedirlo cada año. Pensé: «Haré como si mi esposo fuera su único hijo. No me arrepentiré, pase lo que pase». Me preparé mentalmente y, después de hablarlo con mi esposo, decidimos invitarla a vivir con nosotros.
Al pasar tanto tiempo con mi suegra, era inevitable que mi estado de ánimo se viera alterado a veces. Al principio, mi mente estaba en constante agitación y me sentía muy incómoda. Pero los practicantes tienen un arma mágica: cuando las cosas se ponen difíciles, saben que hay un área que necesitan cultivar. Al mirar hacia adentro, pueden identificar el apego que esta interfiriendo. Mediante el estudio continuo del Fa y el uso de los principios de Dafa para identificar mis apegos, puedo eliminarlos. Mi xinxing mejoró, mi corazón se expandió y todo fue mejor. Mi relación con mi suegra mejoró cada vez más. Cuando salimos juntas, algunas personas mayores que no la conocen le preguntan: "¿Es su hija?". Mi suegra siempre responde con orgullo: "No, es mi nuera".
Pasaron algunos años y la salud de mi suegra empeoró. Desarrolló Alzheimer y ya no podía valerse por sí misma. Durante mucho tiempo, tuvo problemas para controlar sus evacuaciones, y a menudo, sin darse cuenta, defecaba en la cama, en la colcha, en sus pantalones, en el suelo, o incluso en el inodoro. Cada vez que se ensuciaba la ropa, no me enojaba. Al contrario, la consolaba y la cuidaba. Lavar su ropa y colchas manchadas de heces era muy difícil. Al principio, no podía controlar las náuseas. Más tarde, al estudiar el Fa y mirar hacia adentro, me di cuenta de que mi apego era el miedo a la suciedad. La verdadera suciedad no era externa, sino interna. Una vez que superé ese miedo, todo mejoró. Desde entonces, mi corazón y el de mi suegra siempre estuvieron unidos, sin barreras.
Mi esposo enfermó y falleció en 2017. Esto fue un golpe devastador para mi suegra, y su salud mental empeoró drásticamente. Alguien me sugirió que la enviara a vivir con sus otros hijos. Recordé que los principios rectos de Falun Dafa son Verdad, Benevolencia y Tolerancia. No se trata de meras palabras: ante los problemas, debemos cumplir con nuestras responsabilidades y obligaciones de acuerdo con estos principios. Mi compasión afloró, disipando mi temor al sufrimiento y la pérdida. Ya no tenía que preocuparme por las ganancias y pérdidas mientras ayudaba a los ancianos.
Al mirar hacia adentro sobre mi camino, me embarga la emoción. Antes, cuando tenía treinta y tantos, la gente decía que aparentaba cuarenta o cincuenta años. Ahora, cerca de los setenta, gozo de la salud de una persona joven. Mi cabello se ha vuelto negro, camino con paso ligero y jamás me canso. Lo más importante es que encontré los principios que guian mi vida y comprendo su significado profundamente. Sin importar la presión que enfrente, me lleno de esperanza. Gracias a que cultivo el Dafa más puro y tengo al Shifu más puro, puedo afrontar cualquier desafío con una actitud recta y no me altero ante lo que me enfurece. Mi único deseo es validar el Fa y mostrar la belleza de Dafa. Me rijo estrictamente con los principios de Falun Dafa: Verdad, Benevolencia y Tolerancia, y bañada por la gracia del Fo de Dafa, vivo una vida plena y feliz.
Sé que aún estoy lejos de cumplir con los requisitos del Fa. Debo esforzarme por cultivarme bien, hacer las tres cosas que Shifu nos pide y debo hacer todo lo posible para ayudarlo en la rectificación del Fa, ayudarlo a salvar a los seres conscientes y seguir adelante con valentía.
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