(Minghui.org) Recogí a mi madre cuando salió de prisión en 2022. En aquel entonces, la normativa local exigía que, al ser liberadas, las practicantes de Falun Gong fueran entregadas a la Oficina 610 del Comité de Asuntos Políticos y Jurídicos, al comité vecinal y a la estación de policía local. Solo después de que representantes de estas tres entidades se reunieran y tomaran una foto grupal como prueba, se las ponía en libertad.

Ese día, cuatro o cinco jóvenes agentes de la estación de policía local vinieron a reunirse con el personal de las otras dos entidades. Tras hablar con ellos, su actitud se suavizó, así que les hablé de Falun Gong. Cuando fui a llevar a mi madre a casa, no nos acompañaron.

Pensé que el asunto había terminado, pero en octubre, de repente, la policía me llamó y me dijo que querían venir a mi casa a ver a mi madre. Me di cuenta de que las viejas fuerzas estaban aprovechando cualquier oportunidad para perseguir a las practicantes, así que inmediatamente envié pensamientos rectos.

Tras enviar pensamientos rectos durante un rato, comprendí que no debía verlos simplemente como represores. Aunque eran policías, también eran seres conscientes que esperaban ser salvados; tenía que asegurarme de que comprendieran la verdad sobre Dafa.

En ese momento, el oficial volvió a llamar y dijo que vendría a mi casa. Como había otros practicantes en casa, rechacé su petición. Le dije que viniera sobre las cinco o las seis de la tarde, y aceptó.

Después de que los demás practicantes se marcharan, envié pensamientos rectos una vez más. Esta fue la experiencia más profunda que tuve en todos mis años de práctica: mi mente estaba excepcionalmente tranquila, mi cuerpo inmóvil. Sentí claramente la bendición de Shifu.

Vi una cúpula transparente e incolora salir volando de mi dimensión, que envolvió instantáneamente a los dos policías. No sabía cuántos policías venían a mi casa. El propósito del escudo era bloquear a todos los espíritus del Partido Comunista Chino (PCCh) que los manipulaban. Envié pensamientos rectos durante más de dos horas.

Cuando la policía llamó a la puerta, los invité a pasar y les serví té. Fueron muy educados y respetuosos.

Les dije: «Apaguen las cámaras corporales. Tengo algo que decirles». Las apagaron. Entonces pregunté: «¿El caso de mi madre es de su jurisdicción? ¿Saben siquiera qué es Falun Gong?». Ambos negaron con la cabeza en silencio. Dije: «Permítanme explicarles en qué consiste Falun Gong».

Comencé relatando el incidente de la autoinmolación en la Plaza de Tiananmen, orquestado por el PCCh, y luego hablé de la notable transformación física y mental que mi madre experimentó tras practicar Falun Gong. Escucharon en silencio.

Un agente dijo: «Me transferí del ejército a la policía. Me duelen mucho las piernas, ¿puede Falun Gong ayudarme?». Respondí que, mientras uno crea sinceramente, pueden ocurrir milagros.

Les pregunté: «¿Alguno de ustedes se ha unido al PCCh, a la Liga Juvenil Comunista o a los Jóvenes Pioneros?». El hombre que había estado en el ejército dijo que se había unido al Partido, mientras que el otro dijo que se había unido a la Liga Juvenil. Les aconsejé que  renunciaran a esas organizaciones para forjarse un futuro mejor. Les insistí en que recordaran: «Falun Dafa es bueno. Verdad, Benevolencia-Tolerancia es bueno».

Aceptaron con agrado mis sugerencias. Se marcharon con buen ánimo. Al abrir la puerta y verlos partir, las lágrimas afloraron a mis ojos. Aparentemente, parecía un intento de fuerzas malignas por perseguir a los practicantes de Dafa; sin embargo, nuestro compasivo y magnífico Shifu revirtió los designios de las viejas fuerzas para salvar a estos hombres.

Shifu nos dijo:

«La compasión puede disolver Cielo y Tierra y traer la primavera

Los pensamientos rectos pueden salvar a la gente en el mundo» 

(El Fa rectifica el cosmosHong Yin (II)).

Por primera vez, experimenté el poder de la compasión. En verdad, todos los seres anhelan ser salvados; son nuestras nociones humanas y corazones los que nos impiden rescatarlos.

Unas dos semanas después, aquel policía me llamó de nuevo y me dijo: «Hermana, muchísimas gracias. Mi pierna está mucho mejor. He estado recitando “Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno” todos los días, tal como me dijiste. Ya no me ocuparé de casos de Falun Gong».

Ver una vida salvada me llena el corazón de una inmensa alegría. En el fondo, sé muy bien que Shifu está obrando. Todo lo que necesitamos hacer es seguir los estándares del Fa, elevar nuestro carácter, y Él traerá a quienes tengan conexiones predestinadas con nosotros; todo está dispuesto por Shifu. Mientras sigamos adelante, Shifu dispondrá lo mejor.