(Minghui.org) En un aula cálida y acogedora de una escuela primaria en Pingtung, al sur de Taiwán, los niños escuchan en silencio las melodías relajantes de música sinfónica. La música proviene de la plataforma audiovisual de Shen Yun y forma parte de la rutina matutina de la profesora Chen Jingrong.

Chen, quien recientemente recibió el máximo galardón educativo de Taiwán, el Premio a la Excelencia Docente, ha dedicado los últimos 27 años a sembrar bondad y belleza en el ámbito educativo con perseverancia y compasión. Todo comenzó en 2002, cuando inició su práctica en Falun Gong (también conocido como Falun Dafa).

La profesora Chen Jingrong (segunda desde la derecha) recibe el Premio a la Profesora del Año 2025 de manos del presidente Lai Ching-te (centro). El ministro de Educación, Cheng Ying-yao, está a la izquierda; el primer ministro, Cho Jung-tai, segundo por la izquierda; y su padre, a la derecha.

Iniciando la cultivación, despidiéndose de la enfermedad y el sufrimiento

Tras graduarse del Colegio Normal de Chiayi, (Ahora Universidad Nacional de Chiayi) Chen regresó a su ciudad natal para enseñar. Como exmiembro de la selección nacional de voleibol de Taiwán, entre sus logros se incluye una medalla de bronce en la categoría juvenil femenina de la Copa Asiática. Sin embargo, tras esta gloria se escondía un cuerpo plagado de lesiones deportivas, agravadas por erupciones cutáneas crónicas, dolores reumáticos y amigdalitis recurrente. Recordaba: «Cada día, después del trabajo, estaba completamente agotada, tanto física como mentalmente».

En abril de 2002, por recomendación de un colega, Chen asistió a un taller para profesores de Falun Dafa. Quedó profundamente conmovida al escuchar a los practicantes describir cómo su salud física y mental había mejorado gracias a la práctica de Falun Dafa. Pensó: «Esta práctica es maravillosa. Enseña a las personas a ser buenas y también conduce al bienestar físico y mental». Decidió practicar Falun Dafa.

Ese verano, viajó a Canadá y llevó consigo sus medicamentos recetados. Disfrutó de las actividades diurnas y, por la noche, practicaba los ejercicios de Falun Dafa y leía el libro Zhuan Falun. Dos semanas después, al regresar a Taiwán, se asombró al darse cuenta de que, aunque no había tomado ni una sola pastilla, se sentía completamente bien. «Desde 2002 no he tomado ningún medicamento». Su sarpullido, el dolor reumático y la amigdalitis habían desaparecido por completo.

Chen encuentra la práctica de Falun Dafa maravillosa. Cuando practicaba artes marciales antes, tenía que considerar la dirección, el horario y numerosas restricciones. Ahora, su escuela cuenta con un espacio para practicar Falun Dafa donde puede realizar los ejercicios por la mañana. Si no puede asistir a la sesión matutina, puede practicar después del trabajo. Si no puede asistir a ninguna de las dos, puede practicar en casa. «Puedes practicar según tu propio horario, lo cual es mucho más conveniente hoy en día».

Un corazón en paz trae una vida tranquila

La recuperación de la salud de Chen fue solo el comienzo de su camino de cultivación. Lo más profundo fue la transformación de su corazón.

Antes de comenzar a practicar, Chen se preguntaba a menudo: "¿De dónde venimos y adónde vamos cuando morimos?". Leía libros de psicología buscando respuestas, pero seguían surgiendo nuevas preguntas. Tras practicar Falun Dafa, muchas de ellas se resolvieron sin esfuerzo.

Estaba en paz, física y mentalmente, libre de ansiedad, pánico y preocupación, alcanzando una profunda calma interior. Como ella misma lo describe: "Entiendes exactamente lo que tienes que hacer y adquieres una comprensión más profunda de la vida. Tu paz interior perdura".

Chen Jingrong participando en la actividad de formación de los caracteres en la Plaza de la Libertad en 2025.

Chen recuerda que, antes de comenzar a cultivarse, solía reflexionar sobre muchas cosas durante mucho tiempo. Pero después: “Aunque en mi interior pueda haber inquietud, esta se disipa rápidamente en calma. Mi corazón está en paz, en un estado de libertad natural. Ante las dificultades, tras estudiar el Fa e identificar mis apegos, la paz interior y la libertad son indescriptibles”.

Sembrando las semillas de Verdad-Benevolencia-Tolerancia en el aula

Practicar Falun Dafa no solo mejoró la salud física de Chen y elevó su carácter, sino que, aún más importante, le brindó una sabiduría que influyó en su trabajo. Adquirió una comprensión más profunda de cómo enseñar a los estudiantes con eficacia, guiándolos con un corazón amable y compasivo. Sus logros docentes han recibido grandes elogios de su director, colegas y padres de alumnos por igual.

Estudiantes demostrando los cinco ejercicios.

En 2003, Chen asumió el cargo de consejera escolar, ayudando a abordar problemas de conducta entre algunos estudiantes. Durante sus descansos para almorzar, organizaba sesiones de consejería grupal donde estos estudiantes aprendían Falun Dafa, con el firme apoyo de sus padres. Los profundos pero accesibles principios de Zhuan Falun elevaron el carácter moral de los estudiantes, lo que conllevó importantes mejoras físicas y mentales para muchos. Xiao Ying y Xiaoqing son dos ejemplos.

Xiao Ying, que entonces cursaba quinto grado, dijo: «Antes de practicar Falun Dafa, era rebelde y tenía mal genio. A menudo me peleaba con mi hermana. Cuando papá me regañaba, siempre pensaba que era injusto: ¿por qué a mí y no a mi hermana?

Después de empezar a practicar y leer Zhuan Falun, me di cuenta de que nunca había reflexionado sobre mis errores. Comencé a mirar hacia dentro para identificar mis propias faltas, y mi hermana y yo acordamos ciertas reglas, lo que mejoró nuestra comunicación. Estoy agradecida por tener la oportunidad de aprender una práctica tan maravillosa. No solo mejoró mi salud, sino que también me ayudó a superar mi mal genio y me enseñó a tratar a los demás con amabilidad».

Xiaoqing, otra alumna de quinto grado, dijo: “Antes tenía mala salud y a menudo me mareaba y me cansaba. Después de aprender Falun Dafa con mi madre, aprendí que ‘...la materia blanca se obtiene justamente por haber sufrido, pasado por pesares y haber hecho obras buenas’ (Cuarta LecciónZhuan Falun). Aprendí a ser tolerante y a no guardar rencor a mis compañeros. En casa, cuando veo a mi mamá trabajando duro, tomo la iniciativa de ayudar con las tareas.

“Después de estudiar el Fa y practicar los ejercicios, mi madre y yo gozamos de mejor salud. En los últimos dos años, no nos hemos enfermado ni hemos tenido que ir al médico. Me encanta venir a la clase de asesoramiento grupal porque practicar los ejercicios nos mantiene sanas y nos tranquiliza la mente”.

Hace ocho años, Chen se trasladó a su escuela actual. Utilizó horarios de clase flexibles y cursos integrados, combinando los programas “Niños Celestiales” y “El Maravilloso Mundo de los Caracteres Chinos”, para cultivar el carácter moral de los estudiantes. Creó un canal de aula virtual de Gan Jing World y proyectó videos y música de Shen Yun. También ponía música de Shen Yun durante los periodos de estudio individual de la mañana y a la hora del almuerzo.

La transformación de un estudiante dejó una profunda impresión en Chen. “Cada vez que ponía videos de Shen Yun, se quedaba mirando la pantalla con una sonrisa”. Durante cada sesión de análisis de las representaciones de Shen Yun, siempre era el primero en levantar la mano. Le encantaba ver “La Búsqueda del Tesoro del Palacio del Dragón” y decía: “Quiero hacer buenas obras como ustedes”. Algunos niños escribieron que les encantaba la música de Shen Yun porque les tranquilizaba.

Además, un niño de la clase que padece TDAH y síndrome de Asperger solía faltar a clase por problemas familiares, sentía resentimiento hacia su madre y tenía episodios de ira. Guiado por los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, Chen se comunicó pacientemente con la madre del niño, dedicando tres años a ayudarlos a sanar su relación. «De romper cosas a desearle sinceramente lo mejor a su madre», la transformación del niño surgió del poder de la compasión, la paciencia y la aceptación.

Chen ha observado que las actuaciones de Shen Yun influyen profundamente en el desarrollo del carácter de los niños. «Los profesores disfrutan dando clase a mis alumnos, diciendo que son realmente diferentes. Cuando entran en el aula, perciben una fuerza estabilizadora y sienten que los alumnos son como ángeles, excepcionalmente serenos». La mayor concentración y el mejor rendimiento de los alumnos en todas las asignaturas son evidentes para todos, y han recibido una fuerte aprobación por parte del director y los jefes de departamento.

Gloria y gratitud a Falun Dafa

En el aula, Chen no solo imparte conocimientos, sino que también utiliza el amor y la acción para enseñar a sus alumnos empatía y apoyo mutuo, creando un ambiente cálido y lleno de energía positiva. Un padre escribió: «Es una verdadera bendición para nuestros hijos haberla conocido. Estoy profundamente agradecido por la dedicación con la que se entrega a los niños de su clase, permitiéndonos a los padres presenciar juntos su crecimiento y transformación. Veo en usted una gran pasión por la educación. Que su entusiasmo por la enseñanza nunca se apague».

En julio de este año, después de que Chen se enterara de que había ganado el Premio a la Excelencia Docente, expresó su sincera gratitud al Maestro Li Hongzhi, fundador de Falun Dafa.

En la sección de agradecimientos de su formulario de nominación, escribió: «Estoy profundamente agradecida a nuestro Shifu por guiarme personalmente con sus palabras y acciones, enseñándome con paciencia sinceridad, bondad y perseverancia». Me ha enseñado a ser una buena persona —e incluso mejor— en la vida diaria, en el trabajo y con mi familia. Gracias, Shifu, por brindarme una fuente inagotable de sabiduría a lo largo de mi vida.

En esta era de desafíos y convulsiones educativas, con la compasión, la firmeza y la sabiduría de una practicante, Chen cultiva e inspira silenciosamente a las mentes jóvenes. Su historia nos inspira a creer que la verdadera educación comienza con la cultivación interior. Recorriendo este camino donde la enseñanza y la autocultivación avanzan de la mano, siembra las semillas de la luz y el amor.