(Minghui.org) Quisiera compartir algunas historias recientes sobre cómo he estado aclarando la verdad a las personas.

El asesinato de Charlie Kirk impulsa a jóvenes estadounidenses a firmar una petición para poner fin al Partido Comunista Chino

El 17 de septiembre, una semana después del asesinato del activista juvenil conservador estadounidense Charlie Kirk, fui a la estación de autobuses después del trabajo, como lo hago todos los días, para hablar con la gente sobre la persecución a Falun Dafa por parte del Partido Comunista Chino (PCCh). Me abrí paso entre la multitud que esperaba el autobús, pidiendo a cada persona que firmara una petición para poner fin al PCCh.

Al acercarme a un joven alto, absorto en su teléfono, repetí mi introducción habitual:
«Hola, estoy recolectando firmas para una petición que busca acabar con el malvado Partido Comunista Chino. Por favor, firma para mostrar tu apoyo».
Él sonrió, levantó la mirada y preguntó: «¿Puedes contarme de qué se trata?».

Le expliqué que practico Falun Dafa y le mostré un folleto sobre los practicantes perseguidos en China, incluyendo información sobre la sustracción forzada de órganos a presos de conciencia por parte del PCCh. Le describí cómo el PCCh suprime Falun Dafa tanto dentro de Estados Unidos como en todo el mundo.

También le informé que el PCCh presuntamente exporta precursores de fentanilo a Estados Unidos, contribuyendo a la crisis de los opioides. Mencioné que Peter Schweizer, un escritor conservador vinculado a un centro de pensamiento estadounidense, descubrió mediante su investigación que muchos grupos radicales y violentos que operan en suelo estadounidense están directa o indirectamente financiados por el PCCh, con la intención de socavar y dividir a Estados Unidos desde dentro.

Al escuchar esto, el joven mostró sorpresa y preocupación. Preguntó:
«Entonces, ¿cuál es el propósito de firmar esto?».
Le respondí:
«¿Eres consciente del costo del silencio? ¿Sabes cuánto dinero gasta el PCCh para ocultar sus crímenes? El mal persiste porque personas buenas como nosotros no hacemos nada. Al firmar, estamos exponiendo el mal por medios pacíficos».
Después de oír esto, tomó la pluma y firmó su nombre.

Luego dijo:
«¿Sabes qué? Te he visto muchas veces, y cada vez que me pedías firmar, me negaba. Porque pensaba que el Partido Comunista Chino es demasiado poderoso: firmar no cambiaría nada. Pero recientemente, con el asesinato de Charlie Kirk, me di cuenta de que la gente realmente puede morir solo por decir la verdad».

Le pedí disculpas por haberle pedido firmar tantas veces, explicándole que veo a tantas personas al día que a veces olvido sus rostros. En ese momento llegó el autobús. Tomó el folleto, se despidió y se fue.

Más tarde reflexioné: ¿por qué el asesinato de Charlie Kirk lo conmovió para firmar la petición? Recordé que Kirk había dicho:
«El PCCh es la mayor amenaza para Estados Unidos»,
y que a menudo denunciaba los peligros del comunismo. Tal vez esa conexión entre ambos hechos —una llamada mundial para poner fin al malvado PCCh— resonó en él.

Apoyo de un bondadoso policía

Ese mismo día me encontré con otro joven. Me acerqué a él para aclararle la verdad, le expliqué y le di el folleto.

Él me miró y dijo: «Ya sé todo eso». Sin dudarlo, tomó la pluma y firmó. Luego abrió su cartera y me mostró sus credenciales. ¡Me quedé sorprendida! Era un policía encubierto en servicio, mezclado entre la multitud como cualquier otra persona.

«Estamos de tu lado, no te preocupes», me dijo. Y se marchó.

No era la primera vez que me encontraba con oficiales de policía. Generalmente, después de escuchar la verdad, me dicen:
«Sé quién eres. Soy policía, pero no puedo firmar mientras estoy de servicio».
Sin embargo, este oficial firmó primero y solo después reveló su identidad.

Llevo años aclarando la verdad cara a cara en público. Hasta hace poco, nunca había encontrado policías de civil; esto parece haber empezado solo en los últimos meses. Cuando él firmó la petición, pensé que lo hacía porque realmente comprendía la naturaleza malvada del PCCh y quería mostrar su apoyo. Su integridad y bondad me conmovieron profundamente.

¿Podrías hablarme de Shen Yun?

Un día, me encontré con dos jóvenes entusiastas, ambas de unos veinte años. Me acerqué a pedirles sus firmas. Tan pronto como mencioné Falun Dafa, una de ellas interrumpió emocionada:
«Dime, ¿qué es eso de Shen Yun?».

Se notaba que había oído hablar del Partido Comunista Chino, de Falun Dafa y de Shen Yun, pero estaba confundida por la constante desinformación del PCCh. No sabía realmente qué era Shen Yun y se sintió aliviada de poder preguntar a alguien en persona.

Le expliqué que la misión de Shen Yun es revivir la auténtica cultura tradicional china, mostrando la riqueza de la civilización de China antes del comunismo. Le conté que el impresionante legado cultural de cinco mil años casi fue destruido durante el casi siglo de dominio del PCCh. También le hablé de cómo las actuaciones de Shen Yun presentan personajes históricos, cultura tradicional y relatos contemporáneos, algunos de los cuales exponen los abusos a los derechos humanos y la sustracción forzada de órganos en China hoy en día.

Le expliqué que por eso el régimen chino utiliza los medios estadounidenses para difundir mentiras atacando a Shen Yun, intentando impedir que la gente lo vea.
Tras escucharme, la joven exclamó feliz:
«¡Voy a contarle a todos lo que aprendí!».
Ambas firmaron la petición para poner fin al Partido Comunista Chino.

Inspirar la bondad y abrir las mentes

Después de firmar la petición, algunas personas se quedan conversando. Siempre les agradezco su apoyo y les recalco la importancia de inspirar a todos a participar en detener el mal.

Les hago notar la verdadera naturaleza del PCCh: sus tácticas incluyen sembrar discordia entre las personas, provocar conflictos entre distintos grupos, incitar al odio y difundir desinformación. Les digo que es esencial mantener la mente abierta y buscar la verdad.
Libros como Nueve comentarios sobre el Partido Comunista y Cómo el espectro del comunismo rige nuestro mundo ayudan realmente a las personas a abrir su mente.