(Minghui.org) Tuve la suerte de comenzar a practicar la cultivación a temprana edad, cuando aún era una niña. Era una joven practicante de Falun Dafa. Al pensar en este título, me siento reconfortada y honrada. En ese entonces, podía leer sola Zhuan Falun, el texto principal de Falun Dafa. También iba con mis padres al lugar de práctica para hacer los ejercicios y leer Zhuan Falun. Comprendí que debía ser una buena persona, decir la verdad y ser tolerante con los demás.
La persecución comenzó en 1999, y gradualmente me alejé de Dafa y me rezagué en el proceso de la rectificación del Fa de Shifu. Sin embargo, Dafa quedó profundamente grabado en mi corazón. Sabía que Dafa era bueno y entendía que una buena persona sigue los principios de "Verdad-Benevolencia-Tolerancia".
Cuando estudiaba en la universidad, ocasionalmente leía las nuevas conferencias de Shifu, pero no continué con mi camino de cultivación. Me preguntaba qué significaba ser una buena persona; comparada con los de mi entorno, seguía considerándome bastante decente. Sin embargo, no me asimilaba al Fa, ni me exigía más, ni experimenté la belleza que brinda la cultivación en Dafa. Cuando oía a otros hablar mal de Dafa, me faltaba el valor para aclarar los hechos. Ahora, al recordar el pasado, me siento avergonzada.
Regresando a la cultivación
Después de casarme, mi esposo siempre me consentía y cedía ante mí. Esto me infundió confianza, lo que me llevó a la arrogancia y a ser dominante. Me enojaba al instante si no estaba de acuerdo, y tenía que conseguir que él estuviera de acuerdo conmigo, o él me persuadía a que yo cediera. Era terca y reacia a ceder, insistiendo en hacer en casa las cosas, a mi manera, fueran grandes o pequeñas. Rara vez inclinaba la cabeza o le pedía disculpas, pues nunca creía estar equivocada.
Con los años, en lugar de apreciar su cortesía y generosidad, me volví aún más dominante y egocéntrica. Empecé a imponerme cada vez más a mis amigos y familiares, usando palabras duras. Le exigía cada vez más a mi esposo y lo culpaba constantemente si no las cumplía. Esto tensó mis relaciones con quienes me rodeaban. Culpaba a todos los demás, creyendo que me trataban pobremente y me fallaban. Durante ese tiempo, me sentía constantemente infeliz e insatisfecha. Pero después, la turbulencia en mis relaciones familiares, me obligó a reflexionar sobre mi comportamiento pasado y aprendí a ceder. Sin embargo, fue una concesión a regañadientes, y sentía que era solo temporal.
La oportunidad finalmente llegó cuando regresé a la cultivación en Falun Dafa. Gracias a la gracia salvadora de Shifu, quien no abandonó a la joven practicante de aquel entonces. Me sentí muy feliz, cuando regresé a la cultivación.
No tenía un ambiente de cultivación grupal. Fue Shifu quien me guió paso a paso para ponerme al día con el proceso de la rectificación del Fa. Leí la mayoría de sus nuevos artículos y aprendí a enviar pensamientos rectos. Al leer artículos de experiencias de otros practicantes, también aprendí a mirar hacia dentro. Desde entonces, me he cultivado durante casi dos años. Al recordar mi comportamiento cuando era joven, me siento avergonzada. Me siento afortunada de cultivarme en Dafa. Es Dafa lo que me ha cambiado poco a poco.
Al principio, por mucho que lo intentara, no sabía cómo mirar hacia dentro. A mi parecer, todo parecía ser culpa de los demás. Intentaba tolerar, y a veces llegaba al punto de no poder contener la ira. Después de eso, hacía la meditación sentada. Más tarde aprendí que cuando estaba enojada, no debía hacer los ejercicios. Cuando volví a sentirme desequilibrada, iba y copiaba a mano Hong Yin y leía las nuevas conferencias de Shifu. Al hacerlo, mi corazón se aliviaba. Soy una practicante y necesitaba mejorar. ¿Cómo iba a discutir con una persona común? Esto era para ayudar a mejorar mi xinxing. Al pensar en ello, podía soltar mi ira y tranquilizarme. Antes, era absolutamente imposible calmarme sin que mi marido me persuadiera. Después de templar mi xinxing una y otra vez, fui expandiendo mi mente poco a poco. Así, mi xinxing mejoró.
He experimentado múltiples pruebas de xinxing en casa durante los últimos dos años, grandes y pequeñas. Gracias, Shifu, por sus cuidadosos arreglos, para que pudiera llegar a madurar gradualmente.
Ayudando a mis padres a pagar el préstamo del coche
El préstamo del coche de mi padre llevaba más de un año de retraso y no podía pagarlo. Por lo tanto, los intereses seguían acumulándose. Hablé con él para, primero ayudarle a pagar el préstamo, luego vender el coche y pagarnos con las ganancias. Así, él no tendría que preocuparse por el préstamo y yo podría recuperar mi dinero. Después de varias conversaciones, aceptó.
El proceso de pago del préstamo estuvo plagado de ansiedad y confusión. Acontecimientos pasados me habían hecho desconfiar de mis padres y me preocupaba que usaran el dinero en otra cosa después de vender el coche.
Después de liquidar el préstamo, respiré aliviada y estaba a punto de hablar de vender el coche, pero mis padres cambiaron de opinión repentinamente, diciendo que no conseguían un buen precio, que nadie lo quería, etc.
Yo solía ser intolerante, y si alguien no cumplía su promesa, me ponía furiosa, sintiéndome traicionada y humillada. No soportaba que me engañaran. Si no hubiera vuelto a la cultivación, le habría preguntado furiosa y en voz alta, porqué no hacía lo acordado. En ese caso, habría encontrado la manera de vender el coche, aunque no fuera por el dinero, solo para desahogar mi ira. El asunto no se resolvería hasta que se vendiera el coche.
Sin embargo, como practicante, uno necesita mejorar su xinxing y tener un gran corazón de tolerancia. Al enterarme de que mi padre no quería vender su coche, no desahogué mi ira, sino que tuve que soportarla. No tenía otra opción.
Shifu dijo:
“Para los dioses, si un cultivador en el mundo humano tiene razón o está equivocado no tiene en absoluto importancia, sino que eliminar el apego de los corazones humanos es importante. En el xiulian, cómo quitar los corazones de apego es lo importante. (Aplausos) Enfrenta la injusticia más grande y trátalo sin importancia, sin que se mueva el corazón, y no busques justificaciones para ti mismo. Hay muchos asuntos que ni necesitas debatirlos, porque en tu camino de xiulian no hay nada accidental, tal vez en una conversación algo te toca, tal vez este factor que tiene el propósito de causar conflictos fue hecho por Shifu. Tal vez lo que él dijo realmente te afecta, te ha tocado donde te duele, por eso te sientes afectado. Tal vez te culpa erróneamente, pero esa frase no necesariamente fue dicha por él, sino que tal vez la dije yo. (Risas) En aquel momento voy a ver cómo tratas estos asuntos, en aquel momento, si tú chocas con él sería como chocar conmigo. (Shifu ríe) (La audiencia ríe, aplausos). Hoy hablamos hasta acá. Puedo quitar todas las cosas, pero el hábito formado absolutamente tienen que quitarlo ustedes, tienen que quitarlo definitivamente, tienen que quitarlo sin falta” (Enseñando el Fa en Manhattan, Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. X).
Comparado con lo que dijo Shifu, no abordé el asunto con calma. Lo sentí injusto y me preocupé por lo que estaba bien o mal en la superficie. No fui lo suficientemente tolerante y mi comportamiento no estuvo a la altura de los requisitos establecidos por Shifu.
Mirando hacia dentro, mi motivo para ayudar a mi padre a pagar el préstamo de su auto no fue puro. Mi punto de partida fue egoísta. Como me preocupaba que el mal historial crediticio de mi padre, debido a sus intereses atrasados, me afectara, quise resolver este asunto cuanto antes. Para minimizar mis pérdidas, planeé dejar que vendiera el coche e ignoré cualquier inconveniente que esto pudiera causarle más adelante. Esta idea era egoísta. Durante la comunicación, también me esforcé por convencer a mis padres para que estuvieran de acuerdo conmigo, lo cual se debía a mi egoísmo y apego al interés personal. A veces, mi tono era un poco fuerte y coercitivo. Siempre me preocupaba que mi padre faltara a su palabra y me engañara, y temía que no vendiera el coche una vez pagado el préstamo. A partir de este incidente, vi mi egoísmo, impaciencia, desconfianza y miedo. Todo ello se debía al interés personal. También tenía resentimiento cuando se perjudicaban mis intereses.
Cuando revisé los artículos de experiencias de los practicantes, vi que muchos abordaban los problemas de las deudas familiares, de forma desinteresada. También había quienes se apegaban demasiado al sentimentalismo, por lo que a veces sus vidas se volvían muy difíciles, ya que apoyaban demasiado a sus familiares, más de lo debido. Vi la brecha entre los demás y yo, y eso me confundió en cuanto a cómo debía abordar este asunto.
En la cultivación, no se puede observar cómo lo hacen los demás y luego copiarlo. Más bien, es necesario tratar al Fa como Maestro. Miré hacia dentro y reflexioné profundamente. Mi motivación fundamental era no querer perder mis ahorros ni compartir mi dinero con los demás. Este era un pensamiento profundamente egoísta e interesado. Lo enmascaré astutamente con la excusa del miedo al apego a la familia, actuando con total hipocresía. Aunque regalar este dinero no afectaría mi vida, mi egoísmo me llevó a centrarme únicamente en mis propias ganancias y pérdidas, en lugar de pensar en los demás. E incluso estaba resentida por ello.
Como practicante, nada de lo que me sucede es accidental; Todas eran cosas buenas que Shifu arregló para ayudarme a mejorar. ¿No estaba viendo al dinero más importante que mi elevación en la cultivación? Shifu nos pidió que fuéramos buenas personas en la sociedad. ¿Lo estaba siendo? Un corazón egoísta no puede dejar que la compasión llegue. Entonces estaba fallando en cumplir con los requisitos de Shifu, de ser compasiva con todos. Dado que mis padres me criaron, darles algo a cambio debería ser algo natural.
Decidí dejar que mis padres se quedaran con el dinero. Mis padres dijeron que había mejorado. Mi esposo también notó los cambios en mis palabras y acciones hacia mis padres, y fue reconociendo Dafa más y más. Con eso, él aprendió a mirar hacia dentro y a abrazar los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia en su vida diaria, también.
Mejorándome en la vida diaria
Shifu siempre usaba a mi esposo para darme consejos. Mi esposo me impulsaba a enviar pensamientos rectos en los horarios establecidos y me corregía cuando no tenía la palma de la mano erguida al enviarlos. Cuando me sentía perezosa, me preguntaba si había hecho los ejercicios. Cuando no podía controlarme, decía: "Sentí que caíste hacia abajo por alguna razón". Cuando supo que al perder la virtud, uno debe pagar el yeli, sufriendo penurias, me dijo: "Mejora pronto, para que no tengas que sufrir penurias". A veces, cuando me daba pereza sentarme en la postura de loto, me lo señalaba. Mi esposo a menudo me ayudaba a mejorar en mi camino de cultivación. Gracias Shifu, por este arreglo benevolente.
Una vez, casualmente, expresé mi opinión sobre algo, y él se molestó un poco, diciendo que todo lo que decía era negativo y lleno de puntos débiles. Inmediatamente lo pensé y descubrí que era totalmente cierto. En lo que respecta a las cosas y a las personas, siempre miraba primero los aspectos negativos y sus defectos, mientras que pasaba por alto el lado positivo y los puntos fuertes. También tendía a recordar los defectos y las cosas desagradables de los demás. A veces, mi mente reflejaba muchas cosas negativas, y era fácil dejar que los pensamientos negativos fluyeran libremente. Como resultado, mi mente se perturbaba y se volvía confusa, y entonces seguía los pensamientos negativos arreglados por las viejas fuerzas para reflexionar sobre las cosas.
A menudo me encontraba criticando a mi esposo por nimiedades de la vida, con un tono de voz cargado de acusación y queja. Le decía que apagara las luces, que organizara sus calcetines y que hiciera la cama al despertarse. También tendía a imponerle mis ideas y desaprobaba su forma de ser. Por ejemplo, le decía cómo poner los platos después de lavarlos, con qué frecuencia debía limpiar la casa, cómo doblar la ropa, etc.
Estaba defendiendo mis preferencias. Había algunas cosas pequeñas de las que podía encargarme por él más tarde, pero egoístamente, no quería hacerlo. Imponerle mis ideas es señal de egocentrismo, de creer que solo mi propia comprensión es correcta. En mi afán por expresarme, mi tono a veces se volvía inconscientemente provocador, sonando cruel e insensible a los sentimientos de los demás. Shifu nos pidió que fuéramos compasivos al tratar a los demás. Mi corazón no era lo suficientemente grande. No podía tolerar ninguna diferencia. En cambio, miraba hacia afuera, culpaba y me quejaba de los demás. ¿Cómo podría surgir la compasión?
No hay cosas pequeñas en la cultivación. Debemos usar Dafa para evaluar cada pensamiento, palabra y acción. Debemos usar nuestros pensamientos rectos para analizar todo en nuestra cultivación y negar por completo cualquier arreglo o elemento de las viejas fuerzas que interfiera.
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