(Minghui.org) Cuando Shifu presentó Falun Dafa por primera vez dio dos cconferencias de diez días en el auditorio de mi lugar de trabajo, pero yo no lo sabía. Más tarde, mi superior me dio una copia del libro Zhuan Falun y me dijo: «Este libro es muy bueno. Échale un vistazo».

Cuando abrí el libro me pareció que la foto de Shifu me resultaba muy familiar, como si lo hubiera visto antes, pero no recordaba dónde. Leí algunas partes del libro, pero no sentí nada especial en ese momento, así que lo dejé y no volví a tocarlo.

Obteniendo el Fa de forma milagrosa

Unos años más tarde, mi familia y yo viajábamos en un autobús muy abarrotado. Al bajar del autobús, me empujaron por detrás, me caí y me golpeé fuertemente contra el suelo. No pude moverme ni hablar durante un rato, mi marido me ayudó a sentarme en el bordillo. Pasó mucho tiempo hasta que recobré el sentido y volvimos a casa en taxi.

Cuando llegamos a casa quise tumbarme a descansar, pero me dolía todo, así que mi marido me llevó al hospital para hacerme una radiografía. El médico me dijo que mis huesos estaban bien y que el dolor se debía a un tirón muscular entre las costillas. Me aseguró que la lesión se curaría en unos días.

Mientras descansaba vino a verme una buena amiga, y después de contarle lo sucedido, sonrió y dijo: «Es hora de que empieces a practicar Falun Dafa». Sacó un ejemplar de Zhuan Falun y dijo: «Asegúrate de leer el libro entero, y entenderás lo que quiero decir».

Más tarde supe que Shifu le dio una pista para animarme a empezar a practicar Falun Dafa.

Esta vez, tuve una experiencia totalmente diferente al leer Zhuan Falun que la de hace unos años. Estaba tan interesada en lo que Shifu decía en el libro que me resultaba difícil dejarlo. El primer día leí la primera lección, mientras leía en la cama mi ojo celestial se abrió y la sensación fue exactamente la misma que la que se describe en el libro. Al día siguiente seguí leyendo y sentí como si ya no estuviera en la cama, sino flotando en una nube. No podía mover el cuerpo, y sólo mi mano podía moverse para pasar las páginas. Leí durante tres horas y media, hasta que mi hijo llegó a casa para comer.

Al tercer día, mientras leía el libro, me quedé dormida con el libro sobre el pecho. De repente, oí un zumbido, por más que lo intenté no pude abrir los ojos. Me pregunté si estaría experimentando la rotación del Falun descrito en Zhuan Falun, parecía tan grande. Sentí mucho calor y quise ver cómo era el Falun, pero cuando por fin abrí los ojos, no vi nada. Más tarde comprendí que esto se debía a que estaba mirando y buscando algo con mis ojos humanos.

Cuando terminé de leer todo el libro, ¡se me había curado el desgarro muscular de las costillas! También desaparecieron las enfermedades que padecía anteriormente, como dolores de cabeza, hiperplasia de las vértebras cervicales, reumatismo y dolores articulares. No podía dejar de leer Zhuan Falun.

Empecé a practicar los ejercicios. Cuando estaba haciendo «El mono dorado dividiendo su cuerpo» en el primer ejercicio, sentí que mi cuerpo se volvía gigantesco. Cuando hice el quinto movimiento, tuve problemas para levantar los brazos. Mientras luchaba, Shifu me ayudó, sentí dos corrientes eléctricas que empujaban mis brazos hacia arriba como dos columnas. Enseguida sentí un hormigueo y calor en los brazos, y noté que Shifu cargaba constantemente las dos columnas eléctricas. Me sentí muy cómoda e hice los ejercicios durante veinticinco minutos.

Más tarde, después de estudiar más el Fa, comprendí que sentía los brazos pesados a causa de mi yeli. Mientras Shifu me ayudaba, también soportaba el ye por mí. ¡Gracias, Shifu! Desde entonces, no importaba cuánto tiempo hacía los ejercicios, nunca volví a sentir dolor o pesadez en los brazos.

Así fue como obtuve el Fa y empecé a cultivarme. Después de estudiar el Fa de forma continuada, comprendí que Shifu dispuso todo lo que necesitaba en mi camino para regresar a mi verdadero hogar. ¡Gracias, Shifu!

Sin duda Shifu me ha protegido

Shifu dijo:

“ …porque tú estás practicando la cultivación y tienes un escudo alrededor de tu cuerpo. Todos ustedes tienen escudos; de otro modo, no sólo interferirían otros con ustedes, sino que también ustedes afectarían a otros” (Exponiendo el Fa en el Fahui para asistentes en Changchun).

Debido a mi entendimiento superficial de los principios del Fa en aquel momento, no entendí lo que dijo Shifu sobre que todos teníamos escudos, e incluso tuve algunas dudas. Pensaba: Mi ojo celestial está abierto, ¿por qué no veo ningún escudo?

Para ayudarme a romper con mi noción de «ver para creer», Shifu lo arregló para que, durante un sueño en el que caminaba sola por un sendero remoto, pudiera ver la existencia de los escudos. De repente, oí que alguien gritaba detrás de mí: «¿Adónde vas? ¡Todavía me debes una vida que no has pagado!».

Miré hacia atrás y vi a un hombre que corría hacia mí con un hacha en la mano. Intenté correr lo más rápido que pude, pero me alcanzó y me golpeó con el hacha en la cabeza. Con los ojos bien cerrados, me agaché agarrándome la cabeza. Al cabo de un rato, todo quedó en silencio. Abrí los ojos y vi que estaba protegida por un escudo transparente; el hacha había cortado el escudo, y el hombre estaba inmóvil.

Me desperté y supe que, efectivamente, estaba protegida por un escudo, y ya no sentí miedo. Me di cuenta de que todo lo que nos dice Shifu es cierto. También tuve la oportunidad de saldar una deuda de ye.

No mucho después tuve otro sueño, en el que un hombre con una pistola en la mano que me ataba y me obligaba a adentrarme en el bosque de una montaña Me dijo: «Me debes una vida, y por eso hoy te enterraré viva». Entonces empezó a cavar una fosa y me metió dentro. Era lo bastante grande para que me tumbara de lado. Entonces empezó a dispararme. Cerré los ojos, pensando: «Esta vez moriré, ya que la fosa no es lo bastante grande para el escudo».

Oí el estruendo de los disparos y sentí cómo las balas golpeaban mi cuerpo. Luego oí al hombre gritar de dolor. Tardé un rato en calmarme, entonces abrí los ojos y me sorprendí de seguir con vida. El hombre, sin embargo, estaba tendido en el suelo cubierto de sangre. Me di cuenta de que las balas habían rebotado y le habían dado a él.

Me desperté y me di cuenta que los escudos que nos da Shifu pueden cambiar de forma. ¡Shifu es verdaderamente omnipotente! También me di cuenta de que debía de haber hecho muchas cosas malas en mis innumerables vidas anteriores. Sin la protección de Shifu, nunca podría saldar esas deudas de ye.

Unas medias enganchadas vuelven a la normalidad

Debido a la persecución a Falun Gong por el Partido Comunista Chino, mi paga mensual se redujo a la mitad. Hacía mucho calor en verano y quería llevar falda, pero no quería enseñar las piernas desnudas. Así que compré un par de medias por 9 yuanes. Le dije a las medias: «Por favor, que me duren mucho tiempo, porque no tengo dinero para comprarme unas nuevas, espero que duren años». Como si las medias hubieran entendido lo que les decía, el par duró dos años.

Una vez, mientras empaquetaba cosas en un camión, mis medias se engancharon accidentalmente, me disgusté mucho. Las cosí y me las puse del revés para que no se notara tanto el daño. Cuando volví a casa por la tarde, las lavé y las colgué para que se secaran. A la mañana siguiente, cuando las recogí, me di cuenta de que la rozadura de las medias había desaparecido y parecían nuevas. Comprendí que Shifu vio mi difícil situación y reparó mis medias. ¡Gracias, Shifu!

Cuando enseñé las medias a los compañeros de trabajo, me dijeron:

«Ese es otro par».

«No, sólo tengo un par de medias». les dije.

Todos ellos saben que practico Falun Dafa y que soy una persona muy honesta, que nunca diría mentiras. Dijeron: «Falun Dafa es realmente extraordinario. Nadie puede compararse con Shifu».