(Minghui.org) ¡Saludos al compasivo Shifu! ¡Saludos a los compañeros practicantes!

Obtuve Dafa el 4 de mayo de 2023. Fue el compasivo Shifu quien me despertó de la profunda ilusión y me condujo por el camino de regresar a mi ser original y verdadero. Compañeros practicantes me dijeron que, en estos momentos finales, de los 7.000 millones de personas, yo era muy afortunada por poder empezar a practicar. Al oír esto, sentí un profundo sentido de la responsabilidad. Estoy profundamente agradecida por la compasión de Shifu, y comprendo lo difícil que ha sido para los practicantes de Dafa validar el Fa y navegar por los altibajos de sus viajes de cultivación. Me he transformado de ser una persona ordinaria que va a la deriva con la multitud en la ilusión, a una cultivadora en el camino hacia lo divino. Después de estudiar el Fa, soy profundamente consciente de este destino personal que cambia el mundo, y del profundo significado que hay detrás de él. Me preocupa si puedo ser digna del título de practicante de Dafa. Pienso que sólo puedo cultivar bien y hacer las tres cosas diligentemente.

Escribir es cultivar

Escribir mi artículo de intercambio de experiencias para la conferencia del Fa de este año fue especialmente difícil. Mi cultivación ha estado estancada durante algún tiempo, y dudaba de mi capacidad para hacerlo bien. Pensaba que era racional y diligente, pero al mirar verdaderamente hacia dentro, descubrí muchas deficiencias y apegos. A veces, incluso he buscado excusas para mis apegos con el pretexto de comprender el Fa, lo que me ha dejado frustrada y descorazonada, y me ha llenado de una sensación de fracaso. Dudé si escribir el artículo, pero finalmente reuní el valor para enfrentarme a mis apegos y reflexionar profundamente, trabajando incansablemente para redactarlo. Sin embargo, su falta de entendimientos prácticos desde la cultivación y su excesivo énfasis en el análisis racional no estuvieron a la altura de la norma y me dejaron abatida.

A través de este proceso, vi claramente mis apegos, que incluían la preocupación por las opiniones de los demás, la competitividad, el miedo y los celos. Sólo entonces me di cuenta de que escribir formaba parte de la cultivación. Requiere enfrentarse abiertamente a los apegos y compartir con un corazón desinteresado.

Mirar hacia dentro es la verdadera cultivación

Una vez lamenté lo obtusa que era por obtener el Fa tan tarde, pero a través del estudio del Fa, me di cuenta de que todo fue arreglado de esta manera. A través de una conexión compartida con el té, conocí a un amigo que me dio el precioso libro Zhuan Falun. El té también me conectó con más compañeros practicantes, permitiéndonos trabajar juntos para validar el Fa. Todo estaba predestinado. Desde la razón de obtener el Fa hasta el arreglo de nuestro ambiente de cultivación, las oportunidades de participar en proyectos, las dificultades de mejorar el xinxing durante el proceso de cultivación, y el aflojamiento de resentimientos poco a poco y la reducción del yeli -todo fue meticulosamente arreglado por Shifu para mi viaje de cultivación.

En enero de este año, nueve practicantes de Dafa empezamos a trabajar juntos para validar Dafa. Somos de diferentes edades, hemos cultivado durante diferentes períodos y tenemos diferentes estados de cultivación, así como diferentes maneras de pensar. En la cultivación no hay coincidencias. Shifu dispuso que nosotros, un grupo de personas con profundas relaciones predestinadas, nos reuniéramos para hacer cosas y, al mismo tiempo, establecer diversos desacuerdos. Debido a las complejas relaciones predestinadas históricas y a los diferentes apegos de cada persona, a veces han surgido conflictos dentro de nuestro equipo. Tanto si cultivamos con los ojos celestiales abiertos como si no, todos estamos en un estado de ilusión. Las normas de cultivación siguen siendo estrictas. Como Shifu nos enseñó:

“...cuando hay un problema, miren hacia dentro para encontrar la causa – esta es la diferencia fundamental entre un discípulo de Dafa y un no practicante” (Al Centro de Asistencia de Falun Dafa en Shandong, Escrituras esenciales para mayor avance). 

A través del estudio del Fa, me di cuenta de que la causa fundamental del ambiente impuro era nuestra incapacidad de mirar incondicionalmente hacia dentro.

Cuando los conflictos apuntaban directamente a mi corazón, mi falta de amabilidad y mi egoísmo quedaban al descubierto. Me quejaba y criticaba a quienes no eran amables conmigo, buscando equilibrar mi corazón. No podía tolerar los apegos de los demás, pero cuando miré incondicionalmente hacia dentro, de repente me di cuenta de que todas las personas que no podía tolerar eran en realidad espejos que reflejaban mis propios apegos, sin excepción. La conmoción que sentí fue profunda. No me había dado cuenta antes porque estaba protegiendo mi sentido de la ganancia y la superioridad, sin querer admitirlo ni confrontarlo. Era como si pudiera ver a través de algunas personas y cosas, observándolas fríamente, albergando prejuicios. Cuando comprendí profundamente que las relaciones complejas no eran más que continuaciones y resoluciones de conexiones históricas predestinadas, surgieron la verdadera compasión y la buena voluntad. Mis prejuicios se basaban meramente en mis creencias personales y cálculos de ganancias y pérdidas. Un practicante no debe juzgar el bien y el mal utilizando principios humanos, sino que debemos aplicar un criterio más elevado para nosotros mismos. Me di cuenta de que sólo manteniendo la amabilidad y siendo agradecida y compasiva con todos y con todo lo que encuentro -sin resentimiento ni odio, asumiendo el sufrimiento como alegría- puedo saldar mis deudas de yeli. 

Valoro la eficacia y los resultados en mi trabajo, creyendo que los demás deberían hacer lo mismo. Pasé por alto el hecho de que todo el mundo tiene capacidades y estados diferentes, y no encarné el enfoque lento y constante de un cultivador, creando involuntariamente una sensación de presión. A menudo me enredo en lo correcto y lo incorrecto, siempre discutiendo, basándome en diferentes entendimientos o sentimientos de injusticia. Pero ¿qué importa si tengo razón? No practicaba la amabilidad ni la tolerancia, lo que no sólo afectaba a la confianza mutua, sino que tampoco ayudaba a mejorar mi propio xinxing. En realidad, dejó al descubierto mi apego más obstinado, la protección del «yo». Me he dado cuenta más claramente de que el «yo» es una prisión, que me atrapa en mi propia naturaleza demoníaca y en el sufrimiento, haciendo imposible escapar. Aprendí que en cualquier situación, primero debo considerar a los demás para liberarme del demonio del «egoísmo».

No podía tolerar los problemas de gestión y me encontraba culpando y quejándome. Propuse planes de reforma y quise trabajar duro para cambiar la situación. Mientras estudiaba el Fa, Shifu me iluminó para que no forzara las cosas y mantuviera la virtud. Así que pensé que marcharme era la mejor opción. Sin embargo, mi insatisfacción seguía siendo obstinada, como la mala hierba.

Me di cuenta de que, independientemente del motivo o de la gravedad del problema, no hay que mirar hacia fuera para culpar a los demás, ya que eso no es amable. Aunque la culpa sea de otro, hay que mirar hacia dentro y ser comprensivo. Abordar algo con insatisfacción es evitar enfrentarse a los conflictos y las pruebas. Puede parecer una liberación, pero en realidad fomenta el apego a uno mismo y el miedo a las situaciones complejas. Si no se elimina este apego, inevitablemente resurgirá en un nuevo entorno, lo que dificultará la superación de las pruebas. Un ambiente complicado es simplemente una condición para mejorar el xinxing. Ya sea grande o pequeña, la validación del Fa fue muy posiblemente dispuesta como lo fue en la historia, y no lograr estas cosas tampoco es sencillo. Significa perder un tiempo precioso en las etapas finales de salvar a los seres conscientes.

Podemos cultivar en cualquier ambiente

Después de dejar el ambiente de cultivación en grupo, no estaba segura de cómo validar mejor el Fa. Afortunadamente, la Asociación Dafa reprodujo las enseñanzas de 2007 en la Conferencia de Australia, donde Shifu me señaló la dirección. Me di cuenta de que puedo cultivarme en mi vida diaria, en todas partes y en todo momento. En un proyecto, no importa lo grande o pequeño que sea el trabajo, no hay distinción entre lo alto y lo bajo. Participar activamente es una forma de aclarar la verdad a los seres conscientes. Me di cuenta de que podía distribuir The Epoch Times. A pesar del calor y del duro trabajo, distribuir periódicos puede parecer insignificante, pero cada periódico conlleva una misión importante. Durante el proceso, me sentí realmente como una mensajera de lo divino, entregando esperanza y bendiciones de salvación a los seres conscientes. Después de cada distribución, mi estado de ánimo era especialmente alegre. También a través de este proceso, descubrí muchos de mis apegos: el miedo al rechazo, mi deseo de mantener una buena imagen, mi orgullo por no querer ser humilde y mis pensamientos de búsqueda de comodidad.

Estoy decidida a hacer bien las tres cosas, independientemente de las dificultades que encuentre. Con este deseo, Shifu me ha ayudado. He descubierto que mi nueva casa está muy cerca del lugar de práctica, del lugar de esclarecimiento de la verdad y del centro de actividades. Al mismo tiempo, tengo la oportunidad de participar en la promoción del Gan Jing World.

Antes temía el rechazo porque me preocupaba mi reputación, pero la misión de ser practicante de Dafa me llenó de un estado de ánimo sagrado hacia el trabajo de promoción. Inconscientemente, trabajaba más de diez horas al día, de pie, pero no me sentía cansada. Me di cuenta de que mientras trabajaba en proyectos de Dafa, estaba llena de energía y nunca me sentía agotada: este poder proviene de Dafa. Durante la promoción, también me cultivé. Mi compañero practicante y yo pasamos horas sin parar repartiendo folletos, pero sólo tres o cuatro personas descargaron la aplicación. Nos sentíamos ansiosos, pensando que no éramos capaces de hacerlo tan bien como los demás. Al mirar hacia dentro, el compañero practicante se dio cuenta de que era el miedo a perder lo que había causado el problema. Nuestra autoculpabilidad y el miedo a no hacerlo bien provenían de una mentalidad «egoísta», en lugar de una actitud pura y compasiva de salvar a la gente y creer en Shifu y en el Fa.

También comprendí la iluminación de Shifu: Perdí mi camiseta del Gan Jing World y no pude encontrarla por ninguna parte. No entendía por qué me pasaba esto hasta que me di cuenta de que «perder» era un recordatorio de mi miedo a convertirme en una «perdedora». He tenido una fuerte autoestima desde la infancia y no quería ser peor que los demás. Trabajaba duro, esforzándome por ser una persona valiosa, alguien útil para los demás. Estos valores mundanos eran en realidad un fuerte apego al yo. Al mismo tiempo, otro practicante me recordó que no debía perder lo más importante: estudiar el Fa. Tengo que dedicar tiempo cada día al estudio del Fa y practicar los cinco ejercicios, porque sólo así puedo tener el poder del Fa para hacer cosas. Me di cuenta de que perder la camiseta era también una indirecta del Shifu de que lo más importante es estudiar el Fa, y no trabajar sólo por trabajar.

Shifu dijo:

“Así que todo lo que hacen, sea balancear bien tus relaciones familiares mientras vives entre la gente común, balancear bien tus relaciones con la sociedad, cómo efectúas tu trabajo, cómo te conduces en la sociedad, etcétera, ninguna de estas cosas puedes simplemente hacerlas superficialmente. Todas estas son tu forma de cultivación, y son solemnes” (Exponiendo el Fa en Canadá, 2006 – Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. VII). 

En el pasado, me había concentrado en el trabajo y en validar el Fa en el exterior, descuidando a mi familia y amigos. Después de dejar el ambiente de trabajo donde se encontraba la mayoría de los practicantes de Dafa, empecé a contactar conscientemente con más gente ordinaria, reunirme con amigos, pasar tiempo con mi familia y compensar las omisiones de mi vida diaria en la cultivación y la aclaración de la verdad. Durante este tiempo, descubrí muchos apegos a los que no había prestado atención. Cuando hablaba con la gente para aclarar los hechos, tenía miedo de decir abiertamente que practicaba Falun Gong. Me frenaba el miedo, lo que me llevaba a tener pensamientos impuros y a no esclarecer la verdad de manera eficaz. Cuando me quejé casualmente a mi marido de que trataba al gato mejor que a mí, me di cuenta de que mis celos eran tan fuertes que hasta un gato me molestaba. Al oír a mi hermano quejarse de que yo no cuidaba de nuestros padres, me puse a la defensiva y argumenté que era culpa de nuestros padres por sus constantes peleas. Fue entonces cuando me di cuenta de que albergaba resentimiento hacia mis padres y celos hacia mi hermano. En mi campo energético había resentimiento y celos, que se desviaban de la naturaleza del universo y creaban separación. Esto afectó naturalmente mi relación con mi familia.

Cuando me sentía herida o disgustada, solía culpar a mi familia, quejándome de que no me querían lo suficiente. Pero cuando miraba incondicionalmente hacia mi interior, veía mi egoísmo, mi avidez de amor y de lo que quería de los demás, y mi deseo de controlar las disposiciones de mi vida. Con la práctica, me di cuenta de que cuando me desprendía de mí misma, abandonaba la noción del «yo» y me centraba en comprender el sufrimiento de los demás y dar sin pedir, me liberaba de sentimientos de dolor, ira y pena. Me hace pensar en esta frase de las enseñanzas de Shifu:

“…así cultivarte e iluminarte recta y altruistamente, sin egoísmo ni interés personal” (La naturaleza fo no tiene ningún punto débil, Escrituras esenciales para mayor avance). 

La rabia nace de la envidia 

Estaba escuchando la grabación de una conferencia cuando la palabra «qi» del Shifu penetró en mi mente. Me desperté de repente y me di cuenta de que en ese momento me sentía enojada. Profundizando, descubrí que a menudo me dejaba llevar por emociones de «enojo». Me enojaba cuando sentía que algo era injusto, me enojaba cuando no soportaba algo, me enojaba cuando me malinterpretaban, me enojaba cuando estaba bajo presión, me enojaba cuando me ignoraban y me enojaba cuando me criticaban. ¿Por qué tenía tanta rabia?

Cada vez que siento una emoción, la comparo con esta experiencia. Me doy cuenta de que toda la rabia que llevo dentro, la sensación de injusticia y el sentimiento de injusticia provienen de mi apego emocional al «yo» y del desequilibrio causado por los celos. El egoísmo y la envidia son manifestaciones de mi naturaleza demoníaca, los pensamientos contaminados formados por el viejo universo y las influencias externas. Sin saberlo, me alejan de la bondad. Cuando me di cuenta de que a menudo existo inconscientemente en el estado de una persona malvada, la parte demoníaca de mí fue suprimida, y mis pensamientos comenzaron a cambiar hacia el estado de una persona compasiva.

Shifu está a mi lado

Cuando eliminé todas mis preocupaciones y me decidí a salir a difundir el Fa por primera vez, desgraciadamente tomé la ruta equivocada. Apresurada por cambiar de tren y preocupada por llegar tarde, corrí hacia las puertas de un tren que se cerraban. Alguien me sonrió afectuosamente y me di cuenta de que era una compañera practicante que había conocido el día anterior mientras distribuía The Epoch Times. Me guió amablemente a través de los complicados transbordos, y llegamos al lugar a tiempo. Me di cuenta de que Shifu estaba a mi lado. Para alentar mi cultivación, durante la meditación, Shifu también me permitió ver vagamente mi hogar en el cielo, que es mi verdadero hogar.

Una vez, mientras hacía los ejercicios, mi mente se dejó llevar por los apegos, me enredé en conflictos con los demás y me sentí enfadada. De repente oí a Shifu decir muy severamente en la música de los ejercicios: «¡lentamente déjalo ir!". Me quedé estupefacta. Estaba practicando inconscientemente un camino perverso. Tenía malos pensamientos. Resultó que Shifu me estaba observando. Me siento profundamente avergonzada de mí misma por estar llena de malos pensamientos y no comportarme como una cultivadora.

Mientras distribuíamos folletos de Gan Jing World, empezó a llover a cántaros. Cuando nos disponíamos a correr hacia otro edificio, vimos un paraguas verde junto a la pared. Dudamos si tomarlo prestado, ya que su dueño no estaba, pero lo abrimos y descubrimos que era un paraguas dañado y abandonado. Este paraguas nos ayudó a evitar mojarnos y mojar a los volantes mientras avanzábamos por los edificios. Sentí el cuidado meticuloso de Shifu por nosotros.

Mientras viajaba al extranjero para asistir a la conferencia del Fa, me encontré con un asiento roto en el autobús de larga distancia. Sin querer, sentí algunas quejas en mi corazón. En ese momento, mi mochila cayó desde la parte trasera del autobús a un charco de barro. Inmediatamente me di cuenta de que era Shifu recordándome que me librara de los pensamientos erróneos. También en el camino, preocupada por la seguridad de mi hijo en casa, escuché claramente en la conferencia del Fa: «Shifu está cuidando...»

Después de un año y medio de cultivación, mirando hacia atrás, me doy cuenta de que cada paso de mi mejora de xinxing, a través de altibajos, ha estado bajo el cuidado de Shifu. No importa cuando he encontrado problemas, o incluso cuando no era consciente de mis apegos, Shifu me ha guiado durante el estudio de Fa y en la vida diaria. El compasivo Shifu me ha guiado a través de la confusión en mi corazón. A menudo me pregunto qué hice bien en mis vidas anteriores para tener tanta suerte de convertirme en lo que Shifu llamó «la vida más feliz del universo». Con semejante oportunidad, todo el sufrimiento merece la pena. Sé que todas las disposiciones en la cultivación, por difíciles que sean, son las mejores para nosotros. Sólo apreciando esta oportunidad única en la eternidad y cultivando con diligencia podemos estar a la altura de la salvación compasiva de Shifu.

Esta es mi interpretación personal. Si hay alguna parte que no concuerde con el Fa, por favor indíquenmelo.

Gracias, Shifu. ¡Gracias, compañeros practicantes!

(Presentado en el Fahui de Singapur 2024)