(Minghui.org) La tía Kang, de 87 años, vive en mi barrio. Vive sola desde que su marido falleció hace más de 10 años. Hace la compra, cocina, lava la ropa y se ocupa otras tareas domésticas. Está muy sana.

La tía Kang tenía mala salud antes de cumplir los 60 años: tenía dolores de espalda, de cervicales, hombro congelado, anexitis, artritis e insomnio prolongado y le dolían las rodillas cuando caminaba cuesta arriba. También padecía una grave mastitis y tenía bultos en los pechos. Había visitado a médicos occidentales y chinos, probó también remedios caseros e incluso acudido a adivinos, pero nada le aliviaba.

El año en que la tía Kang cumplió 60 años, su segundo hijo le recomendó que practicara Falun Dafa. Aceptó probarlo con la esperanza de mejorar su salud. Se recuperó de todas sus enfermedades en tan sólo dos semanas después de empezar a cultivarse en Dafa. Ya no le dolían las rodillas, los bultos de los pechos desaparecieron y el insomnio, que la atormentaba desde hacía mucho tiempo, ¡ya no le afectaba! Ya hace 26 años que la tía Kang no necesita ningún medicamento. Ni siquiera se ha resfriado.

Con mejor salud que sus hijos

La tía Kang fue a comprar un bidón de agua el año pasado. Después de pagarlo, fue a cogerlo, aunque pesaba unos 20 kilos. El vendedor se apresuró a gritarle: «¡Suéltalo! Te ayudaré a llevarlo. ¿Cómo puedes hacer este tipo de trabajo a tu edad?». La tía Kang sonrió y dijo que le parecía bien. Lo cargó en un carro y se marchó, dejando al vendedor estupefacto.

La hija de la tía Kang no podía cargar un bidón de agua tan grande porque tenía problemas de espalda. Sin embargo, la tía Kang, que tiene casi 90 años, podía hacerlo. Además, al volver a casa, subió el bidón hasta el segundo piso.

Cuando China se abrió tras la pandemia de COVID, casi todos los habitantes de su zona dieron positivo. Los hijos de la tía Kang también tuvieron algunos síntomas de COVID. Después de que su hijo diera positivo, se quedó en su casa unas tres semanas. Sin embargo, ella estubo bien y no necesitó ayuda.

Cuidó de su marido durante muchos años sin una sola queja.

Al igual que su salud mejoró significativamente después de practicar Falun Dafa, también lo hizo su temperamento, y se volvió más paciente. Su marido había sufrido un derrame cerebral y tenía dificultades para andar y hablar. Era imprevisible, y a menudo se enfadaba y perdía los estribos con facilidad. Cuando se enfadaba, se desquitaba con la tía Kang y la golpeaba con el bastón, ella no le guardaba rencor. Le cocinaba, le lavaba la ropa y cuidaba de él como siempre.

Al marido de la tía Kang le gustaba ir al centro de actividades para mayores. Todos los días, después de desayunar, la tía Kang llevaba un pequeño taburete en una mano y cogía a su marido con la otra, mientras caminaban muy despacio hasta el centro de actividades. Ella siempre le acompañaba pacientemente.

En el centro de actividades, la tía Kang ayudaba a su marido a sentarse en el taburete y ella permanecía de pie detrás de él durante seis o siete horas. Día tras día, año tras año, a menudo podía verse a ambos por el barrio hasta que su marido falleció. «No tendría tanta paciencia si no practicara Dafa», comentó la tía Kang.

De hecho, su marido también se benefició de Dafa. Un día, estaba comiendo un melocotón y se atragantó con el hueso. Al ver que su marido no podía respirar, la tía Kang pidió inmediatamente ayuda a Shifu desde su corazón.

Entonces llamó a su hijo mayor. Pero antes de que pudiera hacer nada, su marido se tragó el hueso del melocotón. Su hijo dijo ansioso: «No sirve de nada que se lo trague. No podrá sacar el hueso con el movimiento intestinal».

Su marido abrió la boca y escupió el hueso. Su hijo estaba gratamente sorprendido. La tía Kang sabía que había sido Shifu quien había salvado a su marido.

«¡Nunca había conocido a una persona tan buena!».

Después de practicar Falun Dafa, la tía Kang prestaba menos atención al interés personal. Dijo: «Shifu nos enseñó a ser buenos. No cogeré nada que no me pertenezca».

Una vez, vio en el suelo una pequeña bolsa envuelta en un pañuelo, la abrió y vio 18 yuanes dentro (unos 2,5 $). Entonces la ató a la rama de un árbol que había junto a ella con la esperanza de que quien la hubiera perdido pudiera encontrarla más fácilmente.

Una vez, la tía Kang encontró 40 yuanes en el suelo (unos 6$), cerca de un supermercado. Esperó allí a que el dueño viniera a buscarlos. Pasó un conocido suyo y le preguntó qué hacía allí, ella dijo: «No sé quién ha tirado 40 yuanes, estoy esperando al dueño». La persona le preguntó por qué no se embolsaba el dinero, ella respondió: «No lo quiero, este dinero no es mío». La persona preguntó si podían repartirlo a medias y ella se negó.

Cuando la tía Kang volvía a casa del mercado, descubrió que el carnicero le había dado 8 yuanes (1$) de más en el cambio. Llovía mucho y era difícil volver. Así que, al día siguiente, fue al mercado a devolver el dinero. El carnicero pensó que iba a reprocharle algo, pero para su sorpresa, le devolvió el dinero que le había dado de más. El carnicero, conmovido, comentó: «¡Nunca había conocido a una persona tan buena!».

En otra ocasión, una vendedora de gambas le dio 20 yuanes de más (unos 3$). Cuando le devolvió el dinero, la vendedora estaba tan conmovida que insistió en darle varias gambas. La tía Kang declinó educadamente la oferta y dijo: «Soy practicante de Falun Dafa, mi Shifu me enseñó a ser buena. No puedo aprovecharme de ti». La vendedora la abrazó, le rodeó los hombros con los brazos y caminó con ella durante un rato.

La pensión de la tía Kang no era alta, sólo unos 2.000 yuanes al mes (unos 300$). Después de cultivarse en Dafa, supo que debía valorar la virtud, pensar en los demás y no aceptar ganancias ilícitas. Además, su salud mejoró y ya no necesitaba medicamentos, suplementos nutricionales ni productos sanitarios. Ella vivía con frugalidad. Ahorró dinero y regaló a cada uno de sus hijos 20.000 yuanes (unos 3.000$) en Año Nuevo. Uno de sus hijos dijo: «A esta avanzada edad, nuestra madre no sólo no necesita que la cuidemos, ¡sino que además nos da dinero!». Sus hijos estaban muy agradecidos a Dafa por haber traído bendiciones a su familia.