(Minghui.org) Cuando empecé a practicar Falun Dafa en 1997, fui al sitio de ejercicios y me senté en la posición del loto para meditar (ambas piernas cruzadas, una sobre la otra). En cuanto cerré los ojos, sentí que me levantaban del suelo. Me sobresalté tanto que abrí los ojos de inmediato. Desde el principio, Dafa me pareció muy especial.
Pero al comienzo mi esposa trató de interferir y no me permitía practicar. Mientras persistía en seguir las enseñanzas de Dafa, pronto dejé de fumar y beber, y traté a mi esposa incluso mejor que antes. Todos los días llevaba a mi hijo y a mi madre a ver los vídeos de las conferencias de Shifu. Cuando volvía a casa, me ocupaba de muchas de las tareas domésticas. En unos seis meses, mi esposa también empezó a practicar Falun Dafa. Mi padrastro también se unió a nosotros para hacer los ejercicios. Nuestra familia se cultivaba según los principios de Dafa de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, como se menciona en Zhuan Falun, para ser amables y tolerantes unos con otros. Como resultado, nuestra familia estaba en gran armonía.
Cuando nuestros parientes y amigos notaron las transformaciones en nosotros, comentaron: «¡Falun Dafa es verdaderamente maravilloso!».
Atravesando los factores de las viejas fuerzas
El 20 de julio de 1999, el exlíder del Partido Comunista Chino (PCCh) Jiang Zemin y su banda comenzaron a perseguir a Falun Dafa. Calumniaron y difamaron a Dafa en todos los medios de comunicación importantes. Por lo tanto, los practicantes comenzaron a aclarar la verdad a la gente. Después de la publicación del libro Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista, nos concentramos especialmente en distribuirlos a todos los hogares, junto con otros materiales de aclaración de la verdad. Más tarde, fuimos casa por casa para hablar con la gente y ayudarlos a renunciar al PCCh y a sus afiliados.
A menudo viajaba con otros compañeros practicantes a pueblos cercanos y también a pueblos donde no había practicantes. Cuando íbamos a pueblos bastante alejados, primero nos enterábamos de dónde estaban las casas de los secretarios del PCCh y visitábamos sus casas en último lugar, para no afectar nuestro trabajo general de aclaración de la verdad. Todos los secretarios eran miembros del Partido, y los factores malignos que había tras ellos interferirían en nuestra labor de salvación de los seres conscientes. Aunque a veces nos echaban de sus casas, la mayoría de los miembros de sus familias seguían siendo receptivos a la verdad sobre Dafa.
Había un pueblo muy grande, donde la gente decía que el secretario del PCCh era autoritario. Yo quería ir a su casa para hablar con él sobre renunciar al Partido. Así que envié pensamientos rectos y pedí a Shifu que me fortaleciera. Después de las ocho de la tarde fui allí. Me preguntó sorprendido qué hacía allí. Le contesté: «Hola, tengo un motivo para venir a visitarlo. Usted no tiene tiempo durante el día, y yo tampoco puedo verlo entonces, así que he tenido que venir por la noche. Lo que voy a decirle esta noche será muy bueno para su futuro y el de su familia. No puede disgustarse si decide no aceptarlo. Si no fuera algo tan importante para toda su familia, no correría este riesgo. He venido a decirle que renuncie al Partido».
Su mujer salió en ese momento. Él le dijo: «Este tipo dice que quiere ayudarme a renunciar al Partido. Menuda broma».
Su mujer me preguntó: «¿Cómo puedes meterte en política? Creo en el budismo, pero el Partido me permite creer en ello».
Continué: «Tienes razón. Es bueno creer en el budismo, que también persigue la bondad. Pero le pedí a tu marido que renunciara al Partido, para que ambos puedan disfrutar de su vida después de que él se jubile. Ustedes los budistas creen que el bien será recompensado y el mal será castigado, ¿verdad? El PCCh ha estado matando gente y dividiendo tierras desde su establecimiento. ¿Cuánta gente buena murió durante la Revolución Cultural? La gente común no puede hacer nada contra sus malas acciones, pero los dioses y los Budas definitivamente ajustarán cuentas con él.
»Cuando los dioses y Budas quieran destruir al PCCh, todos los miembros del Partido serán considerados parte de él. ¿Cómo puede tu familia no estar implicada? Tu marido hizo un juramento cuando se unió al Partido de luchar toda su vida por el comunismo. De hecho, yo me uní al Partido para mantener a mi familia, ganar más dinero y vivir mejor que los demás. Todo esto es cierto, pero cuando los dioses y los budas quieran destruir el PCCh, los miembros del Partido cargarán con la culpa. ¿Merece la pena? Si renunciamos sinceramente al Partido, desde el fondo de nuestros corazones, dioses y Budas disolverán instantáneamente ese juramento. Entonces, cuando los dioses y los Budas destruyan el Partido, tú no estarás implicado, y los desastres causados al Partido no tendrán nada que ver contigo. Podrás seguir siendo un funcionario, si es que así debe ser. Los dioses y los budas miran el corazón de la gente».
El secretario miró a su mujer y dijo: «Lo que ha dicho este tipo tiene sentido. De todos modos, soy viejo, ¡renunciaré! El PCCh no puede ser más corrupto. Pero tienes que guardar el secreto por mí».
«No se preocupe», le contesté. «¡No afectará para nada su trabajo!». Charlé un poco más con ellos y luego la pareja, muy sonriente, me despidió.
Rescatando a mi hijo
En el invierno de 2009, me notificaron que mi hijo había sido detenido. Esta noticia perturbó a mis padres. Mi hijo es practicante de Dafa, por lo que a menudo hablaba en la escuela de renunciar al PCCh. Esta detención se produjo porque se le implicó por trabajar en los ordenadores de dos practicantes cerca del campus de la escuela.
Como un practicante servía de enlace con otros en otra provincia, ese practicante había estado bajo vigilancia. Cuatro personas fueron detenidas y trasladadas a esa provincia, entre ellas mi hijo. Lo llevaron a una oficina de seguridad pública de cierta zona de Mongolia Interior y lo detuvieron ilegalmente. Ocho de nosotros fuimos a rescatarlo, incluida mi madre. Era un joven de menos de 20 años, así que ¿qué sentido tenía detenerlo? Todos queríamos razonar con la policía y al mismo tiempo enviar allí pensamientos rectos.
Preocupados y angustiados, subimos al tren y nos dirigimos a esa ciudad. Cuando el tren cruzó la frontera entre las dos provincias, una practicante vio una escena especial en otra dimensión. Dijo que apareció una imagen de mi hijo, sentado en un plato de flores de ciruelo. Esparcía flores de ciruelo y nos saludó. Después de ver esta escena, la practicante habló con mi madre y dijo que esto era el Shifu iluminándonos para tratar correctamente el camino de cultivación de mi hijo, dejar de lado el sentimentalismo y asimilarse al Fa. Mi madre lo comprendió y ya no se inquietó.
Encontramos un hotel en la ciudad y nos alojamos en dos habitaciones para cuatro personas. Debido al largo viaje y al continuo envío de pensamientos rectos, estábamos muy cansados y nos acostamos temprano. En mitad de la noche, un practicante me despertó y me dijo que acababa de tener un sueño relacionado con el rescate de mi hijo y quería compartirlo conmigo. Me dijo: «He visto a tu hijo en mi sueño. Estaba sentado y parecía triste. Tú le decías: 'Todo el mundo ha venido a rescatarte, vamos a casa'. Tu hijo respondió: '¿Para qué me van a llevar? ¿Qué crees que harán?».
El practicante continuó: «En el sueño, miré en la dirección que señalaba tu hijo y vi a innumerables seres conscientes arrodillados frente a él, incapaces de levantarse, esperando ser salvados. Cuando me di la vuelta, allí estaba Shifu sentado en un gran Falun brillante sobre la cabeza de tu hijo. Inmediatamente me incliné ante Shifu». El practicante añadió: «Fue la primera vez que tuve un sueño tan grandioso. También fue la primera vez que vi a Shifu en mis sueños».
A la mañana siguiente, todos teníamos presente nuestra misión de salvar a la gente. Comprendimos que, por mucho que el mal intente interferir y perseguirnos, Shifu está a cargo de nosotros para todo. La gente del departamento de policía y del centro de detención no nos permitió ver a mi hijo. Así que tuvimos que quedarnos allí unos días para aclararles la verdad y ayudar a muchos de ellos a renunciar al PCCh. Después, por nuestra seguridad, elegimos diferentes momentos para viajar a casa.
Muchos practicantes de Falun Dafa fueron arrestados en esa ciudad, y el mal era desenfrenado. Decidí utilizar el caso de mi hijo para contratar a un abogado que hablara con la seguridad pública, la procuraduría y los departamentos judiciales de esa zona, lo que también ayudaría a disuadir al mal.
El abogado y yo estuvimos allí casi un mes, antes de demandar al departamento de policía de esa región. Una jueza nos dijo: «Están demandando al departamento de policía, que es lo mismo que demandar al PCCh. ¿Cómo podemos juzgar este caso?».
El abogado respondió: «¿Por qué detienen a un muchacho que ni siquiera tiene 20 años y aún está en la escuela? No ha cometido ningún delito. ¿Cómo pueden juzgarlo? Pónganlo en libertad inmediatamente». La jueza dijo al abogado que esperara la notificación, ya que el juicio se celebraría dentro de tres meses.
Cuando mi hijo volvió a casa, me contó que, durante esos tres meses, el director del departamento de policía y el encargado del caso también fueron varias veces al centro de detención para intentar que retirara la denuncia, pero él se negó. Finalmente, unieron sus fuerzas a través del Departamento Provincial de Policía de Heilongjiang y me detuvieron, obligándome a no comparecer ante el tribunal por la denuncia. Se llevaron a mi hijo a la fuerza a un campo de trabajo y lo retuvieron durante un año.
Detenido ilegalmente
En la primavera de 2012, otro practicante y yo salimos de la ciudad para recoger algunos objetos. El marido de una practicante nos llevaba en su coche. Sin saberlo, el departamento de policía de otra provincia había pinchado nuestro teléfono y nos había estado vigilando. Llegamos al lugar de recogida, cargamos el coche y pronto fuimos interceptados por la policía en la frontera de las dos provincias. Nos retuvieron a los tres en el centro de detención.
En mi celda había más de 20 reclusos, entre ellos ladrones y asesinos. Les aclaré la verdad basándome en su propia situación y les ayudé a renunciar al PCCh.
Como conversaba todos los días con los presos, un subjefe del centro de detención vino a hablar conmigo. Me dijo: «Sólo somos un departamento que detiene a gente. Esperamos que no causes problemas dentro ni nos traigas problemas a nosotros».
Le contesté: «La gente que practica Falun Dafa se atiene a Verdad - Benevolencia - Tolerancia. Les dije a los compañeros de celda que debían cambiar sus comportamientos y dejar de hacer cosas malas. La gente debe estar a la altura de las expectativas de sus padres, del Cielo y de su propia conciencia. ¿Está mal decirles esto?». Estuvo de acuerdo en que no estaba mal, pero me rogó que no hablara de renunciar al PCCh.
Continué: «Subjefe, usted probablemente ha tenido algún contacto con practicantes de Dafa, y tal vez alguien le ha hablado de renunciar al Partido. Aunque no haya renunciado, estoy seguro de que entiende por qué le han pedido que lo haga. Ahora, la tendencia a renunciar al PCCh ha aumentado. ¿Quién no conoce los crímenes que el PCCh ha cometido a lo largo de la historia? ¿Quién está dispuesto a asumir esa culpa? China ha tenido diferentes dinastías. Ninguna dinastía escapó al proceso de ascenso y caída. La corrupción del PCCh dicta que será destruido. Por lo tanto, para garantizar la propia seguridad, uno tiene que renunciar al Partido...».
Justo en ese momento, el subjefe me impidió seguir hablando. Asintió con la cabeza y dijo en tono amistoso: «Puedes volver a tu celda».
Durante esas dos semanas, más de dos decenas de compañeros de celda renunciaron al PCCh y repitieron las palabras «¡Falun Dafa es bueno!» desde lo más profundo de sus corazones.
El decimoquinto día de nuestra detención, varios oficiales del departamento de policía vinieron al centro de detención muy temprano esa mañana, nos recogieron y nos llevaron directamente al campo de trabajo. Más tarde me enteré de que durante las dos semanas que estuvimos detenidos, algunos practicantes fueron todos los días al departamento de policía para exigir nuestra liberación. Los practicantes también aclararon la verdad a los policías y a las familias de los que se ocuparon de nuestros casos, lo que hizo que los factores perversos que estaban detrás de ellos no pudieran continuar. Por ello, nos enviaron precipitadamente a un campo de trabajos forzados.
En el campo de trabajos forzados, nos encerraron a los tres en equipos diferentes. La regla del campo de trabajo era que los guardias seleccionaran a dos practicantes para «transformarlos» cada día. Me las arreglé para hablar con los otros practicantes en secreto. Cada día, los dos practicantes seleccionados tomaban la iniciativa de hablar con los guardias sobre renunciar al Partido, en lugar de que los guardias intentaran «transformarlos». Hubo bastantes batallas en el proceso, incluidas algunas con los colaboradores.
Envié pensamientos rectos para desmantelar los factores perversos que interferían con los seres conscientes que había que salvar. Recité Lunyu varias decenas de veces al día.
Un jefe de equipo y el jefe del campo de trabajo hablaron conmigo. El jefe me dijo: «Tu conversación con los guardias sobre la renuncia al Partido ha tenido un gran impacto en nosotros. ¿No puedes no hacer nada y simplemente esperar a que termine tu plazo e irte a casa?».
Le contesté: «Jefe, cuando todos los guardias sepan que perseguir Dafa está mal, entonces dejaré de hablarles de ello».
El jefe respondió inmediatamente: «En todos estos años, hemos tratado con muchos de ustedes [practicantes]. Sabemos que son grandes personas. Sin embargo, ¡no deberían enfrentarse al PCCh cara a cara!».
Le dije al jefe: «Es porque el Partido es malo. El PCCh está reñido con Dafa, con su pueblo y con la cultura tradicional china. Estoy seguro de que, en el futuro, a ninguno de los hijos de los miembros del Partido se les permitirá ser funcionarios, ya que todos se han beneficiado de la corrupción de sus padres».
Los tres fuimos puestos en libertad tan pronto como cumplimos nuestro plazo. También se desmanteló el sistema de campos de trabajo. Después de regresar a casa, estudiamos el Fa más intensamente y nos dedicamos rápidamente al proceso de rectificación del Fa.
Aclarar la verdad durante la pandemia
Compañeros practicantes y yo distribuimos folletos de aclaración de la verdad sobre cómo escapar de la pandemia en cada pueblo durante el COVID-19 en 2020. Pedimos a nuestros parientes y amigos que recitaran sinceramente: «¡Falun Dafa es maravilloso! Verdad-Benevolencia-Tolerancia es maravilloso», y así lo hicieron. Me alegró mucho ver que la gente despertaba. Pensando en el proceso de asistir a Shifu en la rectificación del Fa, ¡creo que nuestros esfuerzos fueron efectivos!
Recuerdo que tuve que hacer la prueba del ácido nucleico en la primavera de 2021. Después de la prueba, algunas personas se quedaron charlando. Uno de ellos dijo: «¡La gente de nuestro pueblo es buena, así que ninguno dio positivo!».
Me incliné hacia él e hice eco de sus palabras: «¡Sí, la gente de nuestro pueblo es buena!».
Uno de ellos dijo algo que no me esperaba: «La gente de nuestro pueblo fue bendecida por Falun Dafa».
Otra persona dijo: «¡Falun Dafa es verdaderamente grandioso! Todo lo que se menciona en sus materiales es verdad».
Alguien añadió: «Siempre que tengo tiempo recito: '¡Falun Dafa es maravilloso!». Realmente sentí que la gente despertaba.
En el pueblo en el que vivía, nadie falleció debido a COVID-19. Algunos ancianos y otros enfermos superaron la pandemia.
Con el progreso de la rectificación del Fa, Shifu publicó Por qué existen los seres humanos. Entendí que este es el Fa que Shifu está enseñando a los seres conscientes dentro de los Tres Reinos. Debemos hacer que la gente lo lea rápidamente, animándolos a que se den cuenta y se sientan agradecidos por la inmensa misericordia de Shifu tan pronto como sea posible. Los que sobrevivieron a la pandemia de tres años también lo hicieron por sus propias elecciones entre el bien y el mal.
Durante este corto periodo de transición de la rectificación del Fa hacia la rectificación del Fa en el mundo humano, la gente que se ha salvado, y yo, ¡nos sentimos una vez más agradecidos por la salvación misericordiosa del Shifu y su gracia salvadora!
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