(Minghui.org) En el 25 aniversario desde que el Partido Comunista Chino (PCCh) comenzó a reprimir Falun Gong en julio de 1999, los practicantes de 44 países presentaron una nueva lista de represores a sus respectivos gobiernos, pidiéndoles que prohibieran la entrada a los represores y a sus familiares y congelaran sus activos en el extranjero de acuerdo con la ley.

Entre los represores de la lista se encuentra Zhong Yibing, subdirector del Buró Provincial de Justicia de Hunan.

Información sobre el represor

Nombre completo del represor: Zhong (apellido) Yibing (nombre)
Nombre chino: 钟艺兵
Género: Masculino
País: China
Fecha/Año de nacimiento: Octubre de 1965
Lugar de nacimiento: ciudad de Hengyang, provincia de Hunan

Título o Cargo

Zhong Yibing es actualmente funcionario del Grupo de Liderazgo del Partido y subdirector del Buró Provincial de Justicia de Hunan, así como director del Buró de Administración Penitenciaria Provincial de Hunan desde septiembre de 2017.

Anteriormente, fue subdirector del Buró de Ciencia y Tecnología del Departamento de Agricultura y subdirector del Departamento de Industria del Buró de Administración Penitenciaria Provincial de Hunan.

También fue subdirector del Departamento de Ciencia y Tecnología del Buró de Administración Penitenciaria Provincial de Hunan, Comisario Político de la Prisión de Yannan, Secretario del Comité del Partido y guardián de la Prisión de Yanbei, funcionario del Comité del Partido y subdirector del Buró de Administración Penitenciaria Provincial de Hunan.

Principales crímenes

Desde que Zhong se convirtió en subdirector del Buró Provincial de Justicia de Hunan y director del Buró Provincial de Administración Penitenciaria de Hunan en septiembre de 2017, aplicó activamente la política de persecución del PCCh contra Falun Gong, lo que resultó en un gran número de practicantes condenados. Algunos practicantes fueron torturados hasta la muerte mientras seguían en prisión, y algunos fallecieron poco después de ser puestos en libertad.

Casos de muerte seleccionados

Caso 1: Un hombre de Hunan fallece mientras cumplía ocho años de prisión

El señor Liu Chaoyang era residente de la ciudad de Changde, provincia de Hunan. Fue detenido el 12 de mayo de 2015 y condenado a ocho años en junio de 2018. Ingresó en el décimo pabellón de la Prisión de Wangling, situada en la ciudad de Zhuzhou, en la misma provincia, el 23 de octubre de 2018. Murió en la prisión en marzo de 2021.

Según otros practicantes que estuvieron en la misma prisión, el décimo pabellón se utilizó como «campo de concentración» donde se torturó a practicantes firmes en su fe a lo largo de los años. Los guardias no suelen torturar directamente a los practicantes, sino que instigan a los reclusos a llevar a cabo la persecución mediante reducciones de condena y otros incentivos. Los reclusos tienen vía libre para torturar a los practicantes sin afrontar ninguna consecuencia. También obligan a los practicantes a asistir a sesiones de lavado de cerebro, durante las cuales ordenan a los practicantes que maldigan a Falun Gong y a su Fundador, y que canten canciones que glorifiquen el régimen comunista.

Los guardias y los reclusos organizan a menudo reuniones para compartir experiencias de persecución e idear nuevas estrategias destinadas a obligar a los practicantes a renunciar a Falun Gong. Utilizan diferentes tácticas con los distintos practicantes en función de sus antecedentes, situación familiar y otros factores. Mientras infligían daño a los practicantes, algunos reclusos alegaban que no tenían más remedio que seguir las órdenes de los guardias. Algunos guardias eludieron su responsabilidad alegando que nunca habían puesto un dedo sobre los practicantes.

Caso 2: Una mujer de 65 años muere a los diecisiete meses de cumplir condena

La Sra. Zhang Yaqin fue arrestada el 30 de diciembre de 2018 por hablar con la gente sobre Falun Gong en un mercado de agricultores. Más tarde fue condenada a tres años. Fue ingresada en la Prisión de Mujeres de la Provincia de Hunan el 13 de agosto de 2019, y recluida en la División de Alta Seguridad. Fue sometida a un lavado de cerebro intensivo destinado a obligarla a renunciar a Falun Gong. No se permitió a su familia visitarla durante ese tiempo. Como consecuencia de las torturas, sufrió hipertensión y quedó demacrada. Falleció en prisión el 12 de diciembre de 2020, a la edad de 65 años.

Se ha informado de que, desde 2017, todos los practicantes de Falun Gong recién ingresados en la prisión tienen que pasar los dos primeros meses en la División de Alta Seguridad y ser sometidos a lavado de cerebro y coerción diseñados para obligarlos a renunciar a Falun Gong.

Se les obliga a permanecer de pie durante largas horas al día y no se les permite ir al baño. Cuando acaban haciendo sus necesidades en los pantalones, los guardias sólo les permiten lavarlos rápidamente, pero no sus cuerpos. También obligan a los practicantes a llevar los pantalones sucios, incluso en invierno. Al cabo de un tiempo, la parte inferior de sus cuerpos se infecta y supura.

En una ocasión, un guardia instigó a un preso a torturar así a los practicantes de Falun Gong: «Les dejaremos comer pero no usar el baño».

Caso 3: Se le niega la libertad condicional por razones de salud a un hombre gravemente enfermo, que fallece meses después de ser puesto en prisión

El Sr. Wang Yuelai, de la ciudad de Yueyang, provincia de Hunan, se encontraba en estado crítico tras tres meses de detención en la Prisión de Wangling. A pesar de las reiteradas peticiones de su familia para que se le concediera la libertad condicional por motivos médicos, las autoridades se negaron a ponerlo en libertad y ordenaron a los guardias y reclusos que lo vigilaran las 24 horas del día. Su estado siguió deteriorándose hasta que los médicos emitieron un tercer aviso de estado crítico. Falleció en prisión el 31 de agosto de 2018. Tenía 56 años.

El Sr. Wang fue detenido el 24 de enero de 2018, mientras leía libros de Falun Gong con otros practicantes. El Tribunal de la ciudad de Yueyang le condenó a tres años el 10 de abril y le impuso una multa de 5.000 yuanes. El 14 de mayo fue llevado a la prisión de la ciudad de Jin, en la provincia de Hunan, y un mes después trasladado a la Prisión de Wangling, donde falleció.

Caso 4: Una mujer de Hunan, incapacitada tras diez años de prisión, muere dos años después de ser puesta en libertad

La Sra. Xiao Meijun, residente en la ciudad de Hengyang, provincia de Hunan, falleció el 2 de marzo de 2020, tras sufrir años de persecución, incluido el ingreso a prisión, por su fe en Falun Gong. Tenía 72 años.

La Sra. Xiao, trabajadora jubilada de transporte de alimentos, cumplió dos condenas en prisión por un total de diez años. En la Prisión de Mujeres de la Provincia de Hunan, los guardias instigaron a las reclusas a golpearla y maltratarla verbalmente. No le permitían hablar con los demás y a menudo la obligaban a permanecer de pie o sentada durante periodos prolongados sin moverse. A veces le negaban ir al baño y tenía que hacer sus necesidades en los pantalones.

Más tarde, los guardias ordenaron a las reclusas que le inyectaran drogas desconocidas. Cayó en coma y fue reanimada en el hospital.

Tras años de persecución, Xiao quedó incapacitada y no podía caminar por sí misma. Sus manos temblaban involuntariamente. La mayoría de sus dientes se cayeron durante la alimentación forzada.

La Sra. Xiao nunca se recuperó después de ser liberada el 18 de mayo de 2018. Falleció el 2 de marzo de 2020.

Caso 5: Un hombre de Hunan de 70 años fallece un año después de salir de prisión

Cuando el Sr. Tan Huidong fue liberado en 2019 después de cumplir cuatro años de prisión por practicar Falun Gong, el residente del condado de Li, provincia de Hunan, sufría de incontinencia, incapaz de ponerse de pie, sentarse o hablar. Semanas después, la familia del Sr. Tan encontró su lengua atrofiada. También descubrieron cicatrices de agujas en la nuca. Aunque el Sr. Tan no pudo contarles lo que le había ocurrido en la prisión, su familia sospechaba que le habían inyectado drogas tóxicas. Murió un año después, a principios de octubre de 2020. Tenía 76 años.

El señor Tan fue detenido en 2013, después de que un jefe de policía lo descubriera distribuyendo material informativo sobre Falun Gong. Más tarde fue condenado a tres años y medio, pero no fue llevado a la Prisión de Wangling para cumplir condena hasta 2016 debido a su estado de salud.

Como Tan se negaba a renunciar a Falun Gong, le obligaban a permanecer sentado o de pie durante dieciséis horas diarias. Los guardias le golpeaban constantemente y abusaban verbalmente de él. También estuvo recluido en régimen de aislamiento, así como en una celda orientada al oeste con fuerte exposición al sol y sin aire acondicionado. Aunque desarrolló graves problemas de salud debido a la tortura, las autoridades prorrogaron su condena seis meses más.

Tortura en el pabellón de alta seguridad en la Prisión de Mujeres de Hunan

El pabellón de alta seguridad de la Prisión de Mujeres de la Provincia de Hunan se utiliza específicamente para recluir a las practicantes de Falun Gong presas por su fe. Cada celda está dirigida por un jefe de reclusas nombrado por las guardias y al que se da el título de «jefa de escarmiento». Ellas eran los responsables de llevar a cabo las torturas específicas ordenadas por las guardias.

Uno de los métodos de tortura más utilizados son las largas horas de pie. Las practicantes son obligadas a permanecer de pie desde que se levantan a las 6:30 de la mañana hasta que se acuestan a las 10 de la noche. Tienen que mantener el cuerpo inmóvil y sólo se les permite mover los brazos cuando comen o beben agua.

Durante 24 horas, sólo pueden ir al baño una vez, durante diez minutos únicamente, y tienen prohibido lavarse durante el resto del día. También deben informar a la jefa de reclusas y obtener su permiso antes de poder utilizar el baño. Debido al acceso limitado a los aseos, algunas practicantes se vieron obligadas a hacer sus necesidades en los pantalones. Algunas evitaban beber agua o limitaban su ingesta. La prolongada permanencia de pie les provocó hematomas en los pies e hinchazón en manos, abdomen y piernas.

Ilustración de tortura: permanecer de pie

Si las practicantes se niegan a renunciar a Falun Gong, no se les permite ducharse, ni siquiera después de su corte de cabello mensual obligatorio.

Además de la tortura permanente, las reclusas también maltratan verbalmente a las practicantes y les obligan a ver vídeos que difaman a Falun Gong. La tortura física se intensifica para aquellas que aún se mantienen firmes en Falun Gong tras las sesiones de tortura iniciales.

Liu Chunqin, de la ciudad de Zhuzhou, fue detenida el 27 de mayo de 2020 por hablar con la gente sobre Falun Gong. Fue condenada a cuatro años el 6 de noviembre de 2020 e ingresó en la Prisión de Mujeres de la Provincia de Hunan el 1 de marzo de 2021. En la División de Alta Seguridad le aplicaron descargas eléctricas, la obligaron a permanecer de pie durante largas horas todos los días y no le permitieron ducharse ni siquiera lavar sus platos después de cada comida.

La señora Xiao Yongkang, del condado de Huayuan, fue detenida el 23 de febrero de 2018 y condenada a cuatro años el 30 de octubre de 2018. Fue trasladada a la División de Alta Seguridad de la Prisión de Mujeres de la Provincia de Hunan el 20 de marzo de 2019. Soportó horribles torturas en la prisión, incluidas largas horas de pie, privación del sueño, inanición y palizas constantes. En una ocasión, varias reclusas le vertieron orina en la cabeza y le pasaron una compresa sucia por la boca. La tortura duró hasta que fue puesta en libertad en febrero de 2022.

Guo Yuanhe, residente en el condado de Guidong, de unos 70 años, fue detenida en marzo de 2020 y condenada a cuatro años y seis meses en octubre de ese año. En la Prisión de Mujeres de la Provincia de Hunan sufrió todo tipo de torturas, como restricciones para ir al baño, abusos verbales y lavado de cerebro. En una ocasión fue llevada al colapso mental y tratada en el hospital, donde fue alimentada a la fuerza y perdió ocho dientes.

Tortura en la Prisión de Wangling

La Prisión de Wangling, en la provincia de Hunan, es el principal centro de la provincia donde se recluye a los practicantes masculinos de Falun Gong. El «Pabellón de Transformación» se estableció en octubre de 2017 para aplicar diferentes torturas con el fin de obligar a los practicantes a renunciar a su fe, Falun Gong. Algunos guardias proclamaron con orgullo: «Tenemos mucha experiencia en “transformar” a practicantes de Falun Gong.»

El «Pabellón de Transformación» se encuentra en el 10º Distrito, que es una zona penitenciaria de alta seguridad, donde se utilizan programas de «transformación» forzosa para intentar que los practicantes de Falun Gong renuncien a su fe.

En la segunda planta del edificio principal, cada celda tiene unos 12 metros cuadrados con cuatro literas para ocho personas. La dirección del 10º Distrito dispone de un sistema de vigilancia en el que cada practicante está vigilado por tres reclusos las 24 horas del día en una celda. Se vigilan todos los movimientos y palabras de los practicantes. Los reclusos aprovechan cualquier excusa para golpear, insultar y atormentar físicamente a los practicantes. También les obligan a «confesar» sus delitos.

Con el objetivo de obligar a los practicantes a renunciar a sus creencias, los programas de «transformación» incluyen rutinas de lavado de cerebro y tortura física. Se obliga a los practicantes a ver y escuchar programas de propaganda, a leer artículos que difaman a Falun Gong y a escribir «informes de pensamientos». Por todas partes se cuelgan eslóganes que difaman a Falun Gong. Recientemente, se ha obligado a los practicantes a gritar consignas injuriosas contra Falun Gong antes de cada comida; de lo contrario, no se les permite comer. A menudo tienen que cantar canciones que alaban al Partido Comunista Chino.

Los practicantes no tienen libertad personal. Tienen que pedir permiso para todo lo que hacen. Si los internos no les dejan ir al baño, tienen que mojarse los pantalones. A menudo se les priva del sueño. Tampoco se permite la libertad de pensamiento. A menudo se ordena a los practicantes que informen de sus pensamientos, y si siguen diciendo que Falun Gong es bueno, serán torturados sin parar.

Para protestar por la persecución, algunos practicantes iniciaron una huelga de hambre. Los guardias simplemente esperaron unos días y luego llevaron a los practicantes a un hospital para aplicarles una inyección tóxica.

La «separación de piernas» es uno de los métodos de tortura más brutales. Se separan las piernas de la persona en línea recta. Es muy doloroso y a menudo se rompen los ligamentos, lo que a veces provoca una discapacidad permanente. El dolor insoportable hace gritar de agonía a quien lo practica. Los guardias también llaman a este método «matar a un cerdo». El Sr. Hu Wenkui, de unos 30 años, de la ciudad de Changdei, sufrió de incontinencia tras ser torturado de esta forma y acabó desarrollando un trastorno mental.

Además de ser una cámara de tortura, la Prisión de Wangling es también una fábrica clandestina. Durante la pandemia de COVID de 2020 se utilizó mano de obra esclava para fabricar mascarillas, equipos de protección personal y batas quirúrgicas para su exportación al extranjero. El embalaje de algunos de estos artículos estaba impreso íntegramente en inglés. Si los reclusos no terminaban su cuota asignada para el día, recibían descargas eléctricas o eran maltratados físicamente por la noche. Los guardias llamaban a este abuso «educación nocturna».

El Sr. Wei Guimei, de unos 70 años, también fue torturado con « aperturas forzadas». Sufrió una apoplejía repentina durante la tortura y perdió completamente la memoria. Es incapaz de cuidar de sí mismo, pero sigue en prisión.

El Sr. Liu Chunquan, también de 70 años, fue golpeado excesivamente por los guardias y obligado a permanecer de pie desde las 10 de la noche hasta la mañana siguiente, o hasta que se desmayó. Sin embargo, los guardias continuaron torturándole.