(Minghui.org) He estado practicando Falun Dafa desde marzo de 1996. Mi ojo celestial no ha sido abierto, y no sé cuánto o cuán malo es el ye que creé a lo largo de mis vidas pasadas, pero mi experiencia me hace sentir que tenía mucho. Sin el cuidado de Shifu durante estos años, no habría podido llegar a donde estoy hoy. Sin la protección de Shifu, estoy segura de que habría muerto más de una vez.
Me gustaría compartir algunos ejemplos de la protección de Shifu.
Tenía muchos problemas de salud antes de comenzar a practicar Falun Dafa y con frecuencia pedía permiso para faltar en el trabajo por enfermedad. Contraje tuberculosis y hepatitis B al mismo tiempo. El tratamiento para cada una de las enfermedades era contraindicado para la otra, por lo que el tratamiento de la tuberculosis empeoraría la hepatitis B, y viceversa. Fui a los principales hospitales en busca de ayuda, pero los médicos me dijeron que no había nada que realmente pudieran hacer por mí, y que no debía desperdiciar mi dinero. Obviamente sugerían que debía esperar la muerte, pero solo tenía 38 años.
Cuando no pude encontrar una puerta al cielo ni una grieta al infierno, encontré Dafa.
Un mes después de comenzar a practicar Falun Dafa, todas mis dolencias habían desaparecido y todo mi cuerpo se sentía confortable. Esto me sorprendió mucho. Le agradecí a Shifu por darme una segunda vida. No puedo describir mi gratitud a Shifu. Solo puedo decir desde el fondo de mi corazón que seguiré a Shifu y me cultivaré hasta el final.
Obtener el Fa fue difícil
Practiqué Falun Dafa diligentemente después de que mis enfermedades desaparecieran. Sin embargo, mi exmarido se esforzó por impedirme practicar. Era policía y ateo declarado. Le expliqué pacientemente: "Todas mis enfermedades, especialmente las que consideraba terminales, se curaron sin gastar un centavo. ¿No es maravilloso? Dafa es una ciencia extraordinaria". Sin embargo, él simplemente no escuchaba y a menudo me golpeaba y pateaba. Rompió la imagen del Maestro, la pisó y la quemó. Rompió 17 páginas de Zhuan Falun. Para evitar que creara más ye para sí mismo, estudié el Fa e hice los ejercicios en secreto. Él tenía otra mujer a su lado y solo volvía a casa cada dos semanas. Él afirmaba que estaba fuera por negocios.
El 9 de junio de 1997 llevaba nueve días sin volver a casa. Volvió a las 11 de la noche y vio que, en todo el pueblo, solo nuestra casa tenía las luces encendidas. Llegó a la conclusión de que yo estaba estudiando el Fa. Él dijo: "Es tarde, ¿por qué no estás dormida? ¿Qué estás haciendo?". Me calmé y me dije que, de ahora en adelante, dejaría de aprender Dafa en secreto y lo enfrentaría con él abiertamente. Así que dejé de esconderme y le conté la verdad. Se enfureció, como un loco. Se levantó de un salto y dijo: "Dime que no estudiarás ni practicarás [Dafa] de ahora en adelante. Si no lo haces, te cortaré el brazo y luego veremos si puedes practicar". Con eso, fue a buscar un cuchillo.
Shifu puso el Fa en mi mente: "...con el Maestro y el Fa aquí, ¿a qué le pueden temer?”. (Exponiendo el Fa en Sidney, 1996). De repente me sentí doblemente segura. Shifu estaba justo a mi lado. Realmente no tenía nada que temer.
Extendí mi brazo izquierdo, giré la cabeza y dije: "¡Adelante, córtalo!". Realmente cortó con fuerza con el cuchillo para verduras. Los dos primeros cortes fueron uno al lado del otro en la parte superior de mi brazo izquierdo. No sentí el filo de la hoja. Fue un golpe sordo, como de un puño. No había dolor. Pensé: "Oh, esto no es un corte, sino un palmetazo con un cuchillo, solo para asustarme".
Cuando giré la cabeza para mirar, estaba acuchillando por tercera vez. Empecé a respirar con dificultad, pero Shifu corrigió inmediatamente mi miedo y pensé: "¡Si lo cortas, significa que he pagado lo que te debía!". El tercer y cuarto cortes cayeron junto a los dos primeros.
Después de eso, él quedó sin aliento. Tiró el cuchillo sobre un mueble y me pellizcó donde me había cortado. No había sangre y la piel ni siquiera estaba rota. Estaba muy enojado y maldijo: "¿Es esto algo maligno? No lo creo. Hoy no he traído mi pistola a casa. ¡Deberíamos ver si una bala puede atravesarte!". Se fue a otra habitación a dormir mientras maldecía.
Miré mi brazo y vi que estaba intacto. Las lágrimas corrieron por mi rostro hasta el amanecer. Shifu había soportado todo esto por mí. Me arrodillé y me sentí infinitamente agradecida. Me mantuve diciendo: "Shifu, gracias".
Shifu me protegió en tres accidentes automovilísticos
El primer accidente fue justo después de que aprendí Falun Dafa. Me estaba preparando para cruzar la calle en mi bicicleta. Miré a ambos lados y no vi tráfico, pero cuando llegué a la mitad de la avenida, un camión grande salió de la nada y aplastó mi rueda delantera. El conductor debió de darse cuenta de mí y pisó los frenos. Solo me quedé parada allí y vi cómo se levantaba la parte delantera de su camión.
Me quedé en shock. El conductor también estaba asustado. Se bajó y quería pegarme. Seguí disculpándome por causar problemas y le dije que lo sentía mucho. Afortunadamente, los dos estábamos bien. Sabía en mi corazón que de esta manera, Shifu me estaba ayudando a pagar una deuda que amenazaba mi vida.
El segundo accidente ocurrió cuando estaba aclarando la verdad con calendarios de Minghui, en una bicicleta eléctrica. Cuando llegué a una bifurcación en el camino, un automóvil grande vino directamente hacia mí y me derribó. La bici terminó a varios metros de distancia. Me dolía la cabeza, tenía náuseas y sentía que me iba a desmayar. Pero no tenía miedo. Sabía que Shifu estaba a mi lado.
El conductor se asustó y me preguntó si estaba bien. Insistió en que fuera al hospital, pero le dije que estaba bien, que no había necesidad de preocuparse ya que yo practicaba Falun Dafa. Me ayudó a sentarme en la acera. Le conté sobre Dafa y le sugerí que recitara: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno" para evitar el desastre y mantenerse a salvo. Incluso renunció al Partido Comunista Chino (PCCh) y a sus organizaciones juveniles.
Cada vez más gente comenzó a reunirse a su alrededor. Algunos se indignaron, y uno dijo: "Mira cómo derribaste a esta anciana. Tienes que hacer algo para mostrarle tu agradecimiento por no causarte problemas o hacer que la lleves al hospital". Sacó un fajo de billetes de 100 yuanes y me lo dio. Le di las gracias, pero fuera como fuera, no lo tomaría.
Sabía que era culpa de la otra persona, pero el problema más profundo estaba en mí. Había saldado una deuda de ye que tenía. Sentí pena por él desde el fondo de mi corazón, por haberlo asustado tanto.
Le pedí a Shifu que me ayudara para que pudiera continuar haciendo lo que hacía todos los días y contarles a más personas sobre Dafa. Shifu cumplió mi deseo. Dos horas después, pude volver a montar en bicicleta. Los presentes quedaron atónitos.
El tercer accidente ocurrió alrededor de las 10 p. m. en una noche de otoño de 2023. Regresaba a casa del grupo de estudio del Fa. La calle estaba vacía y sin una sola persona a la vista, cuando de repente, un coche pasó a toda velocidad por mi derecha. Después de unos 40 metros giró y se dirigió hacia mí. Me derribó.
Tres jóvenes se bajaron del coche. El conductor estaba muy preocupado. Mientras todavía estaba acostada en el suelo soportando el dolor, les dije: "No tienen que preocuparse. Soy practicante de Falun Dafa. No necesito ir al hospital y no les pediré un centavo. Falun Dafa requiere que los practicantes sean buenos y se comporten de acuerdo con Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Recuerden, Falun Dafa es un Fa recto". Los tres jóvenes repitieron: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". También renunciaron al Partido.
Me di cuenta de que, a pesar de que estos eran accidentes, si los manejaba con rectitud, no solo dejaba que la gente viera a Dafa de manera positiva, sino también pagaba mis deudas de ye.
Con la protección de Shifu, superé cuatro veces la pérdida de conciencia
A finales de 2014, estaba haciendo la primera postura del segundo ejercicio "Sostener la rueda delante de la cabeza" con otros practicantes, cuando de repente perdí el conocimiento y me caí. Escuché a un practicante gritar: "¡Ayuda, Shifu! ¡Salva a tu discípula!". Me desperté y no tenía en absoluto ninguna fuerza. Ni siquiera podía sentarme. ¡Pero tenía confianza en que Shifu cuidaría de mí y yo me pondría mejor!
Pensé: "Si Shifu ha dispuesto esto para que yo elimine ye, lo aceptaré. Si son las viejas fuerzas las que se aprovechan de las brechas en mi cultivación, nunca lo aceptaré". Así que envié poderosos pensamientos rectos por más de dos horas, cada vez. Con el fortalecimiento de Shifu, casi volví a la normalidad en un día y pude salir y aclarar la verdad.
Volvió a suceder tres veces en casa y fuera de ella. Caía hacia adelante cada vez, incapaz de moverme. Miré hacia adentro para ver cuáles eran mis apegos. Mi cuerpo está aquí para esclarecer la verdad y ayudar a Shifu a salvar a las personas. Pensé: "Si hay brechas y apegos en mi cultivación, me corregiré en Dafa. Shifu no reconoce los arreglos de las viejas fuerzas, ni yo reconozco su persecución". Con la ayuda de Shifu, volví a la normalidad en dos o tres días cada vez.
Shifu crea una ilusión y me protege
Me detuvieron y me llevaron a la cárcel de la capital provincial. Realmente era un lugar infernal. Yo era vigilada por dos reclusas que habían sido condenadas por asesinato. Estaban a mi lado las 24 horas del día. No me permitían comer, dormir, ir al baño o lavarme normalmente. Me obligaban a ponerme en cuclillas todo el día y me golpeaban a cada paso. En casa pesaba más de 61 kilos (140 libras); tras menos de dos meses adentro ya había bajado a poco más de 45 kilos (100 libras). Tambaleaba cuando caminaba.
Una noche, Shifu me dio una pista de que esta persecución estaba a punto de terminar. Al día siguiente, cuando salí a hacer el trabajo laboral, la guardia que me había torturado me llevó a una pequeña habitación y trató de obligarme a renunciar a mi creencia en Dafa. Cuando yo me negué, me golpearon y me tiraron al suelo.
La guardia sostenía una picana eléctrica y me preguntó: "¿Sabes lo que es esto?" La ignoré. Me dio descargas en la cabeza, el cuello y la espalda. El dolor era indescriptible. Recitar las fórmulas para enviar pensamientos rectos no ayudó, ya que mi mente no estaba tranquila. Solo podía soportar el dolor segundo a segundo.
En mi corazón sabía, que Shifu había soportado mucho más por mí. En comparación, la picana eléctrica no era nada. Pensé: "Dejo todo en manos de Shifu", y entonces ocurrió un milagro: mi cuerpo se enderezó involuntariamente y caí de espaldas al suelo. Algo parecía estar sosteniendo mis brazos, y mis manos también estaban levantadas. Estaba temblando y no podía ver la forma de mis manos. Solo vi una materia blanca lechosa que envolvía mis manos y se movía rápidamente. Mis piernas seguían latiendo arriba y abajo como tambores. Me sentí a mis anchas en mi corazón, sabiendo que fue Shifu quien creó la ilusión.
La guardia estaba tan asustada que soltó la picana eléctrica. Me llamó por mi nombre y me preguntó cómo estaba. Pensé que era lastimoso y quería decirle: "No tengas miedo, estoy bien". Pero no podía hablar. A partir de entonces, nunca más me volvió a torturar, excepto por algunos puñetazos y patadas.
Después de un mes de esta intensa persecución, desarrollé una "peligrosa enfermedad cardíaca" y viví con dolor durante los días y meses que permanecí en la prisión.
Las viejas fuerzas no querían dejarme ir
En abril de 2000 fui detenida y llevada a prisión por segunda vez. Aunque las condiciones de vida eran mucho mejores que la primera vez, la persecución seguía siendo la misma.
Cuando la guardia me preguntó si renunciaría a mi creencia, no respondí. Ella estaba tan enojada que me dio un puñetazo en la cara y me derribó. Luego me pateó y gritó: "Solo quiero que fracases por completo".
Me quedé atónita: ¿Cómo podía alguien decir tal cosa? Debe haber sido controlada por espíritus malignos y se puso histérica. Si continuaba golpeando a los practicantes de Dafa de esta manera, ¿qué le pasaría a ella en el futuro? Le dije con compasión: "Me golpeaste, pero no te odio. Lo que estás haciendo no es bueno para ti. Debes arrepentirte ante los dioses y Fo para que te perdonen". Antes de que pudiera terminar, me golpeó tan fuerte que no podía moverme. Tuvieron que llevarme al hospital para que me atendieran de urgencia.
El director del hospital me examinó, dijo que mis extremidades estaban frías y emitió un aviso de defunción, diciéndome que yo no respondería al tratamiento. Mi presión arterial era extremadamente alta y mi corazón estaba tan débil que el electrocardiograma no registraba la actividad cardiaca.
Esto no me preocupó porque sabía que todo era una ilusión. Tenía a Shifu para ayudarme, y no moriría. Seguí pidiéndole a Shifu que me salvara. Me pude mover después de medio día y pude usar el baño por mi cuenta en unas horas más. Pasé la noche en el hospital. El médico me revisó de nuevo y descubrió que mi presión arterial y mis latidos cardíacos eran casi normales. El médico estaba conmocionado.
Estaba viva y bien de nuevo, y las viejas fuerzas habían fracasado.
Mirando hacia atrás en mis 28 años de cultivación, cada evento estuvo lleno de la compasión y de la protección de Shifu. Dejé que Shifu se preocupara tanto por mí. No puedo expresar mi gratitud lo suficiente. Solo puedo trabajar más duro y hacer bien las tres cosas que Shifu quiere que hagamos.
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Categoría: Cultivación