(Minghui.org) Empecé a trabajar como ama de llaves para un matrimonio de ancianos en junio del año pasado. Mis principales trabajos eran cocinar, lavar la ropa, limpiar la casa y ayudar a la esposa a bañar a su esposo. El esposo había estado enfermo durante años.

Tengo varios años de experiencia, así que este era un trabajo fácil para mí. Pensé que no había hecho un buen trabajo en mi ultimo puesto, así que estaba decidida a hacerlo mejor esta vez.

Por ejemplo, limpié algunas esquinas de la casa que no se habían tocado en 30 años. Lavé los utensilios de cocina tan bien que parecían nuevos. No me importaba trabajar horas extras, sin cobrarle a la familia, para poder hacer bien mi trabajo. El matrimonio de ancianos estaba muy feliz y satisfecho con mi trabajo.

Mi mentalidad cambió completamente con este nuevo trabajo. Antes, siempre me quejaba cuando estaba cansada. Culpaba a mi esposo por no ser capaz y me culpaba por no aprovechar las oportunidades que se presentaban. No me daba cuenta de que tenía muchos apegos y olvidaba mirar hacia adentro. Pero poco a poco me di cuenta de que todas estas eran oportunidades para cultivarme, decidí no quejarme y en su lugar enfocarme en mejorar, sin importar lo que sucediera.

Cuando vi que la señora de la casa le costaba mucho trabajo bañar a su esposo, cortarle las uñas, afeitarle la cabeza y lavar sus pies, la ayudé aunque estas cosas no eran parte de mis deberes. A menudo se conmovían mucho, ya que trataba al esposo como si fuera mi padre. Decían que ni siquiera sus propios hijos hacían tanto por ellos. Siempre sonreía y les decía que yo era practicante de Falun Dafa, y que Shifu nos enseñó a ser amables con todos.

El matrimonio de ancianos me trataba bien. Siempre tenían una taza de agua caliente lista cuando llegaba y me decían que descansara unos minutos. Sabían que una vez que comenzara a trabajar, no pararía. A menudo me recordaban que tomara un descanso. Me aumentaron el salario un 10 por ciento en el primer mes y dijeron que hacía más de lo que me pagaban. Ambos eran bien educados y habían sido supervisores en sus lugares de trabajo antes de jubilarse. Decían: "Tenemos más de 80 años y hemos observado a muchas personas. Nadie es tan buena como tú". Yo respondía: "Soy practicante de Falun Dafa".

Cuando se acercaba el Festival del Medio Otoño, insistieron en darme dos botellas de vino caro y dos cajas de pasteles de luna, cada uno con un valor de más de 1,000 yuanes, sin importar cuánto me negué a aceptar sus regalos me los dieron. Luego, les compré ropa interior de marca que costaba más que los regalos que me dieron. Se sorprendieron y no sabían qué hacer. La esposa abrió su caja de joyas y me dijo que eligiera lo que quisiera. Le dije: "No soy amable contigo porque quiera algo de ti. Soy practicante de Falun Dafa y se supone que debo ser amable con todos. De lo contrario, no puedo llamarme practicante". Mis palabras les conmovieron.

Podía ver que la señora quería limpiar completamente la cocina. Antes del Año Nuevo, pasé una semana limpiando las paredes y el techo, colocando papel tapiz y repintando los armarios. La cocina parecía nueva. La esposa estaba muy feliz. Dijo que había querido renovar la cocina hacía años, pero no pudo porque su esposo había estado enfermo durante muchos años. Cuando vi que ella estaba feliz, yo también estaba feliz.

El primer día en el trabajo, les dije que practicaba Falun Dafa, y no me cuestionaron. La esposa me contó que cuando viajaron al extranjero con la familia de su hija, encontraron practicantes que les hablaron de lo maravilloso que es Falun Dafa y la persecución del Partido Comunista Chino (PCCh) a la práctica. Dijeron que sabían que el PCCh era malvado y aceptaron renunciar a sus organizaciones. Sin embargo, en ese momento, la señora no tenía claro qué era la cultivación. A través de mis acciones, obtuvo una comprensión más profunda sobre que es un practicante. Su hijo e hija estaban contentos con mi trabajo y actitud y me respetaban. Sentían que sus padres tuvieron suerte de encontrar a una persona tan buena.

Sin embargo, cuando hablé con la hija sobre renunciar al PCCh, no estuvo dispuesta. Dijo que después de vivir fuera de China durante mucho tiempo, sabía que había muchos agentes secretos en el extranjero, y se negó a seguir discutiendo el tema conmigo. Sabía que no era el momento adecuado para hablar, en su lugar debía hacerlo mejor y trabajar más.

Dos meses después, la hija y su esposo regresaron a China porque su padre estaba gravemente enfermo. Vieron cómo trabajaba y cómo cuidaba al padre. Fui al hospital varias veces al día, le llevaba comida, lo alimentaba y lo acompañaba. La noche antes de que falleciera, habló y rió conmigo y dijo mi nombre en voz alta. Le dijo a su hija que yo había hecho todo lo que ella debería haber hecho como hija. Murió en paz porque creía que Falun Dafa es bueno.

La próxima vez que mencioné renunciar al PCCh a la hija, aceptó sin dudarlo y con una sonrisa.

He trabajado menos de un año hasta ahora. No importa cuánto haga y cuán bien haga las cosas, no pido nada a cambio. Solo espero que más personas sepan que Falun Dafa es bueno.

Aunque la esposa ahora vive sola y no necesita mi ayuda porque está sana y puede cuidarse sola, ella y sus hijos no quieren que me vaya. Mi trabajo se ha vuelto más fácil. Además de las tareas del hogar, principalmente la acompaño cuando va de compras o da un paseo, y charlo con ella. Sus vecinos pensaban que éramos madre e hija. A menudo le compro comida y bocadillos, y tomamos un taxi a casa cuando está cansada. Ella se conmovió y dijo con lágrimas en los ojos: "Toda mi vida, siempre cuidé de los demás; nadie me ha cuidado tan bien. Realmente estoy bendecida".

El matrimonio, sus hijos y sus amigos y familiares saben que soy una buena persona. Escribí mi historia para verificar lo increíble que es Dafa, no para demostrar lo buena que soy. Gracias, Shifu.