(Minghui.org) Este año cumplo 76 años y llevo cultivando Falun Dafa desde 1998. Durante los últimos veintitantos años, experimenté tribulaciones y fui capaz de salir adelante gracias a la compasiva salvación, protección y ayuda de Shifu. Hoy, me gustaría compartir cómo cultivé mi xinxing en mi entorno familiar.
Una obstrucción en casa
Después de empezar a practicar, me ocurrieron cosas milagrosas una tras otra: la enfermedad incurable que tenía antes desapareció; pude hacer todo tipo de trabajos sin mucho esfuerzo; estaba llena de ánimo y energía todo el día, entre otras cosas. Y lo que es más importante, ahora comprendía el significado de la cultivación y tenía una meta y un propósito en la vida.
Al ser testigo de los notables cambios en mi salud física y mental, todos los miembros de mi familia creían que Dafa era genial y me apoyaban mucho en mi cultivación.
Sin embargo, el 20 de julio de 1999, el Partido Comunista Chino (PCCh), dirigido entonces por Jiang Zemin, inició una cruel y sangrienta represión contra Dafa y sus practicantes. A medida que se intensificaba la persecución, los discípulos de Dafa dentro de China se enfrentaron a difíciles pruebas de vida o muerte. Un gran número de practicantes de Dafa fueron arrestados y encarcelados; debido a la tortura que sufrieron, muchos quedaron discapacitados, con trastornos mentales, y fueron asesinados, y algunos cayeron víctimas de la sustracción de órganos vivos.
Los miembros de mi familia sabían lo despiadados y brutales que podían ser Jiang y el PCCh y estaban muy preocupados por mi seguridad. Por eso intentaron impedir que practicara, sobre todo después de que la policía registrara y saqueara mi casa dos veces. Tras años de encarcelamiento, las torturas que sufrí me provocaron deficiencias auditivas en los oídos. Mi familia y mis hijos también sufrieron una enorme presión por todo lo que viví.
Mis hermanos estaban asustados y preocupados por mí y desarrollaron pensamientos negativos sobre mi práctica de Falun Dafa. Junto con las mentiras y calumnias del PCCh, pasaron de apoyar inicialmente a Falun Dafa a negar y rechazar vehementemente la práctica.
Cuando volví a casa después de la cárcel, me encontré con que mi entorno familiar había cambiado. Me sentía atrapada en un ambiente opresivo y confinado, y, todavía tenía que enfrentarme a la elección de continuar o no con la práctica como cuando estaba en prisión. En casa tenía que lidiar con las constantes, irrazonables, excesivas y lastimosas súplicas de mis familiares y parientes.
Shifu me dio un consejo: para superar una prueba así, debo desprenderme de los sentimientos familiares, tratar a mi familia con la gran compasión de un practicante de Dafa y ayudar a los miembros de mi familia a cambiar sus puntos de vista distorsionados mediante la aclaración de la verdad para que puedan salvarse.
Mi esposo es unos años mayor que yo. Hace algunos años, cayó enfermo y quedó postrado en cama, y ya no podía cuidar de sí mismo. Durante los años que estuve encarcelada, mis hijos cuidaron de él. Cuando volví a casa, asumí la responsabilidad de cuidarlo.
Cuando volví a casa, todos los miembros de mi familia me vigilaban e intentaban por todos los medios que dejara de practicar Dafa. Se negaban a escuchar cuando intentaba hablar con ellos sobre Falun Dafa. Mis hijos también pidieron a sus tíos y tías de lejos que vinieran a persuadirme para que abandonara la cultivación. Permanecí impasible y ellos se marcharon decepcionados. No estaba segura de cómo superar el obstáculo en mi cultivación en casa en aquel momento y pedí ayuda a Shifu.
Al ver los milagros de Dafa, los miembros de mi familia cambian de opinión
Fue en 2007, mientras luchaba con el tenso ambiente de casa, cuando me apareció un gran absceso en la pierna. Fue creciendo y empezó a supurar pus y líquido tisular. Mis hijos querían llevarme al hospital, pero me negué a ir. Les dije que era algo bueno. Solo estaba pagando mis deudas de ye y no había de qué preocuparse. No me escucharon ni me creyeron. Llamaron a mis hermanos y les pidieron que intentaran persuadirme para que fuera al médico, pero yo seguía impasible.
Al no conseguirlo, mi hijo invitó a un médico a hacerme un chequeo en casa. El médico me dijo muchas cosas terribles sobre mi problema y las graves consecuencias de no tratarlo a tiempo. A pesar de todo, permanecí impasible.
«Soy una cultivadora de Dafa, y lo que tengo no es una enfermedad, sino un proceso de eliminación de ye por parte de mi Shifu. Me pondré bien en cuanto vuelva a estudiar el Fa y a hacer los ejercicios. Espera y verás», dije a mi familia y al médico.
Efectivamente, en cuanto reanudé el estudio regular del Fa y los ejercicios, la hinchazón del muslo disminuyó rápidamente, cesó la secreción de pus y sangre del absceso y creció carne nueva con rapidez. Pronto, la herida de mi pierna estaba curada y no había ni siquiera una pequeña cicatriz en la piel.
A través de esta prueba, no solo eliminé el yeli, sino también reanudé el estudio regular del Fa y la realización de los ejercicios. Los miembros de mi familia presenciaron una vez más el poder extraordinario de Dafa, y el ambiente de mi casa cambió para mejor. Estaba agradecida por el arreglo de Shifu. Lo que me pasó validó una vez más el gran principio del Fa:
«La cultivación depende de uno mismo, el gong depende del shifu». (Primera Lección, Zhuan Falun)
Experimenté dos pruebas de ye de enfermedad. Una fue una fractura de muñeca, y la otra una fractura en mi tobillo derecho. Cuando sucedieron, mi primer pensamiento fue la línea en Zhuan Falun:
«Difícil de soportar, se puede soportar; difícil de hacer, se puede hacer». (Novena Lección, Zhuan Falun)
Soporté el fuerte dolor, hice las tareas domésticas y seguí con mi vida como si todo fuera normal.
Al mismo tiempo, pedí a Shifu que me ayudara a superar la tribulación. En todos los casos, la hinchazón de la zona lesionada remitió rápidamente y las fracturas se curaron sin dejar rastro en la superficie.
Cuando mis hijos volvieron a casa, yo había recuperado la normalidad y me movía con libertad. Empezaron a apoyarme de corazón en mi cultivación. Me sentía muy feliz por ellos, pues el cambio de actitud hacia Dafa les había dado nuevas esperanzas de un futuro brillante. También comprendí que cuando cultivamos genuinamente, Shifu cuidará de nosotros.
Abandonar el egoísmo y aprender a vivir en beneficio de los demás
Antes, cuando mi familia, incluyendo mis hijos, no podía entender porqué insistía en practicar Dafa, los culpaba de ser manipulados por demonios y sentía resentimiento hacia ellos. Después de estudiar repetidamente el Fa y mirar hacia adentro, me di cuenta de que el problema fundamental era mi actitud egocéntrica y mi egoísmo. Shifu quiere que cultivemos hasta el punto de que vivamos en beneficio de los demás, pero a mí lo que me importaba era tener éxito en la cultivación. Quería alcanzar la consumación, así que tenía que ser diligente: Que no me detuvieran ni me arrastraran, que no me dejaran atrás, etc. Pensaba todo el tiempo en mí misma en lugar de tener en cuenta a los demás y cómo podían salvarse.
Cuando me di cuenta de mi problema, mi actitud hacia los miembros de mi familia cambió. Sentí lástima por ellos. Su actitud negativa hacia Dafa era el resultado de las mentiras y el veneno inculcados en sus mentes por el PCCh y la manipulación de elementos malignos. Pensé: «Toda mi familia conoce la crueldad del PCCh, y la razón por la que no quieren que siga practicando Dafa es sobre todo porque están preocupados por mi seguridad. No quieren verme sufrir de nuevo a manos del PCCh. Mis hijos aún mantienen los valores tradicionales de piedad filial hacia sus padres y son bondadosos por naturaleza».
Con este entendimiento, empecé a enviar pensamientos rectos para eliminar los elementos malignos que había detrás de ellos y disolver su resentimiento e incomprensión con pensamientos compasivos.
Cuidar de mi esposo es otra gran prueba de mi xinxing. Mi esposo mide 1,8 metros y pesa más de 100 kilos. Aunque está postrado en cama y no puede valerse por sí mismo, tiene bastante buen apetito. Sus sistemas digestivo y urinario funcionan bien. El gran problema es que se niega a llevar pañales. Cada vez que le pongo un pañal, se lo quita y lo tira en cuanto me voy. Se orina en la cama, en el suelo o en los pantalones.
Peor aún, nunca pulsa el timbre que hay cerca de su cama cuando tiene que defecar. Se pone los pantalones y, muy a menudo, esparce las heces por todas partes. Hace lo mismo todos los días, sin excepción. A veces, defeca más de una vez al día y orina en el suelo. Toda la casa se llena de un hedor insoportable. Cuando nuestros hijos vienen de visita, abren todas las ventanas, incluso en el frío invierno. Le dije a mi esposo que usara una bolsa de orina y pulsara el timbre cuando necesitara ir al baño, pero se negó.
Estaba todo el día ocupada cuidándolo y limpiando lo que ensuciaba. Además, cocinaba, hacía las tareas domésticas y siempre me sentía agotada al final del día. Tenía que encontrar tiempo para el estudio del Fa y los ejercicios entre todo esto, a pesar de estar agotada.
Mi esposo, en cambio, parecía divertirse y estaba muy relajado. Charlaba conmigo sin parar siempre que le apetecía, y daba la sensación de que me atormentaba a propósito. Era evidente que las viejas fuerzas lo habían organizado con la excusa de reducir mi yeli, y su objetivo último era impedirme cultivarme en Dafa.
En mi beneficio, Shifu aprovechó la situación para comprobar cómo me cultivaba, cómo superaría la prueba para anular los arreglos de las viejas fuerzas y qué estado de cultivación podría alcanzar finalmente.
Cuando volví de la cárcel y me hice cargo del cuidado de mi esposo, fue muy difícil. Me costaba respirar por el olor desagradable que había en la casa. Me sentía tan mal cuando limpiaba las heces pegajosas de sus pantalones que casi vomitaba, y perdí el apetito por cualquier alimento. Sentía angustia, resentimiento y estaba desequilibrada. De vez en cuando discutía con mi esposo e incluso lo golpeaba cuando me ponía muy tensa. Sin embargo, él nunca reaccionaba a mis emociones ni me contestaba nada. Seguía como siempre.
Más tarde, a través de más estudio del Fa, me di cuenta de que para un practicante de Dafa, nada sucede por casualidad, y debía cultivarme sólidamente en todas las situaciones. Así que, empecé por tratar mi aversión a las dificultades y el miedo irracional a la suciedad y los olores ofensivos. Poco a poco, apenas podía oler nada cuando limpiaba el desorden de los pantalones de mi esposo.
Pensé: Shifu debió de apagar mi sentido del olfato cuando vio que tenía el corazón para cultivarme sólidamente. Shifu utilizó mi difícil situación para que pudiera cultivar la bondad y la tolerancia, y alcanzar un nivel superior de vida totalmente en beneficio de los demás. Con este entendimiento, desaparecieron todas las quejas, la ira y el resentimiento que albergaba en mi corazón en el pasado. Fue una sensación maravillosa.
Ahora cuido de mi esposo con amabilidad y paciencia. Todos los miembros de mi familia tienen una actitud positiva hacia Dafa y de nuevo apoyan mucho mi cultivación.
En la cultivación, debemos ser capaces de sufrir dificultades. Continué rectificándome según los requisitos de Shifu, y al final, los miembros de mi familia y mis hijos se salvaron porque tienen una actitud positiva hacia Dafa.
Siento que hay muchas oportunidades para la cultivación en el ambiente del hogar y oportunidades para que cultivemos hasta la madurez. De mis experiencias, he aprendido que mientras mire las cosas basándome en el Fa y me cultive verdaderamente, puedo caminar bien por el camino arreglado por Shifu y atravesar tranquilamente los umbrales y las pruebas difíciles a lo largo del camino. El proceso de volver a nuestra naturaleza bondadosa original es también un proceso de elevación a un reino superior de vida en beneficio de los demás.
¡Gracias, Shifu! ¡Gracias, compañeros practicantes!
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Categoría: Mejorándose uno mismo