(Minghui.org) Tengo 68 años, y he estado practicando Falun Dafa durante 26 años. En ese tiempo he sido testigo de muchos milagros, pero hoy me gustaría centrarme en mi experiencia personal de mejorar mi xinxing y aclarar la verdad a los que me rodean.

Lección aprendida de mi apego a las joyas

Cuando yo era más joven, era una rica mujer de negocios que se preocupaba mucho por su apariencia y compraba muchas joyas y cosméticos caros por esa razón. Después de que empecé a cultivar Falun Dafa, empecé a tomar esas cosas a la ligera y ya no usaba joyas ni cosméticos, y hasta el día de hoy ni siquiera uso jabón cuando me limpio la cara.

He sido relativamente diligente en hacer los ejercicios. Aunque tengo más de 60 años y no uso ningún cosmético, me veo joven, con la tez sonrosada, gracias a los cinco ejercicios de Falun Dafa.

Han pasado los años y creía que me había desprendido por completo de mi apego a cosas como las joyas y la belleza exterior. Sin embargo, cuando llegaron las pruebas, el apego resurgió.

Desde hace unos años, a mi hija le gusta comprar joyas de jade y me compró algunas. Le dije que no lo hiciera, pero en cuanto vi las bonitas piezas, me gustaron y empecé a ponérmelas, con la excusa de que las practicantes que veía en New Tang Dynasty TV también llevaban pendientes y otras joyas.

Cuando mi hija compraba joyas, me pedía que eligiera primero las que me gustaban y me las quedara. Cuando fui al grupo de estudio del Fa, me puse las joyas regaladas para presumir.

Cuando otros practicantes me preguntaban por las joyas que llevaba, me daba vergüenza admitir que eran nuevas y mentía diciendo que las había comprado hace muchos años. Seguí llevando joyas nuevas al estudio en grupo, lo que despertó el apego de algunas practicantes. Querían que las llevara a comprar joyas.

Me di cuenta de que algo iba mal, porque mi apego había afectado a otros practicantes, lo cual no era bueno. A partir de ese momento, ya no llevé joyas al grupo de estudio del Fa. También compartí con ellos mis errores y mi comprensión.

Sin embargo, estaba tan apegada a mis joyas que cuando salía para aclarar la verdad, me preocupaba que me robaran las piezas que tenía en casa, y volvía corriendo a verlas, o las escondía aquí y allá, hasta que no podía encontrarlas yo misma.

El apego no sólo obstaculizaba mi mejora personal y mi esfuerzo por aclarar la verdad, sino que también reflejaba en mí una mentalidad de ostentación.

Tenía una fuerte mentalidad de ostentación antes de empezar a cultivarme. Crecí pobre y quería hacerme rica y poderosa mediante el trabajo duro. Me casé y empecé un negocio, y finalmente me hice rica, pero desarrollé el mal hábito de presumir y alardear de mi riqueza. No he eliminado el apego después de tantos años de cultivación.

Debido a que mi mentalidad de ostentación fue expuesta a través del asunto de las joyas, las viejas fuerzas se aprovecharon de este apego. De repente, mi hermana me pidió dinero prestado, y la cantidad resultó ser la de todos mis ahorros personales.

Según mi entendimiento, el dinero de un cultivador es parte de los recursos de Dafa y debe ser usado para ayudar a salvar a la gente y hacer grandes cosas, pero como yo había gastado mi dinero en cosas equivocadas, las viejas fuerzas usaron esto como una excusa para crear problemas.

Me desprendí de mi apego a los intereses personales y acabé prestando el dinero a mi hermana porque lo necesitaba para una operación quirúrgica que le iba a salvar la vida, así que sentí que debía hacerlo. Cuando me dijo que no podría devolvérmelo hasta bastante tiempo después, supe que era una prueba de mi apego al interés personal. Le dije que me lo devolviera cuando pudiera, y que si no podía, no tenía por qué devolvérmelo.

A través de esta cadena de acontecimientos, me di cuenta de que mis apegos estaban siendo aprovechados por las viejas fuerzas. Sabiendo que estos apegos eran una gran montaña que bloqueaba mi cultivación, me di cuenta de que no podía llevar nada del mundo humano conmigo, y pude desprenderme de mi apego a las joyas.

Poco después, hablé de ello con mi hija y le pedí que no me trajera más esas cosas. Además, ya no me preocupaba perder las joyas. Cuando salía para aclarar la verdad, me sentía relajada y ligera.

Eliminar la desconfianza

La desconfianza era un gran obstáculo en mi cultivación, probablemente debido al yeli que había creado a lo largo de las vidas, unido a los malos hábitos que había formado al hacer negocios, que me hacían ser excesivamente desconfiada. Cuando empecé a cultivarme, me resultó difícil deshacerme de este apego. Año tras año, seguía manifestándose, tanto en asuntos grandes como pequeños.

Por ejemplo, cuando salía a aclarar la verdad, a menudo sospechaba que la persona o personas que estaban a mi lado me seguían. Si un coche aparcaba delante de mi edificio durante mucho tiempo, o aparecía a menudo, pensaba que alguien podría estar siguiéndome, y cuando volvía a casa, a menudo sospechaba que alguien había estado en mi casa o había rebuscado entre mis cosas.

Cuando no encontraba un objeto, el primer pensamiento que me venía a la cabeza era que fulanito o menganito se lo había llevado o lo había robado. También sospechaba que mi yerno tenía una aventura, etc.

Durante el estudio del Fa, sabía que la sospecha era errónea y me molestaba, pero después, a menudo resurgía. No podía deshacerme de ella por completo. Otros practicantes me sugirieron que profundizara y buscara más de cerca otros apegos.

Busqué en mi interior la causa raíz y me sorprendió encontrar tantos apegos, como el miedo, el interés personal, el egoísmo, la lujuria, la competencia, etc. Las viejas fuerzas tenían así excusas para agravar mis apegos, conspirando para perseguirme e interferir en mi entorno de cultivación familiar.

Aprovechar todas las oportunidades para salvar a las personas predestinadas

Tengo una personalidad relativamente extrovertida, lo que ha sentado una buena base para aclarar la verdad.

Por ejemplo, cuando iba al supermercado, me gustaba iniciar conversaciones agradables con la gente que me rodeaba. La gente solía hacerme cumplidos: "Tía, ¿cómo es que pareces tan joven?". Yo les decía que practicaba Falun Dafa, y les aclaraba los hechos sobre Falun Dafa y lo malvado que es el PCCh, y los persuadía para que renunciaran al PCCh y a sus organizaciones afiliadas.

Cuando iba en bicicleta y veía a alguien cargando cosas pesadas, le decía: "¿Necesitas ayuda para llevar esas cosas? Puedo llevarte". La persona solía aceptar agradecida mi ayuda. Mientras la llevaba, aclaraba los hechos con naturalidad.

Una vez, durante una mudanza, los de la mudanza rompieron accidentalmente un armario. Se pusieron nerviosos, pero enseguida les dije: "No pasa nada, soy practicante de Dafa, no les pediré que paguen por ello. Este trabajo no es fácil y han trabajado mucho". Entonces les di fruta y les aclaré la verdad. Como resultado, se mostraron agradecidos y dijeron: "Tía, eres muy amable".

En el entorno de mi nuevo hogar, a menudo inicio conversaciones con mis vecinos y comparto con ellos la deliciosa comida que he preparado. Esto ha allanado el camino para futuras aclaraciones sobre la verdad.

Una pareja joven que vive en el piso de arriba se cruza a menudo conmigo al volver del supermercado, y me ayudan a llevar las cosas. Les llevé comida para agradecérselo, les aclaré la verdad y les ayudé a renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas.

En otra ocasión, cuando compraba ropa en el centro comercial, vi a las dependientas almorzando algo rápido. Fui a casa y les llevé fruta y bocadillos. Charlé con ellas y mostré empatía por su duro trabajo, les aclaré naturalmente la verdad y les ayudé a renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas.

Del mismo modo, conocí a los dependientes del supermercado y les ayudé a renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas.

Hubo muchos ejemplos como estos en mi vida diaria. Shifu ha dispuesto que las personas predestinadas vengan a mí, así que aprovecho cada oportunidad para aclararles la verdad y cumplir mi misión.