(Minghui.org) Tenía 30 años en octubre de 1998 cuando leí por primera vez Zhuan Falun. Una vez que empecé, no pude parar: leí durante un día y una noche enteros y lo terminé. Pensé que era un gran libro y que nos enseñaba a ser buenos e incluso mejores personas. Por la mañana vi un gran Falun.

Poco después de empezar a practicar, mis problemas de salud de larga duración, como insomnio, problemas estomacales, estreñimiento, espondilosis cervical, etc., ¡desaparecieron! A medida que continuaba cultivándome, realmente sentí el inmenso poder de Shifu y de lo maravilloso que es Falun Dafa.

Mi entorno familiar mejora cuando lo hago yo

Trabajé fuera de la ciudad desde que me gradué en la universidad. Tengo dos hermanos pequeños que viven en la misma ciudad que mis padres, así que pasaban más tiempo con ellos. Mis padres les ayudaban a cuidar de sus hijos. Mis padres me decían: «Aunque no estás tan presente, siempre brindas el mayor aporte económico a la familia».

Mi hermano más joven tiene un pequeño negocio. Siempre que necesitaba dinero, se lo prestaba sin dudarlo. Ayudé a su hijo a conseguir un puesto en una gran empresa financiera después de graduarse, y estaban muy contentos. A los hijos de mi hermano menor les compré ordenadores y teléfonos móviles y a menudo les daba dinero para sus gastos. Todos nos llevábamos muy bien. Apreciaba que mis hermanos cuidaran de mis padres.

Cada Año Nuevo, cuando nos reuníamos para la comida familiar, siempre les llevaba regalos a todos. Les hablaba de Falun Dafa y les decía lo importante que es renunciar al Partido Comunista Chino y a sus organizaciones afiliadas. Todos creían que Falun Dafa era bueno y estaban de acuerdo en renunciar al PCCh.

Pero las cosas cambiaron después de que falleciera mi madre. Me enteré por mis parientes y mi padre que mis hermanos no estaban contentos conmigo. No entendía por qué. Por ejemplo, se quejaban de que era tacaño, de que prefería malgastar mi dinero antes que dárselo a ellos. Cuando les dije que tenía un segundo nieto, pensaron que estaba presumiendo. De hecho, ellos no querían que se lo dijera para ahorrarse el dinero al no comprar un regalo. Cuando el hijo de mi hermano mayor dejó su trabajo, se quejaron conmigo de que, para empezar, no debería haberle ayudado a conseguirlo. Y hubo más quejas, y peores.

¿Cómo es que todo era culpa mía? Al principio, me sentí triste. Pero me tranquilicé y me recordé que soy un practicante de Falun Dafa y que debía mirar hacia dentro sin importar lo que pasara.

Nunca me había dado cuenta de que tenía tantos apegos. Como mi familia apoyaba mi práctica de Falun Dafa y todos habían renunciado al PCCh, sentía que lo había hecho muy bien. Mi apego a presumir salía a la luz cuando hablaba con amigos y compañeros practicantes. Cuando mis parientes querían leer Zhuan Faluny contaban a sus amigos que Falun Dafa es bueno, pensaba que todo se debía a mis esfuerzos. No podía evitar presumir de mis nietos. Y siempre pensaba que nunca me habían perseguido porque me cultivaba muy bien. Creía que estaba en un nivel superior al de otros practicantes. También me di cuenta de que tenía apegos a la arrogancia, el resentimiento, la lujuria y demás.

Cuando me di cuenta de mis problemas, me volví más humilde, tranquilo y amable cuando me reunía con mi familia. Poco a poco, el ambiente volvió a ser cordial.

Mi familia dice que Falun Dafa es realmente bueno

Mi padre recibió la cuarta vacuna de COVID-19 a finales de diciembre de 2022. Después, su salud se vino abajo. Mis dos hermanos estaban infectados y no podían cuidar de él como hacían habitualmente.

A menudo llamaba a mi padre, pero unas veces descolgaba y otras no contestaba. La noche del 26 de diciembre volví a llamarle. Después de intentarlo varias veces, finalmente descolgó el teléfono. Sonaba muy débil, así que decidí volver a casa. Hubo un segundo en que me preocupé de que pudiera estar infectado, pero inmediatamente me recordé que soy un practicante de Falun Dafa.

Shifu dijo en el Jingwen “Despierten”:

“El Dafa que cultivan ustedes creó a todas las vidas del universo, forjó a grandes dioses y formó los virus y bacterias más minúsculos. Y tú, eres un cultivador de Dafa, asistiendo a Shifu, salvando a la gente, y durante la salvación a la gente, has ayudado a mucha gente a eliminar bacterias y virus que son miles de veces más fuertes que la plaga, no obstante no puedes posicionarte rectamente en la epidemia”.

Llegué allí al mediodía del día siguiente. Llamé a la puerta y toqué el timbre, pero la casa estaba en silencio. Tuve que llamar a mis hermanos para que trajeran la llave. Cuando entramos, vimos a nuestro padre acurrucado en el sofá, con el pelo revuelto y una larga barba blanca. La casa estaba hecha un desastre. Mi hermano se puso nervioso y llamó al centro de salud. Pero le dijeron que no podían hacer nada porque mucha gente tenía síntomas parecidos después de la cuarta inyección. Colgaron y no contestaron cuando volvimos a llamar.

Mi padre estaba muy mal, no podía ni tenerse en pie. Mis hermanos llevaban mascarillas y se mantenían alejados de él por miedo al contagio. Yo sabía que ellos tampoco estaban muy bien, así que les dije: «Pueden irse a casa. No se preocupen, yo cuidaré de nuestro padre».

Le pedí a Shifu que salvara a mi padre mientras le hacía beber agua y una taza de leche de cabra caliente y seguía hablándole. Poco a poco, su mente se aclaró y empezó a responderme. Era capaz de levantarse por sí solo e incluso caminaba.

Cuando se lo conté a mis hermanos, me dijeron: «¡Gracias por venir a casa a ayudar! No podemos imaginar lo que le habría pasado a nuestro padre de lo contrario». Dijeron que si el PCCh no persiguiera Falun Dafa, ellos también practicarían.