(Minghui.org) Salí de China hace casi cinco años y he trabajado en la plataforma RTC durante casi dos años. Me beneficié enormemente de interactuar con otros practicantes mientras hablábamos de nuestras experiencias de cultivación y llamábamos a la gente en China para contarles sobre Falun Dafa y la persecución del Partido Comunista Chino (PCCh).

Agradezco a Shifu por la oportunidad de participar en la plataforma, y a todos mis compañeros practicantes por su apoyo y asistencia. Me gustaría contarles sobre algunos de mis recientes entendimientos de cultivación.

Mi entorno familiar es una oportunidad de cultivación

Antes de casarme, sentía que mi futura familia sería hermosa. Viviría con mi "príncipe" feliz para siempre. Sin embargo, hay una diferencia entre la fantasía y la realidad. Mi matrimonio se vio afectado por la relación de yeli entre mi esposo y yo, así como por nuestra mentalidad egoísta formada en la cultura del Partido Comunista.

Soy practicante de Falun Dafa, así que debo estar dispuesta a enfrentar los conflictos familiares. Afortunadamente, pude pasar de guardar rencor y hacer acusaciones a abrazar la gratitud y practicar la tolerancia.

Cada vez que surgía un conflicto y me sentía amargada, el Fa de Shifu disolvía los nudos de mi corazón.

Shifu nos enseñó que los practicantes deben ser buenas personas dondequiera que estemos, así que examiné mi comportamiento y pensé si me ajustaba incondicionalmente a Verdad-Benevolencia-Tolerancia y si era una buena esposa. Encontré mis deficiencias y todo tipo de apegos, como la envidia, el resentimiento, el deseo de recompensas, la arrogancia y la obsesión por el afecto.

Shifu dijo:

“El qing es la causa de que se produzcan corazones de apego” (Preguntas y respuestas en la Enseñanza del Fa en Guangzhou, Zhuan Falun Fajie).

Me di cuenta de que solo tomando el qing (emoción) ligeramente y siendo racional podría manejar bien la relación con mi esposo. A partir de entonces, cuando ocurría un conflicto, incluso si me sentía agraviada, tan pronto como pensaba en asimilarme incondicionalmente a Verdad, Benevolencia y Tolerancia, mi corazón se iluminaba.

Poco a poco aprendí a escuchar y dejé de ser egoísta. Cuando teníamos opiniones diferentes, aprendí a tolerar y mi mente se calmaba cada vez más.

Además, aprendí a apreciar las buenas cualidades de mi esposo: por ejemplo, trata a las personas con generosidad y amabilidad, es tolerante y complaciente, y es resistente cuando se encuentra con dificultades. Me di cuenta de que estaba cegada y perdida en los apegos humanos sin ver las cosas como realmente eran.

Después de salir de China, mi papel en la familia cambió drásticamente, pasando de ser una mujer profesional con un título avanzado a convertirme en ama de casa. Comencé a tomar en serio cada una de mis responsabilidades: lavar la ropa, cocinar, hacer las tareas del hogar, atender a mi esposo y cuidar a nuestro hijo. Aprendí a adaptarme a mi papel de buena esposa y madre, y muchas de mis nociones retorcidas cambiaron.

Nuestro hijo asistió a la universidad fuera de la ciudad. Cuando mi esposo parecía fatigado o deprimido, sus amigos o compañeros de trabajo le preguntaban si estaba bajo demasiada presión financiera porque él era nuestro único apoyo financiero. Al principio, los comentarios me parecieron graciosos pero, poco a poco, sentí que eran irritantes. Finalmente, no pude soportarlo más y me desquité con mi esposo.

Más tarde miré hacia adentro para ver por qué mi corazón se conmovió por tales comentarios. Me di cuenta de que, en el fondo, todavía me aferraba a la noción de igualdad entre hombres y mujeres. Con mi educación y habilidades profesionales, me ofendía que alguien menospreciara mi dependencia y me considerara una carga.

Shifu dijo:

“Pero déjenme decirles que esta situación es incorrecta, y que la propugnación de “independencia” y “autoseguridad” de las mujeres es incorrecta. La gente de hoy siempre juzga a los antiguos de acuerdo a las nociones degeneradas de la gente moderna, y piensan que las mujeres fueron oprimidas en la antigüedad. En realidad, no es como la gente moderna lo imagina. En la antigua China –en el mundo entero, de hecho, ya que la sociedad occidental era igual– los hombres sabían cómo tratar a sus esposas y eran considerados y cuidaban de sus esposas; sus esposas sabían ser respetuosas con sus esposos, esa fue la forma en que el yin y el yang coexistieron. Si dos yang se encuentran, pelean; tampoco funciona si dos yin se encuentran. Yin y yang sólo se complementan y suplen uno a otro, y son interdependientes en este tipo de coexistencia" (Exponiendo el Fa en un seminario en Nueva YorkExponiendo el Fa en los Estados Unidos).

Entendí qué tipo de mujer debía ser. Me disculpé con mi esposo y le agradecí por su arduo trabajo y por cuidarme a lo largo de los años. Le dije que dejaría de preocuparme por lo que dijeran los demás y que sería su esposa que le apoyaría. De hecho, mi esposo siempre ha apoyado mi participación en el proyecto de la plataforma RTC.

A partir de entonces, comprendí los diferentes roles de un hombre y una mujer en la familia. El cuidado, la bondad y la consideración de una mujer juegan un papel importante en el crecimiento de los hijos y el desarrollo profesional del esposo.

Dejar ir el ego

Un año después de empezar a trabajar en la plataforma RTC, el coordinador me pidió que facilitara las sesiones de intercambio de experiencias. No estaba segura de mí misma, pero sabía que esta no era una coincidencia. Sentí que debía haber algo que necesitaba cultivar y mejorar, así que acepté.

No tenía idea de cómo coordinar actividades en un grupo tan grande. A diferencia de mi trabajo diario anterior, en el que podía seguir las pautas establecidas, como los deberes, el alcance del trabajo y los límites, no había pautas para coordinar las sesiones de intercambio de experiencias.

Antes de la persecución, era costumbre que todos nos sentáramos en círculo para estudiar, seguido de hablar de nuestras experiencias. Ese ambiente me motivó a ser más diligente.

Pero sin la capacidad de ver las expresiones faciales o el lenguaje corporal de los demás, teníamos que confiar completamente en nuestras voces. Traté de encontrar una manera de ayudar a los practicantes a abrirse y comunicarse en este entorno. Sabía que era mi responsabilidad hacer un buen trabajo coordinando nuestras reuniones.

De la experiencia con mi grupo de estudio del Fa local, cuanto más honesto era el compartir de uno, más conmovía a los demás. Así que me dije a mí misma, como facilitadora, que tenía que ser honesta y sincera en mis pensamientos y en mi discurso.

Fue un desafío para mí porque no era buena expresándome frente a una audiencia. Pero me di cuenta de que debía cambiar para crear un buen ambiente para todos.

A veces había un silencio incómodo. Al principio, me sentí avergonzada y abrumada. Miré hacia adentro y encontré el apego a salvar las apariencias. Me dije que debía sentir empatía por los demás, tal vez no tenían nada que compartir. No debía ser exigente con los demás, sino que necesitaba hacer algo de preparación.

Me di cuenta de que no debía esperar que los demás cooperaran conmigo, sino que yo debía cooperar con los demás. A veces pensé en rendirme, pero cuando me calmé y reflexioné, descubrí que estaba mirando hacia afuera en lugar de mirar hacia adentro para mejorar mi xinxing.

También descubrí que tenía el apego a la autoprotección, la fama y el interés propio. Decidí dejar de lado mis viejas nociones y dejar de desperdiciar mi energía en ellas. Quería usar mi energía en armonizar mejor nuestro ambiente grupal.

Cuando no me iba bien, me decía que no me desanimara; cuando lo hacía bien, me advertía que debía posicionar mi punto de partida y rebajarme: soy la coordinadora no porque sea capaz, sino porque tengo apegos humanos que debo eliminar, y esta era una oportunidad de cultivación.

Una vez compartí mis puntos de vista sobre un determinado asunto durante una sesión, y otro practicante sugirió que debería tratar el asunto con más tolerancia. De repente me sentí avergonzada y me di cuenta de que lo que decía el practicante era correcto.

Al indagar más a fondo, descubrí que tenía el apego a la fama y al interés propio. Si alguien corrigiera mis errores, ¿no sería una buena lección para que otros lo vieran? Sirve al propósito de compartir experiencias, siempre y cuando puedan aprender de ellas y mejorar.

Todavía tengo muchas deficiencias. Espero cultivarme bien y cooperar con todos.

Con esto concluye mi entendimiento. Por favor, señalen amablemente cualquier cosa inapropiada.