La guía de Shifu sobre tomar en serio el estudio del Fa y no aflojar en la cultivación

(Minghui.org) Estaba transcribiendo Zhuan Falun una mañana, cuando sentí sed. Me levanté y bebí un poco de agua, luego encontré algunas azufaifas secas en el cajón y me comí unas cuantas. Seguí transcribiendo durante un rato, pero luego me sentí cansado y con sueño, así que tomé una siesta.

Durante la siesta, tuve un sueño muy vívido. Vi a Shifu sentado ante un gran escritorio con un libro en la mano, leyendo atentamente. Yo estaba de pie al otro lado de la mesa, comiendo algo y con una bebida en la mano, y accidentalmente se me cayó al suelo el libro dorado de Dafa con la cubierta hacia abajo. Me quedé estupefacta y angustiada, y por miedo a que Shifu me criticara, me arrodillé rápidamente y recogí el libro con cuidado.

Miré en silencio a Shifu y vi que seguía leyendo atentamente. No levantó la vista, como si no hubiera pasado nada. De repente, oí un pequeño altavoz en el alféizar de la ventana que tocaba una canción, muy fuerte y divertida. Pensé: "Esto no está bien. ¿No interferirá con la lectura de Shifu?".

Volví a mirar a Shifu, pero parecía que no había oído nada y que no le afectaba en absoluto, como si las cosas a su alrededor no existieran, y seguía leyendo seriamente.

Cuando desperté, me quedé estupefacta porque Shifu me había enseñado a estudiar el Fa con seriedad. Llevo practicando 18 años, pero a veces todavía me cuesta estudiar el Fa con plena concentración. Me di cuenta de que no me concentraba lo suficiente y a menudo buscaba consuelo.

Una vez me desafié a no hacer nada más que estudiar el Fa seriamente durante dos horas. Resistí la tentación de tomar algo. Cuando lo logré, oí una campana dorada de otra dimensión, y comprendí que Shifu me estaba animando a ser diligente.

Me di cuenta de que soy una discípula de Dafa, que he venido a la Tierra para asumir y cumplir la gran misión de salvar a la gente, y que no debo buscar una vida cómoda como la gente común. Como practicantes debemos seguir las palabras de Shifu: 

"tomar las penalidades sufridas como gozo" (Templando la mente y el corazón de uno, Hong Yin)

A partir de entonces, no solía dormir durante el día. Cuando estaba muy cansada, tomaba una siesta en mi escritorio. Una vez, cuando volvía a relajarme, soñé que conducía un coche eléctrico muy rápido, pero justo antes de llegar a mi destino, la batería del coche se descargó y tenía que encontrar un lugar donde cargarla. Decidí no aflojar en mi cultivación. Estudié el Fa seriamente y a menudo vi el Fa manifestarse.

En una ocasión, mi esposo me criticó a mí y a la familia de mi madre, lo que me dejó desequilibrada y me llevó a intentar razonar con él. Pero cuando hablé con él, golpeó la mesa y gritó, y luego pasó a utilizar palabras más duras. Su comportamiento me disgustó profundamente y me sentí resentida. La familia de mi madre se había ocupado de él y había sido amable con él, así que no entendía lo que decía y sentí el impulso de enfrentarme a él.

Entonces me recordé: "No, soy una practicante que sigue los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, y nada ocurre por casualidad. Debo seguir las enseñanzas de Shifu, mejorar mi carácter y mirar en mi interior. Por muy herida o agraviada que me sienta, no debo culparlo a él. Debe haber algo dentro de mí que necesito mejorar".

Me tranquilicé y miré hacia dentro. Me di cuenta de que albergaba un fuerte ego y quería validarme. Me faltaba humildad y a menudo tenía una mentalidad competitiva y resentida. Al reconocer estas nociones humanas, supe que tenía que eliminarlas cuanto antes.

Le dije a mi esposo: "Es culpa mía. No debería haber discutido contigo. ¿Cuánto tiempo voy a cargar con estos apegos mundanos? Los eliminaré cuanto antes".

Al admitir mi error y dejar de discutir, el comportamiento hostil de mi esposo se suavizó abruptamente. Parecía conmovido y permaneció en silencio. A partir de entonces, esos conflictos se hicieron raros.

Estoy profundamente agradecida por la compasiva guía de Shifu. Recordémonos unos a otros que nunca debemos aflojar en nuestro camino de cultivación.