(Minghui.org) Mi tía tiene 52 años. Es delgada y un poco impaciente. Como es la más pequeña de su núcleo familiar, todos la escuchan, incluidos sus hermanos y hermanas mayores. Después de casarse, todos los miembros de su familia inmediata también la escuchan. Como sólo soy cinco años menor que ella, somos buenos amigos. Me ha cuidado muy bien, así que la siento muy cercana y me apoyo mucho en ella.
Desde que me cultivo en Dafa, entiendo por los principios del Fa que necesito dejar de lado apegos como la fama, la fortuna y el sentimentalismo. Por lo tanto, poco a poco dejé de depender de mi tía y del sentimentalismo familiar que sentía. Antes de comenzar a cultivarme, cuando hablábamos, a menudo escuchaba sus sugerencias, seguía sus pensamientos y también estaba de acuerdo con sus ideas sobre cómo tratar los asuntos. Después de comenzar la cultivación, poco a poco dejé de sentirme tan influenciado y utilicé los principios del Fa para distinguir entre el bien y el mal. Entonces, pensé que debía haber dejado a un lado mi sentimentalismo.
En noviembre, cuando perdí mi trabajo, mi tía me invitó a trabajar para ella en la cafetería donde trabaja.
En mi primer día de trabajo, me explicó el flujo de trabajo, qué hacer primero, a qué hora cocinar, a qué hora preparar las verduras, a qué hora sofreír y a qué hora servir la comida. Después de un día de trabajo real, todo parecía estar bien. Recordaba de cómo hacer todo.
El segundo día, después de que el personal desayunó, limpiamos y comenzamos a prepararnos para el almuerzo. Cuando estaba recogiendo y lavando verduras, mi tía me dijo: “¡Estás trabajando demasiado lento, esto no va a salir bien!”. Después de escuchar sus palabras, aceleré mi trabajo. Cuando encendí la vaporera para cocinar arroz a las 9:40 a. m., me dijo que era demasiado temprano y me pidió que esperara cinco minutos más. A las 10:30 mi tía cocinaba mientras yo hacía sopa y preparaba los recipientes para la comida. Cuando mi tía terminó de cocinar, a mí todavía me faltaban cosas que hacer. Entonces me gritó, y me dijo que era demasiado lento.
Me quedé atónito por sus gritos. Nunca la había oído hablarme en ese tono y me resultó difícil aceptarlo en ese momento. No podía mantenerme sereno y pacífico como debería hacerlo un cultivador. Aunque intentaba calmarme, seguía quejándose de mí.
Era sólo el segundo día y todavía estaba aprendiendo. ¿Cómo podía estar tan enfadada y tratar así a un recién llegado? Justo cuando estaba pensando en esto, me volvió a decir: “No puedes hacer bien un trabajo tan simple. Eres, realmente, un incompetente”. Traté de no defenderme y le pedí que no se enfadara. Le dije que podía hacerlo mejor. Siguió enfadada y dejó de hablarme.
Me sentí muy mal. Aunque tiene mal carácter, en circunstancias normales, no se enfadaría porque yo fuera lento. Como cultivador, necesitaba mirar hacia dentro para encontrar qué apego causó tal situación, de repente. Aunque pasé el segundo día de trabajo en shock, traté de animarme y sonreírle a mi tía.
Después de llegar a casa esa noche, me calmé y estudié el Fa. Mirando hacia dentro, pensé que ya había dejado de lado mi apego al sentimentalismo por la familia. Pero ahora me parecía que en realidad no era así. Debo deshacerme de él. Shifu me había preparado esta oportunidad para que eliminara mi apego al sentimiento familiar. Sabía que necesitaba aprovechar la oportunidad.
Al tercer día, cuando llegué a la cafetería, vi que la expresión de mi tía seguía muy seria. Y sentí la presión. La saludé con una sonrisa: “¡Buenos días!”. Pero me ignoró. Le pregunté: "¿Qué comida vamos a cocinar hoy?". Después de escucharme, explotó: “¿No puedes pensar por ti mismo? ¿Necesitas preguntármelo todo? ¿Por qué siempre vienes a molestarme? Es asunto tuyo la comida que preparas, no me preguntes”. Mi corazón volvió a estremecerse. Pero lo soporté sin decir una sola palabra. Después de aquello, pasé el tercer día angustiado.
Estudié el Fa cuando llegué a casa y continué mirando hacia adentro.
Al cuarto día, mi tía me dijo que encendiera el vapor a las 9:45, pero, a las 9:40, de repente gritó: “Mira qué hora es, ¿por qué no enciendes el vapor?”. Le dije: "Dijiste que lo encendiéramos a las 9:45 a. m.". Me dijo: "Eso es lo que te dije, ¿y por qué te lo creíste?". Me quedé sin palabras. Desde que me cultivo en Dafa, había estado tratando de seguir los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia en mi vida diaria, pero me quedé sin palabras ante declaraciones tan inconsistentes. No obstante, comprendí que mejorarme a mí mismo era la clave.
Mi tía estaba cocinando con el semblante serio. En ese momento, el gerente llegó a la cafetería y caminó detrás de mi tía. Como la campana extractora hacía mucho ruido, mi tía no me pudo oír bien, cuando le dije: "El gerente está aquí". Como no escuchaba claramente lo que le decía, se giró enojada conmigo. Pero cuando vio que estaba el gerente, inmediatamente, puso una sonrisa en su rostro. En ese momento, al ver los cambios en su expresión, entendí que todo su comportamiento era para que yo mejorara.
Shifu dijo: "No solo no puedes enfadarte con él, todavía debes agradecerle en tu corazón, realmente tienes que agradecerle" (Cuarta Lección, Zhuan Falun). Pasé el cuarto día más a gusto.
El quinto día tuvimos un descanso de tres horas y media después del almuerzo y estuvimos limpiando el área. Pero mientras estaba lavando los platos, mi tía se acercó y me dijo: “He terminado de limpiar el frente, pero tú todavía no has terminado de lavar los platos. No te tienes que cocinar cuando vuelves a casa, pero yo tengo que cocinar para mi familia en cuanto llego a casa. Eres muy lento. Te despediría hoy mismo si fueras otra persona”. No me conmoví y le dije: "Puedes irte a casa, yo terminaré el resto de la limpieza". Me respondió: "No, si el gerente me ve irme primero, pensará que intimido a los recién llegados y los hago trabajar más". La gente común está controlada por los conceptos del yeli y las nociones que ha adquirido. No es de extrañar que puedan decir cualquier cosa, porque ese no es su 'yo' innato.
Si uno no se deja llevar por las emociones, puede ver claramente la causa y el propósito de todos los asuntos. Cuando se enojaba conmigo, estaba apuntando a la emoción de la que no me había deshecho. Esta emoción conmovía mi corazón y las cosas negativas aparecían conforme me hablaba. Mis apegos al resentimiento, a los sentimientos heridos y a la envidia emergían.
Shifu dijo: "En cada prueba y en cada tribulación existe el asunto de cultivarte hacia arriba o de caer" (Sexta Lección, Zhuan Falun). Hay que tomarse la cultivación con seriedad. Pasé el quinto día más aliviado.
En la mañana del sexto día, tan pronto como abrí los ojos, mi corazón de repente volvió a un estado de calma. En el trabajo la actitud de mi tía mejoró. Su tono se volvió tranquilo y su comunicación normal. Como mantuve la calma, fui notando sus cambios. Me dijo: “Mañana puedes tomarte un día libre. Llevas una semana trabajando sin descanso. Me tomaré un día libre diferente la próxima semana”. Vi que todo había vuelto a la normalidad.
Esta prueba de xinxing duró seis días. Durante estos seis días, me sentía conmocionado, sufría y me aliviaba, hasta que acabé recobrando una mente serena. Los principios de Dafa me guiaron a través de todo este proceso. Como estudiaba el Fa con calma mi estado mental se tranquilizó. Sólo entonces pude comprender verdaderamente de qué se trataba todo y soltarlo. ¡Gracias Shifu!
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Categoría: Mejorándose uno mismo