(Minghui.org) Sentí el impulso de limpiar y ordenar mi casa para prepararla para el Año Nuevo Chino. Entonces, seguí lo que suele aconsejar la gente y lavé también las cortinas. Las cuentas y borlas de las cortinas se cayeron y atascaron la lavadora. Tuve que limpiar la lavadora y contratar a un técnico para que la arreglara.

Ocasioné un gran desastre. Le pedí ayuda a Shifu y miré hacia dentro: «¿Este problema me sobrevino por buscar la comodidad y el disfrute material?».

Durante las vacaciones del Año Nuevo Chino me consumió el deseo de comprar cosas para el Año Nuevo. Compré una vajilla de cuatro piezas, una colcha, una manta de vellón y regalos y ropa para mi hijo. Como quería comprarme un reloj, para llevarlo en Año Nuevo, recorrí los principales centros comerciales. Compré sin parar hasta que por fin me di cuenta de lo fuerte que era mi deseo por las cosas materiales. Aunque tengo tres relojes, y no necesito otro, quería comprármelo porque me gustaba. Y cuanto más los miraba, más deseaba comprarme uno caro.

Un día estudié el Fa y leí en las enseñanzas de Shifu:

«Entonces, siendo un ser humano, ¿que significa vivir? Es precisamente sentir apegos hacia los beneficios y el gozo del proceso de la vida sumergido en qing. Piensen todos, ¿no es esto muy triste? ¿Qué clase de sentimiento es ese? Se pone feliz cuando obtiene cualquier cosa, sufre cuando no puede obtenerla. Cuando come carne es sabroso, cuando come bombones es dulce. Pero en la vida humana hay también amargura, picante, tristeza y, además, los jóvenes tienen las sensaciones causadas por los apegos a los sentimientos. También está la búsqueda en el camino de vida de la gente de diferentes clases, los sentimientos de perder y ganar; pero este perder y ganar no puede ser ya adquirido porque uno realmente haga esfuerzos. El hombre vive de esa manera en el mundo, qué patético es el hombre. Pero el hombre no mira hasta el fondo y tampoco quiere mirar hasta el fondo de la llamada “realidad”» (Exponiendo el Fa en la conferencia de estudiantes de la región Asia-Pacífico, Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. VI).

Desear las sensaciones de placer y felicidad

Me di cuenta de que la gente sólo perseguía «sensaciones». Perseguía por todos los medios esa «sensación». Así que, ¿por qué quería comprar sin parar? ¿No era simplemente para sentirme feliz y satisfecho al comprar o poseer algo nuevo? ¿No buscaba una «sensación de felicidad»? Además del deseo material, también existe el deseo de obtener beneficios económicos, la lujuria, la comida y la bebida. Todos existen para satisfacer la «sensación» de placer y satisfacción.

«El deseo por lo material» significa querer obtener desde objetos caros, como coches de lujo, mansiones y bienes, hasta cosas pequeñas, como ropa, zapatos y artículos de primera necesidad. Las personas se sienten felices y satisfechas con cosas nuevas, o bien se sienten perdidas y desdichadas si no pueden obtener lo que desean. «El deseo financiero» puede impulsarle a uno a ganar más dinero, y a ahorrar más dinero, obteniendo así satisfacción al ver que los ahorros aumentan. «El deseo por la comida» significa querer comer una cosa o anhelar otra, para satisfacer las papilas gustativas. En cuanto a la «lujuria» y al «deseo sexual», sólo se obtiene satisfacción a corto plazo.

No importa qué deseo se persiga, todo consiste en disfrutar de una satisfacción a corto plazo. Uno se siente feliz después de obtenerla, o dolorido si no la obtiene. La cosa o el objeto material pierden su significado cuando desaparece la sensación de satisfacción. El «sentimiento» de satisfacción es real para los humanos, pero también es ilusorio y etéreo. Además, muchos deseos están irremediablemente ligados al dinero.

Se me ocurre que algunas personas corrientes –relativamente realizadas– no persiguen la felicidad que traen esos deseos de bajo nivel, ni se dejan influir por ellos, porque tienen búsquedas espirituales. Como practicante, aunque no debo tomar como ejemplo a aquellos que no practican, me avergonzó descubrir que aún no había trascendido los diferentes deseos humanos.

Cuando vi mis apegos, mi deseo de comprar desapareció, y ya no quise comprar nada más, pues Shifu me quitó esa mala sustancia. Gracias, Shifu.