(Minghui.org) Recientemente ayudé a editar el artículo que otra practicante iba a presentar para el Día Mundial de Falun Dafa. En el texto leí algo que nos enseñó Shifu:

"Recuerda mis palabras: sin importar si el tema es tu culpa o no, debes mirar dentro ti mismo, y encontrarás algún problema. Si el problema no tiene absolutamente nada que ver contigo o no involucra ningún apego que debes dejar, entonces este incidente te ocurrirá rara vez. Si no tuvieras un apego, este problema no te hubiera surgido. Tengo que responsabilizarme por tu cultivación. Cualquier problema que te suceda, que suceda a tu alrededor o entre ustedes mismos, lo más probable es que se relacione contigo, y hay algo de lo que te debes deshacer. Sin importar si es tu culpa o no, cuando mis Fashen están haciendo que elimines tus apegos, a ellos no les importa si es tu falta o la de la otra persona. Siempre y cuando tengas un apego, ellos tratarán por todos los medios de hacer que te encuentres con problemas y hacerte reconocer los apegos que hacen que te quedes corto. Sin embargo, tú sigues mirando alrededor, “esto no es mi culpa...” (Exponiendo el Fa en el Fahui de Europa).

Me quedé de piedra. Las palabras de Shifu fueron como un martillazo. Me golpeó en lo más profundo de mi alma, y destrozó todo el resentimiento que había acumulado durante años. Mi corazón se abrió de repente, y tanto mis remordimientos como mi depresión desaparecieron.

Shifu siempre me ha cuidado con compasión. Cada frase de sus enseñanzas apunta directamente a mi corazón. Shifu me rescató del umbral del peligro. Mis ojos se llenaron de lágrimas de gratitud y alegría.

Mi esposo y yo llevamos casados más de 40 años, él es muy perfeccionista. Nadie puede satisfacerle, ni siquiera su mujer y sus hijos. Cuando era joven, para asegurarse que aprobaría el examen, se memorizaba todo el libro de texto de principio a fin.

Mi esposo padece una enfermedad ósea y articular, por lo que tengo que ocuparme de todas las tareas domésticas, como la colada, la cocina, el jardín y la compra. No me quejo. Soy una practicante, y me esfuerzo al máximo en cuidarle.

Sin embargo, en su búsqueda de la perfección, nunca lograba ver los puntos fuertes de los demás, sino sólo sus defectos. Siempre encontraba defectos en todo lo que yo hacía. Me desequilibraba. No importa cuanto me esforzara, en vez de agradecérmelo, me criticaba. En cambio, en el trabajo los jefes siempre me elogiaban. ¿Por qué nada de lo que hacía parecía estar bien a los ojos de mi esposo?

Me olvidé que era una practicante de Falun Dafa y dejé de reprimir ese sentimiento de desdicha. Es más, incluso dejé que creciera.

Pero, de hecho, mi esposo me estaba empujando para que mejorara mi temperamento. Incluso me decía: "Te estoy haciendo más perfecta". Pero, mi “yo” humano pensaba que era un desagradecido y que no era consciente de lo que hacía. Aunque le servía en bandeja todo un día tras otro, ¡me devolvía mi amabilidad con quejas! Así que empecé a discutir con él. Con el tiempo, mi resentimiento y mi mentalidad de pelea se volvieron bastante serios. Entonces, empezó a atacarme por cosas sin importancia. Cada vez me sentía más enfadada y resentida.

Un día, delante de dos practicantes, me criticó y mencionó siete errores importantes que había cometido. Me sentí avergonzada. Mi corazón latía con fuerza. Esa noche, me pidió que le lavara la toalla y lo hice. Le pregunté: "¿Soy buena contigo?". Me dijo que sí. "Entonces, ¿por qué me menosprecias?". Se sintió un poco avergonzado. Entonces, acumulé más resentimiento en mi corazón.

No estaba siguiendo los requisitos de Dafa. Con un resentimiento tan fuerte, ¿Cómo podía ser bueno mi ambiente familiar? Todos mis pensamientos estaban repletos de rencor. Y, por supuesto, mi esposo lo notaba. Ademas, ¿no estaba también enfadado cuando me hablaba mal? Así que esto también le estaba generando yeli.

Por fin entiendo que mi esposo está aquí para ayudarme en la cultivación. En cuanto me empecé a dejar guiar por Dafa, la actitud hacia mi esposo cambió del resentimiento a la culpa, y luego a la gratitud.

Shifu me elevó misericordiosamente a un nivel superior. Ha hecho tanto por nosotros, los practicantes, y nos ha dado todo lo mejor. ¡Soy tan afortunada de ser una practicante de Falun Dafa! Ahora debo cultivarme bien y seguir lo que dice Shifu si quiero volver a mi verdadero hogar.

¡Gracias, Shifu!