(Minghui.org) Aunque era muy arrogante, no me daba cuenta. No respetaba a nadie y a menudo juzgaba a la gente, aunque casi siempre me guardaba mis pensamientos. Aunque leía el Fa e incluso memoricé el Zhuan Falun varias veces, luchaba para obtener realmente el Fa y aplicar sus principios en mi vida. No obstante, parecía haber una barrera que siempre me separaba del Fa.

Cuando por fin reconocí mi arrogancia, no podía creer lo absurdo de mi comportamiento previo. Aunque pensaba que me iría despojando poco a poco de aquella arrogancia y aprendería a respetar a los demás, romper aquel hábito acabaría resultándome todo un reto. Aunque ciertas muestras de arrogancia aparentaban desaparecer, seguían reflejándose en mis pensamientos, palabras y acciones.

Un "bulto" derivado de la arrogancia

Otra practicante, Lian, que es una persona amable y de corazón humilde, me ayudó mucho con este tema. Ajena a las tendencias modernas, se adhirió firmemente a los valores tradicionales de la generación de mi abuela y me ayudó a plantarle cara a las nociones contemporáneas. Pero, debido a mi arrogancia solía acabar menospreciándola porque me parecía una ingenua.

Cuando más desdén sentía por Lian, noté que se me formaba un bulto duro en la mano. Me angustiaba a medida que crecía. Entonces, en este momento de apuro Lian volvió a tenderme su mano, amablemente, a pesar de mi actitud. No pude evitar sentir remordimientos por mi anterior falta de bondad. Poco después de darme cuenta de aquello, el bulto empezó a encogerse hasta desaparecer.

Esta experiencia milagrosa me ayudó a ver los peores rasgos de mi personalidad, como la terquedad, la falta de bondad, la estrechez de miras y el egoísmo. Todos ellos se derivan de mi arrogancia. Sentí que el bulto simbolizaba la manifestación tangible de mi creciente arrogancia.

Por fin pude observar mi arrogancia

Poco a poco comprendí que fue la cultura del PCCh (Partido Comunista Chino), en la que viví desde la infancia la que arraigó en mí esa falta de respeto hacia los demás. También observé que algunos practicantes que eran diligentes en su cultivación e incluso hacían con determinación las tres cosas que los practicantes deben hacer, a veces se mostraban también arrogantes con otros practicantes y sufrían yeli de enfermedad. No se daban cuenta de su desprecio, desdén, aversión e impaciencia ni se medían con los principios de Verdad, Benevolencia, Tolerancia. Por otro lado, los practicantes que mostraban respeto hacia los demás de forma sistemática se cultivaban con constancia.

Los dioses juzgan a las personas por su corazón, pero los humanos suelen dar prioridad a los logros y las habilidades. La sociedad moderna, sobre todo en China, tiende a ser arrogante con aquellos que percibe como honestos, poco locuaces o lentos. Quizá esto explique por qué en el folclore a menudo se representa a los dioses asumiendo la apariencia de los débiles que ponen a prueba la bondad, la sinceridad, la humildad y el respeto al trato humano.

¿Era mi arrogancia hacia Lian un problema importante? Un viejo adagio chino sugiere que los individuos humildes y honestos son "intimidados por los humanos, pero no por los Dioses". Los individuos como Lian, que mantienen su virtud sin causar ningún daño a los demás, merecen aún mayor respeto a los ojos de la Divinidad. A pesar de la inestimable ayuda que me proporcionó Lian, la traté irrespetuosamente. No pensaba que fuera para tanto. Sin embargo, ahora creo que esto puede resultar importante a los ojos de los dioses.

En la sociedad contemporánea, la gente suele evaluar a los demás basándose en criterios modernos porque les mueve un ferviente deseo de éxito y competitividad. Algunos incluso confundieron mi arrogancia con confianza en mí mismo. Algunas personas consideran que mostrarse altivo equivale a ser fuerte. Pero, la mayoría de las veces, la supuesta confianza que se percibe es una mezcla arrogancia y complacencia.

Con mi nueva manera de pensar, mi percepción de la gente cambió. Me di cuenta de que muchas personas que antes consideraba seguras de sí mismas eran en realidad arrogantes y no respetaban a los demás. Por el contrario, los que yo consideraba ordinarios a menudo poseían las cualidades de la honradez, la bondad y la generosidad.

La antigua sabiduría china ensalza las virtudes de la amabilidad, la bondad, el respeto y la frugalidad. Hay un relato en 'Los Registros del Gran Historiador' (un libro que documenta la historia de China) sobre, Yan Ying, el primer ministro del Estado de Qi (que se fundó hacia 1046 a. C.) y su cochero'.

Una mañana, la mujer del cochero se asomó por la estrecha abertura del carruaje y vio que su marido estaba sentado dentro al mando de los cuatro caballos que tiraban del carruaje con aires de complacencia y pretenciosidad.

Cuando el cochero volvió a casa, su mujer le dijo que quería el divorcio. El cochero le preguntó por qué. Ella le dijo: "El señor Yan es mucho más bajo que tú. Como primer ministro del Estado Qi, es muy conocido entre los líderes de todos los estados. Esta mañana me he dado cuenta de lo reflexivo y visionario que es, pero siempre se muestra modesto y humilde. Tú, aunque eres mucho más alto, sólo eres su cochero. Sin embargo, actúas con arrogancia y pareces creerte mejor que los demás. Por eso quiero dejarte".

El cochero se tomó tan a pecho sus palabras que se volvió más humilde. El primer ministro Yan notó la diferencia y le preguntó por qué había cambiado. El cochero le contó lo que le había dicho su esposa. Por su honestidad y su voluntad de cambiar de comportamiento, Yan le recomendó para que se le concediera el rango de funcionario de la corte imperial.

Los orígenes de la arrogancia

Descubrí que la arrogancia no es una cuestión común y entendí la razón por la que me bloqueaba impidiendo que me asimilara el Fa cuando leí el libro “El último propósito del comunismo”. El capítulo cinco contiene los dos párrafos siguientes.

"La cultivación requiere que uno sea recto y sincero en su mente, mientras que la arrogancia revela la naturaleza demoníaca, que es lo opuesto a los requisitos de la cultivación. El espectro maligno desprecia lo verdaderamente divino. En el proceso de arruinar la cultura de la cultivación, el espectro inculca a propósito a la gente la naturaleza demoníaca y la arrogancia. En lugar de enseñar a la gente a ser humilde, el espectro fomenta la complacencia y el orgullo, inculcando nociones como "luchar contra el cielo y la tierra" o "desafiar las leyes tanto humanas como divinas", y en última instancia empuja a la humanidad hacia el camino de la rebelión y la desobediencia, contra la Divinidad".

"En la antigüedad, se requería que la gente tuviera primero un corazón recto e intenciones honestas, para cultivarse. Sólo cuando la naturaleza divina de un cultivador se pone en marcha, él o ella entenderá las características del universo y las enseñanzas del Fa de la Divinidad. Arruinando los aspectos de cultivación de la cultura china y magnificando el sentido de autoimportancia de la gente, el espectro maligno lleva a la gente a volverse totalmente antagónica a lo divino".

Espero que lo que comparto ayude a otros practicantes a mirar hacia dentro y cultivarse diligentemente