(Minghui.org) Después de salir de la cárcel, tras haber cumplido condena por practicar Falun Dafa, suspendieron mi pensión. Aunque la Oficina de Seguridad Social alegó que mi condena en prisión me inhabilitaba para recibir la pensión, no existe tal disposición en la legislación laboral china. Ser condenado injustamente por practicar mi fe ya es una persecución muy severa; que me suspendan la pensión por ello es aún más malvado. Leyendo artículos compartidos en Minghui.org, me di cuenta de que mi caso no es un caso aislado, y que muchos practicantes también se enfrentan a la misma situación y buscan justicia para sí mismos emprendiendo acciones legales. Inspirado por estos artículos, pensé en hacer lo mismo.

Sin una formación profesional, no es fácil estudiar toda la información relevante. Pero recordé la enseñanza de Shifu:

“Difícil de soportar, se puede soportar; difícil de hacer, se puede hacer (Novena Lección, Zhuan Falun).

Ya que tomé la decisión de hacerlo, decidí continuar.

Cuando las cosas no salieron bien en los consiguientes casos judiciales, me sentí frustrado por no tener suficiente compasión. Me di cuenta de que mi afán por ganar el caso era más importante que tomármelo como una oportunidad para salvar a la gente. Para hacerlo mejor, me recordaba constantemente por qué estoy haciendo esto.

Una vez, cuando fui a la Oficina de la Seguridad Social para exigir que me restituyeran la pensión, me interrogaron sobre el motivo de mi condena. Aproveché la ocasión para contarles más cosas sobre la persecución, que desde el principio carecía de base legal. Se sorprendieron al saber que Falun Dafa no figuraba en la "lista de sectas" identificadas por la policía. Lamenté no haber aclarado suficientemente los hechos en el pasado. Ahora, más de dos décadas después del comienzo de la persecución, todavía hay personas en el sistema gubernamental que no son conscientes de los hechos básicos.

En mis futuras interacciones con los funcionarios, seguí siendo persistente y amable. Aunque algunos funcionarios no pudieron hacer mucho por ayudarme, su actitud mejoró notablemente.

De hecho, cuando emprendemos una acción legal, esta tiene el poder de disuadir el mal. A continuación, se exponen algunas experiencias donde participé en los casos de otros practicantes.

Una vez, la policía se llevó los libros de Dafa de un practicante. Cuando le acompañé a la comisaría para exigir que la policía devolviera los libros, le dije al jefe de policía: "Él no violó ninguna ley al tener los libros. Debería devolvérselos". "¿Por qué dices que no violó la ley?", preguntó. "¡Entonces muéstreme su base legal!". Incapaz de responder a mi pregunta, el jefe de policía abandonó la sala.

En otro caso, vimos la opinión de la policía al calificar los materiales de Falun Dafa de "propaganda de culto" en la acusación al practicante. Esto fue un obvio conflicto de intereses para la policía, como agencia de aplicación de la ley, al emitir tal opinión, ya que este tipo de opinión debería ser proporcionada por una agencia independiente, de terceros. Por otra parte, ninguna ley escrita ha penalizado nunca Falun Dafa en China. Solicitamos al departamento de policía municipal que publicara la información sobre cómo habían llegado a la decisión de emitir el dictamen. No recibimos ninguna actualización por su parte, pero tampoco volvimos a ver el dictamen en el expediente del practicante después de que se trasladara al tribunal.

Desgraciadamente, al final el practicante fue condenado. Cuando apeló el veredicto, el juez del Tribunal Intermedio le dijo que entendía todo lo que el practicante había dicho en su alegato de defensa, pero que aún así tenían que seguir la orden del Comité de Asuntos Políticos y Jurídicos de mantener su veredicto original. Me entristeció ver a los funcionarios judiciales actuando como un mero tramitador para el régimen comunista. Es un flaco favor para ellos mismos y me preocupa su futuro. También me recuerda la importancia y la dificultad de aclarar los hechos a la gente del sistema judicial. Pero si con nuestras acciones podemos despertar su conciencia para buscar justicia, aunque al final perdamos el caso, nuestros esfuerzos no habrán sido en vano.