(Minghui.org) Practico Falun Dafa desde hace más de 20 años. Mi visión de la vida cambió después de leer Zhuan Falun, el texto principal de Dafa, y vi mi egoísmo, mi gran ego y mi resentimiento.

Antes de empezar a practicar, evitaba a mi suegra. Después de leer las enseñanzas, comprendí que nuestra relación hostil se debía al yeli de vidas pasadas. La visité y le dije: "Olvidemos lo que ocurrió en el pasado y empecemos de nuevo". Shifu, fundador de Falun Dafa, nos pide que seamos personas buenas y compasivas". Se sintió muy conmovida. Los principios de Dafa ayudaron a resolver nuestros conflictos.

Con esta reconciliación, mi xinxing mejoró y me sentí muy feliz.

Enviada a un campo de trabajo forzado

El 20 de julio de 1999, el exlíder del Partido Comunista Chino (PCCh) Jiang Zemin utilizó los medios de comunicación para difundir mentiras sobre Falun Dafa y envenenar a la gente del mundo. Cuando fui a Beijing para apelar y exigir justicia para Shifu, me arrestaron y me enviaron a un campo de trabajo forzado durante tres años.

A pesar de las difíciles condiciones del campo, me sentía la persona más afortunada del mundo por ser practicante. Sin embargo, no podía estudiar el Fa ni hacer los ejercicios. Las autoridades del campo manipularon a mi esposo y a mi hijo para doblegar mi voluntad y que dejara de practicar.

Una presa me dijo: "Miente y di que has dejado de practicar. Así podrás irte a casa y practicar en secreto. Trata de hacerte la lista. ¿Por qué pasas tantas penurias?".

Entonces le di un ejemplo sobre cómo no debemos mentir, y ella dijo: "¡Los practicantes de Falun Dafa son geniales!".

Solo porque fui fortalecida por Shifu pude continuar practicando a pesar de la persecución.

Enfrentando tribulaciones familiares

Cuando me liberaron del campo de trabajo, mi hija todavía iba a la universidad. Trajo a cenar a casa a su nuevo novio. Parecía una persona de confianza y cariñosa. A mi esposo y a mí nos gustaba, así que aceptamos su relación.

Cuando mi hija se quedó embarazada al año siguiente, me llamó y me pidió que fuera a ayudarla. Cuando llegué, me contó entre lágrimas que su novio ya tenía esposa. Él le decía que pensaba divorciarse y casarse con mi hija.

Esta tribulación llegó tan de repente. Como soy practicante, comprendí que no debía abortar, ¡se consideraría matar!

Me tranquilicé y la escuché. Su médico también trató de impedir que abortara. El feto era demasiado grande y su vida correría peligro si abortaba. Sin embargo, su novio la presionaba para que lo hiciera.

Entonces ocurrió algo sorprendente: cuando fue al hospital, tenía mucha fiebre. Pero cuando volvió a casa estaba bien. Esto ocurrió varias veces. Al final, decidió quedarse con el niño.

Yo crié al niño tras su nacimiento.

Sin embargo, mi hija se fue poniendo de mal humor y empezó a culparme de todas sus desgracias. Estaba llena de dolor y resentimiento, y decía que cuando más me necesitaba, yo estaba en el campo de trabajo forzado. Si hubiera estado en casa, no habría salido con ese hombre. Decía que me odiaba. Nuestra relación se volvió tensa. Pensé que parte de lo que decía tenía sentido, así que me sentí responsable de su desgracia.

Me sentía triste y que no podía compartir lo sucedido con otros practicantes. Cuando algo no salía como ella quería, mi hija se enfadaba conmigo.

Una vez, mi nieto estaba haciendo los deberes. Se encontró con un problema que no entendía, así que mi hija se sentó detrás de él. Mientras le explicaba el problema, no paraba de pegarle. Esto duró más de una hora. Al final no pude soportarlo más y le dije: "No te enfades".

Estaba totalmente desprevenida cuando mi hija me dio un puñetazo que me rompió los dientes superiores. Mi nieto también sufrió una ligera conmoción cerebral por los repetidos golpes. Me seguían sangrando los dientes y la boca, y esa noche tuve que levantarme varias veces a vomitar sangre.

Me sentía muy deprimida y mi resentimiento iba en aumento. Tenía todo tipo de pensamientos negativos, como la culpa propia y el apego a mi ego. Mi hija no me dejaba hablar con ella, así que no podía razonar con ella. Si no estaba de acuerdo con ella, perdía la calma.

Otro juicio familiar

Siempre pensé que mi esposo era una persona honesta. Nunca pensé que tuviera una aventura. Siempre que veía artículos en el semanario Minghui sobre el esposo de una practicante que tenía una aventura y quería el divorcio, pensaba que no tenía nada que ver conmigo.

Mi esposo trabajaba en otra ciudad, pero se jubiló hace unos años y me di cuenta de que había cambiado: me ignoraba y solo hablaba con nuestra hija. En cuanto yo entraba en una habitación, él se iba a otra. Esto seguía ocurriendo.

Una noche me dijo: "¿No querías divorciarte de mí antes? Hagámoslo ahora". No lo entendí y pensé que lo había dicho por casualidad. Le contesté: "Llevamos años casados, pero apenas pasamos tiempo juntos. Ahora estás jubilado y has vuelto a casa. ¿Qué sentido tiene divorciarse?".

Me di cuenta de que su móvil sonaba sin parar. Cuando sonó un día, lo tomé y lo miré. Resultó que mi esposo tenía una aventura. Tenía muchas fotos de su familia. Un mensaje que le envió decía que no me divorciara de él.

Estaba tan disgustada que me temblaba todo el cuerpo. Le enseñé a mi esposo su teléfono y le pregunté quién era la mujer. Mintió y dijo que él no había escrito esos mensajes y que solo los había reenviado de otra persona. Me di cuenta de que estaba nervioso.

Cuando se lo conté a mi hija, se quedó mirándome sin compasión. Intenté controlar mis emociones. Pero cuando me di cuenta de que mi esposo transfería dinero a esa mujer, perdí la calma. Cuando mi hija se enteró, gritó y gritó, diciendo a su padre que se divorciara de mí y me echara. No pude soportarlo y salí furiosa.

No podía superar mi dolor ni mantener la calma sabiendo que mi esposo me había engañado. Pensé: "Fui tan buena con tus padres, trabajé tanto para criar a nuestra hija e incluso crié a nuestro nieto. Trabajé duro toda mi vida por esta familia".

Cuando mi esposo se tapaba los oídos y dormía solo, yo lo despertaba y a veces peleábamos. Esto ocurrió muchas veces. Cuando le dije que pensaba volver a mi pueblo natal, aceptó.

Volver a "cultivarme con el corazón que una vez tuve"

Después de regresar a mi ciudad natal, las cosas cambiaron. Recitando y estudiando intensamente el Fa y escuchando podcasts de Minghui, poco a poco fui adquiriendo lucidez mental y salí de mi depresión. Tomé todas esas tribulaciones como cosas buenas, buenas oportunidades para cultivarme y templarme, y oportunidades para eliminar todo tipo de apegos que quedaron al descubierto durante las tribulaciones: necesitaba mejorar mi xinxing y rectificarme.

Cuando pensé en mi hija, me tranquilicé y miré hacia dentro. Todos estos años, parecía que tenía tribulaciones sentimentales. Sentía que la cultivación era dura y estaba agotada. Me atraía la fama y el interés propio; me sentía perdida. Mi base de partida era el orgullo y el egoísmo, usaba los estándares declinados de hoy para determinar lo que era bueno y malo, en vez de los principios del Fa. Aprendí una gran lección.

Necesitaba cambiar mis nociones postnatales. También me di cuenta de que ninguna tribulación es accidental. Mi esposo y mi hija me estaban ayudando a desenmascarar mi egoísmo, mi orgullo, mi ansiedad, mi despreocupación por los sentimientos de los demás, mi resentimiento, mi sentimentalismo, mis celos, mi búsqueda de reconocimiento y mi afán de perfección. Debería atesorar la oportunidad de cultivarme en ese entorno complicado y utilizar los principios del Fa para rectificarme.

Shifu dijo:

"¿Por qué te encuentras con estos problemas? Todos son causados por tus deudas de yeli, y nosotros ya hemos eliminado incontables e innumerables porciones para ti. Queda solo ese poquito dividido en cada nivel y, a fin de elevar tu xinxing, se establecen algunas tribulaciones para forjar y refinar el corazón humano y quitar todo tipo de corazones de apegos. Estas tribulaciones son todas tuyas, las utilizamos para elevar tu xinxing y hacemos que las puedas atravesar todas. Siempre y cuando eleves el xinxing, podrás atravesarlas; lo único preocupante es si tú mismo no quieres atravesarlas, pero si quieres, puedes lograrlo" (Cuarta Lección, Zhuan Falun).

Me di cuenta de que Shifu me dio poder para que pudiera recorrer mi camino de cultivación con firmeza en ese ambiente. Sin embargo, tuve que empezar por eliminar todos mis apegos. Y solo mejorándome durante las tribulaciones contaría como cultivación verdadera.

Superar esas tribulaciones me ayudó a asimilarme a Dafa, y dejé a un lado mi ego. Comprendí que mis tribulaciones familiares provenían de las deudas de ye acumuladas vidas tras vida. Empecé a prestar atención a cada uno de mis pensamientos y acciones y a preocuparme por mi hija.

Cuando estaba ocupada, preparaba comida y se la llevaba. Cuando estaba ocupada con el trabajo durante el Año Nuevo Chino, mi esposo y yo la ayudábamos limpiando su casa. También dejé de pelearme con mi esposo por cómo gastaba sus ahorros. Me preocupaba más por él en su vida cotidiana.

Envié pensamientos rectos para eliminar todo elemento malo de mi campo dimensional. Intenté desprenderme de mis apegos y convertirme en una persona desinteresada.

Cuando cambié, mi hija y mi esposo también cambiaron. Mi hija empezó a hablarme con un tono de voz respetuoso, y la relación con mi esposo también mejoró. Ahora comenzó a practicar Falun Dafa.

¡Gracias, Shifu, por tu gracia salvadora! ¡Heshi!