(Minghui.org) Diciembre de 2022 fue un mes inolvidable para mí. Pasé tres grandes tribulaciones de manera consecutiva. También hubo algunas interferencias que tuve que descubrir y eliminar. Realmente fue como dijo Shifu:

“Cientos de penalidades caen a la vez,
para ver cómo uno sobrevive”.
(Templando la mente y el corazón de uno, Hong Yin)

La Primera Tribulación: Seis días y siete noches

El 28 de noviembre de 2022, una compañera practicante de Falun Dafa me dio una memoria USB. Me dijo que no había logrado superar una tribulación en la que se encontraba desde 2017, anotó todos los detalles y los guardó en la memoria USB. Me pidió que leyera el archivo y la ayudara a pensar en una forma de superarlo.

Esa noche, abrí el archivo para leerlo. Al leerlo, sentí malestar en mi cuerpo. Cuando terminé de leer, encontré una parte pertinente del Fa de Shifu y se la envié. Le sugerí que recitara esta sección del Fa palabra por palabra hasta que rompiera el obstáculo.

Después de apagar la computadora, me dolía la espalda y me sentía débil. Recostada en la cama, me quedé dormida y dormí hasta las 5:30 am. Al despertar, me sentí frustrada: ¿Cómo podía estar así? Aún me sentía mareada y con un poco de fiebre, pero pensé: “Ignóralo y haz lo que tengas que hacer”.

Desayuné y estudié el Fa. Por la tarde, salí como de costumbre para aclarar la verdad a la gente. Mientras enviaba pensamientos rectos a las seis de la tarde, me quedé dormida y no me desperté hasta las once menos cuarto por una alarma.

Sentí que tenía fiebre y que me estaba interfiriendo el contenido del escrito de la practicante. Inmediatamente encendí mi computadora y borré lo que ella había escrito y luego envié pensamientos rectos durante mucho tiempo. Volví a dormirme y dormí hasta que una alarma me despertó a las 5:50 a.m. Continué enviando pensamientos rectos hasta las 7:20 a.m. Seguí con mi rutina diaria de hacer lo que debía hacer.

El 1 de diciembre, todavía tenía fiebre y pensaba: “Hay mucha gente esperando ser salvada, no puedo quedarme en la cama”. Quería hacer las tres cosas, pero mi cuerpo estaba caliente y débil, y sentía mucho sueño. Volví a enviar pensamientos rectos durante mucho tiempo, pero la situación no mejoró. Mirando hacia dentro, me di cuenta de que la interferencia se debía a mi apego a la búsqueda.

Al día siguiente, estudié el FA, hice los ejercicios y envié pensamientos rectos con los ojos abiertos para no dormirme. Pude terminar las tareas domésticas. Sin embargo, al día siguiente, me quedé dormida en la cama y no pude levantarme durante el día ni siquiera cuando mi marido me pidió que le acompañara a comer.

El 4 de diciembre, mi marido sintió que me pasaba algo. Me tomó la temperatura, que era de 40 grados centígrados. Exclamó: “¡Vamos al hospital!” Le dije: “No, no estoy enferma. Estoy experimentando interferencias y todo irá bien”. Me ayudó a beber agua. Ese día me tomó la temperatura varias veces, y era la misma.

El 5 de diciembre, por la mañana temprano, mi espíritu principal abandonó mi cuerpo. Quedé suspendida en el aire y vi una gran masa negra de demonios y fantasmas putrefactos. Miré a mí alrededor varias veces, pero no encontraba mi cuerpo físico. Pensé: “Debería volver a mi lugar de origen”. Entonces volé lentamente hacia arriba y no vi nada en el cielo; estaba vacío con una vasta extensión de blancura. “¿Por qué no hay nada?” pensé. “Gritaré a ver si hay alguna reacción”. Levanté la mano derecha mientras estaba en posición de loto y grité: “Vengo de la cima del universo...” Antes de que pudiera terminar, oí un fuerte sonido. Una luz brillante llegó desde arriba y una corriente de calor recorrió mi cuerpo, que sentí muy reconfortante.

Me tranquilicé y noté que la gran masa negra de demonios y fantasmas putrefactos había desaparecido. Vi mi cuerpo físico tendido en la cama y pensé: “Vine a ayudar a Shifu en el periodo de rectificación del Fa, y aún no he completado mi misión histórica. Así que debo regresar rápidamente para cumplir mis votos”. Entonces sentí que mi espíritu principal comenzaba a descender lentamente y regresaba a mi cuerpo.

Me desperté y estaba hecha un desastre, con la ropa empapada de sudor. Tenía incontinencia, me dolía la cabeza y sentía dolor por todas partes. No podía comer, beber, hablar, oír ni ver, y ni siquiera podía mover el cuerpo. Sin embargo, mi mente estaba clara: sabía que Shifu me había salvado una vez más del borde de la muerte. Mis lágrimas de gratitud se entremezclaban con el sudor.

Mi marido vino a mi habitación y me tocó la frente, que estaba fría. Se sobresaltó y primero pensó que estaba muerta. Me tomó la temperatura, que estaba justo por encima de los 36 grados centígrados (97 grados Fahrenheit). Exclamó: “¡Te ha bajado la fiebre!”. Tarareé un poco y me preguntó si quería agua, a lo que sólo pude responder tarareando. Bajo los cuidados de mi marido y mis hijos, todos los síntomas desaparecieron en una semana. Pude estudiar el Fa y hacer los ejercicios, realizar algunas tareas domésticas y salir a pasear con mi marido. Como estaba ansiosa por salvar a la gente, empecé a salir para aclarar la verdad antes de recuperarme del todo.

Cuando recordé este incidente, me asusté un poco. Tuve mucha fiebre, ¡hasta 40 grados durante seis días y siete noches! ¿Puede una persona normal soportar eso? ¡Esta es la naturaleza milagrosa de Falun Dafa! Quiero dar las gracias de nuevo a Shifu.

La Segunda Tribulación: una niña vino a cobrar una deuda pasada

El 19 de diciembre de 2022, después de enviar pensamientos rectos a las 6 de la mañana, me recosté en la cama y caí aturdida. Vi a una niña de unos ocho o nueve años junto a mi cama, diciendo: “Soy Zhou Xiaosan...” Mientras hablaba, la niña se abalanzó de cabeza sobre mí.

Me desperté, pero no había ninguna niña alrededor. Pensé que esta niña tenía una relación predestinada conmigo desde otra vida. Tal vez se lo debía y ella vino a cobrarse la deuda. Le dije a la niña una y otra vez: “Zhou Xiaosan, no importa qué tipo de destino teníamos antes, yo practico Falun Dafa ahora, y estoy aquí para ayudar a Shifu a rectificar el Fa y salvar a la gente. Te ayudaré a tener una resolución benevolente, por favor no interfieras con mí hacer de las tres cosas, y por favor no lastimes mi cuerpo físico. Cuando llegue a la Consumación, te devolveré el doble”.

El 21 de diciembre, después de enviar pensamientos rectos al mediodía, estaba lista para salir a aclarar la verdad, pero no podía abrir los ojos, me sentía débil y me quedé dormida. A eso de las cinco de la tarde, mi marido me despertó y me preguntó por qué no había salido. Le dije que quería dormir.

Mi marido me tomó la temperatura y volvía a tener 40 grados. Pensé: “Ya veo, la niña no quiere la resolución benévola”. En ese momento, recordé la enseñanza de Fa que había recomendado a la compañera practicante, y lamenté no haber pensado en memorizarla yo misma cuando estaba experimentando el primer obstáculo. No podía dejarlo pasar, así que empecé a recitar la enseñanza de Shifu.

Shifu dijo:

“Durante la rectificación del Fa del cosmos, puedo hacer arreglos justos para aquellos de ustedes que no interfieren con mi validación del Fa; puedo hacer que ustedes se conviertan en seres del futuro. Aquellos de ustedes que buscan una solución benevolente deben dejarme y esperar a mis alrededores. Si realmente no pueden dejarme, entonces no tomen parte en interferir conmigo. En el futuro podré lograr la perfección y les ofreceré una solución benevolente. Aquellos que son completamente malos, quienes todavía interfieren conmigo y que no pueden permanecer, de acuerdo con los estándares, tendrán que ser eliminados. Aun si yo no los elimino, el Fa del cosmos no te dejará permanecer”. (Exponiendo el Fa en el Fahui Internacional de Nueva York, 2004)

Me quedé dormida mientras recitaba esto. Cuando me desperté, continué recitándolo. Así lo hice hasta la noche del 22 de diciembre, cuando me bajó la fiebre y pasé la segunda tribulación.

La Tercera Tribulación: La ilusión de estar contagiada de COVID

En aquel tiempo, hubo un gran brote de COVID (o Virus PCCh) en China, y casi todas las familias estaban contagiadas con el virus. La gravedad de la enfermedad variaba, al igual que los sentimientos de la gente al respecto, y mi familia no era una excepción. Los niños tenían fiebres leves, y estaban bien sin medicación.

El 24 de diciembre, mi marido contrajo el virus y empezó a tener fiebre al día siguiente. Le puse música de Dafa y, cuando se despertó por la tarde, le había bajado la fiebre. Me dijo contento: “Esta pandemia no es para tanto; me he recuperado después de una siesta”.

Le contesté: “Es porque te he tocado música de Dafa por lo que te has recuperado tan rápido”. No creyó ni apreció mi gesto. Como resultado, su fiebre subió y bajó durante varios días más antes de mejorar gradualmente.

El 26 de diciembre, mientras cuidaba de mi marido, empecé a sentirme débil. De repente descubrí que no me apetecía comer y tenía un poco de tos, lo que me hizo preguntarme si yo también estaba contagiada. Pensé: “Soy una discípula de Dafa durante el período de la Rectificación Fa, ¿cómo podría contagiarme con el virus del PCCh?”.

Shifu dijo:

“Los verdaderos Dafa dizi todos tienen energía, y ellos mismos son los que eliminan el ye, eliminan las bacterias; son los emisarios que salvan al final, y en medio de salvar a las personas y aclarar la verdad todos sabrán hacerlo racionalmente” (Raciocinio)

Mirando hacia dentro, me encontré con ese pensamiento previo: “Me preguntaba si yo también estaba contagiada". ¿No es este un pensamiento erróneo que equivale a admitir que estoy contagiada? Sabía que tenía que mejorar, pero ¿cómo iba a hacerlo sin pruebas? Estos “síntomas” no eran más que una falsa apariencia que se utilizaba para ponerme a prueba.

Cuando mi pensamiento fue recto, mi xinxing mejoró y los estados incorrectos desaparecieron, pero la tos continuó. Pedí ayuda a Shifu en mi mente, y sabía que tenía que salir y aclarar la verdad para salvar a la gente, pero la tos ahuyentaría a la gente, pensé que debía aguantar un poco. Al cabo de unos días, no había señales de cambio, incluso después de enviar pensamientos rectos durante un tiempo prolongado.

Me llegó una voz: “¡Mira hacia dentro!”. Pensé: “¡Sí! ¡Mira hacia dentro!”. Después de mirar hacia adentro, recordé que durante la Revolución Cultural, yo había cantado las alabanzas del PCCh, que cometía pecados. Ahora estaba atrapada por los factores malignos del PCCh y no podía liberarme. Pensé: “Este yeli pecaminoso fue causado cuando yo era joven e ignorante. Pero ahora practico la cultivación; soy una discípulo de Dafa que asiste a Shifu en la Rectificación Fa. ¡Quien interfiera estará cometiendo un pecado imperdonable!”. Tan pronto como salió este pensamiento recto, dejé de toser, y pude salir y aclarar la verdad.

Perseverar en salir a salvar a la gente

No había límite en los lugares a los que iba para aclarar la verdad. El centro de la ciudad, las zonas rurales, los suburbios, los mercados, los centros comerciales, las escuelas, las obras en construcción, los parques y las paradas de autobús son buenos lugares para llegar a la gente. Yo solía elegir unas cuantas rutas de transporte y me turnaba para recorrerlas en bicicleta.

Pasar cerca de un mes lidiando con mis tribulaciones antes mencionadas había frenado mis salidas, perdiendo así las oportunidades de salvación de muchas personas. Sin embargo, la interferencia invisible continuaba. Cuando enviaba pensamientos rectos, me quedaba dormida. Cuando salía, no podía encontrar a una sola persona, aunque recorriera una larga distancia. Pensé: “Este no es un estado correcto para un practicante; tengo que hacer un avance. Tengo que compensar el retraso y anular totalmente la interferencia de las viejas fuerzas”.

Así que siempre que estaba a punto de dormitar mientras estudiaba el Fa o enviaba pensamientos rectos, decía la palabra “Mie”. Cada vez que surgía un mal pensamiento, lo eliminaba y desintegraba. Cuando aclaraba la verdad, enviaba pensamientos rectos para destruir todos los factores malignos que interferían con la salvación de las personas. Al hacer esto, había menos interferencias y mis pensamientos rectos se hacían más fuertes. El número de personas que decidieron renunciar al PCCh y a sus afiliaciones también aumentó, de unas pocas personas por día a 30 o 40 personas, y a veces hasta 70 personas. En la actualidad, el número ha superado los 90.

En el proceso de aclarar la verdad, cuanta más gente salvamos, mayor es la posibilidad de que se produzcan las interferencias correspondientes. También me encontré con quienes me pegaban, maldecían, se negaban a escucharme, amenazaban con denunciarme o me tomaban fotos, etc. Pero resolví cada obstáculo con compasión. Creo que sólo si hacemos bien estas tres cosas, nuestro esfuerzo por salvar a la gente irá sobre ruedas. De este modo, cumpliremos nuestra misión prehistórica y retribuiremos la salvación compasiva de Shifu.