(Minghui.org) Mi matrimonio de 15 años estuvo lleno de tribulaciones, miseria y dolor. Mi esposo dejó su trabajo hace 10 días, a pesar de estar muy endeudado y no poder encontrar otro trabajo. Quería buscar trabajo en la gran ciudad donde vivo, pero yo no quería que viniera. Sus acciones habían causado dificultades a nuestra vida, y si venía, interferiría con las actividades que he estado haciendo para salvar a la gente, ayudándoles a comprender la bondad de Falun Dafa.

Mirando hacia dentro, descubrí que estaba excluyendo a mi esposo. Me recordó a los dos practicantes de mi grupo de estudio del Fa que excluían a otros. Me di cuenta que Shifu, el fundador de Falun Dafa, quería que yo viera que estaba haciendo lo mismo que los dos practicantes. Esos dos practicantes me excluyeron cuando no miré hacia adentro, finalmente, cuando no mostré signos de mejorar, me ignoraron por completo. Lo que ellos me hicieron fue superficial, pero lo que yo le hice a mi esposo estaba oculto dentro de mi corazón y nadie más podía verlo. He ayudado a mi esposo a pagar sus deudas, lo que podría haber conmovido a otros; sin embargo era una forma superficial de encubrir mi aversión y rechazo hacia él. Si no cambiaba mi corazón, todo lo que hiciera por él en la superficie sería falso. En el pasado, cuando esos dos practicantes hablaban mal de los demás delante de mí, no sentía que hubiera nada malo y, en cambio, disfrutaba escuchando lo que decían de los demás. Yo era igual que ellos.

Su rechazo en realidad me estaba ayudando a mejorar. Sin ese comportamiento de su parte, no habría reconocido el rechazo oculto que tenía hacia mi esposo. Ya no me sentía agraviada. Mi percepción había cambiado al instante, en mi interior sentía una sensación de calidez y mi mente se despejaba. Antes pensaba que siendo más tolerante podría ampliar mi forma de pensar, pero ahora me acabo de dar cuenta que un cambio en la percepción podría ampliarla de forma exponencial.

Después, pude sentir que esos dos practicantes también mejoraron en medio de los conflictos, y seguimos siendo un cuerpo indestructible, apoyándonos mutua e incondicionalmente. Ahora los conflictos me producen una sensación diferente; ya no es un proceso doloroso, sino que nuestro grupo pudo progresar hasta cierto nivel, y luego logramos eleváramos al siguiente nivel. Cuando nuestros entendimientos se basen en el Fa, nuestro grupo dará un salto adelante logrando cambios específicos.

Si realmente quisiera cambiar, debía invitar a mi marido a quedarse conmigo. No podía limitarme a rechazarlo alegando: "No quiero tener el corazón de sentir aversión por él", lo cual sería una broma. Decidí alquilar mi apartamento de 40 metros cuadrados (unos 430 pies cuadrados) y alquilé una casa de 80 metros cuadrados. Todo salió bien y encontré el precio del alquiler más barato. Llevé a mi esposo en coche hasta mi ciudad. Luego de estudiar el Fa aquel día, se me revelaron varios principios. Me di cuenta de que a medida que había mejorado mi xinxing (carácter), el Fa en cierto nivel me fue revelado.

Mi esposo estaba resfriado y tosía mucho cuando llegó. En un momento me pedía que le cocinara sopa de jengibre y en otro que le preparara una comida. Me di cuenta que servirlo es cultivar mi corazón de proteger a todos los seres conscientes, que es lo que Shifu dispuso. Cuando escuchaba sus palabras negativas y vi sus actos incorrectos, supe que era Shifu quien dispuso que cultivara mi corazón de comprender y perdonar a los demás. Cuando me sentía cansada después de servir a mi esposo, pensaba en que Shifu dispuso esta prueba para que cultivara mi corazón para soportar las dificultades por los demás. Entiendo que si quiero alcanzar un reino noble a través de la cultivación, mi esposo es el candidato más adecuado para servirle en la vida real. Solo entonces, podré cultivarme bien y alcanzar la meta. No es algo que se pueda lograr solo creyéndolo.

Los síntomas del resfriado de mi esposo mejoraron unos días después. Le dije: "Tienes mucho mejor aspecto, y más joven que antes". Él respondió: "¡Gracias por hacer un buen trabajo!". Le dije, sintiéndome un poco avergonzada: "No fui yo. Fue Shifu quien te ayudó".