(Minghui.org) Escuché sobre Falun Dafa cuando era adolescente, pero no quería practicar. Hace tres años finalmente empecé a practicar.

Cuando era joven siempre anhelaba una vida mejor y quería vivir bien. Pero el mundo real me decepcionaba. Leí el libro principal de Falun Dafa -Zhuan Falun en 1998, pero interpreté el Fa (las enseñanzas) con mis nociones humanas.

No vi ningún principio del Fa y no entendí de qué se trataba Falun Dafa. Cuando comenzó la persecución el 20 de julio de 1999 tuve miedo. Sentí que la sociedad estaba en declive de todos modos, así que empecé a complacerme.

Veía lo rápido que se degeneraba la humanidad. La gente abandona la moralidad e ignora su conciencia por pequeños beneficios y compite en los negocios utilizando cualquier medio. No hay honor ni integridad.

Mi esposo y yo fuimos amigos cercanos durante muchos años antes de casarnos. Pensé que podría vivir la "buena vida" el resto de mi vida desde que encontré a mi alma gemela.

Pero al vivir en China, me adoctrinaron con la cultura del Partido Comunista Chino (PCCh). Me dejé influir por los conceptos modernos y olvidé la cultura tradicional y moral de China. Solo entendía superficialmente los principios de ser una buena persona al nivel de la gente común. Siempre pensaba que era una buena persona y mejor que los demás. No me daba cuenta que me medía con estándares morales degenerados.

Como sabía que el sufrimiento y la enfermedad eran el pago de deudas del yeli (kármicas) del pasado, trataba de aguantar cuando afrontaba tribulaciones. Aunque no competía con los demás en la superficie, no podía dejarlo pasar en mi corazón y a menudo ponía excusas por mis malas acciones. Pensaba que seguía los requisitos del Fa.

Mis amigos me consideraban fiable y digna de confianza. Pero a mí solo me interesaba guardar las apariencias. Como tenía buena reputación, los demás decían que era una buena persona y me trataban bien.

Mi esposo era amable y llevaba la pesada carga de criar una familia y ocuparse de mí. Como estaba acostumbrada a estar cómoda, no tenía sentido de la responsabilidad y no estaba agradecida. En lugar de eso, me quejaba.

Mi esposo estaba ocupado en el trabajo, así que rara vez nos veíamos. Empecé a sentir que no me trataba bien. Quería que mi esposo diera prioridad a la familia y a mí. Pensaba que era culpa suya porque ni siquiera podía cumplir mi simple deseo de cenar juntos. Intenté cambiarlo. No soportaba no conseguir lo que quería, y lo único que veía era que él no hacía lo que yo quería.

Cuando me di cuenta que no podía cambiar nada, empecé a satisfacer mis deseos y a hacer lo que me daba la gana. Veía la televisión todo el día, jugaba y me iba a bares con amigos hasta medianoche. La relación con mi esposo empeoró. Apenas nos hablábamos. Me quejaba y lo criticaba.

Después de tener a nuestra hija, la situación empeoró. Sentía que era yo la sacrificada, ya que dejé mi trabajo y me quedé en casa a cuidar a nuestra hija. A menudo sentía que había llegado al límite. Mi apego era tan fuerte que no podía pensar con claridad ni darme cuenta de que no me estaba comportando como una practicante.

Empecé a tener problemas físicos. Tenía taquicardia sinusal, dificultad para respirar y palpitaciones. Me costaba dormir. Estaba ansiosa y nerviosa. A menudo me despertaba a media noche, con el corazón latiendo desbocado, sin aliento y con las manos temblorosas. Tardaba mucho en calmarme.

No podía mantenerme erguida porque me dolía la espalda. No podía levantar la cabeza. Los dolores de cabeza eran tan intensos que vomitaba. Estaba agotada física y mentalmente.

Me despierto y reanudo la cultivación

Cuando me calmé pensé ¿Cuál es el propósito de la vida? ¿Fama, dinero, poder? No importa cuánto se gane en este mundo, no tiene sentido. Al final, todos morimos. Estaba obsesionada con la buena vida. Cuando me examiné y pensé en mis errores, el compasivo Shifu no me abandonó y me permitió volver a cultivarme.

Cuando comprendí realmente lo que era la cultivación y seguí los requisitos de Dafa, mi cuerpo y mi mente cambiaron radicalmente. Me rectifiqué basándome en los principios de Dafa. Me medí usando el Fa y miraba hacia adentro cuando encontraba dificultades. Considero a los demás primero en todo lo que hago. En el pasado, todos mis pensamientos eran egoístas y para protegerme.

Tengo una mejor comprensión del Fa a través del estudio continuo del Fa. Ya no tengo preocupaciones ni cargas mentales, y me he vuelto alegre, abierta de mente, tranquila y pacífica. Falun Dafa enseña a la gente a ser abierta y honesta y a medir todo usando los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia.

Cuando tenía un conflicto con mi esposo, ya no levantaba la voz ni discutía como antes. Me sorprendió que ya no me dejaba afectar fácilmente por los demás, sino que me mantenía serena y lúcida. Era comprensiva y tolerante. Me salía del corazón. Nunca había visto esto en mí. Como practicante, me di cuenta que todos nuestros cambios deben ser auténticos, no superficiales. Estos cambios son los más grandes y son indestructibles.

Al seguir midiéndome con los principios de Falun Dafa, descubrí que los conflictos del pasado eran todos culpa mía. No tuve ninguna consideración con mi esposo. Después de muchos años de ser consentida, desarrollé muchos malos hábitos, como la dependencia de los demás, el arribismo, la envidia, el resentimiento, la competitividad y el miedo a ser menospreciada.

Mi esposo se tomaba en serio su carrera mientras yo me esforzaba por demostrar que también me iba bien en el trabajo. Cuando mi esposo gastaba dinero, yo era infeliz. Necesitaba gastar más que él para sentirme bien. Después de tener a nuestra hija, me convertí en ama de casa a tiempo completo y estaba llena de quejas: ¿Por qué tenía que sacrificarme? Me volví amargada.

Cuando empecé a cultivarme con sinceridad, escribí una carta a mi esposo expresándole mi profundo arrepentimiento. Enfrenté mi egoísmo, mis nociones destructivas y mis malos pensamientos, y los eliminé. Enfrentándome a mis defectos, los exponía y era sincera con los demás. Cuando hacía esto, experimentaba una elevación tanto del cuerpo como de la mente. Uno a uno, mis malestares físicos desaparecieron lentamente. A menudo me sentía llena de energía. La capacidad de mi corazón se expandía y siempre podía ver lo bueno en los demás.

Shifu nos enseñó:

“En todos los ambientes hay que ser bueno y benevolente con los demás, y más aún con tus parientes. Debemos tratar a todos por igual, ser buenos con nuestros padres e hijos y ser considerados con los demás en todos los aspectos; así, este corazón ya no es egoísta, son todos corazones de bondad y benevolencia, es misericordia” (Sexta LecciónZhuan Falun).

Dafa me enseñó también el compromiso y la responsabilidad.

Cambié completamente. Ahora tomo la iniciativa de hacer las tareas domésticas y ya no estoy obsesionada por cómo me trata mi esposo. Puedo comprenderlo y ser amable con él sin quejarme cuando hay conflictos. Dejé de estar apegada a mi esposo y a mi hija y me convertí en una buena esposa y madre.

Al educar a mi hija, también miro hacia dentro. Me enfoco en formar el carácter de mi hija con principios rectos. Renuncié a mi disciplina de mando. No me preocupa si crecerá como yo quiero. A los ojos de mi hija, ya no soy la madre horrible y temperamental, y ella se ha vuelto encantadora y obediente.

Estoy agradecida por la salvación compasiva de Shifu. Falun Dafa es tan profundo. He ganado mucho al considerar a los demás. La luz de la compasión iluminó mi vida, y puedo sentir genuinamente que estoy mejorando.

La cultivación amplió mi mente

Me di cuenta que la gente moderna se desvió de la tradición y no se ajusta a los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, las características del universo.

Debido al lavado de cerebro por el adoctrinamiento del PCCh desde la infancia, los corazones de los chinos están llenos de envidia y resentimiento. Dicen una cosa pero hacen otra; les gusta exagerar los hechos y exhibirse. Hacen promesas pero apenas pueden cumplirlas. Quieren mostrar su bondad pero no pueden pensar desde el punto de vista de la otra persona. Son conflictivos y agresivos, y no pueden tolerar a quienes creen o se comportan de forma diferente a ellos. Siempre eluden sus responsabilidades y se meten con los demás, y piensan que son mejores que los demás. Quieren demostrar que tienen razón y que los demás están equivocados.

Las esposas son difíciles y exigentes, y los esposos son irresponsables. El ateísmo y el lavado de cerebro del Partido Comunista están destruyendo nuestra moralidad. Estas son las causas profundas de la actual crisis social y familiar. El partido comunista ha cortado las raíces del pueblo chino.

La virtud y las relaciones predestinadas (kármicas) de las personas deciden si son pobres o ricas, o si viven una vida larga o corta. Una buena vida es el resultado de la virtud acumulada en vidas anteriores. Si quieres una vida feliz y un futuro prometedor, debes hacer buenas acciones y ser una buena persona.

Practicar Falun Dafa me ha dado una actitud abierta, compasiva, indulgente, humilde y autorreflexiva ante la vida. Me ha transformado de alguien que vive para sí mismo a alguien que pone a los demás en primer lugar. Como yo, millones de practicantes de Falun Dafa experimentaron cambios significativos después de empezar a practicar. Se acercan cada vez más a los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Sus vidas y su moral se han elevado realmente.