(Minghui.org) Cuando crecía, mis padres peleaban mucho, y eso me ponía incómoda y nerviosa. Mi deseo cuando crecí era ser una persona que pudiera influir y afectar a la gente que me rodeaba de buena manera.

La Revolución Cultural duró desde la escuela primaria hasta la secundaria. No aprendí nada sobre la cultura tradicional china y me inculcaron el ateísmo. No sabía por qué la gente no se llevaba bien y no tenía ni idea de las razones de la retribución del yeli que había detrás de las cosas. Era tímida y me preocupaba el mundo.

Cuando tenía 20 años, fui a cuidar a un tío mío. Él y su mujer discutían a menudo. Yo no sabía qué hacer, y eso me hacía llorar. Al final se divorciaron.

A la hora de casarme, pensaba que debía encontrar a alguien peor que yo. Si lo trataba con respeto, amabilidad y amor, podría tener un matrimonio pacífico. No fue así, sino todo lo contrario de lo que esperaba.

Mi amabilidad y paciencia fueron vistas como debilidad y vulnerabilidad, y mi vida después del matrimonio no fue nada buena. Perdí la confianza en mi esposo y en la vida. Me sentía desgraciada y pensaba que no merecía la pena vivir. Y sólo tenía 30 años.

Entonces, cuando empecé a practicar Falun Dafa, comprendí que el propósito de venir a este mundo no es perseguir una buena vida, sino volver al yo original y buscar la verdad de la vida. También comprendí por qué nuestras vidas pueden ser tan difíciles y miserables. Todas las relaciones entre las personas tienen razones de yeli detrás, y las deudas de yeli se han acumulado a lo largo de muchas vidas. Falun Dafa me hizo sentir que había renacido y me volví más alegre.

Cuando el Partido Comunista Chino (PCCh) comenzó a perseguir Falun Dafa en julio de 1999, ejerció una enorme presión sobre mi familia. Como me negué a renunciar a mi fe, mi esposo y mis hermanos me internaron en un hospital psiquiátrico. Mi esposo estaba fuera de control y me vigilaba de cerca. En cuanto me veía empezar a hacer los ejercicios, me agarraba del pelo y me pegaba.

Una vez, mi esposo se emborrachó y me llevó a rastras a la estación de policía, alegando que quería denunciarme por practicar Falun Dafa. Cuando la policía vio que estaba borracho, nos echó.

Me fui de casa para evitar los malos tratos y trabajé fuera del pueblo durante muchos años como niñera o cuidadora. Cuando regresé al pueblo, no volví a casa, sino que me quedé con mi madre. Cuando mi esposo se enteró, llamó a la policía y me denunció. Me detuvieron y me recluyeron en el centro de detención. Pensé que no había esperanza para mi esposo.

Estábamos cuidando al niño de nuestra hija en 2022 cuando mi esposo no se sintió bien y fue al hospital. Le diagnosticaron un cáncer de páncreas en fase avanzada que era inoperable. Después de las vacaciones de Año Nuevo, quería volver a casa.

Decidí contarle de nuevo los hechos sobre Dafa, pero ¿cómo? Shifu dijo que todos en el mundo fueron alguna vez parientes de Shifu. Como era mi esposo, tenía que intentar salvarle. Pero por más que lo intenté, se negó a escuchar.

"Me estoy muriendo, y tú sigues hablando de esto. No te he escuchado en más de 20 años y no te escucharé ahora", dijo.

Otros miembros de la familia dijeron: "Déjale en paz. Tiene la peor forma de cáncer y no tiene cura. Déjale que haga lo que quiera ahora". Mi esposo dijo que el dolor era inimaginable e insoportable. Estaba pegado al móvil y al dolor que sufría se sumaba ahora un dolor de cabeza. Le pedí a Shifu que le salvara y empecé a enviarle pensamientos rectos.

Le sugerí que leyera o viera algo que le ayudara a aliviar su dolor. "¿Como qué?", preguntó.

Le di algunas historias sobre la cultura tradicional y otras cosas de Minghui para que las escuchara, como los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista. Mientras lo escuchaba, exclamó: "¡Los comunistas son muy malos!". Siguió escuchando El propósito último del comunismo y La verdadera historia de Jiang Zemin.

Poco a poco, mi esposo empezó a tener mejor aspecto y más energía. Entonces dijo: "¡Quiero leer tu libro!".

"Primero debes declarar en Minghui que todas las palabras y actos que has dicho y hecho para atacar a Dafa o a Shifu son nulos y pedir perdón a Shifu. Sólo entonces podrás leer el libro", le dije.

Me pidió que le ayudara a escribir una Declaración Solemne para el sitio web de Minghui. Luego empezó a leer Falun Gong y quiso hacer los ejercicios.

Estudié las enseñanzas de Dafa e hice los ejercicios con él todos los días. También se unía a nosotros cuando otros practicantes venían a estudiar las enseñanzas o a compartir sus experiencias.

La mente y el cuerpo de mi esposo experimentaron enormes cambios. Un individuo irracional, impaciente y violento fue sustituido por una persona amable, pacífica y racional, llena de pensamientos rectos.

Observar los cambios en mi esposo llenó mi corazón de infinita gratitud hacia Shifu. Pasé la mayor parte de mi vida intentando mejorar a mi amado, pero fue en vano. Sin embargo, los principios de Falun Dafa, en tan poco tiempo, cambiaron a una persona que era irrazonable e imposible, en una buena persona, una mejor persona y un cultivador ante mis propios ojos.