(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa en 1996. En los últimos 20 años de cultivación, siempre que encontré dificultades, Shifu me protegió.
En la primavera de 2020, otro practicante y yo llevamos cada uno una bolsa con materiales informativos sobre Falun Dafa y fuimos en motocicleta a un pueblo para aclarar a la gente la verdad sobre la persecución.
Después de llegar, repartimos materiales y hablamos con la gente. Justo cuando estábamos a punto de irnos, un auto nos detuvo de repente. Un hombre y una mujer, de unos 30 años, se bajaron del auto y rápidamente quitaron las llaves de nuestras motos. Cuando intentamos aclararles la verdad, no nos escucharon y llamaron a la policía.
Estaba muy tranquila y recordé que Shifu nos protegería. En mi corazón dije: “Shifu, por favor ayúdame”. Caminé hacia una casa y la dueña acababa de salir para ver lo que estaba sucediendo. Le pregunté en voz baja: “¿Puedo caminar por su patio?”. Ella no me miró, pero asintió en silencio. Así que caminé rápidamente por su patio.
Mientras caminaba, vi a algunas personas que conocía paradas en la calle. Pensé que no podía dejar que me vieran, así que le pedí a Shifu que me cubriera con algo. Caminé hasta un sitio en construcción y me senté contra una pared. Le dije a Shifu en mi corazón: “Seguiré el camino que Shifu dispuso y lo dejaré todo en sus manos”. Comencé a enviar pensamientos rectos. Después, salí del sitio en construcción.
Caminé una corta distancia cuando vi que venía un auto, me acerqué a él y saludé al chofer, quien me llevó. De esta manera, bajo la protección de Shifu, regresé a casa sin ningún problema.
Me niego a cooperar
En el verano de 2021, Xiaoxin y yo fuimos a aclarar la verdad, pero alguien nos denunció a la policía y fuimos detenidos por más de doce agentes. Nos empujaron a la fuerza a un coche de policía y nos llevaron a la comisaría.
Intentamos aclararles la verdad, pero no nos escucharon y nos enviaron al centro de detención esa noche. Como no cooperamos, nos negamos a hablar y no les dimos nuestros nombres, el centro de detención se negó a admitirnos. Entonces, la policía nos metió brutalmente en un coche de policía y nos llevó a un lugar oscuro donde no había cámaras. Era aproximadamente medianoche.
Cuatro jóvenes policías se turnaron para golpearme la cara. Yo gritaba en voz alta: “¡Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!” y enviaba pensamientos rectos. Dije en mi corazón: “Si me golpeas, no sentiré el dolor; quien me golpee sentirá el dolor”. En realidad no sentí ningún dolor y supe que Shifu me protegía. Después de eso, la hinchazón tardó unos seis días en desaparecer.
Mientras me golpeaban, gritaban: “Te mataremos, extraeremos tus órganos y arrojaremos tu cuerpo a una zanja profunda”. Pensé: “Lo que tú digas no cuenta; solo cuenta lo que dice Shifu”.
Al día siguiente, descubrieron mi nombre y me detuvieron ilegalmente en un centro de detención. Recité el Fa todos los días, envié pensamientos rectos y actué con pensamientos rectos. Pero un día, por alguna razón, mis apegos estallaron y perdí mis pensamientos rectos. Me sentí deprimida.
De repente recordé lo que dijo Shifu:
"El cuerpo yace en prisión –no se aflijan, no estén tristes
Con pensamientos rectos y acciones rectas, el Fa está presente
Reflexionen calmadamente acerca de cuántos apegos tienen
En cuanto se deshagan de la mentalidad humana, el mal naturalmente desaparecerá"
(No estén tristes, Hong Yin (II))
Mis pensamientos rectos surgieron y sentí que todas las células de mi cuerpo vibraban. Sabía que mis apegos causaban esta persecución. Si no tuviera apegos, ¿se atrevería el centro de detención a detener a un practicante de Falun Dafa? No debemos descuidar la cultivación y debemos tomarla en serio.
Luego me llevaron a juicio y planearon condenarme a uno o dos años. Cuando escuché esto, me quedé impactada y conmovida: ¿No era larga la sentencia? Recordé lo que dijo Shifu:
“Nosotros enfatizamos un punto: si no puedes dejar ese corazón, si no puedes dejar esa enfermedad, no podemos hacer nada, somos incapaces de ayudarte” (Primera Lección, Zhuan Falun).
De repente, mi corazón se iluminó. Así es, tengo a Shifu y a Dafa, ¿de qué tengo miedo? Me calmaré y dejaré todo en manos de Shifu. Al final, me sentenciaron a ocho meses y salí del centro de detención con dignidad.
Estoy agradecida a Shifu por enseñar Dafa a todos los seres conscientes, para que podamos emprender el camino de retorno a nuestros orígenes. Estoy agradecida a Shifu por su misericordia y salvación, y estoy agradecida a Shifu por protegerme en el camino de la cultivación.
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