(Minghui.org) Tuvimos serios problemas para conseguir un lugar para Shen Yun este año. Aunque el asunto aún no se ha resuelto, me gustaría compartir algunos pensamientos sobre cómo nuestra forma de pensar puede ayudarnos a revertir la situación.

Entender las quejas

A menudo me he preguntado: «Como discípulo de Dafa, ¿he alcanzado realmente un estado de compasión? Si no es así, ¿he mostrado al menos amor y amabilidad a la gente en mi vida diaria?». Cuando me evalúo con las enseñanzas de Shifu, me doy cuenta de que mi cultivación aún está lejos del nivel de compasión que los practicantes deben alcanzar. Como practicantes, debemos cultivar la compasión y abandonar las quejas y el resentimiento.

Shifu dijo: «Una persona malvada es dominada por el corazón de la envidia» (Grado de conciencia, Escrituras esenciales para mayor avance). La envidia y el resentimiento son perversos, y reflejan una incapacidad para cultivar la compasión. La envidia se manifiesta como un sentimiento de injusticia cuando otros tienen éxito, mientras que el resentimiento a menudo surge de intereses o conflictos personales, lo que nos lleva a sentirnos intranquilos o incluso hostiles.

Cuando tenemos resentimiento, nuestra compasión no puede manifestarse. En este estado, un practicante no puede salvar a la gente, o incluso puede alejarla aún más de la salvación. Debemos medirnos con los estándares del Fa y cuando vemos nuestras deficiencias, debemos rectificarnos.

Confusión

Shen Yun actuó anteriormente en un teatro local, pero hubo problemas debido a que el personal del teatro manejó mal las cosas. Los practicantes locales explicaron la situación a la dirección del teatro y se llegó a un consenso para solucionar los problemas. Sin embargo, un director del teatro guardaba rencor a Shen Yun e interfirió para impedir que se realizaran allí futuras representaciones.

Algunos practicantes pensaron que este director tenía problemas de carácter; parecía extralimitarse en su autoridad e ignoraba el acuerdo alcanzado por el teatro. Algunos practicantes escribieron cartas a la junta directiva del teatro pidiendo su destitución. Otros sugirieron enviar pensamientos rectos para que se marchara. Pero en lugar de marcharse, fue ascendido y ganó más autoridad.

Shifu nos enseñó: «Recuerden: Siempre que ocurra un problema, allí es donde necesitas esclarecer los hechos» (Exponiendo el Fa durante el festival de la linterna, 2003).

Si este director causó problemas, ¿no deberíamos acercarnos a él con compasión y ayudarle a entender la verdad sobre Dafa? Algunos practicantes pensaron que él sabía que Falun Dafa era bueno, pero aun así bloqueó a Shen Yun, por lo tanto debía dejar su puesto. Sin embargo, reflexionando ahora sobre su comportamiento, me pregunto si la situación reflejaba el estado de cultivación de los practicantes locales y el mío propio, o si su resistencia era un recordatorio para que mirásemos hacia dentro.

¿Podría su hostilidad recordarme que debo reflexionar sobre mí y ver si soy amable? ¿Podría su oposición a nuestro consenso ser un recordatorio para examinarme y ver si me alineo con la verdad? Cuando juzgamos su carácter y enviamos pensamientos rectos para su partida, no es de extrañar que nuestro envío de pensamientos rectos tuviera poco efecto positivo, o tal vez tuviera el resultado contrario, aunque tuviéramos la buena intención de evitar que acumulara yeli.

A menudo leemos en Minghui.org acerca de practicantes en China cuya gran compasión y tolerancia conmovieron incluso a los guardias de la prisión. Los guardias que ablandaron su corazón fueron trasladados más tarde a puestos en los que ya no pecaban contra Dafa. La sinceridad y la paciencia de los practicantes condujeron naturalmente a estos cambios, con consecuencias completamente diferentes de las que estábamos experimentando.

Los practicantes que llaman a personas en China para renunciar al Partido Comunista Chino (PCCh) suelen compartir lecciones similares. Si alguien a quien llaman les pide dinero antes de renunciar al PCCh, la persona que llama examina inmediatamente su propio apego a la riqueza. Si alguien decía que sólo renunciaría si el que llamaba le ayudaba a encontrar pareja, el que llamaba reflexionaba sobre su apego a la lujuria. Si la persona argumentaba en defensa del PCCh, la persona que llamaba buscaba en su interior su propia mentalidad combativa.

Si despreciamos a la gente y perdemos oportunidades de examinarnos a nosotros mismos por nuestros apegos, no tendremos la energía de cultivarnos para fortalecer nuestro poder y salvar a la gente. Si pudiéramos cultivarnos y elevar nuestro estado de cultivación al tratar con el director, las viejas fuerzas no tendrían excusa para ponernos a prueba y podrían enviar al director a otra parte.

Si este director se enterara de nuestra queja a sus superiores, y si realmente perdiera su trabajo, sería aún más hostil hacia nosotros. Es un ser consciente al que Shifu quiere salvar y no debemos apartarlo.

Shifu dijo:

“Hace mucho tiempo les dije que el Dafa dizi, un cultivador, no tiene enemigos. El único rol que tienen ustedes es el de salvar a la gente, y ustedes no tienen nada que ver con usar medios y principios humanos para castigar o juzgar a las personas. ¡Esto es un asunto fundamental!” (Exponiendo el Fa en la ciudad de Chicago).

Estén vigilantes

El pasado mes de julio, me pidieron que ayudara con este asunto del teatro y me pusiera en contacto con el director. Tras muchos intentos infructuosos de conectar por correo electrónico y buzón de voz, reflexioné sobre mi propia actitud. Me di cuenta de que seguía teniendo una impresión negativa de él y me faltaba la compasión necesaria para derribar sus barreras. Sin una compasión genuina, mis esfuerzos difícilmente podrían llegar a su lado conocedor.

Más tarde, algunos practicantes sugirieron escribir una carta al alcalde para presionar al teatro. Pensé que no sería eficaz si lo hacíamos por queja y no por compasión. Al final enviamos la carta y la oficina del alcalde la remitió al director general interino del teatro, quien accedió a reunirse con nosotros. Le aclaramos la verdad a él y a su ayudante, pero aun así no pudimos superar los obstáculos y conseguir el teatro para Shen Yun. Esto nos recordó que debíamos cultivar la sinceridad, especialmente en lo que se refiere al papel del director en este asunto.

La relación entre los discípulos de Dafa y la gente común es una relación de salvar y ser salvado. Si nos quejamos de ellos, nos rebajamos al nivel de una persona ordinaria. «Entre qi y qi no hay función de restricción» (Séptima Lección, Zhuan Falun). Así, no podemos salvar a la gente. El resentimiento es erróneo para los practicantes y debe ser eliminado. Contradice a Verdad-Benevolencia-Tolerancia, haciendo imposible alcanzar la Perfección.