A veces me preguntaba porqué una persona común que era tan buena no practicaba Falun Dafa, o porqué un practicante que llevaba años cultivándose no se comportaba tan bien como esa persona común.
No me daba cuenta de que esta forma de pensar era errónea y, de hecho, era una prueba para ver cuánto valor y aprecio le daba a Falun Dafa y a los practicantes. Inconscientemente, estaba dando crédito a las personas comunes en lugar de a Falun Dafa. Por otro lado, ignoraba el hecho de que los practicantes, al soportar enormes dificultades mientras clarificaban la verdad y se cultivaban, merecían ser valorados.
Mi forma de pensar fue aprovechada por las viejas fuerzas: en lugar de trabajar con los practicantes, buscaba un empleo con personas comunes o pasaba mi tiempo libre con ellas. Las viejas fuerzas estaban utilizando mis apegos para alejarme del entorno de cultivación. Los practicantes son muy nobles, y aquellos que deciden empezar a cultivarse emprenden el arduo camino de regresar a su verdadero ser y enfrentan muchas dificultades. Entonces, ¿cómo puede un discípulo de la rectificación del Fa compararse con un no practicante?
Shifu dijo:
“En la religión budista se habla sobre la naturaleza fo; apenas emerge la naturaleza fo, los seres iluminados ya pueden ayudarlo” (Primera Lección, Zhuan Falun).
Sin embargo, cuando alguien me pedía que recomendara a alguien confiable para rentar una casa o para un negocio, de inmediato sugería a los practicantes como la mejor opción, diciendo que eran los más confiables. No obstante, siempre que encontraba algún error en el comportamiento de un practicante, en lugar de mirar dentro de mí, los comparaba con los no practicantes. Este tipo de pensamiento estaba relacionado con mi apego al egoísmo.
Mirar hacia adentro
Cuando me di cuenta de que tenía un problema en mi cultivación, miré hacia adentro y descubrí los siguientes apegos: cuando interactuaba con practicantes en el trabajo, en proyectos o en el estudio del Fa, tenía más pruebas de xinxing, y esto era inevitable. Esas pruebas eran para que yo creciera en mi cultivación. No debía sentir resentimiento ni compararlos con los no practicantes. Las personas comunes buscan comodidad y fortuna, lo cual es muy diferente de lo que buscan los cultivadores. Yo estaba buscando un entorno de cultivación tranquilo, lleno de amor y afecto, sin dificultades.
También me di cuenta de que cuando pasaba más tiempo con practicantes y tenía pruebas de xinxing con ellos, desarrollaba resentimiento y enojo hacia algunos que me recordaban mis propios problemas. Este enojo interno me hacía buscar relaciones con personas comunes con las que me llevaba bien, que me elogiaban y alababan mi buen carácter.
La amabilidad humana de estas personas era tan importante para mí que prefería tener una relación amistosa con ellas antes que cultivarme con los practicantes. Tenía una dependencia emocional del mundo humano, y evitaba cultivarme y deshacerme de mis deseos y emociones humanas. Estaba buscando un entorno cómodo y tranquilo para cultivarme, lo cual provenía de mi apego a buscar comodidad.
Me di cuenta de que tenía altas expectativas de los practicantes y menos de las personas comunes. Mi actitud hacia los practicantes era dura y no tenía suficiente bondad hacia algunos de ellos, mientras que era amable con las personas que eran amables conmigo. Algunos practicantes hacían grandes cosas que yo no podía hacer, y al compararlos con personas comunes, quería mostrar que eran más débiles que yo para hacer que mi estado de cultivación pareciera mejor. A veces pensaba que, dado que los practicantes estaban cultivándose, no necesitaban mi bondad; por el contrario, debía ser más estricta con ellos para que pudieran ver dónde necesitaban mejorar su xinxing y cultivarse mejor.
Después de darme cuenta de estos apegos, envié pensamientos rectos y tuve el deseo de cambiar verdaderamente desde dentro. Comencé a trabajar en mí misma, eliminar mi envidia y ser bondadosa. Empecé a ver las virtudes de los practicantes y su arduo trabajo para salvar a los seres conscientes. Los pensamientos bondadosos ayudaron a mejorar nuestras relaciones, que se volvieron cada vez mejores.
Cuando miré dentro de mí, mi egoísmo se debilitó y vi lo sagrada que es la cultivación. Una luz de amor y compasión hacia otros practicantes iluminó mi corazón.
En mi corazón, agradecí al venerado Shifu y también agradecí y aprecié a todos los practicantes. Estamos pavimentando este camino juntos con la ayuda mutua. Somos de la misma familia y todos pertenecemos a nuestro respetado Shifu, por lo que nuestras buenas relaciones hacen que este vínculo sea más fuerte y efectivo.
Lo anterior son algunas de mis experiencias. Por favor, señalen cualquier cosa que no sea consistente con las enseñanzas de Dafa.
¡Gracias, Shifu! ¡Gracias, compañeros practicantes!
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