(Minghui.org) Después de leer el nuevo artículo de Shifu, “Cultivación y religión”, busqué en internet la definición en inglés del término “religión”. Descubrí que esta palabra se originó en el francés o el latín y se refería a “obligación, vínculo, reverencia” y a la  vida bajo votos monásticos. Entendí que estas definiciones indicaban que seguir una religión en particular requería vivir la vida de uno de acuerdo con sus doctrinas.

Como practicantes de Falun Gong vivimos nuestras vidas de acuerdo con los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, y respetamos a nuestro Shifu y sus enseñanzas de Dafa (La Gran Ley). Entonces, en cierto modo, nuestra práctica espiritual se alinea con la definición más antigua del término religión. La diferencia es que no tenemos organizaciones religiosas, iglesias o templos, y nos cultivamos en la sociedad cotidiana. Nuestro camino espiritual es el que sigue “El gran camino no tiene forma”.

Entonces, ¿cómo se empezó a utilizar la frase “zong jiao” (religión) en chino? Al principio, en la antigua China, se refería a una forma del sistema de ley de clanes (basado en la obediencia y lealtad filial) para la guía moral. Según Wikipedia, “zong jiao” se tradujo como “religión” en un tratado entre Japón y Alemania en el siglo XIX, y su uso se extendió más tarde por toda China.

Con la transformación de las religiones occidentales (así como algunas religiones orientales), la connotación de la práctica religiosa se volvió más limitada, y la tendencia de las personas a centrarse en las formas, los protocolos y los rituales se convirtió en una forma de vida en la sociedad. Cuando se hablaba de religión, la gente pensaba en iglesias, templos, formas de adoración, oración, cantos, convertirse en monjes y otras formas ceremoniales. Debido a los dramáticos cambios que se produjeron en las religiones modernas y a la promoción del ateísmo por parte del Partido Comunista Chino entre sus ciudadanos, la palabra “religión” en China adquirió un significado más bien negativo en la mente de la gente.

Algunas personas pueden percibir a Falun Dafa como una religión, pero como cultivadores, todos entendemos que nuestra práctica es una cultivación de la mente y el cuerpo basada en los principios universales de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Nos adaptamos a la vida cotidiana tanto como sea posible, mientras nos cultivamos. No nos convertimos en monjes o monjas, ni vivimos en templos o monasterios, y nos centramos en cultivar nuestros corazones y carácter moral. La sociedad en su totalidad, incluidos nuestros entornos familiares y nuestros lugares de trabajo, es nuestro lugar de práctica, y dicha cultivación nos permite cumplir nuestras misiones históricas en la mayor medida posible.