(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa con mi cuñada y mi tía en agosto de 1998. Por aquel entonces, solo sabía que la práctica ayudaba a resolver enfermedades y a mejorar la salud.

En marzo de 2016, mi nieta mayor, de tres meses, sufría convulsiones con frecuencia. La examinaron en el Departamento de Pediatría de la Universidad Médica de Harbin, pero no encontraron ningún problema. Cuando mi nuera tomaba a la niña en brazos, las convulsiones parecían remitir, pero en cuanto la ponía en el suelo, empeoraban.

Mi nuera sintió que no podía soportarlo y nos pidió a su madre y a mí que nos quedáramos en casa cuidando de la niña. Su madre y yo la culpamos, diciendo que no era capaz de cuidar del bebé, lo que nos impedía a las dos trabajar. Mi nuera se sintió ofendida y se durmió llorando. Al día siguiente, se despertó con parálisis facial: tenía media cara paralizada. No podía  sonreír ni llorar y, cuando dormía, el ojo del lado paralizado no se cerraba.

Su madre y yo le sugerimos que fuera al hospital. Pero estaba enfadada y no nos hizo caso. Pasaron un día y una noche y su estado empeoró. Le dije: «Tienes dos opciones: o vas a un hospital o practicas Falun Dafa». Temía la acupuntura y las inyecciones, así que decidió practicar Dafa.

Empezó practicando los ejercicios primero, tercero y cuarto. Cuando hizo el segundo (sosteniendo la rueda), se sintió cansada y le preocupaba no poder terminarlo. Pero, con mis ánimos, lo completó. En ese momento, el reproductor de música del ejercicio se quedó sin batería. Su madre, que estaba cerca, miró la cara de su hija y vio que había vuelto a la normalidad.

Para una persona común que se encuentre en este tipo de situación, podrían hacer falta de dos a tres meses de tratamiento de acupuntura para recuperarse, e incluso entonces, alcanzar el 80% de recuperación se consideraría muy bueno. Pero después de practicar cuatro ejercicios de Falun Dafa, ocurrió un milagro. A partir de entonces, mi nuera creyó firmemente en Dafa y ayudó a los practicantes a aclarar la verdad.

Mi suegra se recupera de una fractura de la cabeza del fémur

Mi suegra, que aquel otoño tenía 78 años, se cayó y se fracturó la cabeza y el cuello del fémur izquierdo. La llevaron a un hospital de Harbin. Como era anciana y tenía una constitución débil, unida a una osteoporosis grave, los médicos dijeron que aunque intentaran insertarle clavos de acero, no aguantarían. El tratamiento conservador era la única opción, y las posibilidades de que pudiera mantenerse en pie eran muy escasas. Mi hijo dijo que mientras la abuela pudiera sentarse, todo iría bien; al menos podría sentarse en una silla de ruedas y salir a tomar el sol.

Cuando mi cuñada mayor oyó el pronóstico del médico, pensó que el dinero del tratamiento sería un despilfarro porque, al fin y al cabo, era posible que su madre siguiera sin poder levantarse. Sugirió que sería mejor darle el alta y cuidar de su madre en casa. Al final, la familia decidió seguir con el tratamiento conservador en el hospital. Diez días después, seguía sin mejorar, así que mi cuñado mayor se llevó a su madre a casa.

Después de que mi suegra fuera hospitalizada, seguí animándola a recitar «Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno». Al principio, no estaba del todo convencida, pero en cuanto empezó a recitar, su dolor disminuyó. Mi esposo, que también es practicante, le dijo a su madre que se limitara a recitarlo y que Shifu se ocuparía de ella. Shifu dijo: «...cuando una persona practica, toda la familia se beneficia...» (Exponiendo el Fa en el Fahui de Australia).

Mi suegra seguía preocupada y dijo: «No traté bien a mi nuera en el pasado, ¿se ocupará de mí su Shifu?». Le contesté «Shifu es compasivo con todos los seres, y sin duda cuidará de ti».

Cuando mi suegra recibió el alta del hospital, el médico dijo que tardaría al menos cien días en poder levantarse de la cama. Sin embargo, después de creer sinceramente que Shifu podía salvarla y de pedir ayuda con insistencia, pudo levantarse de la cama al 80.º día y caminar con la ayuda de su hijo. Al día 100, se había recuperado por completo y todo había vuelto a la normalidad.

Al ver lo bien que se había recuperado, le pregunté: «Mamá, ¿cómo pediste la ayuda de Shifu?». Ella respondió: «Recité así: Shifu, por favor, sálvame. Realmente creo que Falun Dafa es bueno. No fui amable con mi nuera en el pasado, pero después de que empezó a practicar, no me guardó rencor. Me trató con sinceridad y me mostró respeto y piedad filial (lealtad). Mi nuera es tu discípula; por favor, por ella, cuida de mí y sálvame».

Después de esta experiencia, mi suegra creyó en Dafa. Durante la pandemia, nunca dio positivo en las pruebas de COVID-19. Este año tiene 82 años y su salud es excelente.

Mi sobrina se recupera de una cardiopatía

Tengo una sobrina que es médica. Cuando tenía 18 años, un anciano le adivinó el futuro y le predijo que viviría hasta los 40 años, y que después no habría más predicciones. Lo que implicaba que no viviría más allá de los 40 años. En aquel momento, no le hizo mucho caso. Cuando cumplió los 40, empezó a sentir molestias en el corazón, pero se limitó a tomar medicación para controlarlas.

A los 42 años, las molestias se intensificaron. Cuando llegó al departamento de cardiología de la Universidad Médica de Harbin, se desmayó y tuvieron que reanimarla. Los médicos le diagnosticaron insuficiencia cardiaca aguda. Dijeron que su estado era muy grave y que su familia tendría que firmar formularios de consentimiento cada dos horas, ya que parecía que corría el riesgo de morir en cualquier momento.

La pandemia de COVID era grave, y el esposo de mi sobrina, que también es médico, estaba trabajando en otro hospital y no podía marcharse. Un pariente que ayudaba a cuidarla sólo pudo quedarse un día y una noche antes de que sintiera que era demasiado. Al cuarto día, su estado mejoró un poco y, al séptimo, los médicos decidieron darle el alta diciendo que no podían hacer nada más. Le aconsejaron que se fuera a casa a descansar.

La fracción de eyección cardiaca (FE) de mi sobrina era del 36% (el intervalo normal es del 50-70%). Su nivel de creatinina era mucho más alto de lo normal y sus riñones estaban en estado de insuficiencia. Debido a su afección cardiaca, su hígado también estaba afectado. Cuando le dieron el alta, ni siquiera podía caminar de una habitación a otra. Un anciano médico especialista en medicina tradicional china le aconsejó que fuera a la Universidad de Medicina Tradicional China de Harbin a ver a un especialista de alto nivel y que se centrara en salvarle la vida antes de pensar en tratar la enfermedad.

Al día siguiente de que mi sobrina recibiera el alta, fui a su casa y le pregunté si quería practicar Falun Dafa. No respondió. Al tercer día, mi sobrina fue a la Universidad de Medicina Tradicional China de Harbin. Cuando regresó, no podía dejar de llorar. Dijo que el médico le había dicho que su fracción de eyección sanguínea nunca superaría el 50% y que sería bueno que mantuviera su estado actual. Se acordó de la adivina de hace años y se deprimió.

La madre de mi sobrina también practica Falun Dafa, así que decidimos animarla a aprender Dafa. Tras una noche de reflexión, decidió empezar a estudiar el Fa y a practicar los ejercicios. Unos 10 días después, aunque no había terminado de leer Zhuan Falun por segunda vez, sintió una mejoría significativa de sus síntomas.

Volvió al hospital para un examen de seguimiento. El profesor, junto con un grupo de médicos internos, estudiaron su estado y lo encontraron muy extraño. Pensaron que era imposible que su fracción de eyección sanguínea alcanzara el 56% en tan poco tiempo, que sus niveles de creatinina renal volvieran a la normalidad y que su hígado volviera a estar sano: ¡todo era normal!

Mi sobrina estaba tan emocionada que lloró, pero luego sonrió entre lágrimas. En aquel momento, no se atrevió a decirle al profesor que se había recuperado practicando Falun Dafa. Hasta el día de hoy, su salud sigue siendo excelente, y vive su vida de acuerdo con los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia.

El esposo de mi sobrina se recupera de un derrame cerebral

El esposo de mi sobrina sufrió una apoplejía repentina en el invierno de 2023. Después de tres días en el hospital, le diagnosticaron la enfermedad y recibió inyecciones durante siete días. Los médicos dijeron que debía ser trasladado a un hospital de rehabilitación. Estaba confuso mentalmente, veía imágenes dobles y no entendía las conversaciones telefónicas. También tenía dificultades para andar y necesitaba que alguien le ayudara. Los médicos dijeron que tardaría al menos seis meses en recuperarse del todo.

Cuando le dieron el alta, su familia consiguió que un médico le hiciera tratamientos de acupuntura y masajes. Mi esposo lo animó a estudiar las enseñanzas de Dafa y a practicar los ejercicios. Así que, durante el día, recibía acupuntura y masajes, y por las noches, estudiaba Zhuan Falun con mi esposo y practicaba los cinco grupos de ejercicios. Al cabo de diez días, mi esposo no podía seguirle el ritmo cuando caminaban. Poco más de un mes después de que le dieran el alta, pudo conducir para repartir verduras y todo volvió a la normalidad.

Las cuatro historias anteriores son milagros que les ocurrieron a personas de mi entorno. Las comparto para decir a la gente que Falun Dafa es una práctica grandiosa y virtuosa. Ante la pandemia y muchas otras tribulaciones, aquellos que creen sinceramente en Falun Dafa serán protegidos por dioses y budas, convirtiendo la desgracia en bendición y el peligro en seguridad.

Falun Dafa se practica en más de 100 países de todo el mundo y el libro principal, Zhuan Falun, se ha traducido a decenas de idiomas. Se puede descargar gratuitamente en internet. Espero sinceramente que más chinos, como mis familiares y amigos, puedan protegerse bajo la guía de Falun Dafa, garantizando su seguridad, su salud y un futuro brillante.