(Minghui.org) El resentimiento es un apego muy persistente. Solía creer que no tenía ningún apego humano particularmente fuerte porque no me importaba mucho la fama, las ganancias o el sentimentalismo. Era introvertida antes de convertirme en practicante de Falun Dafa. No hablaba mucho y nunca quise herir o pelear con los demás. Cuando las personas me maltrataban, las ignoraba. A través de la cultivación, finalmente me di cuenta de que tenía un apego al resentimiento, el cual, sentó las bases para mi tribulación de persecución.
En abril me detuvieron ilegalmente y me enviaron a un centro de detención. Cada celda tenía una detenida como jefe, y Touban era la nuestra. La celda era un poco fría, y Touban dormía en una cama con tres o cuatro mantas que había dejado alguien que estuvo en la celda durante un mes. Al verme entrar, Touban sacó una manta de su cama y la puso enseguida sobre la mía. Sabía que Shifu estaba a mi lado, así que sentí una gran calidez en mi corazón.
Una policía me trajo algunas cosas y se fue. Touban me pidió que le diera las gracias. Me sentí estresada y dije: “¿Por qué debería darle las gracias?”. Un pensamiento cruzó por mi mente: “Si no fuera por la persecución de la policía, ¡yo no estaría aquí!”. En ese momento, no sabía que ese pensamiento era un reflejo de resentimiento.
Después de este incidente, Touban y otra detenida me causaron problemas por cosas triviales, como no permitirme lavar mi ropa interior en la palangana. Como no tenía un recipiente para lavar la ropa en el que pudiera guardar el agua, utilicé sin querer el de Touban. Ella se molestó, hasta que le sugerí que, cuando comprara un recipiente nuevo, se lo daría a ella y mientras utilizaría el que ella tenía.
Perdí la cuenta de cuántos problemas me causaron. Pero, sin importar lo que sucediera, tenía en mente las enseñanzas de Shifu, de ser una buena persona y ser amable con los demás dondequiera que fuera. Hice más trabajo de limpieza, ayudé a otros a lavar la ropa y les di comida o productos de primera necesidad. Traté a las personas con amabilidad y regularmente les daba un huevo de mi desayuno a quienes necesitaban comidas más nutritivas.
Una vez, Touban sufrió un dolor abdominal insoportable debido a su período menstrual. La animé a pedir permiso para acostarse en lugar de sentarse en el banco por la noche. Alguien pidió permiso a los guardias en nombre de Touban para que pudiera acostarse. Le puse una bolsa de agua caliente sobre el vientre y la cubrí con una manta. Después, Touban comenzó a tener una buena impresión de mí. Al presenciar mis buenas acciones, las otras detenidas también tenían una buena opinión de mí y de Falun Dafa. Estaban dispuestas a hablar conmigo sobre cualquier cosa. Touban incluso me dijo en tono de disculpa: "¿No me odias después de que te maltraté?". Respondí que no.
Después de levantarme temprano, lavarme y comer, no pasaba gran cosa. Yo era una persona a la que le gustaba dormir hasta tarde, así que a menudo me quedaba acostada en un rincón cuando no tenía nada que hacer. Un guardia me vio en la cámara de vigilancia y me ordenó que me sentara. Empecé a sentir que esto no estaba justificado y pensé: “No he hecho nada malo ni he cometido ningún delito. ¡Estoy aquí por vuestra persecución!”.
Empecé a darme cuenta de que, mientras mi mente no estuviera en paz, no estaba cumpliendo con el Fa. Sin embargo, no me di cuenta de que el resentimiento era el verdadero culpable hasta que regresé a casa. Las interacciones con mi esposo me hicieron comprender más plenamente mi apego al resentimiento.
Mientras estuve detenida, mi marido perdió todo nuestro dinero tras caer en un fraude en el que se suponía que cada participante que contribuía recibiría dividendos. Mi marido fue engañado e incluso pidió prestados 50.000 yuanes (aprox. 7000 dólares) a mi hermano mayor, 50.000 yuanes a mi segundo hermano mayor y 50.000 yuanes a mi sobrino, que es el hijo de mi hermano mayor.
Mi sobrino me dijo que él y su padre sólo recuperaron 10.000 yuanes (aprox. 1400 dólares) del dinero que invirtieron. Mi segundo hermano no recuperó nada de dinero. Debido a este incidente, mi cuñada mayor se resintió con mi marido por no devolver el dinero que pidió prestado.
Mi hijo se casó durante mi detención. Después de regresar a casa, quise seguir la costumbre local de regalarle a mi nuera un sobre rojo con una buena cantidad de dinero dentro. Le pedí dinero a mi esposo, pero él dijo que solo tenía doscientos yuanes a su nombre. Me enojé con él y desde entonces comencé a guardarle rencor.
Sabía que mi situación no era recta, así que me abstuve de enojarme y discutir con mi esposo. Sin embargo, todavía estaba resentida con él por no ganar dinero de manera recta y por buscar dinero por medios perversos.
Para pagar sus deudas, me levantaba a las 3:30 a. m. para trabajar en tres empleos. Pero él usaba lo que ganaba para pagar la deuda de su tarjeta de crédito, así que no recibí ni un centavo de él. Después del trabajo, le preparaba la cena y él, incluso criticó mi forma de cocinar. Su comportamiento me hizo sentir aún más resentida y fue muy difícil deshacerme de esa mentalidad.
Un día, cuando me desperté de una siesta, me vino a la mente este pasaje del Fa: “Aun bajo un ambiente tan sufrido, todavía no está perdido y aún quiere retornar” (Segunda Lección, Zhuan Falun).
Me di cuenta de que Shifu me estaba guiando. Me animé y sentí que debía agradecerle a mi esposo porque me estaba ayudando a eliminar el resentimiento. Con la iluminación y la bendición de Shifu, finalmente eliminé este apego. ¡Estoy tan agradecida con Shifu!
Después de que dejé atrás mi resentimiento, mi marido cambió. Durante el foro de cooperación China-África organizado por el Partido Comunista Chino, la policía vino a nuestra casa para acosarme de nuevo. En el pasado, mi marido cooperaba con la policía llevándola a buscarme al trabajo o me llamaba para decirme que volviera a casa. Esta vez, se quedó fuera de nuestra casa y despidió a la policía, mientras yo estaba haciendo los ejercicios de Falun Dafa.
Me resultó difícil liberarme del apego al resentimiento. Sin la guía del Shifu, no habría podido superar tales tribulaciones. ¡Mi agradecimiento a nuestro gran y compasivo Shifu por salvarme!
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